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Justamente cuando pensábamos que el final de la Guerra Fría también significaría el final de la pesadilla terrorífica del aniquilamiento nuclear, reaparece el malévolo espectro atómico, levantándose en la terrible nube en forma de hongo. Según el análisis de la Guerra Fría, el mundo vivía bajo la amenaza de que las dos superpotencias desataran, la una contra la otra, miles de megatones de poder destructivo y de esa manera amenazaran asimismo la existencia de la raza humana. Aunque esa amenaza se ha alejado, esta edición de la Agenda de la Política Exterior examina los elementos de la ecuación nuclear de hoy. En lugar del enfrentamiento de las superpotencias encontramos estados al margen de la ley, las organizaciones terroristas apátridas resueltas a adquirir los medios de asesinar en masa y las redes de mercado negro de los abastecedores renegados (como el científico paquistano A. Q. Khan, que aparece en la portada) dispuestos a negociar en materiales y conocimiento técnico para la producción de armas nucleares. La pesadilla subsiguiente podría materializarse bastante inesperadamente en cualquier ciudad grande, con la muerte y la destrucción de miles o decenas de miles de gente común mientras se dedican a sus actividades diarias. Desde el final de la Guerra Fría la barrera principal que confina la pesadilla nuclear es el Tratado de no Proliferación Nuclear (TNP), de 35 años de existencia. Según sus términos, cada cinco años se celebra una conferencia de revisión para evaluar la situación de los peligros de proliferación nuclear y el progreso de la no proliferación. La próxima revisión, de un mes de duración, comienza el 2 de mayo en Nueva York. Esta periódico electrónico, "La Ecuación Nuclear de Hoy", se publica antes de la conferencia con el fin de dar a conocer la posición de Estados Unidos en cuestiones críticas relacionadas con el tratado, así como de ofrecer toda una gama de opiniones de expertos sobre los asuntos actuales más espinosos en materia de no proliferación nuclear. Los Editores |