eJournal USA: Agenda de la Política Exterior de los EUA

Nuevos actores en el escenario:
A.Q. Khan y el mercado negro nuclear

Coronel Charles D. Lutes

La ecuación nuclear de hoy

Indice
Sobre este tema
Estados Unidos está firmemente comprometido con el TNP
El control de las armas más peligrosas del mundo
Cómo fortalecer el TNP
Medidas legislativas contra las armas de destrucción en masa
Terrorismo nuclear: ¿armas para vender o armas para comprar?
Libia renuncia a las armas de destrucción en masa
Después de Irán: mantener pacífica la energía nuclear
Corea del Norte, un estado al margen de la ley internacional y fuera del ámbito del TNP
Nuevos actores en el escenario: A.Q. Khan y el mercado negro nuclear
No con un gemido: imágenes de destrucción masiva en la ficción y el cine
Agáchate y cúbrete
Bibliografía (en inglés)
Sitios en la Internet (en inglés)
Recoja versión Adobe Acrobat (PDF)
 

Abdul Qadeer Khan
Foto de arriba: Una foto sin fecha de Abdul Qadeer Khan, fundador del programa nuclear de Pakistán, tomada en Islamabad.
(AP Wide World Photos)

Los actuales regímenes que se oponen a la proliferación "pueden ser inadecuados para lidiar con la amenaza incipiente de la proliferación de origen no estatal", como la que representa el científico nuclear pakistaní A.Q. Khan, dice el coronel Charles D. Lutes, de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Señala que eso se debe a que estos regímenes se basan en normas internacionales, las cuales, a su vez, se basan en la presunción de que sólo los gobiernos son capaces de desarrollar armas nucleares.

Miembro militar de número del Instituto de Estudios Estratégicos Nacionales en la Universidad Nacional de la Defensa en Washington, D.C., Lutes dice que la administración Bush, al reconocer esta presunción errónea, ha comenzado a emplear una estrategia de dos vías, que ataca tanto la oferta como la demanda de materiales nucleares.

En octubre de 2003, escampavías de la guardia costera italiana abordaron un carguero de bandera alemana destinado a Libia, el BBC China. Tras la inspección, las autoridades encontraron máquinas herramientas de precisión, tubos de aluminio, bombas moleculares y otros componentes para fabricar aproximadamente 10.000 centrífugas de gas "P-2", diseñadas para enriquecer uranio hasta las especificaciones requeridas para un arma nuclear.

El origen de estos componentes se rastreó hasta una compañía de ingeniería malaya, cuyas acciones se cotizan en mercados de valores, llamada Scomi Precision Engineering. Scomi había fabricado las partes a pedido de un natural de Sri Lanka, Buhary Sayed Abu Tahir. A través de la compañía de fachada que poseía en Dubai, SMB Computers, Tahir arregló la entrega de las partes a Libia, con destino a su programa oculto de armas nucleares.

Las autoridades italianas se aseguraron de que el cargamento nunca llegara a su destino. El decomiso del cargamento del BBC China fue una parte clave en una cadena de eventos que hicieron que el presidente libio Muammar Qaddafi "saliera al descubierto" y, en diciembre del 2003, renunciara a sus programas de armas de destrucción en masa (ADM).

De modo igualmente significativo, esta operación de interceptación fue el hilo que desenredó la tenebrosa red de proliferación del patrono y mentor de Tahir, el científico pakistaní Abdul Qadeer Khan. [Nota: los detalles de la captura del BBC China y la red de Khan fueron tomados de fuentes publicadas. Específicamente, véase Bill Powell y Tim McGirk, "The Man Who Sold the Bomb," Revista Time, 14 de febrero de 2005, pp. 22 30. Véase también Barton Gellman y Dafna Lizner, "Unprecedented Peril Forces Tough Calls: President Faces a Multi Front Battle Against Threats Known, Unknown," The Washington Post, 26 de octubre de 2004, p. A1.]

Un mercado nuclear

El "padrino" del programa de armas nucleares de Pakistán, A.Q. Khan, es un figura legendaria y famosa en su país, debido a sus años de trabajo secreto para desarrollar la primera "bomba islámica", a fin de contrarrestar la amenaza de su rival de larga data, la India.

Como científico que trabajaba para la firma holandesa Urenco en la década de los 70, Khan tuvo acceso a los planos de tecnología de enriquecimiento de uranio, que robó y se llevó a Pakistán al volver a su patria.

El entones primer ministro pakistaní Ali Bhutto nombró a Khan para dirigir el programa de investigación nuclear de Pakistán, con el objetivo de responder con un arma propia a las aspiraciones nucleares de la India. Al trabajar en contradicción de las normas de no proliferación de la comunidad internacional, Khan se vio forzado a ir en pos de su meta en el mayor secreto. Sin embargo, la infraestructura pakistaní científica y de ingeniería no estaba desarrollada para esa tarea. De modo que Khan hizo lo que hubiera hecho cualquier buen empresario: buscó recursos en el extranjero.

office of SMB Computers, a Dubai company linked to the global nuclear black market
Se ha informado que este edificio de Almaty, en Kazajstán, fotografiado el 18 de febrero de 2004, albergaba una oficina de SMB Computers, compañía de Dubai vinculada al mercado negro nuclear mundial. En un discurso del 11 de febrero de 2004, el presidente George W. Bush dijo que "un hombre llamado B.S.A. Tahir dirigió SMB Computers como una fachada de las actividades de proliferación de la red de A.Q. Khan". (Serik Kovlanbayev, AP Wide World Photos)

Cultivó una red de proveedores y manufactureros, muchos de los cuales no comprendieron el objetivo final del proyecto científico emprendido por los Khan Research Laboratories. Hacia 1998, sin embargo, no había dudas. Para sorpresa de la comunidad internacional, Pakistán completó cinco ensayos nucleares subterráneos y se unió a un club elitista de estados con armas nucleares.

Para A.Q. Khan, el fervor patriótico que envolvía su logro fue sólo el comienzo. Empresario astuto, vio el potencial de ganancias financieras entre su red de proveedores y un mercado incipiente de armas nucleares. Corea del Norte, Irán, Irak, Siria y Libia eran los primeros de una lista de aquellos a quienes, por lo menos, les interesaba ver lo que estaba en venta de esa capacidad.

Una investigación que todavía prosigue revela que la red de Khan desmpeñó una función significativa, a partir de principios de la década de los 90, en el desarrollo de la tecnología de enriquecimiento iraní y norcoreana. A cambio de eso, Corea del Norte parece haber compartido con Pakistán su tecnología de misiles balísticos.

La investigación del programa libio sigue resultando una veta provechosa de datos de inteligencia al descubrir el alcance de la cooperación de Khan con regímenes al margen de la ley internacional de todo el mundo. Si bien hay un debate considerable en torno a la función del gobierno pakistaní en relación con las actividades de Khan, es improbable que los funcionarios de Islamabad hayan tenido pleno conocimiento del alcance y escala de la red de Khan.

Como sigue saliendo a la luz, la red de supuestos patrocinadores y proveedores de Khan es apabullante. Comenzando con los diseños de centrífugadoras robados a Holanda, y aumentados con diseños de armas de China, el grupo incluyó también asistencia de ingeniería de Gran Bretaña; bombas de vacío de Alemania; tornos especializados de España; hornos de Italia; motores de centrifugadoras y convertidores de frecuencia de Turquía; partes de enriquecimiento de Sudáfrica y Suiza; aluminio de Singapur; y partes de centrifugadoras de Malasia, todo orquestado desde un centro administrativo en Dubai.

Sin embargo, y a pesar de las pruebas crecientes, es improbable que la extensión total de la red que el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohamed ElBaradei, denominara "el Wal-Mart nuclear" se llegue a conocer por entero alguna vez.

La oferta siempre satisface la demanda

Ahora que A.Q. Khan está bajo arresto domiciliario en Pakistán, pero fuera del alcance de las autoridades occidentales para que lo interroguen, quedan en pie preguntas irritantes. Es evidente que Khan se reunió con funcionarios de varios estados que aspiran a tener armas nucleares, y que posiblemente les vendió componentes. La investigación en curso ha vinculado a Khan con programas nucleares en Irak, Iran, Corea del Norte y Libia. Además, se han publicado informes que identifican reuniones de Khan con clientes potenciales de Egipto, Arabia Saudí, Sudán, Malasia, Indonesia, Argelia, Kuwait, Birmania y Abu Dhabi. Cuanto más grande es la extensión de este conocimiento y esta pericia peligrosos, mayor es la oportunidad de que terroristas o criminales se armen de una bomba nuclear.

Evidentemente, al Qaida y sus afiliados andan a la compra de armas nucleares. Por un lado, la vasta conglomeración de manufactureros deshonestos, intermediarios de mala reputación y traficantes ilícitos de Khan parece ser el proveedor ideal para satisfacer la demanda terrorista de armas nucleares. Su red, flojamente entretejida, refleja la estructura celular favorita de los terroristas afiliados a al-Qaida. Esta estructura facilita las transacciones subrepticias y relativamente imposibles de rastrear, entre aquellos que quieren infligir violencia catastrófica.

Por otro lado, al considerar el vínculo terrorista es importante observar los artículos que Khan y sus compinches ofrecían a la venta. Primordialmente, Khan proveía el material necesario para un programa nuclear estatal: componentes y diseños de centrifugadoras, planos de armas y pericia técnica. No se han publicado informes de que Khan haya comerciado con el material fisionable mismo, el producto final del proceso de enriquecimiento que nutre un arma nuclear.

Presumiblemente, los terroristas preferían comprar un arma terminada o, como mínimo, el material fisionable, dado que es probable que tengan poca capacidad o paciencia para desarrollar una infraestructura programática. Para un terrorista, por lo tanto, tratar con Khan sería el equivalente de pedir rifles AK-47 y balas, y recibir en cambio acero, matrices metálicas y moldes, y un manual de instrucciones de fabricación.

A pesar de todo el daño que puede haber causado el mercado negro al poner a Corea del Norte e Irán más cerca de ser miembros del club nuclear, el peligro actual radica en cómo las redes de proveedores se adaptan ahora que Khan ya no está al timón.

Aunque el presidente Bush ha declarado que la red de Khan ha sido clausurada, sigue siendo posible que partes de ella puedan haberse ocultado aún más profundamente. Si bien es improbable que Khan Research Laboratories participe en cualquier actividad adicional en el mercado negro, queda por verse lo que será de sus asociados.

En la misma forma en que las redes terroristas vuelven a formarse y se adaptan, así también lo puede hacer la red de proveedores. El producto básico predominante será la base de conocimiento y la pericia que reside en los nódulos de proveedores remanentes. Separada del acceso de Khan al mercado de los estados al margen de la ley internacional, podría fusionarse en torno al mercado terrorista una nueva red de científicos e ingenieros nucleares.

En la medida en que estos logreros puedan tener acceso al material fisionable o incluso a un arma terminada, aumenta de modo exponencial el peligro de que la proliferación alcance a los terroristas. Desafortunadamente, en el caso de los actores terroristas, al contrario de los actores estatales, la posesión de un arma nuclear tiene probablemente un sólo propósito: la detonación en una nube visible con forma de hongo.

De los acuerdos cooperativos a la acción cooperativa

Fuerzas de Operaciones Especiales de España registran a un marinero el 17 de enero de 2004

 Entrenamiento en la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación.
Entrenamiento en la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación. Fuerzas Internacionales practican técnicas de interceptación. Arriba, Fuerzas de Operaciones Especiales de España registran a un marinero el 17 de enero de 2004, luego de abordar el USNS Saturn, durante el ejercicio Sable Marino 2004, en el que participaron 15 naciones. En el medio, inspectores de la Agencia de Policía Nacional del Japón visten ropas protectoras para analizar materiales cargados en un contenedor, durante un ejercicio de control de exportaciones en Tokío, el 22 de octubre de 2004. Abajo, el 22 de abril de 2004, en Sicilia y durante el ejercicio Centinela Inteligente, bomberos italianos vestidos con ropas protectoras contra contaminantes químicos, biológicos y radiactivos, instalan señales de advertencia en torno a un contenedor que se sospecha llevaba armas de destrucción en masa.

Los actuales regímenes que se oponen a la proliferación "pueden ser inadecuados para lidiar con la amenaza incipiente de la proliferación de origen no estatal, como la ejemplifica la red de
contrabando nuclear de Khan. Las normas internacionales en que se basan esos regímenes parten de la presunción de que sólo los estados tienen los recursos requeridos para desarrollar armas nucleares.

La experiencia de Khan, contemplada a través de un nuevo conjunto de presunciones en un mundo posterior al 11/9, indica que esta premisa básica es errónea. Por esta razón la administración Bush ha comenzado a incitar a la comunidad internacional a que pase de una posición de acuerdos cooperativos a otra de acción cooperativa.

En consecuencia, Estados Unidos y sus asociados han desarrollado una estrategia más activa para atacar ambos extremos del problema. Para refrenar la demanda, la guerra al terrorismo busca derrotar en el corto plazo a los grupos terroristas, en tanto que en el largo plazo socava su ideología y apoyo. Contra los estados al margen de la ley internacional, la presión diplomática internacional, respaldada por la amenaza de la fuerza, apunta a aislar esos regímenes. La experiencia de Irak demuestra los retos que plantea esta política cuando se la lleva a cabo con un consenso internacional limitado.

En el frente de la oferta, hay actualmente en juego dos estrategias. La primera es hacer una redada de la oferta de material fisionable, relativamente limitada. Las técnicas de reducción de la amenaza aplicadas a los estados que pertenecieron a la ex Unión Soviética se han extendido en una escala internacional, a través de la Iniciativa del G-8 de Reducción de la Amenaza Mundial. Un acuerdo reciente entre Estados Unidos y Rusia para mejorar la cooperación en la lucha contra el terrorismo nuclear, es otro ejemplo.

La segunda estrategia está representada por la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (ISP), según la cual los gobiernos participantes colaboran para interceptar envíos de componentes y material necesarios para fabricar armas de destrucción en masa. El lema que la ISP es "una actividad, no una organización" refleja el cambio de paradigma hacia la acción cooperativa. Fue la cooperación conforme a los principios de la ISP la que llevó a la interceptación del BBC China y a desenredar la red de Khan.

Sin embargo, las actividades de A.Q. Khan en el mercado negro pueden ser sólo la punta del témpano. En tanto haya una demanda significativa de capacidad nuclear, los proveedores tratarán de hallar maneras de satisfacerla. La comunidad internacional debe ser flexible en su estrategia para enfrentar la naturaleza siempre cambiante de la red de proveedores nucleares. El cambio de los acuerdos cooperativos a la acción cooperativa, a fin de refrenar tanto la demanda como la oferta, es un ingrediente necesario del éxito.

La ecuación nuclear de hoy

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor, y no necesariamente reflejan las de la Universidad Nacional de la Defensa, la Fuerza Aérea de Estados Unidos o el gobierno de Estados Unidos.

La ecuación nuclear de hoy