eJournal USA: Agenda de la Política Exterior de los EUA

Cómo fortalecer el TNP

Jackie Wolcott Sanders

La ecuación nuclear de hoy

Indice
Sobre este tema
Estados Unidos está firmemente comprometido con el TNP
El control de las armas más peligrosas del mundo
Cómo fortalecer el TNP
Medidas legislativas contra las armas de destrucción en masa
Terrorismo nuclear: ¿armas para vender o armas para comprar?
Libia renuncia a las armas de destrucción en masa
Después de Irán: mantener pacífica la energía nuclear
Corea del Norte, un estado al margen de la ley internacional y fuera del ámbito del TNP
Nuevos actores en el escenario: A.Q. Khan y el mercado negro nuclear
No con un gemido: imágenes de destrucción masiva en la ficción y el cine
Agáchate y cúbrete
Bibliografía (en inglés)
Sitios en la Internet (en inglés)
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El presidente Vladimir Putin y el presidente George W. Bush
Acuerdo histórico El presidente Vladimir Putin y el presidente George W. Bush se estrechan las manos el 24 de mayo de 2002, al intercambiar documentos firmados que comprometen a Rusia y a Estados Unidos a la reducción más grande hasta la fecha de las reservas nucleares.
(Alexander Zemlianichenko, AP Wide World Photos.)

Para fortalecer el Tratado de no Proliferación (TNP) debemos enfrentar la realidad actual. Las partes en el TNP deben mantener la presión sobre los que lo violan actualmente y fortalecer los esfuerzos para disuadir de incumplimientos futuros, según la embajadora Jackie Wolcott Sanders, representante de Estados Unidos en la Conferencia sobre Desarme en Ginebra y representante especial del presidente para la No Proliferación de Armas Nucleares. La embajadora resume aquí las seis medidas específicas que podrían tomar las partes en el TNP para reforzar las obligaciones del tratado de no proliferación.

Introducción

Los países partes del Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares (TNP) se reunirán en Nueva York en mayo de 2005 en la Séptima Conferencia de Revisión del Tratado de 1970. El TNP, barrera clave a la proliferación de armas nucleares, ha contribuido en forma crítica a la paz y la seguridad.

El TNP provee un marco se seguridad colectiva dentro del cual aproximadamente 190 países asumen compromisos recíprocos de no proliferación, a fin de impedir la propagación de las armas nucleares. Requiere la aplicación de las salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que tiene por objeto ayudar a asegurar que los programas nucleares de uso pacífico no se desvíen a otros usos. Las salvaguardias del OEIA se aplican en cerca de 900 instalaciones en 64 países miembros del TNP.

El tratado también provee para la realización de programas nucleares pacíficos de las partes, pero establece que tales actividades nucleares deben cumplir con las obligaciones de no proliferación. El tratado ha facilitado la cooperación nuclear pacífica entre las partes, cooperación que comprende desde reactores de miles de millones de dólares que generan electricidad, hasta la extensión del uso de la medicina nuclear a los países en desarrollo.

Todas las partes del tratado tienen la obligación de llevar a cabo negociaciones, en buena fe, sobre medidas eficaces para el cese de la carrera de armas nucleares y el desarme nuclear y sobre un tratado de desarme general y completo bajo un control internacional estricto y efectivo.

La amenaza de hoy

El TNP ha producido beneficios considerables para sus partes durante los 35 años que ha estado en vigor. Sin embargo, el incumplimiento de las obligaciones de no proliferación del tratado representan un problema grave para su viabilidad continua. Aunque algunas violaciones comenzaron hace 20 años, el alcance del incumplimiento salió a la luz sólo durante los años que siguieron a la Conferencia de Revisión del 2000.

La falta de cumplimiento socava los beneficios de seguridad del TNP. Otros beneficios, como los usos pacíficos de la energía nuclear y el progreso en el desarme, no se lograrán cabalmente a la larga si no se toman medidas para hacerle frente a esta amenaza.

El OIEA citó por primera vez el incumplimiento de Corea del Norte en 1993. Cuando se la enfrentó con sus nuevas violaciones en 2002, Corea del Norte expulsó a los inspectores internacionales y anunció su intención de retirarse del tratado.

En 2002 el mundo también se enteró con más detalle de la larga empresa acometida por el régimen de Irán de un programa secreto de armas nucleares, aun cuando afirmaba que sólo realizaba actividades nucleares pacíficas. A pesar de siete resoluciones del OIEA que le urgen cumplir con sus obligaciones, el gobierno de Irán continúa ocultando sus violaciones, evitando la revelación completa e insistiendo en retener las capacidades obtenidas mediante la violación del tratado.

Como nota positiva, Libia abandonó su programa de armas nucleares e Iraq vuelve a cumplir con el TNP. La comunidad internacional también descubrió recientemente el alcance mundial de la red ilícita de adquisición de material nuclear de A. Q. Khan.

Esta es la realidad del TNP de hoy, realidad que es muy diferente de la que sus partes enfrentaban en el pasado. Los gobiernos responsables no pueden permitir que los estados violen sus compromisos contraídos en el TNP y desafíen la comunidad internacional. Los miembros del TNP deben mantener la presión sobre los que lo violan actualmente y fortalecer los esfuerzos para disuadir de incumplimientos futuros. Los vacíos que permiten a los estados producir material nuclear para fabricar bombas, al abrigo de programas nucleares civiles, deben eliminarse. El presidente Bush reafirmó recientemente la determinación de Estados Unidos de satisfacer sus compromisos del TNP y de trabajar para asegurar la continuación del tratado, en interés de la paz y la seguridad mundial.

No proliferación e incumplimiento

En la Conferencia de Revisión, Estados Unidos procurará un entendimiento más amplio, por parte de los estados, de las obligaciones de no proliferación contenidas en los artículos I, II y III y de su relación con los usos pacíficos de la energía nuclear puntualizados en el Artículo IV. Discutiremos las medidas que las partes en el TNP deben tomar para dar cumplimiento a estas obligaciones y describiremos las actividades que constituyen una señal de advertencia sobre el posible incumplimiento de éstas.

Estados Unidos cree, por ejemplo, que los estados que tienen armas nucleares deben establecer y aplicar controles de exportación eficaces, a fin de asegurar el cumplimiento riguroso de su obligación en virtud del Artículo I de no asistir "en forma alguna" a un estado sin armas nucleares para que la produzca. Deben cesar la asistencia en materia nuclear a todo estado sin armas nucleares que viole sus obligaciones de no proliferación según el TNP y buscar poner un alto al uso de todo material nuclear suministrado con anterioridad. Los estados abastecedores deben también reservarse el derecho de requerir la devolución de dicho material o su eliminación.

Los estados sin armas nucleares deben tener las leyes y el reglamento necesarios para hacer cumplir su compromiso del Artículo II de no adquirir armas nucleares y deben ofrecer la transparencia suficiente que demuestre sus intenciones pacíficas. La aplicación efectiva del Artículo II también requiere un examen minucioso de lo que constituye una violación. No tiene sentido esperar a que un estado no nuclear haya producido secretamente un arma nuclear para tomar medidas. Los hechos que indican que el propósito de una actividad en particular es la adquisición de un artefacto explosivo nuclear tienden a demostrar incumplimiento. Los ejemplos de tales hechos incluyen instalaciones o adquisiciones clandestinas, violación intencional de las salvaguardias del OIEA y un programa nuclear para usos pacíficos que no tiene justificación válida. Las partes en el TNP deben cumplir rigurosamente con sus obligaciones de salvaguardia, de conformidad con el OIEA (Artículo III) y cooperar plena y oportunamente con el OIEA en el caso de investigaciones de posible incumplimiento.

Se han emprendido esfuerzos en foros internacionales y entre los estados de un mismo parecer para convencer a Irán y Corea del Norte de que tomen la decisión estratégica de eliminar sus programas de armas nucleares. Todas las partes en el TNP deben continuar haciendo responsables a ambos estados.

Estados Unidos respondió a estas nuevas amenazas tomando medidas concretas para fortalecer el TNP, el OIEA y el régimen más amplio de no proliferación. Nos permitimos urgir a la Conferencia de Revisión a que respalde tales medidas en la siguiente forma:

  • adopción de políticas que desalienten el futuro incumplimiento, incluso el cese de la cooperación nuclear,

  • establecimiento de controles efectivos para asegurar el cumplimiento con las obligaciones de no proliferación del TNP y para mantener los territorios libres de actividades ilícitas, tales como la red de Khan,

  • aplicación de las disposiciones de la Resolución 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (las cuales requieren que los estados aprueben y hagan cumplir medidas jurídicas y reglamentarias para prevenir la proliferación de armas de destrucción en masa, sus sistemas de transporte y materiales afines),

  • fortalecimiento de los controles de exportación de la tecnología de enriquecimiento y reprocesamiento,

  • cooperación en la interceptación de transferencias ilegales de materiales y equipo nucleares, de plena conformidad con las autoridades legales internas y el derecho internacional y los marcos pertinentes, como la Iniciativa de Seguridad en Materia de Proliferación,

  • aceptación universal de los acuerdos amplios de salvaguardias del TNP, así como del Protocolo Complementario (que amplía la capacidad del OIEA para inspeccionar y supervisar las actividades en materia nuclear) y la adopción de esa norma de salvaguardia como condición para el suministro de elementos nucleares.

Usos pacíficos de la energía nuclear

La Conferencia de Revisión debe además fomentar la cooperación en el uso pacífico de la energía nuclear entre las partes en el TNP que lo acatan. Esta cooperación es un beneficio importante del tratado. Estados Unidos coopera en este sentido con aproximadamente 100 partes en el tratado, bilateral y multilateralmente, así como por medio del OIEA.

Estados Unidos mantiene 22 acuerdos que permiten la exportación de reactores y combustible a 40 países del TNP y un acuerdo separado de cooperación similar por medio del OIEA. En 2004 suministramos más de 20 millones de dólares para financiar el Programa de Cooperación Técnica del OIEA y para los proyectos afines que realiza este Organismo. Estas actividades del OIEA ayudan a los estados miembros por medio de la aplicación de la energía nuclear en campos como la medicina, la agricultura y el aprovechamiento del agua.

Estados Unidos también hará hincapié en el claro vínculo, establecido en el Artículo IV, entre los usos pacíficos de la energía nuclear y el cumplimiento de las obligaciones de no proliferación del TNP y los parámetros para la cooperación nuclear detallados en el mismo artículo. Algunas partes en el TNP han utilizado el tratado como fachada para desarrollar y obtener asistencia para programas nucleares supuestamente de uso pacífico, en tanto que buscan capacidad de lograr armas nucleares.

Los programas nucleares de las partes en el TNP deben cumplir con el tratado. La buena ejecución y aplicación del TNP deben ir acompañdas de la reducción en el acceso de los transgresores a la tecnología nuclear. Las partes en el TNP deben procurar ponerle alto al uso del material nuclear adquirido o producido como resultado de una violación importante de las obligaciones de no proliferación del TNP. Ese material debe ser eliminado o devuelto al abastecedor original.

Puesto en forma clara, el Artículo IV no crea "derecho" alguno a una actividad o instalación nuclear particular, tampoco requiere la transferencia de una tecnología en particular. Ciertamente, los abastecedores no deben aprobar una transferencia a menos que estén totalmente satisfechos de que no contribuirá a la proliferación. Lo que es más todavía, los países que incumplen no tienen bases para afirmar que el Artículo IV les otorga inmunidad en caso de que haya una acción en contra de su programa nuclear.

Desarme

La Conferencia de Revisión puede fortalecer las obligaciones de desarme contenidas en el TNP, mediante la evaluación sincera de la situación actual, en cuanto a la ejecución, y la consideración de la mejor manera de seguir adelante. Estados Unidos continúa firmemente comprometido a cumplir sus obligaciones según el Artículo VI. Nos sentimos orgullosos de nuestro desempeño en la reducción de las fuerzas nucleares.

En 1991, cuando se firmó el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), Estados Unidos y Rusia habían desplegado, cada uno, alrededor de 10.000 ojivas nucleares estratégicas. Para diciembre de 2001 los dos países habían reducido este nivel a 6.000. Las ojivas nucleares estratégicas de Estados Unidos y Rusia se reducirán más, a 1.700-2.200 para 2012, como lo declararon los presidentes Bush y Putin y se codificó en el Tratado de Moscú de 2003. En total, esto representa una reducción del 80 por ciento desde principios de la década de 1990.

En general la reserva nuclear de Estados Unidos disminuye, al mismo tiempo que sus armas desplegadas y en condiciones de operar . En mayo de 2004 el presidente Bush aprobó un plan que recortará prácticamente a mitad la reserva actual. Para 2012 la reserva de Estados Unidos será la más pequeña que ha tenido en varias décadas.

Estados Unidos continúa eliminando las plataformas de lanzamiento y los vehículos portadores. Desde 1997 hemos eliminado 64 bombarderos pesados y 150 silos de cohetes balísticos intercontinentales (ICBM), hemos convertido para otros usos cuatro submarinos de cohetes balísticos y desactivamos o sacamos del servicio 37 de los 50 ICBM mantenedores de paz. Estos sistemas no se reemplazan.

Estados Unidos ha hecho reducciones aún más espectaculares de sus armas nucleares no estratégicas (NSNW). Hemos reducido la reserva estadounidense de NSNW en más del 90 por ciento, desde la caída del muro de Berlín en 1989; hemos desmantelado las últimas 3.000 o más ojivas cuya eliminación fue ordenada por el presidente George H. W. Bush en 1991.

Estados Unidos no produce material fisionable para armas nucleares y ha sacado más de 200 toneladas de dicho material de sus reservas militares, parte del cual puso bajo las salvaguardias del OIEA, y convirtió aproximadamente 60 toneladas en combustible para reactores civiles.

Algunas veces, cuando se discute la importancia crítica que tiene el cumplimiento con las disposiciones de no proliferación del TNP, se afirma que ésa es la forma en que Estados Unidos evita discutir el cumplimiento con el Articulo VI. Estados Unidos no ha disminuido el hincapié en el Artículo VI y el fomento de la no proliferación no aminora el mérito del desarme, tampoco lo hace el abocar amenazas muy reales para la seguridad de todas las partes. Además, recalcar en el aspecto de la no proliferación es también crítico para los objetivos de desarme a largo plazo del TNP.

Aunque la mayoría comprende, a nivel intelectual, el riesgo que presentan las violaciones de las disposiciones de no proliferación del TNP, algunos prefieren reaccionar en una forma que no es productiva. Es contraproducente sugerir, como lo hacen algunos, que no debería darse apoyo a los esfuerzos para fortalecer el tratado en contra de la proliferación, en vista de las inquietudes sobre la aplicación del Artículo VI.

La idea de oponer varios artículos del tratado uno contra otro es simplemente errónea. El cumplimiento de todos los artículos es esencial para que el TNP logre todos sus objetivos.

Las medidas tomadas por Estados Unidos durante los últimos 15 años son una prueba excelente de cumplimiento en forma transparente con nuestras obligaciones según el Artículo VI. Como lo hemos hecho a lo largo del proceso preparatorio, Estados Unidos demostrará su compromiso con el Artículo VI en la Conferencia de Revisión. [Nota de los editores: para mayor información sobre la aplicación del Artículo VI se puede hacer el enlace en: http://www.state.gov/t/ac/rls/or/42126.htm]

Universalidad

La Conferencia de Revisión debe reforzar la meta de adhesión universal al TNP y reafirmar que India, Israel y Pakistán pueden unirse al TNP solamente como estados sin armas nucleares. De la misma manera que Sudáfrica y Ucrania lo hicieran a principios de la década de 1990, para unirse al tratado estos estados tendrían que renunciar a las armas nucleares y aceptar las salvaguardias del OIEA referentes a todas las actividades nucleares. Al mismo tiempo, reconocemos que el progreso hacia la adhesión universal no es probable en un futuro previsible. Estados Unidos continúa apoyando las metas de la resolución de 1995 sobre el Medio Oriente aprobada en la Conferencia de Revisión y Ampliación del TNP, incluso el logro de un Medio Oriente Medio de armas de destrucción en masa.

Conclusión

La Conferencia de Revisión de 2005 ofrecerá a la comunidad internacional la oportunidad de determinar la mejor forma de fortalecer el tratado para hacer frente a los problemas difíciles que han salido a la luz desde la última revisión de hace cinco años. El presidente Bush hizo un llamado a la cooperación en esta empresa en su declaración del 7 de marzo de 2005, en ocasión del 35to. aniversario del TNP.

"En estos momentos de gran reto a la seguridad internacional es esencial que la comunidad internacional trabaje unida para confrontar los peligros de la proliferación nuclear, particularmente cuando los estados al margen de la ley y los terroristas buscan adquirir armas de destrucción en masa".

Para hacerle frente a los retos al TNP y a nuestra seguridad común, debemos actuar unidos y urgentemente para estar seguros de que este tratado importante siga siendo un instrumento efectivo de seguridad mundial. Estados Unidos se ha comprometido a hacer lo que le corresponde.

La ecuación nuclear de hoy