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NIDA Home > Publications > Principios para la Prevención del VIH en las Poblaciones de Usuarios de Drogas: Una guía basada en la investigación

Principios para la Prevención del VIH en las Poblaciones de Usuarios de Drogas:
Una guía basada en la investigación
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Preguntas frecuentes

¿Cómo pueden los usuarios de drogas reducir sus riesgos de contraer el VIH/SIDA?

Se debe aconsejar a los usuarios de drogas que dejar de usar todo tipo de drogas, incluyendo las drogas inyectables, es la manera más eficaz de reducir sus riesgos de contraer el VIH/SIDA y otras enfermedades transmitidas por la sangre, incluyendo la hepatitis B y hepatitis C. Sin embargo, no todo usuario de drogas está listo para dejar de usar las drogas, y muchos de los que paran de usarla pueden sufrir recaídas.

Una variedad de estrategias de prevención del VIH/SIDA para protegerse contra la infección está disponible para las personas que están considerando o ya están inyectándose drogas. Estas están descritas dentro de un escalafón de mensajes de cómo reducir el riesgo del VIH/SIDA, comenzando con los cambios conductuales más eficaces que los usuarios de drogas pueden realizar:

  • Dejando de usar y de inyectarse las drogas.
  • Ingresando y completando un tratamiento para el abuso de drogas, incluyendo la prevención de las recaídas.
  • Si usted continua inyectándose drogas, siga los pasos a continuación para reducir sus propios riesgos así como los riesgos a la salud pública:
    • Nunca vuelva a usar o a "compartir" las jeringuillas, el agua o el equipo de preparación de las drogas.
    • Use solamente jeringuillas estériles obtenidas de una fuente confiable (Ej., una farmacia o un programa de acceso a jeringuillas).
    • Siempre use una jeringuilla nueva y estéril para preparar e inyectarse las drogas.
    • Si es posible, use agua estéril para preparar las drogas; de lo contrario, use agua limpia de una fuente confiable (Ej., agua fresca de la llave).
    • Siempre use una cuchara u otro calentador ("cooker") nuevo o desinfectado y un filtro nuevo ("algodón") para preparar las drogas.
    • Limpie el sitio de la inyección con un algodón nuevo impregnado con alcohol antes de inyectarse las drogas.
    • Deseche las jeringuillas en un lugar seguro después de un solo uso.

Como el escalafón demuestra, la mejor manera para que los inyectores de drogas reduzcan sus riesgos es dejando de usar las drogas por completo. Si se inyectan drogas, siempre deben usar suministros estériles y jamás compartirlos. Cuando esto no es posible, se deben considerar las técnicas de limpieza y de desinfección. El cloro o blanqueador sin diluir es el desinfectante más eficaz cuando no hay disponible opciones más seguras. Sin embargo, un equipo de inyección estéril sin usar es más seguro que un equipo de inyección utilizado anteriormente y desinfectado con cloro (1). Los usuarios de drogas no deben jamás compartir su equipo de inyección, como las cucharas o calentadores, los filtros o algodones, y el agua para enjuague, ni las soluciones de drogas preparadas para inyección. Compartir estos materiales constituye un riesgo importante para la transmisión del VIH+ que a menudo se pasa por alto.

Además de aprender cómo hacer los cambios de conducta descritos en el escalafón, se debe aconsejar a los usuarios de drogas y a sus parejas sexuales, sobre los riesgos del sexo en la propagación del VIH y otras ETS y la importancia de evitar las relaciones sexuales sin protección.

Los promotores de salud comunitarios, los proveedores de tratamientos y otros profesionales de la salud pública deben aprovechar cualquier contacto con un usuario de drogas como una oportunidad para transmitir estos mensajes importantes sobre la reducción del riesgo del VIH/SIDA. Los mensajes se deben dar conjuntamente con referencias para los servicios que ofrecen las pruebas para el VIH y para otras infecciones transmitidas por la sangre, para terapia, para los programas de tratamiento para el abuso de drogas y otros servicios.

¿Cuál es la mejor estrategia de prevención del VIH/SIDA para los usuarios de drogas?

Dada la diversidad de los usuarios de drogas y de sus parejas sexuales, no existe una sola estrategia de prevención del VIH/SIDA que trabaje eficazmente para todas las personas. Un enfoque integral constituye la estrategia más eficaz para prevenir el VIH/SIDA y otras infecciones transmitidas por la sangre en las poblaciones de usuarios de drogas y sus comunidades. Un enfoque integral se adapta y responde fácilmente a los cambios en los patrones de uso de drogas y comportamientos de riesgo para el VIH/SIDA, a las características del ambiente local, y a la necesidad de los usuarios de drogas y de sus parejas sexuales de obtener una variedad de servicios. En cada encuentro con un usuario de drogas, los promotores de salud comunitarios, los intervencionistas, y los consejeros ofrecen mensajes para la reducción del riesgo relacionado con las drogas y el sexo y proporcionan los medios para reducir o eliminar los riesgos de la transmisión del VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre.

Un enfoque integral es la estrategia más eficaz para prevenir el VIH/SIDA y otras infecciones transmitidas por la sangre en las poblaciones de usuarios de drogas y sus comunidades.

¿Cuáles son los componentes de un enfoque integral para la prevención del VIH/SIDA?

El enfoque integral para la prevención de VIH/SIDA entre los usuarios de drogas incluye tres enfoques complementarios: promoción de salud comunitaria, tratamiento para el abuso de drogas y programas de acceso a jeringuillas estériles. Cada uno de estos enfoques también incluye pruebas para el VIH y terapia.

La promoción de salud comunitaria es un enfoque eficaz para contactar a los usuarios de drogas en sus propios barrios y proporcionarles los medios para cambiar sus comportamientos de riesgo relacionados a las drogas y al sexo. Este enfoque depende de los promotores de salud comunitarios que generalmente residen en la misma comunidad y que están familiarizados con la subcultura del uso de las drogas. Como resultado, están en una posición única de educar e influenciar a sus vecinos para que dejen de usar drogas y reduzcan sus riesgos del VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre. Los trabajadores comunitarios distribuyen información educativa sobre el VIH/SIDA, suministros de desinfección con cloro o blanqueador para desinfectar el equipo de inyección cuando no hay equipos estériles disponibles, y condones para relaciones sexuales más seguras. También refieren a los usuarios de drogas a programas de tratamientos para el abuso de drogas, de acceso e intercambio de jeringuillas, de pruebas para detectar el VIH, VHB, y VHC, y de terapia.

El tratamiento para el abuso de drogas es una prevención del VIH. Los usuarios de drogas que entran a un tratamiento y lo continúan tienen más probabilidad que los que se mantienen fuera del tratamiento para reducir las actividades riesgosas, tales como compartir las agujas y equipo de inyección o de tener relaciones sexuales sin protección. El tratamiento para el abuso de drogas se puede llevar a cabo en una variedad de ambientes (por ejemplo, como internos en un establecimiento o clínica, no internos, o residenciales) y a menudo involucra varios enfoques, incluyendo la terapia conductual, medicamentos, o una combinación de los dos. Los mejores programas de tratamiento ofrecen a sus clientes pruebas para el VIH, terapia, y referencias a otros servicios.

Los programas integrales para la prevención del VIH pueden ayudar a los usuarios de drogas a cambiar sus comportamientos riesgosos, y reducir su riesgo de adquirir o de transmitir la infección del VIH.

Los programas de acceso a jeringuillas estériles complementan a la promoción de salud comunitaria y al tratamiento para el abuso de drogas proporcionando acceso a jeringuillas estériles y a otros servicios a los usuarios de drogas que no pueden o no quieren buscar tratamiento o que están en tratamiento pero que continúan inyectándose drogas. Estos programas pueden potencialmente quitar de circulación a las agujas contaminadas. También sirven de puente para usuarios de drogas activos que están fuera de tratamiento, proporcionándoles información sobre el VIH/SIDA y materiales (por ejemplo, los suministros de desinfección con cloro y los condones) para reducir sus riesgos, ofreciéndoles oportunidades para hacerse las pruebas para el VIH y recibir terapia y proporcionándoles referencias para tratamientos para el abuso de drogas y otros servicios sociales. Por lo tanto, es importante que los tratamientos para el abuso de drogas y otros servicios estén disponibles y accesibles para los usuarios de drogas que son referidos por los programas de acceso a jeringuillas estériles.

Servicios para pruebas y terapia del VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre.

Los servicios para pruebas y terapia del VIH son una parte importante de los programas integrales para la prevención del VIH. Estos servicios son más efectivos cuando hay un rango de opciones de pruebas anónimas y confidenciales disponibles en una variedad de ambientes accesibles (por ejemplo, clínicas móviles) y a horas no tradicionales. Las tecnologías más actuales y rápidas para las pruebas de detección pueden ser especialmente útiles. Estas permiten que los usuarios de drogas y otros en riesgo sepan los resultados de sus pruebas apenas estén disponibles, planifiquen un curso de acción para dejar de usar drogas, reduzcan sus riesgos de transmitir el VIH a otros, y sean referidos a un tratamiento apropiado para el abuso de drogas y otros servicios de la salud (2). El personal que realiza las pruebas y la terapia para el VIH también puede informar a los usuarios de drogas sobre la posibilidad de riesgo que tienen de contraer el VHB y el VHC y explicar por qué es importante hacerse pruebas para éstas y otras infecciones transmitidas por la sangre y sexualmente. El personal está entrenado para ayudar a las personas que dan positivo al VIH u otras infecciones a informar a sus parejas de uso de drogas o sexuales sobre su posibilidad de riesgo de ser infectados y de la importancia de hacerse la prueba para el VIH y de recibir terapia (3).

¿Es eficaz el enfoque integral para la prevención del VIH/SIDA?

La prevención integral del VIH/SIDA, que incluye las estrategias y los componentes de la promoción de salud comunitaria, los tratamientos para el abuso de drogas y programas de acceso a jeringuillas estériles (todos en combinación con terapia y pruebas para el VIH y otras infecciones) actualmente es el enfoque más eficaz para prevenir la diseminación del VIH, otras infecciones transmitidas por la sangre, y las ETS en las poblaciones de usuarios de drogas.

La promoción de salud comunitaria. Más de 15 años de investigaciones sobre las intervenciones para la prevención del VIH/SIDA entre los usuarios de drogas inyectables (UDI), los de cocaína crack, y muchas de sus parejas sexuales, han mostrado que la promoción de salud comunitaria es eficaz para todos los tipos de grupos de riesgo de usuarios de drogas, en un rango de ambientes locales. Las investigaciones acumulativas de un estudio de 23 sitios que siguió a 18.144 usuarios de drogas (13.164 UDI y 4.980 usuarios de crack que no se inyectaban) informan que de 3 a 6 meses después de haber participado en la intervención, el 72 por ciento de los UDI dejaron de inyectarse drogas o disminuyeron la frecuencia de la inyección. De los que continuaron inyectándose, casi el 60 por ciento pararon o disminuyeron el hábito de volver a usar o de compartir sus jeringuillas. El 26 por ciento de los usuarios de cocaína crack, incluyendo 8.184 UDI que también usaban crack y 4.980 usuarios de crack que no se inyectaban, habían dejado de usar la cocaína crack al momento de seguimiento. Casi el 25 por ciento de los 18.144 usuarios de drogas que participaron en el estudio habían entrado en tratamiento para el abuso de drogas al momento de seguimiento, muchos por primera vez.

Más de 15 años de investigaciones han mostrado que los programas de promoción de salud comunitaria son eficaces para todos los tipos de grupos de riesgo de usuarios de drogas, en una variedad de ambientes locales.

Tratamientos para el abuso de drogas. Los estudios han demostrado consistentemente que la participación en tratamientos para el abuso de drogas está asociada con tasas más bajas de inyección de drogas. Por ejemplo, un estudio de 3 años de los patrones de uso de drogas entre los UDI del sexo masculino que participaban en un tratamiento de mantenimiento con metadona informó que el 71 por ciento de los 388 pacientes que se habían mantenido en tratamiento por un año o más habían dejado de inyectarse drogas. En contraste, de un segundo grupo de 105 UDI que había dejado el tratamiento, el 82 por ciento había recaído dentro del año en el uso de drogas inyectables. Otro estudio encontró que los adictos a opiáceos que fueron reclutados por los trabajadores en las calles del programa de alcance comunitario y a quienes se les ofreció un tratamiento gratuito de mantenimiento con metadona, tenían más probabilidad de entrar y mantenerse en tratamiento, aún cuando nunca antes hubieran estado en tratamiento y reclamaran que no querían tratamiento (4).

Es más probable que los usuarios de drogas que ingresan y continúan en tratamiento reduzcan sus actividades riesgosas que los que se mantienen fuera de tratamiento.

Las investigaciones también han mostrado que la participación en un tratamiento de mantenimiento con metadona está vinculada a tasas más bajas de infección con VIH. En un estudio, por ejemplo, los usuarios de drogas que no entraron a tratamiento tenían seis veces más probabilidad de infectarse que aquellos que se mantenían en tratamiento (5).

Los programas de acceso a jeringuillas estériles. Cuando son implementados como parte de una estrategia integral de prevención del VIH/SIDA, los programas de acceso a jeringuillas estériles juegan un papel único involucrando en intervenciones preventivas significantes y oportunidades para tratamiento, a las poblaciones que tienen un alto riesgo de infección del VIH y que son difíciles de contactar. Las evaluaciones de estos programas indican que son una parte eficaz de una estrategia integral para reducir la propagación del VIH y de otras infecciones transmitidas por la sangre, relacionadas al uso de drogas inyectables. Además, no fomentan el uso de drogas ilícitas. Por ejemplo, un estudio en la ciudad de Nueva York mostró una disminución del 70 por ciento en la incidencia del VIH atribuible a los programas de acceso a jeringuillas estériles (6). En comparación, los investigadores internacionales encontraron que en 29 ciudades con programas establecidos de acceso a jeringuillas estériles, la prevalencia del VIH decayó un promedio del 5.8 por ciento por año, pero aumentó un promedio del 5.9 por ciento por año en 51 ciudades que no tenían dichos programas (7).

Las investigaciones acumulativas muestran que los programas de acceso a jeringuillas estériles son eficaces para reducir la propagación adicional del VIH entre los UDI, sus parejas sexuales, y sus hijos. Además, estos programas ayudan a:

  • aumentar el número de usuarios de drogas que entran y se mantienen en programas de desintoxicación y de tratamiento para el abuso de drogas, si están disponibles;
  • difundir información sobre el riesgo del VIH, materiales para cambios en la conducta, y referencias para pruebas para el VIH, terapia, y servicios de tratamiento para el abuso de drogas;
  • reducir la frecuencia de la inyección y de las conductas relacionadas al hábito de compartir agujas;
  • reducir el número de jeringuillas contaminadas en circulación dentro de una comunidad; y
  • aumentar la disponibilidad de equipo de inyección estéril, así reduciendo el riesgo de propagación de nuevas infecciones.

¿Qué papel juega el promotor de salud comunitario en la prevención integral del VIH para los usuarios de drogas?

Los promotores de salud comunitarios están al frente de la comunidad local y conocen dónde, cuándo y cómo ponerse en contacto aún con los usuarios de drogas más difíciles de contactar en sus barrios. Como una fuente de información confiable y reconocida, el promotor de salud comunitario puede ayudar a los usuarios de drogas a comprender sus riesgos de contagiarse con el VIH y otras enfermedades transmitidas por la sangre e identificar los pasos preventivos que deben tomar. Como uno de ellos, el promotor de salud comunitario puede animar a los usuarios de drogas a que paren o reduzcan el uso y la inyección de drogas y que entren a un tratamiento para el abuso de drogas. Puede referir a los usuarios de drogas a tratamientos para el abuso de drogas, a terapia y a pruebas para el VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas y a programas de acceso a jeringuillas estériles. Los promotores de salud comunitarios son un enlace vital para:

  • información educativa y de reducción del riesgo sobre el VIH/SIDA, el VHB, VHC y otras ETS;
  • información y materiales para realizar cambios conductuales, incluyendo el escalafón para la reducción del riesgo del VIH/SIDA, suministros de cloro para desinfectar el equipo de inyección, condones para sexo más seguro, e instrucciones para el uso y el desecho sanitario de los condones; y,
  • servicios para realizar pruebas y terapia para el VIH, VHB, VHC, y otras ETS: tratamientos para el abuso de drogas; y otros programas de salud comunitaria, de prevención y sociales.

Los promotores de salud comunitarios se encuentran en una posición única para educar e influenciar a sus convecinos para que dejen de usar drogas y reduzcan sus riesgos para el VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre.

¿Es costo-eficiente la prevención integral del VIH para los usuarios de drogas?

La investigación ha mostrado que los tres enfoques complementarios que componen la prevención integral del VIH para los usuarios de drogas (promoción comunitaria, tratamientos para el abuso de drogas, y programas de acceso a jeringuillas estériles) son costo-eficientes. La prevención integral del VIH permite un contacto continuo con los usuarios de drogas que de otra manera no podrían ser alcanzados y les proporciona información y oportunidades para dejar de usar las drogas, entrar a tratamiento para el abuso de drogas, y reducir sus riesgos para el VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre relacionadas con las drogas y el sexo.

Los estudios de la costo-eficiencia han reportado que, al prevenir las infecciones con VIH, las intervenciones de promoción de salud comunitaria ayudan a evitar los costos médicos futuros asociados con el cuidado y tratamiento del VIH/SIDA (8). De igual manera, los programas de tratamiento para el abuso de drogas son costo-eficientes para reducir el uso de drogas y los costos de salud y sociales asociados, especialmente si se comparan con el no tratar a los adictos o encarcelarlos (2). Las evaluaciones de los programas de acceso a jeringuillas estériles han mostrado que al reducir la frecuencia de las inyecciones con agujas usadas, estos programas ayudan a prevenir la propagación de nuevas infecciones del VIH y ahorran los costos del cuidado médico por cada infección que se previene (9). Las estrategias sostenidas y bien diseñadas para la prevención integral del VIH también pueden llevar a reducciones sustanciales en los costos del cuidado de la salud y servicios sociales asociados con el tratamiento y el cuidado de las personas con VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas. La prevención integral del VIH es la más costo-eficiente cuando sus estrategias se implementan temprano en la epidemia (10), cuando la prevalencia del VIH es baja y se puede prevenir el mayor número de nuevas infecciones potenciales en la población.

Los enfoques integrales para la prevención del VIH basados en la comunidad ayudan a evitar los costos médicos futuros asociados con el cuidado y tratamiento del VIH/SIDA.

Referencias

  1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC), Center for Substance Abuse Treatment (SAMHSA), NIDA Prevention Bulletin. U.S. Department of Health and Human Services, Public Health Service. April 1993.
  2. NIDA. Principles of Drug Addiction Treatment: A Research-Based Guide. NIH Publication No. 99-4180, Oct. 1999.
  3. CDC. Revised guidelines for HIV counseling, testing, and referral. Oct. 2000.
  4. Kwiatkowski, C.; Booth, R.E.; and Lloyd, L.A. The effects of offering free treatment to street-recruited opioid injectors. Addiction 95(5):697-704, 2000.
  5. Metzger, D.S.; Woody, G.E.; McLellan, A.T.; OƕBrien, C.P.; Druley, P.; Navaline, H.; et al. Human immunodeficiency virus seroconversion among in- and out-of-treatment intravenous drug users: An 18-month prospective follow-up. J Acquir Immune Defic Syndr (6):1049-1056, 1993.
  6. Des Jarlais, D.C.; Marmor, M.; Paone, D.; Titus, S.; Shi, Q.; Perlis, T.; et al. HIV incidence among injecting drug users in New York City syringe-exchange programs. Lancet 348(9033):987-991, 1996.
  7. Hurley, S.F.; Jolley, D.J.; Kaldor, J.M. Effectiveness of needle-exchange programmes for prevention of HIV infection. Lancet 349(9068):1797-1800, 1997.
  8. Pinkerton, S.; Holtgrave, D.; DiFranceisco, W.; Semaan, S.; Coyle, S.L.; and Johnson-Masotti, A.P. Cost-threshold analyses of the National AIDS Demonstration Research HIV prevention interventions. AIDS 14(2):1257-1268, 2000.
  9. Kahn, J.; and Haynes-Sanstad, K. The role of cost-effectiveness analysis in assessing HIV prevention interventions. AIDS and Public Policy Journal 12(1):21-30, 1998.
  10. Des Jarlais, D.C.; Hagan, H.; Friedmann, P.; et al. Maintaining low HIV seroprevalence in populations of injecting drug users. JAMA 274(15):1226-1231, 1995.


Reaching Out: Preventing HIV/AIDS in Our Community

La fotografía de la cubierta es una pintura de Craig Lasha, un empleado del Centro de Alcance Comunitario para la Salud.

Contenido

Principios para la Prevención del VIH en las Poblaciones de Usuarios de Drogas: Una guía basada en la investigación

Prefacio

Reconocimientos

Introducción

Preguntas frecuentes

Investigaciones sobre la prevención del VIH/SIDA y otras infecciones en las poblaciones de usuarios de drogas

Recursos



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