Descripción
Es muy poco común que un enfermo de cáncer tenga problemas de toxicomanía, a
menos que ya abusara de las drogas y el alcohol antes de que se le diagnosticara
el cáncer. Por lo general, las personas que no cuentan con un historial de
toxicomanía pueden tomar opioides y otros fármacos para controlar el dolor
producido por el cáncer sin que éstos les causen problemas de toxicomanía. Sin
embargo, los enfermos con dicho historial corren el riesgo de tener problemas
cuando se les receta fármacos para controlar los síntomas del cáncer.
Los pacientes con historial de toxicomanía quizás noten que el uso de drogas
ilegales y de alcohol interfiere con su capacidad para recibir la terapia contra
el cáncer. Además, las drogas pueden reducir la eficacia de dicha terapia y hacer
que los pacientes se pongan aún más enfermos.
Los enfermos de cáncer que sean toxicómanos en la actualidad, o que lo hayan sido
anteriormente, pueden tener dificultades para establecer una relación de
confianza con sus amigos y familiares y con el equipo de tratamiento del cáncer,
lo cual puede comprometer el tratamiento y los cuidados de seguimiento y empeorar
la calidad de vida del paciente.
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