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Una constitución escrita contiene las leyes más importantes bajo las cuales los ciudadanos de una nación acuerdan vivir y describe la estructura básica de su gobierno. Así, el constitucionalismo democrático -basado en ideales de libertad individual, derechos de la comunidad y limitación del poder del gobierno -crea el marco para gobernar una democracia
El constitucionalismo reconoce que el gobierno democrático, obligado a rendir cuentas, debe llevar implícita la imposición de límites constitucionales a su poder de gobernar.
Una constitución define los propósitos básicos y las aspiraciones de una sociedad, lo cual incluye el bienestar común de la población.
Todas las leyes deben ser redactadas de acuerdo con la constitución. En las democracias, un poder judicial independiente permite a los ciudadanos impugnar las leyes que les parezcan ilegales o inconstitucionales, y acudir a los tribunales en busca de reparación por los actos ilegales del gobierno o sus funcionarios.
Una constitución define el marco que acota el poder del gobierno: el alcance de su autoridad, los mecanismos para el ejercicio de ésta y los procedimientos de aprobación para las leyes futuras.
En la constitución se define a la ciudadanía y se establecen las bases para decidir quién tendrá derecho de voto.
La constitución establece los fundamentos políticos, administrativos y judiciales del estado, entre ellos la estructura de la legislatura y los tribunales, los requisitos para ocupar cargos de elección y la duración de los períodos de gobierno de los funcionarios elegidos.
Una constitución especifica las responsabilidades de los ministerios del gobierno y confiere a éste autoridad para la recaudación de impuestos y la creación de una fuerza de defensa nacional.
En un sistema federal, la constitución divide el poder entre los distintos niveles del gobierno.
En virtud de que toda constitución es redactada en un momento determinado del tiempo, debe ser posible hacerle enmiendas para adaptarla a las cambiantes necesidades de la población en el futuro. Como quiera que la flexibilidad para hacer frente a los desafíos impredecibles e imprevisibles del futuro es importante, las constituciones suelen ser escritas de modo que en ellas se especifiquen los principios generales del gobierno.
Las constituciones contienen, en general, dos tipos de derechos: los derechos negativos y los positivos.
° Los derechos negativos indican lo que el gobierno no puede hacer. Esos derechos limitan al gobierno y le impiden que intervenga en ciertas actividades de sus ciudadanos. Por ejemplo, el gobierno se debe abstener de limitar la libertad de expresión y la opción de sus ciudadanos a reunirse en forma pacífica, o de privarlos de la libertad en forma ilegal.
° Los derechos positivos indican qué debe hacer el gobierno y a qué tienen derecho los ciudadanos. En este último aspecto puede haber derechos sociales, económicos y culturales en forma de garantías del gobierno sobre diversos indicadores sociales. Tales derechos pueden incluir garantías de educación primaria y secundaria para todos los niños y las niñas, garantías de "bienestar" después de la jubilación, o garantías de empleo y servicios de salud para todos los ciudadanos.
Libertad de expresión >>>>
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