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Manteniendo nuestras comunidades seguras de los envenenamientos por pesticidas

Por Jim Jones

Quizás se acuerden de escuchar la trágica noticia en el 2016 acerca de una familia de Delaware que estaba de vacaciones en las Islas Vírgenes estadounidenses y sus vidas cambiaron para siempre cuando se envenenaron por un fumigante aplicado ilegalmente en un complejo de edificios para alquiler.

…O el niño de la Florida en el 2016 quien sufrió un derrame cerebral en su casa después que fue fumigada con pesticidas.

Cada vez que escuchamos estos casos trágicos de envenenamiento por pesticidas, la preguntas obvia es “¿qué podemos hacer para prevenir que esto vuelva a suceder”?

Para tratar de hacer justo eso, tomamos acción esta semana para fortalecer las normas para los trabajadores que aplican ciertos plaguicidas conocidos como los “plaguicidas de uso restringido”. Estos pesticidas requieren un manejo especializado y no están disponibles para la compra ni uso por el público en general.

Si las normas hubiesen estado en vigor, accidentes como estos quizás nunca hubiesen sucedido. Necesitamos normas y supervision más estrictas para asegurar que los pesticidas no sean aplicados erradamente para que nuestras familias permanezcan seguras y nos libremos de las enfermedades y el dolor ocasionado por la exposición prevenible a los pesticidas.

La norma final de la EPA fortalece la misma para que la gente que compra o utiliza plaguicidas de uso restringido al requerir:

  • Una nueva certificación especializada para trabajadores que utilizan ciertos métodos de aplicación que preesentan mayores riesgos si no son manejados adecuadamente como la fumigación y la aplicación aérea. Este requisito es en adición a la capacitación general y la certificación.
  • Un requerimiento de tener la edad minima de 18 años para poder aplicar plaguicidas de uso restringido.
  • Una recertificación de al menos cada 5 años mediante la capacitación y/o aprobar un examen que garantice los conocimientos actualizados del trabajador para aplicarlos de manera segura para protegerse a sí mismo y al público. Los cambios en el etiquetado y la tecnología de aplicación también estarán cubiertos.
  • Por primera vez un entrenamiento de seguridad annual y una mayor supervision para las personas que trabajen bajo la supervisión directa de un aplicador certificado. Los trabajadores también aprenderán cómo reducir la exposición a los residuos de pesticidas que se acarrean al hogar para así proteger sus familias.
  • El mantenimiento de expedientes por dos años para el distribuidor de pesticidas que vendió el producto, el vendedor, y el aplicador certificado que compró el producto. El distribuidor también tendrá que obtener la verificación del comprador de que tenga la certificación antes de comprar el producto.

 

Los pesticidas muchas veces son necesarios para proteger la salud humana y el medioambiente de un sinnúmero de plagas, tales como roedores o mosquitos que propagan enfermedades o termitas que ocasionan daños que podrían amenazar la integridad structural de los edificios. Muchas veces son necesarios para producir un suministro de comida fiable, abundante y sano. La EPA somete a todos los pesticidas a una evaluación rigurosa antes de que son comprados y utilizados de manera segura conforme a la etiqueta y aconseja que sean utilizados como parte de un enfoque global para el Manejo Integrado de Plagas. (salida y denegación)

Ahora, con la nueva capacitación mejorada y la certificación, aquellos que apliquen los plaguicidas de “uso restringido” tendrán mayores conocimientos sobre el tema y estarán mejor equipados para utilizar estos pesticidas de manera segura. Los riesgos se reducirán para los individuos que aplican estos plaguicidas en sus trabajos, para sus familias y las comunidades y para el medioambiente.

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EPA participa de la tercera cumbre anual de la Asociación de Estudiantes de Medicina Latinos (LMSA) en Washington, DC

Por Ana Rivera Lupiáñez

Como una latina orgullosa, trabajando en la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), siempre busco oportunidades para promover la misión de la Agencia, en particular aquellas iniciativas destinadas a proteger a las poblaciones vulnerables.

El pasado 22 de octubre, me ofrecí para participar en la tercera cumbre anual de política de la Asociación de Estudiantes Latinos de Medicina. La conferencia, para estudiantes de medicina a nivel nacional, fue auspiciada por la Asociación de Escuelas de Medicina Americanas en Washington, DC. La meta de la cumbre de política fue proveer a los estudiantes las herramientas para participar en los procesos de política de salud a fin de abordar y mejorar las disparidades de salud a las cuales se enfrenta la comunidad latina en Estados Unidos.

Kathy Sykes, asesora principal de adultos de la tercera edad y salud pública de la Oficina de Investigación y Desarrollo de EPA, hizo una presentación sobre los esfuerzos de la agencia para “Cerrar la brecha en disparidades de cuidado de salud hispana”. Los estudiantes estaban bien impresionados de aprender acerca de la participación de la EPA en el desarrollo de normas de política de salud ambiental diseñadas a mejorar las disparidades que enfrenta la población latina.

Image of EPA's 6th Edition annual Recognization and Management of Pesticide PoisoningsDespués de los talleres, los estudiantes tuvieron la oportunidad de visitar la exhibición, hacer preguntas y obtener materiales informativos. Yo me uní a Kathy Sykes (Oficina de Investigación y Desarrollo) y a Melissa Vargas (Oficina de Participación Pública) quienes trabajamos en la exhibición de la EPA. Los estudiantes de medicina estaban muy entusiasmados de recibir copias de la sexta edición del manual de la EPA sobre el Reconocimiento y manejo de envenenamientos por pesticidas (en inglés). El manual es una herramienta excelente para proveedores de cuidado de salud y sirve como un recurso de referencia rápida sobre la mejor información de toxicología y tratamiento para pacientes con exposiciones a pesticidas.

Para mí, fue muy grato ver a muchos estudiantes, particularmente los que procedían de áreas agrícolas de California y Texas, muy interesados en las recientes revisiones de la EPA del Estándar para la Protección del Trabajador Agrícola (WPS, por sus siglas en inglés). El WPS tiene el propósito de reducir el riesgo al envenenamiento y lesiones por pesticidas entre los trabajadores agrícolas y personas que manejan plaguicidas. El WPS revisado pone en vigor protecciones más estrictas para los dos millones de trabajadores agrícolas y sus familias que trabajan en las granjas, bosques, viveros e invernaderos a nivel nacional y también otorga a los trabajadores agrícolas protecciones de salud similares de los cuales otros trabajadores en otras industrias ya se benefician.

El entusiasmo de ver los rostros de estos jóvenes estudiantes y su interés en servir a las minorías vulnerables y marginadas representa un paso prometedor para poder cerrar la brecha en las disparidades de cuidado de salud hispana. ¡Definitivamente son motivo de orgullo para cualquier madre latina! Estoy esperanzada de que estos jóvenes estudiantes continúen trabajando para mejorar la salud y el medioambiente de hispanos en toda nuestra nación.

 

Acerca de la autora, Ana Rivera Lupiáñez es una especialista de protección ambiental en la Oficina de Programas de Pesticidas, División de Asuntos Externos, Rama de Certificación y Protección del Trabajador Agrícola de la Agencia de Protección Ambiental en Washington, DC.

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El EJ 2020: la próxima generación de justicia ambiental de EPA

Por Gina McCarthy

 

Yo empecé a trabajar en los centros comunitarios de salud en Canton, Massachusetts. Hace más de 35 años de eso. Lo que me motivó entonces, todavía me estimula hoy, es mi deseo de ayudar a la gente a vivir vidas más saludables y seguras.

Con demasiada frecuencia, vemos cómo los grupos minoritarios, de bajos ingresos e indígenas son los más afectados por los retos medioambientales y de salud pública. Estoy orgullosa de que por más de veinte años, la EPA ha trabajado para asegurar que estas comunidades marginadas se beneficien de las mismas protecciones ambientales que las demás comunidades. Eso ha sido prioritario para mí desde mis primeros días trabajando en Canton, y ha sido una prioridad clave para nosotros aquí en la EPA.

Hemos logrado un progreso tremendo a lo largo de los pasados ocho años. Mediante el EJ 2014, el primer plan estratégico de la EPA, desarrollamos relaciones más fuertes con los líderes locales y comunitarios. Integramos la justicia ambiental en cada programa de la EPA. Y hemos fortalecido nuestros consorcios dentro de la familia federal.

Este progreso es importante, porque todavía tenemos mucho trabajo por hacer. Con el EJ 2020, el siguiente plan estratégico de los próximos cuatro años para la justicia ambiental, continuaremos construyendo sobre esos fundamentos a medida que trabajemos juntos para convertir este progreso en todavía más acción. Este plan fue desarrollado basado en un insumo público robusto—mediante miles de comentarios al plan borrador, de más de cientos de reuniones en todo el país, y cuatro seminarios web nacionales.

La Agenda de Acción EJ 2020 tiene tres metas primordiales:

  • Profundizar la práctica de justicia ambiental dentro de los programas de la EPA para mejorar la salud y el medio ambiente en comunidades marginadas.
  • Trabajar con los socios para ampliar nuestro impacto positivo en las comunidades marginadas.
  • Demostrar el progreso sobre los retos nacionales críticos de justicia ambiental.

Cada una de estas metas apoya nuestros esfuerzos para ampliar nuestra labor sobre el terreno y lograr un impacto todavía mayor y duradero donde nuestra ayuda es más necesaria. Y a medida que desarrollemos maneras más globales para medir nuestro progreso, aseguraremos mejor que cada persona en Estados Unidos disfrute de los beneficios de vivir en una comunidad más limpia y más sana.

El confrontar nuestros retos compartidos requiere soluciones innovadoras y una dedicación inquebrantable. En un periodo de crecientes retos relacionados al cambio climático y la infraestructura en deterioro, nuestra capacidad de confrontar nuestros obstáculos depende de la fortaleza de nuestros consorcios. El EJ 2020 provee una guía para ir hacia adelante, juntos, de una manera más productiva y holística. Eso significa escuchar a los líderes comunitarios y residentes y mejor entender las cargas a las cuales ellos se enfrentan para que nosotros podamos enfocar nuestros recursos estratégicamente. Esta es la manera en la cual podremos hacer una diferencia en las comunidades más marginadas de nuestro país.

El EJ 2020 no se trata solamente de unas palabras en papel. Se trata de estrategias concretas que nos guiarán por los siguientes cuatro años y más allá. Y cuando me recuerdo de las lecciones aprendidas en Canton, me enorgullezco de las vidas que la EPA ha cambiado y las comunidades que hemos fortalecido tanto en mi pueblo natal y en pueblos natales en el país. Todo lo que hemos logrado me hace aún más optimista para nuestro futuro compartido.

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Celebrando el progreso en mejorar la salud pública y el medioambiente a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México

Por Naseera Bland

Parte de la misión de la EPA consiste en asegurar que todas las comunidades tengan la oportunidad de restaurar aguas contaminadas y proveer servicios de agua fiables. Cuando me uní a la Oficina de Agua de la EPA como una becaria ORISE en el 2015, sabía que quería que el elemento de proveer ayuda a las comunidades marginadas fuera un aspecto clave de mi trabajo. Por suerte, me ofrecieron la oportunidad de apoyar el programa fronterizo de Infraestructura de Agua en la oficina de Agua que trabaja directamente con las comunidades a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Muchas comunidades en esa área fronteriza se conocen como colonias, o sea, pequeños poblados no incorporados y pequeñas subdivisiones semirurales utilizados como asentamientos para viviendas. La mayoría de las colonias tienen limitaciones económicas y muchas veces carecen de la infraestructura básica, incluyendo acceso al agua potable segura y servicios adecuados de sanidad. Con mucha frecuencia los residentes tienen que cargar el agua hacia sus hogares y dependen de letrinas o de sistemas sépticos inadecuados. La falta de infraestructura de agua adecuada constituye un riesgo a la salud y puede resultar en descargas de aguas negras sin tratar y contaminantes como amoniaco y patógenos en ríos cercanos.  Como nuestros dos países comparten el Río Grande y el Río Tijuana, es importante que trabajemos juntos para asegurar la calidad de las aguas compartidas y la protección de la salud pública.

Desde el 2006 muchos hogares en las colonias en la región fronteriza han estado conectados con fuentes fiables de agua potable y sistemas de aguas residuales mediante esfuerzos combinados de individuos, comunidades y agencias de gobierno, incluyendo la EPA. Hasta la fecha, el programa de Infraestructura de Agua Fronteriza de la EPA ha provisto financiamiento para la planificación, el diseño y la construcción, por primera vez, de fuentes de agua potable conectadas a aproximadamente 69,365 hogares y, por primera vez, servicios de tratamiento de aguas residuales para 671,631 hogares a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, los cuales han mejorado significativamente la calidad de vida, la salud pública y la protección medioambiental.

Una comunidad en una colonia en particular a la cual yo le brindé apoyo fue la colonia de las Pampas en el condado Presidio al sudoeste de Texas. Los miembros y líderes comunitario del Condado Presidio trabajaron con mi equipo de la EPA para comenzar la construcción de un proyecto de $875,000 para abordar algunas de sus necesidades de infraestructura. El proyecto final proveerá un tanque de almacenaje para 300,000 galones de agua, nuevas líneas de servicio de agua y un sistema para suplir agua a los hogares.

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Victor Manuel Juárez, un residente de la colonia Las Pampas llenando su tanque de 500 galones de agua de la estación de bomba de agua en el Condado Presidio, Texas

El esfuerzo continuo y la colaboración con los socios en el área de la frontera nos ayudarán a mejorar la calidad de vida y las condiciones ambientales para las familias y las comunidades a lo largo de la frontera. Me alegra que mi beca en la EPA me permite aprender más acerca de esta importante labor.

Acerca de la autora: Naseera Bland es una becaria ORISE en la Oficina de Manejo de Aguas Residuales de la EPA. Tiene un bachillerato en ciencia y política ambiental de la Universidad de Maryland. Con anterioridad a su beca, ella era contratista en la Oficina de Investigación y Desarrollo de la EPA.

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Un día histórico en nuestra lucha en contra del cambio climático

Por la administradora de la EPA Gina McCarthy

 

El proteger el aire que respiramos y frenar los efectos del cambio climático son una parte central de la misión de la EPA. Y hoy, estoy orgullosa de decir, que nosotros, en conjunto con casi todos los países de la Tierra, hemos tomado un paso histórico para desempeñar esa misión al reducir el uso de los hidrofluorocarbonos dañinos, o los HFC.

 

Los países, incluyendo a Estados Unidos, han usado por largo tiempo los HFC para cumplir con sus necesidades de refrigeración y aire acondicionado. Estos gases de efecto invernadero pueden tener impactos de calentamiento de cientos a miles de veces más potentes que el dióxido de carbono. En esencia, estos HCF enfrían nuestros hogares y nuestra comida, pero elevan la temperatura de nuestro planeta.

 

Y a lo largo de los próximos años, se espera que el uso de los HFC no habrá tan solo de crecer—sino habría de multiplicarse. Estas emisiones están aumentando de 10 al 15 por ciento en base anual a escala global. Es por eso, que esta semana en Ruanda, los líderes mundiales tomaron un enorme paso hacia acordar una disminución global de estos gases dañinos.

 

Como cabeza de la delegación de EE.UU. a la Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal, me reuní con líderes de alrededor del mundo quienes comparten un compromiso de proteger el planeta y reducir estos gases dañinos. Juntos, en conjunto con el secretario de Estado, John Kerry, acordamos tomar acción para lograr esta labor. Y eso es exactamente lo que hicimos.

 

El Protocolo de Montreal, un acuerdo medioambiental global exitoso, ya está encaminando al mundo hacia la recuperación de la capa de ozono de la Tierra para mediados del siglo. Y esta semana, 197 países acordaron una enmienda ambiciosa que ayudará a proteger el clima de la Tierra al reducir significativamente el consumo y la producción de los HFC..

 

Al tomar acción ahora, evitaremos hasta todo un medio grado centígrado de calentamiento para fines de siglo.  Esto es gran cosa, porque nuestros científicos dicen muy claramente que tenemos que evitar que la temperatura de nuestro planeta suba más de 2 grados por encima de nuestra temperatura normal. Y el anuncio de hoy nos acerca más a evitar ese “punto de no retornar”.

 

También acordamos dedicar más recursos a encontrar y utilizar alternativas más seguras y más favorables al clima. Y nos fundamentamos en los logros significativos que ya hemos alcanzado para protegernos y a nuestros hijos de los efectos dañinos del cambio climático.

 

En la EPA, estamos haciendo de nuestra parte para reducir los HFC aquí en casa.

 

Justo hace dos semanas, finalizamos dos normas que reducirán el uso y las emisiones de los HFC. El primero—bajo nuestro programa de Política sobre Nuevas Alternativas Significativas (SNAP, por sus siglas en inglés) añade nuevas alternativas a la lista de sustitutos aceptables a los HFC. También fijamos las fechas límites para cesar completamente el uso de los HFC en ciertas aplicaciones donde ha alternativas más seguras disponibles. La segunda norma fortalece nuestras prácticas vigentes de gestión de refrigerantes y las amplían para incluir los HFC.

 

Esta semana ha sido realmente histórica. Nuestro compromiso global para proteger nuestro planeta nos ha llevado a este momento. Es un tiempo muy excitante para todos los que hemos trabajado arduamente para llegar aquí. Y mientras hemos visto éxitos significativos bajo el liderazgo del presidente Obama en afrontar el cambio climático, este día será recordado como uno de los más importantes. Estoy orgullosa de representar a Estados Unidos esta semana. Y no tengo duda alguna de que el liderazgo de EE.UU. es esencial para alcanzar este acuerdo.

 

Sí, habrá retos por delante. Sin embargo, la semana pasada nos recuerda que en luz de la ciencia clara, cuando estamos impulsados por un consorcio fuerte entre países desarrollados y en desarrollo que trabajan juntos, podemos lograr grandes avances para proteger el planeta singular que tenemos.

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En acción por el agua potable de Estados Unidos

Por Joel Beauvais

Nuestra nación tiene un historial de progreso importante en la promoción de la salud pública conforme a la Ley de Agua Potable Segura. Pero la escasez de agua en el oeste, las inundaciones por el clima extremo en el medio oeste y el sudeste, y los recientes problemas de calidad del agua en Flint, Michigan, han hecho que la atención nacional se centre en el agua potable de Estados Unidos. Como país, podemos y debemos hacer más para asegurarnos de que cada estadounidense tenga acceso a agua potable segura. En la EPA estamos comprometidos a trabajar junto con nuestros socios gubernamentales, las comunidades y las partes interesadas para fortalecer los sistemas de agua potable de la nación. Es por eso que hoy anunciamos los próximos pasos de esa iniciativa. A partir del próximo mes, la EPA liderará una serie de compromisos para conformar un plan de acción nacional para el agua potable, que se publicará a fin de año. Además, el Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología del Presidente (PCAST) ha comenzado un nuevo estudio de la ciencia y la tecnología pertinentes para garantizar la seguridad del agua potable de la nación.

EL PROGRESO QUE HEMOS LOGRADO

Con la atención pública legítimamente centrada en la calidad del agua potable en las comunidades de todo el país, vale la pena recordar cuánto hemos avanzado en el suministro de agua potable limpia y segura. Antes de que el Congreso aprobara la Ley de Agua Potable Segura en 1974 (lo que otorgó a la EPA la autoridad y los fondos para actuar y ratificar el papel fundamental de los estados y las municipalidades), más del 40 por ciento de los sistemas de agua potable de nuestra nación no cumplían ni siquiera con los estándares de salud más básicos.

Hoy, más de 300 millones de estadounidenses dependen de 152,000 sistemas públicos de agua potable y, colectivamente, beben más de mil millones de vasos de agua del grifo cada día. Nuestra agencia ha establecido estándares para más de 90 contaminantes, y nuestros datos de cumplimiento muestran que más del 90 por ciento de los sistemas de agua de la nación cumplen sistemáticamente dichos estándares. El agua limpia es la fuente de vida de comunidades saludables y animadas, y de la economía de nuestra nación. Asegurarnos de que todos los estadounidenses tengan un acceso confiable a agua potable segura es fundamental, y es una de las principales tareas de la EPA.

En el transcurso de los años, mediante el Fondo revolvente estatal de agua potable establecido por el Congreso en 1996, USD 30 mil millones en préstamos con bajo interés han financiado proyectos de infraestructura que entregan agua potable a miles de comunidades en todo el país. Esto ha complementado el financiamiento local y estatal de infraestructura de agua potable, especialmente en las comunidades de bajos recursos y donde el riesgo de salud pública es más elevado.

Y, en relación con esto, nuestra Ley de Agua Limpia es un enorme avance para proteger los valiosos recursos de agua de nuestra nación, incluidos los pequeños arroyos que son la fuente de agua potable de 117 millones de estadounidenses (más de un tercio de la población del país).

Hasta aquí hemos avanzado. Pero aún nos queda mucho trabajo por hacer.

DESAFÍOS NUEVOS Y PENDIENTES

La crisis en Flint, Michigan, ha puesto en primer plano los desafíos que enfrentan muchas comunidades de todo el país, incluidos el de las tuberías de plomo que conducen su agua potable y el de la inconsistente información disponible al público sobre la calidad del agua potable. Al mismo tiempo, a medida que las nuevas tecnologías mejoran nuestra capacidad de detección, estamos encontrando nuevos contaminantes en nuestra agua, provenientes de productos químicos industriales, productos farmacéuticos y otras fuentes que pueden poner en riesgo la salud pública.

Y la ciencia ahora muestra que el cambio climático (especialmente los efectos de clima extremo y sequía que origina) está exigiendo aún más a los recursos hídricos y creando incertidumbre en muchas regiones del país.

En algunas áreas, la contaminación amenaza las fuentes aguas arriba, como ríos y lagos, que alimentan nuestros sistemas de agua potable. Cientos de miles de estadounidenses se quedaron sin suministro de agua potable debido a un derrame químico en Charleston, West Virginia, y a una floración de algas nocivas en el lago Erie que afectó el agua potable de Toledo, Ohio. Necesitamos proteger nuestras fuentes de agua potable, y la Ley de Agua Limpia es fundamental para este propósito.

Mientras tanto, los datos de la EPA muestran que se necesitarán al menos USD 384 mil millones en mejoras de aquí al 2030 para mantener, mejorar y reemplazar miles de millas de tuberías y miles de plantas de tratamiento, tanques de almacenamiento y sistemas de distribución de agua que componen la infraestructura de agua de nuestro país. Y, si los gobiernos locales y estatales no se deciden a hacer estas inversiones y, en cambio, las demoran y postergan, reconstruir nuestra infraestructura de agua solo será más costoso.

Con demasiada frecuencia, los desafíos de infraestructura más difíciles se encuentran en comunidades de minorías (tanto grandes como pequeñas) de bajos recursos, donde la insuficiencia de ingresos públicos e inversiones ha permitido que muchos sistemas de agua se deterioren (por antigüedad y por negligencia), y donde los ciudadanos carecen de los recursos y de la información precisa y oportuna sobre la calidad de su agua para hacer algo al respecto.

Estos son grandes desafíos y la EPA reconoce que nadie puede abordarlos solo.

EN ACCIÓN: COMPROMETER A SOCIOS Y PARTES INTERESADAS CLAVE EN UN PLAN DE ACCIÓN NACIONAL POR EL AGUA POTABLE SEGURA

Es por eso que estamos lanzando un compromiso estratégico conjunto con socios y partes interesadas clave (que incluyen gobiernos estatales, tribales y locales, servicios públicos de agua potable, y partes interesadas en la salud pública, el medio ambiente y la comunidad) para desarrollar e implementar un plan de acción nacional que aborde los desafíos críticos y las oportunidades que tenemos por delante en relación con el agua potable.

La EPA ya ha intensificado su trabajo con los programas de agua potable estatales, con un enfoque prioritario en la implementación de la Norma sobre el Plomo y el Cobre federal, incluida la instrucción de que el personal de la EPA se reúna con los funcionarios de cada estado para asegurarse de que estén abordando el problema de los altos niveles de plomo e implementando plenamente la norma actual.

Hemos enviado cartas a cada gobernador y a cada comisionado estatal de medio ambiente y/o salud de los estados que implementan la Ley de Agua Potable Segura, instándolos a trabajar con la EPA en acciones para fortalecer las protecciones contra el plomo, así como en un conjunto más amplio de prioridades críticas para mantener nuestra agua potable segura. Estamos haciendo un seguimiento, con todos y cada uno de los estados, de las acciones para aumentar la protección de la salud pública, la transparencia y la responsabilidad.

Ahora estamos dando el siguiente paso. En las próximas semanas, la EPA lanzará un compromiso específico con entes correguladores estatales, servicios públicos regulados y partes interesadas no gubernamentales que son clave en los problemas prioritarios relacionados con la implementación de la Ley de Agua Potable Segura. El foco de ese compromiso incluirá lo siguiente:

  • Avanzar la implementación de la Ley de Agua Potable Segura de próxima generación: identificar las oportunidades clave y empezar a trabajar en los próximos pasos críticos para fortalecer y modernizar la implementación federal y estatal de las reglamentaciones y programas de la Ley de Agua Potable Segura, como las formas de aumentar la transparencia y la responsabilidad por los datos públicos.
  • Abordar la justicia ambiental y la equidad en el financiamiento de la infraestructura: identificar medidas adicionales que los gobiernos federales, estatales, tribales y locales, así como los servicios públicos, pueden tomar para asegurarse de que los desafíos de infraestructura de agua potable de las comunidades de bajos recursos y los sistemas pequeños con problemas de justicia ambiental se prioricen y aborden debidamente, incluidas acciones como: aumentar la información, compartir y replicar las mejores prácticas, y desarrollar la capacidad de la comunidad.
  • Fortalecer las protecciones contra el plomo en el agua potable: priorizar las oportunidades de colaborar y progresar en la implementación de la Norma sobre el Plomo y el Cobre actual (especialmente en las comunidades con problemas de justicia ambiental), y ampliar y fortalecer las oportunidades para que las partes interesadas se comprometan a apoyar el desarrollo de una norma revisada.
  • Estrategias para los contaminantes emergentes y no regulados: desarrollar e implementar enfoques mejorados mediante los cuales la EPA, los gobiernos estatales, tribales y locales, y los servicios públicos y otras partes interesadas, puedan trabajar juntos para priorizar y abordar los desafíos que presentan los contaminantes emergentes y no regulados, como las toxinas de las algas y los compuestos perfluorados (PFC).

En cada una de estas áreas, trabajaremos junto con nuestros socios y las partes interesadas para establecer una agenda estratégica e identificar e implementar acciones prioritarias a corto plazo que podamos llevar a cabo en los próximos meses. Al final de este año, publicaremos un resumen de nuestro progreso y un plan de acción nacional para el futuro.

Al mismo tiempo, el Consejo de Asesores en Ciencia y Tecnología del Presidente (PCAST) está comenzando un nuevo estudio de la ciencia y la tecnología pertinentes para garantizar la calidad del agua potable de la nación. El PCAST pedirá a la EPA, a otras agencias relevantes y a una gran variedad de expertos, que aporten ideas sobre inversiones en nuevas tecnologías e infraestructura para proteger los recursos de agua potable, detectar contaminantes, mejorar el tratamiento para eliminar contaminantes y patógenos, y desarrollar una infraestructura mejorada para el futuro. Luego de esta revisión, el PCAST recomendará acciones que el gobierno federal puede llevar a cabo, junto con las ciudades y los estados, para promover la aplicación de la mejor ciencia y tecnología disponibles en la seguridad del agua potable. Esto se basa en iniciativas actuales de la Administración para aprovechar el poder de la tecnología existente y de vanguardia para impulsar la innovación en el suministro de agua.

Es nuestro deber para con nuestros hijos y las generaciones futuras tomar medidas ahora y desarrollar acciones futuras para garantizar que todos los estadounidenses tengan un acceso asequible a agua de alta calidad, cuando y donde la necesiten. Estamos ansiosos por asociarnos con el público y las partes interesadas en el desarrollo de este plan.

Nota del editor: Los puntos de vista aquí expresados tienen como objetivo explicar la política de la EPA. No modifican los derechos ni las obligaciones de nadie.

Siéntase libre de compartir esta publicación, pero no modifique el título ni el contenido. Si hace cambios, no atribuya el título o el contenido editados a la EPA ni al autor.

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Safer Choice ahora en español

Por Claudia Menasche

Nací en Venezuela y me mudé a Miami, Florida cuando tenía dos años.  Es natural ser bilingüe después de crecer en los Estados Unidos con una familia que habla español.  Como propietarios de una compañía que vende primariamente a países en Sud América, mis padres trabajan y se comunican en español todo el día.  Yo empecé a trabajar con el programa Safer Choice de la EPA el noviembre pasado y he tenido la oportunidad de diseñar nuestro sitio web nuevo en español.  Este sitio web, Safer Choice en español, puede ayudar a millones de personas que hablan español a encontrar información sobre productos con ingredientes más seguros.

 

Safer Choice en español ayuda a crear conciencia sobre los productos de limpieza y de otras funciones más seguros en la minoría étnica más grande en los Estados Unidos y en otros países donde se habla español.  Es esencial que todas las personas, incluyendo las comunidades que se comunican en español, entiendan la importancia de encontrar fácilmente productos con ingredientes más seguros para la salud y el medio ambiente.  La concienciación sobre la etiqueta Safer Choice en comunidades donde se habla español puede ayudar a:

 

  • Padres que hablan solamente español a encontrar fácilmente productos con ingredientes más seguros para sus hijos y familias.
  • Los trabajadores a aprender a proteger su salud, y a las comunidades cómo usar productos con ingredientes más seguros.
  • Personas que simplemente no tienen tiempo, recursos financieros o el soporte que se necesita para aprender inglés, a acceder información sobre productos con ingredientes más seguros.

Safer Choice en español es nuestra manera de ayudar a comunidades que se comunican en español a encontrar productos con ingredientes químicos más seguros. Los productos tienen que cumplir con el Estandar de Safer Choice para ser certificados a llevar la etiqueta Safer Choice.  Esto significa que cada sustancia química, independientemente de su porcentaje, en los productos que llevan la etiqueta Safer Choice está evaluada por científicos de la EPA y debe cumplir con los criterios rigurosos para la salud humana y el medio ambiente.  Si usted encuentra la etiqueta en un producto, puede sentirse seguro de que está hecho con ingredientes que son más seguros para las familias, las mascotas, los trabajadores y el medio ambiente.  Adicionalmente a los ingredientes químicos, los productos con la etiqueta Safer Choice están evaluados por su eficacia.  Esto significa que proporcionan resultados.  También, encuestas muestran que compradores de productos domésticos y empresariales coinciden en que los productos con la etiqueta Safer Choice pueden ser tan asequibles como los otros productos.  Mire los resultados acá (¡en inglés!): Consumer Reports.

 

Yo quiero que todas las comunidades que hablan español busquen la etiqueta Safer Choice.  Así que asegúrese de buscar la etiqueta Safer Choice en productos para sus casas y empresas.

 

Para aprender más sobre la etiqueta, por favor visite Safer Choice en español aquí: https://espanol.epa.gov/saferchoice.

Acerca de la autora: Claudia Menasche es una participante en el programa ORISE. En la actualidad, trabaja en el Programa Safer Shoice de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.

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Eliminar las chinches

Por Lina Younes

Las chinches son una molestia. ¡Cuando tenemos un problema de chinches en casa, buscamos frenéticamente cómo eliminar estos odiosos animalitos de la manera más rápida posible! ¿Sabía que las chinches figuran entre los temas más buscados en el sitio web de la EPA? De hecho, nuestra página sobre los “Diez consejos útiles para eliminar las chinches de cama” es una de las páginas más populares tanto en nuestro sitio web en inglés como en español.

Si sospecha tener un problema de chinches, asegúrese de que los insectos que quiere eliminar de su hogar sean realmente chinches y no otro tipo de pequeño insecto. Infórmese acerca de dónde encontrarlos.

Usted puede tomar varios pasos en su hogar para tomar control de la situación para eliminar las chinches, como eliminar el desorden y preparar la casa para efectuar el mejor tratamiento.

Hemos registrado sobre 300 productos para usar en la eliminación de las chinches. Algunos de estos productos pueden ser usados por consumidores, mientras que otros están registrados para ser usados exclusivamente por profesionales capacitados.

El controlar las chinches de manera efectiva requiere un enfoque global. No hay remedios rápidos y a veces ciertos tratamientos quizás no funcionen por múltiples razones.

Infórmese sobre cómo controlar las chinches para permanecer sano y proteger a su familia. ¡Sobre todo, antes de utilizar cualquier tipo de pesticida, siempre recuerde de leer la etiqueta primero! Para más información en español sobre el control de chinches y otras plagas, visite: https://espanol.epa.gov/control-de-plagas

 

Acerca de la autora: Lina Younes ha trabajado en la EPA desde el 2002. En la actualidad se desempeña como la enlace de comunicaciones multilingües de la EPA en la Oficina de Comunicaciones del Web. Con anterioridad, ella fue la directora de la oficina en Washington, DC de dos periódicos puertorriqueños y ha trabajado también como funcionaria en agencias gubernamentales federales y estatales a lo largo de los años.

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Reforma de TSCA: Un hito bipartidista para proteger nuestra salud de las sustancias químicas dañinas

Por Gina McCarthy

El presidente Obama recién firmó un proyecto bipartidista para reformar la Ley de Control de Sustancias Tóxicas (TSCA, por sus siglas en inglés), la primera actualización importante de un estatuto medioambiental en 20 años.  Estas son buenas nuevas para el medio ambiente y la salud de todas las personas en Estados Unidos.

La Ley TSCA primero fue aprobada en 1976 para ayudar a mantener las sustancias químicas peligrosas fuera del mercado y evitar el enfermar a la gente. En aquel entonces, los expertos en salud ya sabían que ciertas sustancias químicas podrían ocasionar serios impactos a la salud, inclusive el cáncer, defectos congénitos y daños al sistema reproductivo.

Mientras la intención de la ley TSCA original fue acertada, no cumplió con sus objetivos al no otorgar a la EPA la autoridad que necesitábamos para realizar la labor.

Se hizo patente que sin cambios importantes a la ley, la EPA no podría tomar las acciones necesarias para proteger a la gente de las sustancias químicas tóxicas. Diversas partes interesadas, incluyendo la industria, los detallistas, los expertos de salud pública y ambientalistas, reconocieron estas deficiencias y empezaron a exigir reformas sustanciales a la ley.

 

Hoy, en una culminación de años de esfuerzos de ambas partidos, el presidente Obama firmó un proyecto que logra estas reformas.

La ley actualizada le otorga a la EPA las autoridades que nosotros necesitamos para proteger a las familias en Estados Unidos de los efectos a la salud de las sustancias químicas peligrosas. Doy la bienvenida a esta legislación bipartidista como un paso importante a favor de la protección de la salud de los estadounidenses. Y en la EPA, estamos excitados de poder trabajar a favor de su implementación.

La Ley Frank R. Lautenberg de Seguridad Química para el Siglo XXI (H.R. 2576) se convirtió en realidad tras años de ardua labor por parte tanto de demócratas y republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado de EE.UU., así como del personal de la EPA que proveyó asistencia técnica significativa. Aplaudo a todos por su empeño y por lograr que esto sucediera. Es histórico, y mejorará las vidas de las personas en Estados Unidos.

Estaba previsto que la TSCA fuera una de las leyes medioambientales fundamentales de nuestra nación. En términos de su potencial para un impacto positivo, debería de estar catalogada a la par de la Ley de Agua Limpia y la Ley de Aire Limpio, que desde los años 70, han dramáticamente mejorado la calidad del agua y ayudado a limpiar hasta el 70 por ciento de la contaminación del aire de nuestra nación. Pero no ha sido así.

Cuarenta años después de que la TSCA entrara en vigor, todavía hay decenas de miles de sustancias químicas en el mercado que nunca han sido evaluadas para su seguridad, debido a que la TSCA no lo requería. Y la legislación original estableció requisitos analíticos que eran casi imposibles de cumplir, atando las manos de la EPA—aun cuando la ciencia demandaba acción sobre ciertas sustancias químicas.

Los daños de la inacción nunca han sido más evidentes que en el caso del asbesto, una sustancia química conocida por ocasionar el cáncer tras décadas de investigaciones.

Durante la primera administración Bush, la EPA trató de prohibir el asbesto bajo la TSCA, pero la norma fue derogada en los tribunales. En los 40 años de historia de la ley, solo un número ínfimo de las decenas de miles de sustancias químicas en el mercado cuando la ley fue aprobada han sido revisadas para sus impactos a la salud y solo 5 han sido prohibidas.

Debido a que la EPA no tenía la potestad para actuar sobre las sustancias químicas peligrosas, las familias estadounidenses han permanecido vulnerables a los impactos serios a la salud. A la misma vez, algunos estados han tratado de cerrar la brecha para proteger la salud de sus ciudadanos, pero las normas de estado por estado no son un sustituto para un programa nacional fuerte que proteja a todos en Estados Unidos. Los fabricantes químicos, los minoristas de productos para el consumidor, y otros en la industria concuerdan: la reforma era imprescindible.

He aquí algunos puntos sobresalientes:

  • La nueva ley requiere a la EPA evaluar las sustancias químicas existente con metas claras y ejecutables. Bajo la antigua ley, decenas de las miles de sustancias químicas ya en existencia en el 1976 estaban consideradas en cumplimiento, sin ningún requisito ni un itinerario para la EPA revisar su seguridad. La EPA ahora tiene el requisito de priorizar y evaluar sistemáticamente las sustancias químicas conforme a un itinerario específico y ejecutable. Dentro de pocos años, el programa de sustancias químicas de la EPA tendrá que evaluar al menos 20 sustancias químicas a la vez y comenzar otra revisión de sustancias químicas tan pronto que se haya completado una.

 

  • Bajo la nueva ley, la EPA evaluará sustancias químicas puramente en base a los riesgos que representan para la salud. La antigua ley era tan onerosa que prevenía a la EPA de tomar acción para proteger la salud pública y el medio ambiente—aun cuando una sustancia química representaba una amenaza conocida a la salud. Ahora, la EPA evaluará la seguridad de una sustancia química basándose puramente en los riesgos a la salud que esta representa—incluyendo aquellos para los grupos vulnerables como niños y ancianos, y los trabajadores que usan las sustancias químicas diariamente como parte de sus trabajos—y entonces tomar los pasos para eliminar cualquiera de los riesgos irrazonables que encontremos.

 

  • La nueva ley provee una fuente consistente de fondos a la EPA para desempeñar estas nuevas responsabilidades. La EPA ahora podrá cobrar hasta $25 millones al año en tarifas de usuarios a los manufactureros y procesadores de sustancias químicas, suplementados por el presupuesto congresional para pagar estas mejoras.

 

En fin de cuentas: la ley es una enorme victoria para la salud pública, y la EPA está deseosa de comenzar el trabajo.

 

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La ciencia guía la protección de la salud pública en cuanto al agua potable

Por Joel Beauvais

Como país, hemos avanzado mucho en cuanto a proporcionar aire, agua y tierra limpios: los recursos esenciales que permiten desarrollar una vida saludable y productiva. Pero tenemos más trabajo que hacer para asegurarnos de que cada estadounidense tenga acceso a agua potable segura.

Es por eso que la EPA lanzó una iniciativa de compromiso conjunta con socios e interesados clave (que incluyen gobiernos estatales, tribales y locales, servicios públicos de agua potable, y partes interesadas en la salud pública, el medio ambiente y la comunidad) para desarrollar e implementar un plan de acción nacional que aborde los desafíos y oportunidades críticos relacionados con el agua potable.

Como siempre, nuestro trabajo de proteger la salud pública y el medio ambiente deben basarse consistentemente en una ciencia y unos datos sólidos. Cuando se trata del agua potable, la información científica nos ayuda a identificar los contaminantes importantes (incluidos los nuevos o emergentes), a evaluar los posibles efectos en la salud, y a seguir los pasos necesarios para resolver el problema.

Hoy, basándose en la última información científica sobre dos contaminantes químicos llamados ácido perfluorooctanoico y sulfonato de perfluorooctano (PFOA y PFOS, respectivamente, por sus siglas en inglés), la EPA emitió unas recomendaciones sanitarias en cuanto al agua potable para proporcionar la información más actualizada sobre los riesgos para la salud que implican estos productos químicos. Estas recomendaciones ayudarán a los sistemas de agua locales, así como a los funcionarios estatales, tribales y locales, a tomar las medidas adecuadas para abordar el problema del PFOA y el PFOS, si es necesario.

Durante muchos años, el PFOA y el PFOS se utilizaron ampliamente en alfombras, ropa, telas para mobiliario, envases de alimentos y otros materiales, para hacerlos más resistentes al agua, la grasa y las manchas. El PFOA y el PFOS también se utilizaban para la extinción de incendios en campos de aviación, así como en numerosos procesos industriales.  Entre los años 2000 y 2002, la producción de PFOS fue eliminada gradual y voluntariamente en los EE. UU. por su principal fabricante. Y la EPA le pidió a ocho empresas principales que se comprometieran a eliminar su producción y uso de PFOA a más tardar para fines de 2015; compromiso que estas aseguran haber cumplido. Si bien aún persisten algunos usos limitados de estos productos químicos, los datos de análisis de sangre realizados en estos últimos años indican que los niveles de exposición están disminuyendo en todo el país.

Para la mayoría de la gente, su fuente de exposición al PFOA y al PFOS es a través de los productos alimenticios y de consumo. Pero el agua potable puede ser una fuente adicional de exposición en el pequeño porcentaje de comunidades donde estos productos químicos han contaminado los suministros de agua.  Este generalmente es un problema localizado, asociado con una instalación específica; por ejemplo, en comunidades donde alguna planta de fabricación o algún campo de aviación producía o utilizaba estos productos químicos.

La evaluación de la EPA indica que el agua potable con concentraciones individuales o combinadas de PFOA y PFOS inferiores a 70 partes por billón no es de esperarse que provoque efectos adversos en la salud en una exposición de por vida.  Estos niveles reflejan un margen de protección, incluso para las poblaciones más sensibles.

Si estos productos químicos se encuentran en los sistemas de agua potable por encima de estos niveles, los operarios del sistema deben tomar rápidamente muestras adicionales para evaluar el nivel, alcance y fuente de la contaminación.  También deben notificar enseguida a los consumidores y consultar con su agencia estatal de agua potable para decidir cuáles son los pasos adecuados a seguir. La notificación al público es especialmente importante para las embarazadas y lactantes, dado el impacto que estos productos químicos pueden tener en el desarrollo del feto y de los bebés que se alimentan con leche materna o de fórmula. Existen varias opciones disponibles para que los sistemas de agua disminuyan las concentraciones de estos productos químicos en el suministro de agua potable.

La EPA seguirá compartiendo la información y los datos científicos más recientes para que los funcionarios estatales y locales puedan tomar decisiones y medidas informadas para proteger la salud pública.  Esta es una parte importante de nuestro esfuerzo más amplio para apoyar a los sistemas de agua estatales y públicos mientras trabajamos juntos para aumentar la seguridad del agua potable en los Estados Unidos.

Para obtener más información en inglés sobre las recomendaciones sanitarias respecto al PFOA y al PFOS, visite la página web.

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