Actualmente estacionada a bordo del cúter Harriet Lane de la Guardia Costera en Norfolk, Virginia, Laura llegó a la Academia inicialmente en busca de una beca completa de una renombrada institución que le permitiera establecer una carrera admirable. La Academia le dio esto y más.

“Mis retos más grandes probablemente fueron académicos y relativos al estilo de vida,” ella admite. “(Pero) la facultad de Ingeniería Civil es impresionante. Me ayudaron tanto y fueron tan pacientes conmigo. Nos hicieron sentir que todos podríamos triunfar. Les debo mucho por ayudarme a obtener mi título.” Entre sus presentes obligaciones de ingeniería a bordo del Harriet Lane, Laura es responsable por el entrenamiento de toda la tripulación en procedimientos y prácticas para el control de daños, al igual que la estabilidad básica del barco. Ella le atribuye su capacidad de florecer profesionalmente luego de graduarse al entrenamiento de la Academia en la administración de tiempo y estrés. “Te adaptas y superas.”

Aunque a su familia se le hizo difícil dejarla ir, se dieron cuenta que estaría en buenas manos. “Nunca jamás convivirás bajo el mismo techo con tantas amistades a la vez,” ella admite. “Uno de los mayores beneficios es la gran red social que uno establece al formar parte de la Academia.” Laura se mantiene en contacto con muchos de sus ex compañeros y anima a futuros estudiantes de todas clases a que soliciten admisión. “El cuerpo militar empieza a reflejar la población actual de Estados Unidos.” Ella formó parte del Consejo de Compañeros, que ofrece apoyo y consejería para estudiantes hispanos mientras educa al Cuerpo en general acerca de la cultura hispana. “No estarás solo si vienes a la Academia de la Guardia Costera, hay muchas otras personas que están en tu misma situación.” En fin,” añade con orgullo, “sirves a tu país, recibes una beca gratis y una carrera en la Guardia Costera.”