Descripción
La fatiga se presenta entre el 14% y el 96% de las personas con cáncer,
especialmente las que reciben tratamiento para su cáncer. La fatiga es y tiene causas biológicas, psicológicas y
conductuales. La fatiga es difícil de describir; las personas pueden describirla de maneras diferentes, tales como decir que se sienten
cansadas, débiles, agotadas, hastiadas, consumidas, pesadas o lentas. Los profesionales de la salud pueden usar términos como
astenia, fatiga, lasitud, postración, intolerancia al ejercicio, falta de energía y debilidad para describir la fatiga.
La fatiga puede ser descrita como un trastorno que causa dificultades y disminuye la capacidad de funcionar debido a la falta de energía. Los síntomas específicos pueden ser físicos, psicológicos o emocionales. Para tratarla con eficacia, se debe distinguir entre la fatiga relacionada con el cáncer y el tratamiento del cáncer, y otras clases de fatiga.
La fatiga puede durar poco tiempo o volverse crónica. La fatiga que dura poco tiempo es el cansancio normal con
síntomas ocasionales que se presentan de repente y son breves. En un
individuo saludable, el descanso puede aliviar la fatiga y permitirle a la
persona regresar a un nivel de funcionamiento normal. El síndrome de fatiga crónica describe una fatiga prolongada que puede persistir o recidivar (volver) y no se relaciona con el cáncer. La fatiga relacionada con el cáncer se llama crónica porque persiste durante un período de tiempo y no se alivia completamente por medio del sueño o el descanso. La fatiga crónica que se diagnostica en pacientes de cáncer se puede llamar "fatiga del cáncer" o "fatiga relacionada con el cáncer", o "fatiga relacionada con el tratamiento del cáncer". A pesar de que muchos tratamientos y
factores relacionados con la enfermedad pueden causar fatiga, no se conoce el
proceso exacto de la fatiga en las personas con cáncer.
La fatiga puede convertirse en un asunto muy importante en la vida de una persona con
cáncer: afecta la forma en que la persona se siente en relación consigo misma, así como en relación con sus actividades diarias, la atención de la familia y su relación con otros,
y puede llegar a influir en su decisión de continuar o no con el tratamiento.
Algunos pacientes bajo tratamiento pueden faltar al trabajo o a la escuela, aislarse de sus
amigos, necesitar dormir más y, en algunos casos, no ser capaces de pensar con claridad o realizar cualquier actividad física debido a la fatiga.
Las finanzas de la persona afectada pueden verse en dificultades si la persona con fatiga necesita ausentarse por un tiempo de su trabajo por incapacidad o dejar de trabajar por completo. La pérdida de trabajo
puede traer como resultado la pérdida del seguro de salud o la imposibilidad
de obtener cuidados médicos. Entender la fatiga y sus causas es muy importante para determinar el tratamiento más efectivo y para ayudar a
las personas con cáncer a lidiar con la fatiga. Ya se han elaborado pruebas
capaces de medir el nivel de fatiga alcanzado.
El tiempo que dura la fatiga y la cantidad de fatiga que siente el paciente depende del tipo y el plan del tratamiento de cáncer. Por ejemplo, los pacientes tratados con ciclos de la quimioterapia, por lo general tienen mayor fatiga en los días posteriores al tratamiento y luego menos fatiga hasta el próximo tratamiento. Los pacientes tratados con radioterapia de haz externo generalmente tienen más fatiga a medida que avanza su tratamiento. Es probable que la mayoría de los pacientes que empiezan el tratamiento de cáncer ya se sientan fatigados después de las pruebas diagnósticas, la cirugía y el sufrimiento emocional de enfrentarse con un diagnóstico de cáncer.
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