En todas las naciones civilizadas se hacen intentos por definir y reforzar los derechos humanos. La esencia de este concepto es la misma en todas partes: los derechos humanos son los que toda persona tiene por el simple hecho de ser humana; son derechos universales e igualitarios. Además, los derechos humanos son inalienables. Pueden ser suspendidos en ciertos momentos, ya sea acertada o erróneamente, pero la idea misma de esos derechos inherentes no puede ser suprimida. Nadie puede perder esos derechos, por lo mismo que no puede dejar de ser humano.
Por tradición, todos los grupos humanos han tenido ideas de justicia, equidad, dignidad y respeto.
Hoy, casi todos los países, proclaman que están comprometidos a respetar los derechos humanos.
EE.UU. ha tenido un papel especial en el desarrollo de las ideas y las prácticas de derechos humanos y el apoyo a las mismas.
Los gobiernos están cada día más obligados a rendir cuentas ante la comunidad internacional por sus prácticas de derechos humanos.
Las actividades de las organizaciones no gubernamentales son relevantes para la política de los derechos humanos internacionales.
La tarea de los defensores de los derechos humanos es la antigua y noble misión de proclamar la verdad de la justicia frente al poder.
En el curso de la historia, voces valientes pronunciadas en contra de políticas injustas han adelantado la causa de la democracia.
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