Derechos humanos | La defensa de la dignidad humana

28 septiembre 2008

Aportaciones de Estados Unidos

 
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Thomas Jefferson presenta la Declaración de Independencia en el Congreso Continental de Filadelfia, en 1776.
Thomas Jefferson presenta la Declaración de Independencia en el Congreso Continental de Filadelfia, en 1776. (Biblioteca del Congreso)

(Este artículo pertenece a la publicación “Los derechos humanos en síntesis”. Para consultar los demás artículos, haga clic a la derecha.)

Estados Unidos ha tenido un papel especial en el desarrollo de las ideas y las prácticas de derechos humanos y el apoyo a las mismas. La Declaración de Independencia, por la cual las colonias norteamericanas retiraron su lealtad a la Corona Británica en 1776, proclamó que “todos los hombres han sido creados iguales”. Otro hecho no menos importante es que la Declaración reafirmó el derecho de las personas a disolver los vínculos políticos si éstos se vuelven opresivos.

Con la Constitución y la Declaración de Derechos de Estados Unidos, el mundo presenció el primer experimento práctico en la creación de un gobierno que sería juzgado por el grado en el que respetara y protegiera los derechos de sus ciudadanos. De esta manera, los derechos son considerados a menudo por los estadounidenses como un rasgo que define su tradición nacional. Los primeros estadounidenses no hablaban de “derechos humanos” como tales, pero sí de independencia y libertad personal. Muchos de los primeros colonizadores llegaron al Nuevo Mundo en busca de la libertad religiosa que la Europa del siglo xvii les negaba. Al formar sus comunidades, ellos desarrollaron a lo largo del tiempo un sentimiento de tolerancia religiosa y una pasión por el autogobierno. Cuando llegó el momento en que se separaron de Gran Bretaña, los colonizadores norteamericanos ya tenían un conjunto bien establecido de leyes y costumbres en el que reconocían la libertad de expresión, la libertad religiosa y la libertad de reunión. Otros derechos muy apreciados eran los de hacer peticiones al gobierno, ser juzgados en un juicio justo y poder intervenir en el manejo de sus propios asuntos

Todo eso figuraba entre los valores que sirvieron de base a la Declaración de Independencia —un fragmento de la cual se reproduce abajo— en 1776. Su autor principal, Thomas Jefferson, habría de ser después el tercer presidente de los Estados Unidos.

Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas, que todos los hombres han sido creados iguales, que fueron dotados por su Creador de ciertos Derechos inalienables; que entre éstos figuran la Vida, la Libertad y la Búsqueda de la Felicidad; que para garantizar estos Derechos se instituyen entre los Hombres los Gobiernos, los cuales derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cada vez que una Forma cualquiera de Gobierno se vuelve destructora de estos principios, el Pueblo tiene el Derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo Gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus Poderes en la forma que a su juicio ofrezca las mayores probabilidades de alcanzar su Seguridad y Felicidad.

La Declaración de Derechos

 

En 1787, representantes de 12 de los 13 estados originales de Estados Unidos se reunieron en Filadelfia, Pennsylvania para redactar la Constitución del país. Ahí elaboraron un documento de democracia representativa consensual que se ha adaptado bien a los cambios de las circunstancias por más de 200 años.

Al principio muchos se oponían a la nueva Constitución y sólo accedieron a aprobar el documento con la promesa de que se le añadiría una serie de enmiendas para garantizar las libertades civiles; esas libertades, por cierto, ya estaban reconocidas en las constituciones de la mayoría de los estados. Fue así como las 10 enmiendas siguientes, que se conocen en conjunto como la Declaración de Derechos, fueron agregadas a la Constitución en 1791. Desde la adopción de la Declaración de Derechos, sólo 17 enmiendas más han sido incorporadas a la Constitución.

Enmienda I  El Congreso no aprobará ninguna ley que se aboque al establecimiento de religión alguna, o que prohíba el libre ejercicio de la misma; o que coarte la libertad de expresión o de prensa; o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a solicitar del Gobierno la reparación de agravios

Enmienda II  Siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre una Milicia bien organizada, no se deberá coartar el derecho del pueblo a poseer y portar Armas

Enmienda III  En tiempos de paz, ningún Soldado será alojado en vivienda alguna sin el consentimiento del Propietario; ni tampoco lo será en tiempos de guerra, salvo en la forma que prescriba la ley.

Enmienda IV  No se violará el derecho del pueblo a la seguridad de sus personas, hogares, documentos y pertenencias, contra allanamientos e incautaciones fuera de lo razonable...

Enmienda V  Ninguna persona será obligada a responder por un delito capital o infamante si no es en virtud de denuncia o acusación por un Gran Jurado, ... ni podrá persona alguna ser sometida dos veces, por el mismo delito, a un juicio que pueda ocasionar la pérdida de su vida o de su integridad corporal; ni será compelida a declarar contra sí misma en ningún proceso penal, ni será privada de su vida, su libertad o sus bienes sin el debido procedimiento legal; ni se podrá expropiar una propiedad privada para destinarla a uso público sin la justa compensación.

Enmienda VI  En todas las causas penales, el acusado gozará del derecho a un juicio expedito y público por un jurado imparcial del Estado y distrito en el cual haya sido cometido el delito, distrito que será previamente determinado de acuerdo a la ley; y a ser informado de la naturaleza y la causa de la acusación; a carearse con los testigos en su contra; a que se adopten medidas compulsivas para la comparecencia de los testigos que cite a su favor, y a contar con la Asistencia de un Abogado para su defensa.

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Abraham Lincoln, que emancipó a los esclavos, en el campo de batalla de Antietam, en 1862.
Abraham Lincoln, que emancipó a los esclavos, en el campo de batalla de Antietam, en 1862. (Foto: Biblioteca del Congreso)

Enmienda VII  En Litigios bajo el derecho consuetudinario en los que el valor objeto de controversia exceda de veinte dólares, se mantendrá el derecho a juicio por jurado.

Enmienda VIII  No se requerirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas ni castigos crueles e inusuales.

Enmienda IX  La mención de ciertos derechos en la Constitución no se debe interpretar como la denegación o la restricción de otros derechos que el pueblo se haya reservado para sí mismo.

Enmienda X  Las facultades que esta Constitución no delegue expresamente al Gobierno Federal, ni prohíba a los Estados, quedan reservadas respectivamente a los Estados o al pueblo.

Problemas de derechos humanos

Por supuesto, también hay otros aspectos de la tradición estadounidense que son menos atractivos. La esclavitud fue una práctica aceptada en los estados del Sur durante los primeros 75 años de la república estadounidense, y la discriminación racial en escuelas, alojamientos públicos y prácticas sociales fue la norma durante gran parte de su segundo siglo. Los indios norteamericanos, como entonces se los llamaba, fueron obligados a desplazarse hacia el oeste, perdiendo así sus casas, sus tierras y a menudo sus vidas. A las mujeres se les negaba el derecho de votar en las elecciones, el derecho de participar como jurados e incluso el derecho de tener propiedades en su condición de esposas. Sin embargo, uno de los rasgos de la democracia estadounidense son los mecanismos de autocorrección, como las elecciones y los tribunales, que tienden a remediar los errores de épocas pasadas. El simple poder de la idea de igualdad ha ayudado también a corregir deficiencias sociales.

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos ayudó a varias dictaduras militares brutales, dotándolas de apoyo financiero y militar, con tal de que respaldaran los intereses económicos y geopolíticos estadounidenses. En fecha más reciente, en la secuela del 9/11, Estados Unidos ha sido criticado por la forma en que trata a ciertos presuntos terroristas, y por casos aislados de abusos de sus militares contra prisioneros durante la Guerra de Irak. Los límites de los derechos en caso de conflictos en los que intervienen terroristas, que después de todo están dispuestos a destruir los derechos de todos, son todavía tema de debate en las sociedades civilizadas.

En algunos sectores hay preocupación en torno al tema de la pena de muerte y la idoneidad de la representación legal en esos casos, así como por el número de varones pertenecientes a minorías que están presos en las cárceles por delitos penales. Persisten debates acerca de la privación del derecho de representación de delincuentes convictos que ya han purgado su sentencia, y también se discute cuáles son los derechos de las minorías sexuales. Una vez más, vemos que el poder de una idea, como la idea de igualdad, genera un debate incesante.

Acciones positivas

No obstante, Estados Unidos tiene también un largo historial de acciones internacionales positivas en defensa de los derechos humanos. Después de la Primera Guerra Mundial, el presidente estadounidense Woodrow Wilson abogó por la autodeterminación nacional y por la protección de las minorías por la comunidad internacional. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos dedicó muchos esfuerzos y dinero para sostener y reconstruir la democracia en Europa y para establecerla en Japón. Estados Unidos fue un líder de la descolonización al otorgar la independencia a las Filipinas en 1946. Y con el final de la Guerra Fría, Estados Unidos ha surgido como un líder de las iniciativas multilaterales humanitarias y de derechos humanos en Somalia, Sudán Haití, Bosnia y otros países.

Mantener informado al Congreso

La ley exige que el Departamento de Estado de Estados Unidos le presente al Congreso varios informes completos sobre derechos humanos cada año. Esos informes son:

Informes de prácticas de derechos humanos por países, una evaluación detallada de la situación en países de todo el mundo;

Apoyo a los Derechos Humanos y la Democracia, descripciones de lo que el gobierno de Estados Unidos está haciendo para remediar los abusos señalados en los informes por países;

Informe sobre la Libertad Religiosa Internacional, un examen del grado en que las personas son libres de practicar su religión como les plazca;

Informes sobre el Tráfico de Personas, un estudio de la esclavitud en la época moderna. Una vez completos, esos informes son enviados al Congreso y se publican en la Internet para su difusión mundial.

El moralismo de Estados Unidos y su disposición a actuar de modo unilateral han provocado en ocasiones cierto resentimiento en el exterior, aun entre quienes han compartido los valores en los que se apoya la política estadounidense. No es difícil señalar los aspectos en los que este país no está a la altura de sus ideales. No obstante, la nación es hoy, como lo era hace dos siglos, un líder mundial en la incesante lucha a favor de los derechos humanos. Y, aun cuando las ideas gozan de amplia aceptación, la lucha por implementarlas prosigue aún en todo el planeta.

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