Información general
Nota: estimado del número de casos nuevos y de defunciones por en los Estados Unidos en 2008:[1]
- Nuevos casos: 2.210.
- Mortalidad: 760.
Los carcinomas de la vagina son tumores poco comunes que comprenden de 1% a 2% de
los cánceres ginecológicos. Pueden ser tratados eficazmente y, cuando se
encuentran en estadios tempranos, con frecuencia son curables. La distinción
histológica entre el carcinoma celular escamoso y el adenocarcinoma es importante
porque los dos tipos representan enfermedades distintas, cada una con una
patogénesis diferente y una evolución natural distinta. El cáncer vaginal celular
escamoso (aproximadamente 85% de los casos) inicialmente se disemina
superficialmente dentro de la pared vaginal y más tarde invade los tejidos
paravaginales y el parametrio. Las metástasis distantes se presentan con mayor regularidad
en los pulmones e hígado.[2] El adenocarcinoma (aproximadamente 15% de los
casos) tiene una incidencia máxima entre los 17 y los 21 años de edad y difiere
del carcinoma celular escamoso por un aumento en metástasis pulmonar y compromiso
ganglionar supraclavicular y pélvico.[3] Con muy poca frecuencia el melanoma y el sarcoma son descritos como cánceres vaginales primarios. El carcinoma adenoescamoso es un
tumor poco común y de rápido crecimiento con mezcla epitelial que comprende aproximadamente 1% a 2%
de los casos.
El pronóstico depende principalmente del estadio en que se encuentra la
enfermedad, pero la supervivencia se reduce en pacientes mayores de 60 años de
edad, si son sintomáticos al momento del diagnóstico, tienen lesiones del centro y
tercio inferior de la vagina o tienen tumores mal diferenciados.[4,5] Además, se
ha encontrado que la extensión de la pared vaginal comprometida está
significativamente correlacionada con la supervivencia y el estadio de la
enfermedad en pacientes con carcinoma de células escamosas.[6]
Las alternativas terapéuticas dependen del estadio; la cirugía o la radioterapia
son altamente eficaces en los estadios iniciales, mientras que la radioterapia es
el tratamiento primario para estadios más avanzados.[7,8] No se ha mostrado que la
quimioterapia sea curativa en el caso del cáncer vaginal avanzado y no hay
regímenes farmacológicos estándares.
Los adenocarcinomas de células claras son poco comunes y se presentan con mayor frecuencia en
pacientes de menos de 30 años de edad quienes han tenido un historial de
exposición al dietilestilbestrol (DES) en el útero. La incidencia de esta
enfermedad, que es más alta para quienes estuvieron expuestas durante el primer
trimestre, alcanzó su grado máximo a mediados de la década de 1970, reflejando
el uso de DES en la década de 1950.[3] Mujeres jóvenes con un historial de exposición al DES en el útero se les deberá dar seguimiento de forma cuidadosa, para diagnosticar esta enfermedad en un estadio temprano. Para
las mujeres que han recibido un seguimiento cuidadoso y bien administrado, la
enfermedad es altamente curable.
La adenosis vaginal se encuentra más comúnmente en mujeres jóvenes que
estuvieron expuestas a DES en el útero y puede coexistir con un adenocarcinoma de
células claras, aunque muy pocas veces evoluciona hasta convertirse en adenocarcinoma. La adenosis es
reemplazada por metaplasia escamosa, que se presenta de forma natural y requiere
seguimiento pero no remoción. La evolución natural, el pronóstico y el
tratamiento de otros cánceres vaginales primarios (sarcoma, melanoma, linfoma,
y tumores carcinoides) pueden ser diferentes, y se deberán buscar referencias
específicas.[9]
Bibliografía
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