La metanfetamina viene en muchas formas y se puede
fumar, inhalar, inyectar o ingerir oralmente. El método preferido de abuso de la metanfetamina varía de acuerdo a la región geográfica y ha cambiado con los años. En años recientes se ha vuelto más popular fumar la metanfetamina, lo que hace que la droga penetre muy rápidamente al cerebro, aumentando su potencial adictivo así como las consecuencias adversas a la salud.
La forma en que la droga altera el estado de ánimo también varía dependiendo de cómo se administre. Inmediatamente después de fumarla o inyectarla intravenosamente, el usuario siente una intensa sensación de euforia (un “rush” o “flash”), que dura apenas unos minutos y que se suele describir como extremadamente placentera. Cuando se inhala (“snorting”) o cuando se toma oralmente, también produce una sensación de euforia pero menos intensa. La inhalación de la droga produce efectos en 3 a 5 minutos, mientras que su consumo por vía oral produce efectos después de unos 15 a 20 minutos.
Así como con otros estimulantes similares, la metanfetamina con frecuencia se abusa durante ciclos de “uso fuerte y desplome” (“binge and crash”). Debido a que los efectos placenteros de la metanfetamina desaparecen antes de que su concentración en la sangre baje significativamente, los usuarios tratan de mantener la sensación de euforia por más tiempo usando la droga repetidamente. En algunos casos, las personas que abusan de la metanfetamina se entregan a la droga en una forma excesiva y continua conocida como “corrida” (“run”), dejando de comer y de dormir mientras continúan con el abuso de la droga a veces hasta por varios días.
¿Cuál es la diferencia entre la metanfetamina y otros estimulantes como la cocaína?
La estructura de la metanfetamina es similar a la de la anfetamina y a la del neurotransmisor dopamina, pero es muy diferente a la de la cocaína. Aunque estos estimulantes tienen efectos conductuales y fisiológicos similares, hay algunas grandes diferencias en los mecanismos básicos de cómo funcionan. En contraste con la cocaína que el cuerpo elimina rápidamente, metabolizándola casi por completo, la metanfetamina tiene una acción mucho más prolongada y un porcentaje mayor de la droga permanece inalterado en el cuerpo. El resultado es que la metanfetamina se mantiene más tiempo en el cerebro, lo que conduce a la prolongación de los efectos estimulantes de la droga. Aunque tanto la metanfetamina como la cocaína aumentan los niveles de dopamina en el cerebro, los estudios en animales demuestran niveles mucho más altos de dopamina después de la administración de metanfetamina debido a los diferentes mecanismos de acción que ocurren dentro de las células nerviosas como respuesta a estas drogas. La cocaína prolonga las acciones de la dopamina en el cerebro bloqueando la recaptación de la dopamina. Si bien la metanfetamina en dosis bajas bloquea la recaptación de la dopamina, también aumenta la liberación de la dopamina llevando a concentraciones sumamente altas de esta subtancia en la sinapsis, lo que puede ser tóxico para las terminales nerviosas.
¿Cuáles son los efectos inmediatos (a corto plazo) del abuso de la metanfetamina?
A un en dosis pequeñas, la metanfetamina es un estimulante poderoso que puede disminuir el sueño y el apetito e incrementar la actividad física. También puede causar una variedad de problemas cardiovasculares, incluyendo un aumento en la frecuencia cardiaca, latido irregular del corazón y elevación de la presión arterial. Una sobredosis de la droga puede elevar la temperatura del cuerpo a niveles peligrosos (hipertermia) y producir convulsiones, que si no se tratan inmediatamente pueden resultar fatales.
Se cree que la mayoría de los efectos placenteros de la metanfetamina son el resultado de la liberación de cantidades sumamente altas de dopamina. La dopamina, una sustancia que está involucrada en la motivación, la experiencia del placer y la función motora, es un mecanismo de acción compartido por la mayoría de las drogas de abuso. También se cree que la liberación elevada de dopamina producida por la metanfetamina contribuye a los efectos nocivos de la droga sobre las terminales nerviosas en el cerebro.