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Calentamiento Global - Zonas de Impacto

Zonas de Impacto - EE. UU. Alaska

EE. UU. Alaska

Deshielo en tierra y mar destruye aldeas


Durante los pasados 50 años, la temperatura de Alaska ha aumentado de 4 a 7 grados Fahrenheit, mucho más que en los otros 48 estados del sur. Este dramático cambio de temperatura está haciendo que el paisaje de Alaska cambie más rápidamente que en ningún otro sitio de Estados Unidos, amenazando la infraestructura, flora y fauna, y la cultura indígena de Alaska. 

 

Alaska: la tundra helada no es tan permanente

Aldeas de Alaska como Shishmaref (foto) ven cómo la tierra que habitan se está literalmente derritiendo a sus pies. Los inviernos más templados hacen que se desvanezca la anterior confianza en la tundra helada o permafrost, haciendo que viviendas y edificios se hundan y los cimientos y caminos se agrieten y comben. La reducción del hielo marino protector y el creciente nivel del mar hace a las aldeas costeras más vulnerables a olas de tormentas y una mayor erosión. Al cambiar el calentamiento global el contorno de las costas de Alaska, aldeas enteras enfrentan la necesidad de trasladarse hacia el interior a un costo de decenas de millones de dólares, según análisis del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

Pero las aldeas y pueblos costeros no son lo único en riesgo en Alaska. La infraestructura del agua y sanidad en toda Alaska se ve amenazada por el deshielo de la tundra helada. Estructuras como caminos, edificios, tuberías y cableado de electricidad construidas encima de la tundra helada pueden desplazarse, combarse o derrumbarse al derretirse y ablandarse la tierra. Los daños producidos por el deshielo del subsuelo, las mayores inundaciones y la erosión costera, como resultado del calentamiento global, podrían sumar de $3.6 a $6.1 billones (10% a 20%) al costo de la infraestructura pública de ahora al 2030.

Aun la infraestructura natural puede sufrir por el deshielo del subsuelo. Los “bosques borrachos” ocurren cuando la discontinua tundra helada se derrite, haciendo que los árboles se inclinen en ángulos extraños. Pero los árboles inclinados no son el único problema de los bosques en Alaska. En muchas áreas han disminuido las lluvias, ocasionando condiciones más secas y más incendios forestales. Las temperaturas más templadas también han provocado brotes de pestes dañinas. Cuando los árboles se queman y descomponen, despiden el carbono almacenado a la atmósfera.

 

Proteger a los Animales

La biodiversidad del Ártico también está en peligro por el calentamiento global. Cambios significativos incluyen reducción en la población de pájaros y mamíferos marinos, temperaturas del agua anormalmente altas, y una reducida pesca del salmón en su regreso a las áreas donde desova. El número de leones marinos ha disminuido del 50 al 80 por ciento durante las pasadas décadas. El oso polar depende del hielo en el mar durante el verano para cazar focas. Al reducirse la extensión de hielo en el mar, también se reduce el hábitat del oso polar. En tierra, científicos han documentado una duplicación de la erosión costera y cambios en lagos en las dos décadas pasadas, afectando el crucial hábitat del caribú y pájaros migratorios.
                        
La disminución de estos característicos animales árticos afecta a comunidades indígenas de Alaska porque éstas dependen de la caza y la pesca para su subsistencia. Además de la importancia de estas actividades en la dieta y la salud, ellas también representan una parte importante y exclusiva de las culturas indígenas. Las reducidas o desplazadas poblaciones de mamíferos y aves marinas y otros animales se unen a la reducción y adelgazamiento del hielo en el mar para dificultar y poner en peligro la forma de vida de los indígenas de Alaska.

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