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Calentamiento Global - Zonas de Impacto

Zonas de Impacto - Irlanda

Irlanda

Manteniendo verde a la Isla Esmeralda



 

En las Pascuas de 1916, el poeta irlandés William Butler Yeats escribió sobre el momento que desató la Revolución Irlandesa: “Todo ha cambiado, cambiado por completo”. En un momento de relativa calma en Irlanda, ha surgido un nuevo enemigo que amenaza cambiar la faz de la isla. Este nuevo enemigo es el calentamiento global.

 



Las cambiantes temperaturas del globo están alterando lentamente el paisaje, la flora y la fauna, los patrones de precipitaciones e inundaciones, y los extremos climáticos de Irlanda. Estos efectos –sumados al reciente crecimiento económico y mayor demanda de energía—amenazan la cultura y estilo de vida de los irlandeses.

Las temperaturas en Irlanda ya están aumentando, y el riesgo es que, con el tiempo, el verde de la Isla Esmeralda se convierta en marrón. Las legendarias lloviznas de Irlanda se convertirán en fuertes chaparrones en el norte y oeste, causando una erosión considerable.

El derrumbe de tierras húmedas –cuando grandes bloques de turba se deslizan por las laderas como los aludes de California—será más común. La papa, un alimento básico que tuvo un lugar prominente en otro tiempo de crisis en Irlanda, podría volver a ser un cultivo amenazado. Los lagos y arroyos de Irlanda, famosos por su salmón y trucha de mar—se verán agotados y sufrirán junto con el sector turismo que depende de ellos.

 

TEMPERATURAS EN CRECIMIENTO

Durante este último siglo, la temperatura promedio de Irlanda ha aumentado 1.3 grados Fahrenheit. Desde 1980, las temperaturas han aumentado alrededor de 0.8 grados Fahrenheit por década, un crecimiento mucho mayor que el promedio mundial. Los científicos del clima predicen un mayor aumento de 2.5 a 3.2 grados Fahrenheit en la isla para el 2050. Aunque la elevación de la temperatura podría inicialmente presentar mejores oportunidades en la productividad agrícola, el índice de aumento podría ser muy rápido para que el icónico paisaje de Irlanda pueda adaptarse.

Los aumentos promedio de temperatura enmascaran los posiblemente mayores cambios estacionales y regionales dentro del país. Estos cambios posiblemente causen un clima más seco y templado en el interior de la isla, mientras que las áreas costeras tendrán un clima relativamente más húmedo y frío. Aunque Irlanda ha tenido inviernos más suaves y veranos más cálidos desde 1961, las temperaturas por estación del 2070 al 2099 podrían aumentar más durante el verano y el otoño.

 

SE SECA LA ISLA DE NEBLINA

Los ciudadanos irlandeses tienen acceso a 5 veces más agua dulce que el europeo medio. Las abundantes lluvias anuales y baja evaporación han dejado un legado de cortos arroyos costeros sobre lomas cubiertas de musgo y un laberinto de turberas y lagos junto a ríos internos tendientes a inundarse. Sin embargo, este legado podría interrumpirse, ya que el cambio climático podría producir demasiada agua en algunos lugares en determinado momento, y a la vez muy poca en otros lados. Los científicos predicen que para el 2050 las lluvias de invierno aumentarán un 12 por ciento y las lluvias de verano declinarán a un mismo porcentaje.

Este cambio en las lluvias pondrá una de las características del paisaje irlandés, las turberas, en riesgo de derrumbes más frecuentes, cuando masas de musgo se desprenden de su base y se deslizan por las laderas. Tales aludes podrían ser una amenaza para vidas, propiedades, muchas especies características de Irlanda como conejos y dos de los pájaros irlandeses: falcones y chorlitos dorados. Las turberas también son excelentes receptáculos de carbono, conteniendo la mayor parte del carbono almacenado en Irlanda. Cuando se derrumban, despiden aún más dióxido de carbono a la atmósfera y el paisaje irlandés retiene menos carbono en el suelo.

Con veranos más calientes y secos que reducen la cantidad de agua estival en áreas internas, el acceso al agua, que actualmente no es un problema para la mayoría de la agricultura irlandesa, podría llegar a necesitar la construcción de nuevos sistemas de irrigación, que competirán con la demanda de agua industrial y residencial.

La mayoría de los actuales cultivos básicos en Irlanda ya muestran señales de declive. La papa en especial depende sumamente de una provisión adecuada de agua, por lo que podría pasar a ser no factible comercialmente. Es difícil entender que la papa, parte del paisaje tan entrelazada a la cultura e historia de Irlanda, podría no ocupar un lugar importante en su futuro.

 

COSTAS EN RIESGO

El mar se traga alrededor de 750 acres de Irlanda por año, y el proceso se está acelerando al aumentar el nivel del mar en las costas occidentales y nortes de la isla. Debido a su topografía en “forma de platillo”, con cumbres costeras que bajan a áreas interiores más bajas, las costas y el interior de Irlanda se ven especialmente amenazados por inundaciones más frecuentes, largas y generalizadas, inducidas por el calentamiento global.

Con un más y más alto nivel del mar, la costa irlandesa está desapareciendo. Al cambiar las costas rápidamente durante el próximo siglo, la infraestructura costera, sus comunidades pesqueras, especies nativas de plantas y prácticas agrícolas se verán seriamente afectadas. El manejo de los recursos de agua, protección contra inundaciones, edificios, hábitat y uso de la tierra será de especial preocupación.

El aumento del nivel del mar en Irlanda se verá asociado a climas extremos, especialmente la severidad y oleadas de tormentas. Las precipitaciones e inundaciones en Irlanda han sido tradicionalmente asociadas a eventos de larga duración aunque baja intensidad, pero el cambio climático y precipitaciones más intensas probablemente resulten en una mayor incidencia de inundaciones y causen problemas relativos a la calidad del agua.

 

DE VERDE A MARRÓN

El paisaje de Irlanda enfrenta muchas presiones a causa del calentamiento global, que resultarán en cambios visibles en la vegetación y uso de la tierra. La pérdida de un hábitat vital para muchas especies de flora y fauna y la estabilidad del hábitat por se cambiará debido a climas más extremos. La tierra cultivable en determinadas regiones del país continuará produciendo trigo, cebada y maíz aun cambiando el clima. Sin embargo, en otras áreas, con la emergencia de veranos más cálidos y secos, los campos de pasto marrón serán mucho más comunes durante el verano.

El zarapito, un apreciado pájaro irlandés conocido por su especial grito, está en peligro por el cambio climático. Los lagos y arroyos de Irlanda, famosos por su salmón y trucha de mar, se verán agotados y sufrirán junto con el sector turismo que depende de ellos.

Además, el calentamiento podría atraer nuevas especies de pájaros, especies exóticas de insectos como mariposas y polillas, y algunos insectos pestes para la agricultura, como ciertos insectos predadores. La llegada de estas especies invasoras podría tener un efecto negativo en las especies nativas de Irlanda, que luchan contra el calentamiento global.

 

CAMBIOS EN CLIMA, CAMBIOS EN CULTURA

Como señaló el alpinista y documentalista Dermont Summers, la verde suavidad y riqueza del paisaje irlandés, “ciertos colores y texturas” como el tweed (tejido de lana), indicios de musgo, los fresnos, las flores del bosque, las hojas en otoño y la cebada, “representan tanto una antigua cultura como una cultura que es vibrante y viviente en el moderno paisaje de hoy”.

Los impactos ecológicos del cambio climático afectarán la visión y sabor del paisaje irlandés, produciendo cambios en las lluvias, cambiando los patrones de la flora y disminuyendo la gama de colores que asociamos con la campiña irlandesa. Con esto, el sentido de pertenecer y el estilo de vida de los irlandeses cambiarán también. Las tradiciones irlandesas como música, poesía y tranquilidad están profundamente conectadas al paisaje y cultura irlandeses y sirven para explicar cómo los cambios en uno pueden afectar al otro.

En Irlanda, tal vez no haya un evento catastrófico determinado o momento o día cuando la fuerza bruta del cambio climático sea reconocible por todos al mismo tiempo, pero los cambios llegarán. Las alteraciones del calentamiento global se acumularán, tendrán su efecto, y cambiarán no solo el paisaje físico del país sino también su perspectiva.

“La memoria colectiva está conectada a la gente y al paisaje. Y si el paisaje desaparece, lo histórico y lo fantástico también desaparece”, según Michael D. Higgins, Presidente del Partido Laborista de Irlanda.

 

MANTENIENDO VERDE A IRLANDA

Irlanda ha experimentado un tremendo progreso económico en los pasados 20 años, creciendo un 150 por ciento desde 1990. Con un mayor crecimiento económico y más alto nivel de vida surgió también una creciente demanda de energía. La demanda de Irlanda para la energía ha crecido por el más de 70 por ciento en los últimos 15 años con aumento de uso en cada sector. Se pronostica que la demanda de energía de Irlanda crecerá en alrededor del 30 por ciento entre hoy y el 2020.

Este aumento en uso de energía también acrecentó las emisiones contaminantes de calentamiento global en Irlanda, aumentando los niveles actuales en más del 25 por ciento en relación al de 1990. En respuesta, Irlanda se ha comprometido al Plan de Acción Europea para lograr por lo menos una reducción del 20 por ciento en emisiones que atrapan calor a niveles de 1990 para el año 2020. Para cumplir esta ambiciosa meta el gobierno irlandés ha diseñado la Estrategia Nacional para Cambio Climático. Estos compromisos incluyen una meta del 12 por ciento de la calefacción procedente de recursos renovables; usar biocombustibles en un 10 por ciento del total de combustibles para construcción de caminos; lograr un 33 por ciento del consumo de electricidad proveniente de fuentes de energía renovable; instalar 500 megavatios de capacidad energética de océanos con nuevas tecnologías como energía de mareas y olas; y lograr 800 megavatios de sistemas combinados de calor y energía que producen electricidad eficientemente.

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