Leucemia mielomonocítica crónica
Puntos importantes de esta sección
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La leucemia mielomonocítica crónica es una enfermedad en la cual se producen demasiados mielocitos y monocitos (glóbulos blancos inmaduros) en la médula ósea.
En la LMMC, el cuerpo hace que un número demasiado alto de células madre sanguíneas se conviertan en dos tipos de glóbulos blancos llamados mielocitos y monocitos. Algunas de estas células madre sanguíneas nunca se convierten en glóbulos blancos maduros. Estos glóbulos blancos inmaduros se llaman blastos. Con el tiempo, los mielocitos, los monocitos y los blastos desplazan a los glóbulos rojos y las plaquetas de la médula ósea. Cuando ocurre esto, se puede presentar infecciones, anemia o producir hemorragias fácilmente.
La edad avanzada y el ser hombre aumentan el riesgo de padecer leucemia mielomonocítica crónica.
Todo lo que aumenta la posibilidad de padecer una enfermedad se denomina factor de riesgo. Entre los factores de riesgo posibles para la LMMC se incluyen los siguientes:
- Edad avanzada.
- Sexo masculino.
- Exposición a ciertas sustancias en el trabajo o en el medio ambiente.
- Exposición a radiación.
- Tratamiento previo con ciertos fármacos contra el cáncer.
Entre los signos posibles de la leucemia mielomonocítica crónica, están la fiebre, la sensación de mucho cansancio y la pérdida de peso.
Estos y otros síntomas se pueden deber a la LMMC. Otros trastornos pueden producir los mismos síntomas. Se debe consultar con un médico si se presenta cualquiera de los problemas siguientes:
- Fiebre por razones desconocidas.
- Infección.
- Sensación de mucho cansancio.
- Pérdida de peso sin razón conocida.
- Hematomas o hemorragias que se presentan con facilidad.
- Dolor o sensación de saciedad debajo de las costillas.
Ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento.
El pronóstico (posibilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento para la LMMC dependen de los siguientes aspectos:
- La cantidad de glóbulos blancos o plaquetas en la sangre o la médula ósea.
- Si el paciente está anémico.
- La cantidad de blastos en la sangre o la médula ósea.
- La cantidad de hemoglobina en los glóbulos rojos.
- Si hay ciertos cambios en los cromosomas.
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