Fiebre
Descripción general
Descripción y causas
Evaluación
Tratamientos
Tratamientos generales para el alivio de la fiebre
Descripción general
La temperatura normal del cuerpo cambia en el transcurso de cada período de 24
horas según un patrón definido. Es más baja por la mañana antes del amanecer y
más alta por la tarde. La temperatura corporal normal es mantenida por
actividades para el control de la temperatura en el cuerpo que conservan el
equilibrio entre la pérdida y la producción de calor.
Un aumento anormal en la temperatura corporal es ocasionado por hipertermia
(aumento inusual en la temperatura corporal por encima de lo normal) o fiebre. La
hipertermia es originada por una interrupción en las actividades del cuerpo para
el control de la temperatura. En el caso de la fiebre, los controles de la
temperatura en el cuerpo funcionan adecuadamente, pero la temperatura corporal
aumenta a medida que el cuerpo responde ante las substancias químicas producidas por los microorganismos que causan infección o trabaja para matar microorganismos dañinos como
bacterias o virus. La fiebre comprende tres fases. En la primera fase, el
cuerpo eleva la temperatura a un nivel nuevo haciendo que los vasos sanguíneos
en la piel se contraigan y trasladen sangre de la superficie de la piel al
interior del cuerpo, lo cual ayuda a mantener el calor. La piel se enfría, los
músculos se contraen y así se producen estremecimientos o escalofríos y el cuerpo
produce más calor. Los esfuerzos del cuerpo por retener y producir calor
continúan hasta alcanzar una temperatura nueva más elevada. En la segunda fase,
la producción y la pérdida de calor son iguales, se interrumpen los
estremecimientos y el cuerpo mantiene la temperatura nueva más alta. En la
tercera fase, la temperatura corporal baja a nivel normal a medida que el cuerpo
se libera del calor en exceso haciendo que los vasos sanguíneos cutáneos se abran
y trasladen sangre desde el interior del cuerpo a la superficie de la piel. La
transpiración ayuda a enfriar el cuerpo.
Es más alta la probabilidad de que la fiebre tenga efectos dañinos en ancianos o
niños muy pequeños. En las personas de edad avanzada, los centros reguladores de
la temperatura del hipotálamo no funcionan tan bien y la temperatura corporal
puede elevarse por encima del nivel normal con lo cual se produce irregularidad
en los latidos del corazón, falta de flujo sanguíneo, alteración de la capacidad
de pensar claramente o deficiencia cardiaca. Los niños entre 6 meses y 6 años de
edad pueden padecer ataques de apoplejía como resultado de una fiebre.
Descripción y causas
Las causas principales de la fiebre en pacientes con cáncer son infecciones,
tumores, reacciones a medicamentos o transfusiones sanguíneas y
enfermedad del injerto contra huésped. Esta última afección ocurre cuando la
médula ósea trasplantada o las células primarias periféricas atacan el tejido del
paciente. La infección es una causa común de fiebre en pacientes con cáncer y
puede provocar la muerte. Las células tumorales producen sustancias que
ocasionan Las células tumorales también producen varias sustancias que ocasionan fiebre. Una gran variedad de medicamentos
ocasionan fiebre incluidos drogas para quimioterapia, modificadores de la
respuesta biológica y antibióticos, como vancomicina y anfotericina.
Otras causas de la fiebre en pacientes que padecen cáncer incluyen abstinencia de
un medicamento; síndrome neuroléptico maligno; bloqueos de la vejiga, el
intestino o el riñón y bloqueo de una arteria por fragmentos del tumor. Otras
afecciones médicas que ocurren simultáneamente con el cáncer como coágulos de
sangre, enfermedades del tejido conjuntivo y hemorragia en el sistema nervioso
central o ataque de apoplejía, también pueden producir fiebre.
Evaluación
El médico formulará preguntas sobre problemas médicos anteriores, revisará todos
los medicamentos que está tomando el paciente y realizará un examen físico
completo a fin de determinar la causa de la fiebre. Los pacientes que se sospecha
padecen una infección, especialmente aquellos que tienen neutropenia (un recuento
de glóbulos blancos muy bajo) y fiebre, se someterán a una inspección muy
minuciosa de la piel, las aberturas del cuerpo (boca, orejas, nariz, garganta,
uretra, vagina, recto), lugares de penetración de agujas, lugares donde se
realizó una biopsia y pliegues de la piel (por ejemplo, las mamas, las axilas o
la ingle). Se examinarán cuidadosamente los dientes, las encías, la lengua, la
nariz, la garganta y los senos. Toda sonda que se inserte en venas o arterias u
otras sondas colocadas en el cuerpo como sondas en el estómago son fuentes
comunes de infección. La orina, el esputo y las muestras de sangre se analizarán
para detectar si existen signos de infección. Los pacientes que padecen
neutropenia tal vez no presenten los síntomas usuales de infección, de manera que
será necesario examinarlos con frecuencia.
Tratamientos
Los síntomas de la fiebre en pacientes muy debilitados que padecen cáncer pueden
incluir fatiga, dolores musculares, sudores y escalofríos. Los tratamientos
posibles para la fiebre comprenden aquellos que se utilizan para la causa básica,
la administración de soluciones intravenosas, el apoyo nutricional y otras
medidas para que el paciente se sienta más cómodo. Los tratamientos específicos
están determinados por la etapa del cáncer y las metas del paciente en cuanto a
la atención. Por ejemplo algunos pacientes que están próximos al final de la vida
deciden no recibir tratamiento para la causa básica como neumonía u otras
infecciones, pero aun solicitan medidas generales para comodidad y soluciones a
fin de preservar la calidad de vida. Otros pacientes eligen antibióticos para
aliviar síntomas como tos, fiebre o dificultad respiratoria que se presentan como consecuencia de la infección.
Se emplean antibióticos en el tratamiento de la fiebre producida por infecciones.
Los regímenes de terapia con antibióticos y medicamentos para el tratamiento de
infecciones fúngicas son recetados por el médico. La fiebre originada por un
tumor generalmente se trata con la prescripción de terapias estándar para el tipo
específico de cáncer. Si la terapia no es satisfactoria o no hay una terapia
disponible, el médico tal vez recete medicamentos antiinflamatorios no esteroides
(AINE).
En algunas ocasiones, la fiebre puede ser producto de una reacción a medicamentos
administrados para tratar el cáncer o evitar la infección. Los medicamentos que
se conocen producen fiebre incluyen modificadores de la respuesta biológica,
anfotericina B y bleomicina. La fiebre que se considera relacionada con
medicamentos puede tratarse mediante la interrupción de la administración del
medicamento que la ocasiona. Si un modificador de la respuesta biológica está
ocasionando la fiebre, el médico puede controlar la fiebre mediante el ajuste del
tipo de medicamento, la forma de administración, la cantidad o la frecuencia con
que se lo administra. El acetaminofeno, los AINE y los esteroides también pueden
administrarse antes de que el paciente reciba el medicamento que produjo la
fiebre. La meperidina puede administrarse para interrumpir los escalofríos en
relación con fiebre producida por un medicamento.
El síndrome neuroléptico maligno (NMS, por sus siglas en inglés) es una reacción
inusual, pero mortal en algunas instancias, a medicamentos que se administran a
un paciente para afecciones psicóticas, delirio o náuseas y vómitos. Los síntomas
del NMS son fiebre, rigidez muscular, confusión, pérdida del control de las
funciones corporales y aumento en el recuento de glóbulos blancos. Un paciente
delirante que no mejora cuando se le administra tratamiento con medicamentos debe
examinarse para verificar si padece NMS. El tratamiento para NMS incluye la
interrupción del medicamento, el tratamiento de los síntomas y, en algunos casos,
el uso de otros medicamentos. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ
sobre los Trastornos cognitivos y delirio.)
Los pacientes que padecen cáncer pueden presentar fiebre como una reacción a
hemoderivados (por ejemplo, al recibir una transfusión sanguínea). La eliminación
de glóbulos blancos de la sangre o el tratamiento del hemoderivado con radiación
antes de la transfusión al paciente puede disminuir la reacción. La posibilidad
de fiebre como consecuencia de recibir hemoderivados se disminuye también
mediante la administración de acetaminofeno o un antihistamínico antes de la
transfusión a los pacientes.
Tratamientos generales para el alivio de la fiebre
Conjuntamente con el tratamiento de la causa básica de la fiebre, medidas para
lograr comodidad podrían también ser útiles para aliviar la incomodidad que se
manifiesta conjuntamente con la fiebre, los escalofríos y las sudaciones.
Durante períodos de fiebre, a fin de producir una sensación de alivio se
administran líquidos abundantes al paciente, eliminan ropa y ropa de cama en
exceso, y se baña o limpia al paciente con una esponja y agua tibia. Durante
períodos de escalofríos, reemplace las cobijas húmedas con cobijas cálidas,
secas; mantenga al paciente alejado de corrientes de aire y regule la temperatura
ambiente con el fin de incrementar la comodidad del paciente.
Pueden recetarse también medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) o
acetaminofeno para aliviar los síntomas. La aspirina puede ser efectiva en la
disminución de la fiebre, pero debe utilizarse con cuidado en pacientes con
el linfoma de Hodgkin y pacientes con cáncer que están expuestos al riesgo de
padecer una disminución en el número de plaquetas en la sangre. No se recomienda
la administración de aspirina en niños con fiebre ya que corren el riesgo del
riesgo de presentar el síndrome de Reye.
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