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Una
variedad de factores culturales, socioeconómicos y relacionados con la salud
contribuyen a propagar la epidemia del VIH en la comunidad hispana o latina de
los Estados Unidos. Los estudios de investigación indican que los factores que
influyen en las conductas de riesgo de contraer la infección por el VIH varían
según el país de nacimiento. La información disponible parece indicar que los
hispanos o latinos nacidos en Puerto Rico tienen más probabilidades que otros
grupos de hispanos o latinos de contraer el VIH debido al consumo de drogas
inyectables y el contacto heterosexual de alto riesgo (Tabla) [3].
Por el contrario, el contacto sexual con otros hombres es la causa principal de
infecciones por el VIH entre hombres hispanos o latinos nacidos en Centroamérica,
Sudamérica, Cuba, México y los Estados Unidos [3].
Categorías de transmisión y país de nacimiento de los hispanos con
SIDA diagnosticados en los Estados Unidos durante el 2006
|
América Central y del Sur
(núm. = 814)
% |
Cuba
(núm. = 145)
% |
México
(núm. = 1,334)
% |
Puerto Rico
(núm. = 1,346)
% |
Estados Unidos
(núm. = 2,608)
% |
Contacto sexual entre hombres |
49 |
62 |
59 |
18 |
45 |
Consumo de drogas inyectables |
10 |
9 |
10 |
40 |
22 |
Contacto sexual entre hombres y consumo
de drogas inyectables |
3 |
4 |
4 |
5 |
6 |
Contacto heterosexual de alto riesgo |
36 |
24 |
26 |
36 |
25 |
Otrasa |
1 |
0 |
1 |
1 |
2 |
a Incluye hemofilia, transfusiones de sangre, exposición perinatal
y factores de riesgo que no han sido reportados o identificados.
Factores de riesgo sexuales
Las
mujeres hispanas o latinas tienen más probabilidades de infectarse por el VIH
como resultado de las relaciones sexuales con hombres [3].
En un estudio de hispanos o latinos heterosexuales que viven en los Estados
Unidos, se observó que el 16% presentaba factores de riesgo sexuales de contraer
el VIH, entre los que se encuentran parejas sexuales múltiples o parejas con
alto riesgo de infección por el VIH [6].
Algunas mujeres, incluidas aquellas que sospechan que sus parejas tienen riesgo
de contraer una infección por el VIH, pueden mostrarse renuentes a hablar sobre
el uso de condones con sus parejas por temor al abuso emocional o físico o al
retiro de la ayuda financiera [7].
Una evaluación de las conductas de riesgo de contraer el VIH entre hombres que
tienen relaciones sexuales con otros hombres o HSH (MSM, por sus siglas en
inglés) en el sudeste de los Estados Unidos indicó que los hombres hispanos o
latinos y afroamericanos tenían más probabilidades que los hombres blancos de
reportar uso inconsistente de condones durante el sexo anal con múltiples
parejas y además que los hombres hispanos o latinos tenían más probabilidades de
no haberse sometido a pruebas de detección del VIH [8].
Sin embargo, un estudio de hombres heterosexuales hispanos o latinos indicó que
el reciente uso constante de condones y las intenciones de usar condones en el
próximo mes se asoció con una actitud positiva hacia el uso del condón, la
percepción de que la pareja tiene una opinión positiva sobre el uso del condón y
una mayor participación en la toma de decisiones sobre el uso del condón [9].
Consumo de sustancias estupefacientes
El consumo de drogas inyectables continúa siendo un factor de riesgo
importante entre los hispanos o latinos, especialmente los que viven en Puerto
Rico [3].
Los consumidores de drogas en Puerto Rico tienen más probabilidad de compartir
jeringas, algodón y agua para enjuagar, y de inyectarse con más frecuencia que
los consumidores de drogas hispanos o latinos que viven en el área continental
de los Estados Unidos [10].
Compartir jeringas no es el único factor de riesgo del VIH relacionado con el
abuso de sustancias estupefacientes. Existe una alta probabilidad de que los
consumidores de sustancias estupefacientes, tanto los casuales como los
crónicos, adopten conductas sexuales de alto riesgo, como tener relaciones
sexuales sin protección, cuando están bajo los efectos de las drogas o el
alcohol [11].
Enfermedades de transmisión sexual
En el 2006, el índice de infecciones por clamidia entre los hispanos o
latinos (477/100,000) fue aproximadamente 3 veces mayor que el índice de blancos
no hispanos o latinos (153/100,000) [12].
Los índices de gonorrea y sífilis entre los hispanos o latinos fueron
aproximadamente el doble de los índices de blancos: gonorrea: 77/100,000
hispanos o latinos en comparación con 37/100,000 blancos; sífilis: 4/100,000
hispanos o latinos en comparación con 2/100,000 blancos. En parte debido a los
cambios físicos provocados por las enfermedades de transmisión sexual (ETS),
entre los que se encuentran las lesiones genitales que sirven de punto de
entrada del VIH, la presencia de ciertas ETS puede aumentar la probabilidad de
contraer el VIH de 3 a 5 veces [13].
Creencias culturales hispanas o latinas: factores de riesgo y de
protección
Los
estudios de investigación indican que los conceptos culturales hispanos o
latinos con respecto a la masculinidad y la feminidad, han creado estándares
dobles e inequidades de poder que han sido vinculadas con el riesgo de contraer
el VIH y con las conductas de protección [14].
En algunos hombres hispanos el machismo, considerado un papel tradicional del
sexo masculino, tiene implicaciones positivas para la prevención del VIH, como
la fortaleza y la protección de la familia [15].
Sin embargo, el demostrar la masculinidad mediante el poder y la dominación
puede llevar a los hombres hispanos o latinos, tanto heterosexuales como
homosexuales, a realizar conductas sexuales de riesgo, como el tener relaciones
sexuales con múltiples parejas [16],
relaciones sexuales sin protección con hombres o mujeres [16,
17] o a la intimidación sexual [18].
El familismo, o el fuerte compromiso hacia la familia, puede ser un incentivo
importante que servirá para que algunos hombres hispanos o latinos disminuyan el
número de parejas casuales con las que tienen relaciones sexuales sin
protección. El familismo también puede ser una fuente de conflicto en los
hombres hispanos o latinos que tienen relaciones sexuales con otros hombres o
HSH (MSM, por sus siglas en inglés), cuyas familias pueden tener una visión
negativa de la homosexualidad [19].
Además, muchos HSH hispanos o latinos se identifican como heterosexuales y, en
consecuencia, es posible que no se sientan identificados con los mensajes de
prevención dirigidos a los hombres homosexuales [20,
21].
Para algunas mujeres hispanas o latinas, los papeles tradicionales de
marianismo, en el cual se espera que la mujer sea pura y se someta a los deseos
del hombre [22]
, y de simpatía, en el que se enfatiza la importancia de las relaciones sin
conflicto [23],
aunados con el silencio sobre las relaciones sexuales impiden la discusión con
sus parejas masculinas sobre temas sexuales y sobre las relaciones sexuales
seguras [24].
En un estudio se indicó que la negativa de las mujeres hispanas o latinas a
aceptar la posibilidad de riesgo personal de contraer la infección por el VIH se
asoció con la falta de información sobre las formas de evitar las conductas de
riesgo [22].
Una mayor aculturación de los hispanos o latinos en la cultura estadounidense
ha sido asociada con la adopción de diversas conductas que protegen la salud,
entre las que se incluyen la comunicación con las parejas sobre las relaciones
sexuales sin riesgo [25]
y la revelación del estado seropositivo al VIH [26].
No obstante, los niveles altos de aculturación también se han asociado con el
aumento de conductas que son factores de riesgo de infección por el VIH [16].
En un estudio se encontró que los hombres hispanos o latinos VIH positivos con
un grado alto de aculturación tenían más probabilidades de usar drogas antes de
tener relaciones sexuales, lo que a su vez incrementaba las conductas sexuales
con riesgo [27].
En las mujeres hispanas o latinas, aquellas con un grado de aculturación más
alto tenían más probabilidades de inyectarse drogas y tener un mayor número de
parejas sexuales [25].
Debido a la diversidad cultural de los hispanos o latinos que viven en los
Estados Unidos, la investigación sobre creencias culturales y conductas de
riesgo para la adquisición del VIH mencionada anteriormente, no es aplicable a
todas las personas o grupos de origen hispano o latino.
Problemática socioeconómica
Más
de 1 de cada 5 hispanos o latinos (21.9%) viven en condiciones de pobreza [28].
Varios problemas socioeconómicos asociados con la pobreza, entre los que se
encuentran la falta de educación formal, el desempleo, el tener seguro de salud
inadecuado y el acceso limitado a servicios de cuidados de salud de alta
calidad, pueden incrementar directa o indirectamente el riesgo de adquirir el
VIH. Las probabilidades de que se diagnostique el VIH en etapas avanzadas de la
infección, o cuando ya tienen el SIDA, son mayores entre los hispanos o latinos
que entre los blancos (que no son hispanos o latinos); esto indica que no están
teniendo acceso a las pruebas de detección ni a los servicios de cuidados de
salud mediante los cuales la infección por el VIH se puede diagnosticar durante
las etapas iniciales [29,
30].
Los patrones de migración, la estructura social, las barreras del idioma y la
falta de acceso a la atención médica de rutina entre los inmigrantes hispanos o
latinos transeúntes (que no permanecen por mucho tiempo en un mismo sitio)
pueden afectar el conocimiento sobre los servicios de prevención y de atención
médica para el VIH/SIDA e impedir el acceso a los mismos [31,
32]. Los inmigrantes recién llegados están expuestos a retos adicionales,
como el aislamiento social y la falta de información sobre el VIH/SIDA, que
pueden incrementar aún más el riesgo de exposición al VIH [16].
Así pues, es necesario ofrecer los servicios de prevención del VIH tanto a los
inmigrantes hispanos o latinos transeúntes como a los recién llegados, no solo
en su idioma sino que además sean culturalmente adecuados.
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