Intervenciones invasoras
Bloqueo nervioso
Intervenciones neurológicas
Control del dolor a causa de los procedimientos
Las propuestas analgésicas menos invasoras deben preceder las propuestas
paliativas invasoras. Sin embargo, para una minoría de pacientes para los cuales
la terapia de la conducta, la terapia física y la de fármacos no alivian el
dolor, la terapia invasora puede ser útil.
Bloqueo nervioso
El dolor que es intratable por otros medios se puede controlar por la aplicación
de un anestésico local o de un fármaco neurolítico. El bloqueo nervioso se efectúa
por varias razones:
-
Diagnóstico:
para determinar la fuente del dolor (por ejemplo, vías somáticas en vez de simpáticas).
-
Terapéutica:
para tratar condiciones dolorosas que responden a los bloqueos nerviosos (por ejemplo,
bloqueo celíaco para el dolor del cáncer pancreático).
-
Pronóstico:
para predecir el resultado de intervenciones de larga duración (por ejemplo,
infusiones, neurólisis, rizotomía).
-
Prevención: para evitar dolor relacionado con el procedimiento.
Una inyección única de un fármaco no destructor tal como la lidocaína o la
bupivacaína, solas o en combinación con un corticosteroide antiinflamatorio para
producir un efecto de larga duración, puede proporcionar alivio local de la
compresión de un nervio o una raíz. La colocación de un catéter de infusión en un
ganglio simpático extiende el bloqueo simpático de horas a días o semanas. Se
puede usar fármacos destructores tales como el etanol o el fenol para efectuar una
neurólisis en sitios identificados por anestesia local como apropiados para el
alivio permanente del dolor y también para destruir las estructuras del sistema
nervioso central.
La eficacia de los bloques simpatéticos neurolíticos pueden variar según los mecanismos de dolor subyacentes implicados. En pacientes con mecanismos de dolor múltiple, los bloques simpatéticos neurolíticos pueden servir como técnicas adyuvantes de los medicamentos analgésicos.[1]
Intervenciones neurológicas
Se puede utilizar la neurocirugía para implantar dispositivos que suministran
fármacos o para estimular por electricidad estructuras neurales. La ablación
quirúrgica de las vías del dolor debería reservarse, así como el bloqueo
neurolítico, para situaciones en las cuales otras terapias son ineficaces o poco
toleradas. En general, la elección de un procedimiento neuroquirúrgico está
basada en la ubicación y el tipo del dolor (somático, visceral, desaferente), la condición general del paciente y su expectativa de vida y la pericia y el
tratamiento de los cuales se dispone.
Control del dolor a causa de los procedimientos
Muchos procedimientos de diagnóstico y terapéuticos son dolorosos para los
pacientes. Trate profilácticamente el dolor que se espera esté relacionado con
un procedimiento e integre las intervenciones farmacológicas y no farmacológicas
de manera complementaria.
Use anestésicos locales y opioides de acción corta para controlar los dolores
relacionados con una intervención quirúrgica, dejando tiempo suficiente para que
el fármaco alcance el efecto terapéutico completo. Los ansiolíticos y sedantes
se pueden usar para reducir la ansiedad o para producir sedación.
Las intervenciones del comportamiento y cognitivas, tales como la imaginación
o la relajación, son útiles para controlar el dolor y la ansiedad relacionados
con un procedimiento. (Por ejemplos de ejercicios de relajación, ver la sección sobre Intervenciones de conducta cognitiva.) Por lo general, los
pacientes toleran mejor los procedimientos cuando tienen conocimiento sobre lo que
pueden esperar de estos.
Ofrezca la opción de que un familiar o amigo acompañe al paciente para brindarle
apoyo.
Bibliografía
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Mercadante S, Fulfaro F, Casuccio A: Pain mechanisms involved and outcome in advanced cancer patients with possible indications for celiac plexus block and superior hypogastric plexus block. Tumori 88 (3): 243-5, 2002 May-Jun.
[PUBMED Abstract]
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