El Consenso del fracking une en una misma visión a progresistas y neoliberales acerca de lo que debe ser YPF modelo 2012. A través de la figura de la sociedad mixta se colocó en el centro del nuevo paradigma la búsqueda y otorgamiento de grandes concesiones a los capitales extranjeros, tal como ya se hizo con Chevron. Esta vuelta de tuerca privatista dejó muy lejos el modelo nacional-estatal que fuera reivindicado –al menos retóricamente- a la hora de la intervención de Repsol-YPF.