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Escuelas de kínder a 12.º grado y programas de cuidados infantiles

Escuelas de kínder a 12.º grado y programas de cuidados infantiles

Preguntas frecuentes para administradores, maestros y padres

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Estas preguntas frecuentes para administradores, maestros y padres sirven como guía para administradores de escuelas, maestros y padres. Los funcionarios de salud y agencias educativas estatales y locales pueden usar estas preguntas frecuentes para brindar apoyo a sus partes interesadas, según corresponda.

Administradores

Planificación y respuesta al COVID-19

Durante la pandemia del COVID-19, los estados, tribus, localidades, territorios (STLT, por sus siglas en inglés), distritos escolares y sistemas escolares federales han estado tomando decisiones acerca de cuándo y cómo abrir las escuelas de manera segura para reanudar las clases presenciales. Muchos STLT, distritos escolares, administradores de escuelas, socios y miembros del público les han consultado a los CDC cómo determinar cuándo es seguro abrir las escuelas para reanudar las clases presenciales. No hay una respuesta fácil ni un único indicador, y se deben tener en cuenta muchas variables.

Los CDC han creado los Indicadores de ayuda dinámica para escuelas para ayudar a los administradores de escuelas a realizar planes con base en la situación específica de cada escuela. Estos indicadores toman en consideración el nivel de transmisión del COVID-19 en la comunidad y la capacidad de cada escuela de adherirse a las estrategias de mitigación correspondientes. Para identificar el nivel actual de transmisión en la comunidad, consulte el sitio web de su departamento de salud localícono de sitio externo. Recuerde que el nivel de transmisión del COVID-19 en las diferentes comunidades puede cambiar rápidamente.

A medida que las comunidades en los Estados Unidos evalúan cómo pueden abrir las escuelas de kínder a 12.º grado para reanudar las clases y actividades presenciales, y evitar el cierre de escuelas, los CDC ofrecen estrategias de mitigación que los administradores de escuelas de kínder a 12.º grado pueden usar para ayudar a proteger a los estudiantes, maestros y miembros del personal, y desacelerar la propagación del COVID-19. Estas Consideraciones para escuelas actualizadas pretenden ayudar a los administradores de escuelas a evaluar cómo proteger la salud, seguridad y bienestar de los estudiantes, maestros, miembros del personal, sus familias y las comunidades al:

  1. Promover conductas que reduzcan la propagación del COVID-19
  2. Mantener un entorno saludable mediante la limpieza y desinfección, ventilación, modificación de los espacios y otras estrategias
  3. Mantener operaciones saludables a través de estrategias como: conformación de cohortes (mantener grupos estables de estudiantes y personal para evitar que se mezclen con otras personas), cronogramas híbridos, clases virtuales u otras medidas de mitigación
  4. Prepararse para cuando alguien esté enfermo

Aliente a los estudiantes y al personal a que tomen medidas preventivas cotidianas para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias como el COVID-19. Estas acciones incluyen quedarse en casa si están enfermos, usar mascarilla de forma correcta y constante, limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no tiene agua y jabón, use un desinfectante de manos a base de alcohol que contenga al menos un 60 % de alcohol. Lávese siempre las manos con agua y jabón si están visiblemente sucias. Asegúrese de monitorear correctamente el uso de desinfectante de manos por parte de los estudiantes, especialmente de los niños más pequeños y de aquellos con discapacidades del desarrollo o aprendizaje. Recuerde garantizar el adecuado almacenamiento del desinfectante y otros productos de limpieza o desinfección para mantenerlos fuera del alcance de los niños. Estas medidas son importantes para evitar la ingestión, las lesiones (p. ej., salpicaduras en los ojos) o el mal uso de tales productos, lo que puede provocar enfermedades y resultados graves de salud, e incluso la muerte.

La división en cohortes (o burbujas) es una de las muchas estrategias de mitigación que las escuelas pueden usar para evitar que los estudiantes y miembros del personal se mezclen entre sí, y para limitar la propagación del COVID-19. Una cohorte o burbuja es un grupo específico que permanece junto a lo largo de toda la jornada escolar durante las clases presenciales, o durante cualquier periodo predeterminado, de modo que exista una interacción mínima o nula entre los grupos. Esta práctica puede ayudar a prevenir la propagación del COVID-19 al limitar el intercambio de estudiantes y maestros en la medida de lo posible, y puede:

  • Disminuir las oportunidades de exposición al COVID-19 o de su transmisión
  • Reducir la cantidad de personas que tocan las superficies compartidas
  • Facilitar un rastreo de contactos más eficaz si una persona tiene COVID-19
  • Facilitar pruebas de detección, medidas de cuarentena y/o aislamiento orientadas a una misma cohorte en lugar de imponer la necesidad de tomar medidas que alcancen a toda la escuela si se produce un caso o un grupo de casos positivos

La implementación de cohortes puede variar en función del entorno y los recursos disponibles. Por ejemplo:

  • Las escuelas pueden mantener juntas a las cohortes de estudiantes en una misma aula y hacer que los maestros roten entre las salas
  • Las escuelas pueden adoptar enfoques híbridos y asignar a algunas cohortes de estudiantes y maestros a las clases presenciales y a otras a las clases virtuales

Las escuelas deberían determinar, en colaboración con los funcionarios de salud estatales, tribales, locales y territoriales, si es necesario implementar alguna estrategia de realización de pruebas de detección y, de ser así, la mejor forma de hacerlo. En el caso de las escuelas de kínder a 12.º grado operadas por el gobierno federal (p. ej., escuelas de kínder a 12.º grado para dependientes del Departamento de Defensa), las escuelas también deberían colaborar con la nación huésped, la instalación militar local y los funcionarios federales de salud pública. El personal escolar de enfermería y los proveedores comunitarios de atención médica pediátrica deben seguir las recomendaciones de los CDC acerca de la realización de pruebas de detección, el aislamiento y la cuarentena para niños en edad escolar detalladas en la página Información para proveedores de atención médica pediátrica cuando sea posible. Encontrará más información sobre la realización de pruebas de detección al personal de escuelas de kínder a 12.º grado en las Estrategias para proteger al personal de escuelas de kínder a 12.º grado del COVID-19 de los CDC.

Los CDC recomiendan que las personas con cualquier signo o síntoma del COVID-19 sean remitidas a un proveedor de atención médica para su evaluación y para determinar si es necesario realizarles una prueba de detección. Además, se recomienda realizar una prueba viral a los contactos cercanos de las personas con COVID-19. Todos los contactos cercanos de personas con COVID-19 deben consultar a sus funcionarios de salud pública locales o a su proveedor de atención médica para coordinar su evaluación y realización de una prueba de detección como contacto cercano.

Vea Consideraciones para la realización de pruebas de detección en escuelas de kínder a 12.º grado para obtener más información.

Algunos estudiantes y miembros del personal escolar (o miembros de su hogar) pueden tener mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Las escuelas pueden ofrecer opciones al personal con mayor riesgo de enfermarse gravemente que limiten su riesgo de exposición al COVID-19 (p. ej., teletrabajo, modificación de sus responsabilidades laborales). Las escuelas también pueden ofrecer opciones a los estudiantes con mayor riesgo que limiten su riesgo de exposición al COVID-19 (p. ej., oportunidades de aprendizaje virtual). Si un hogar incluye a alguna persona con mayor riesgo de enfermarse gravemente, todos los miembros del hogar deberían actuar como si su propio riesgo también fuera mayor. Por lo tanto, es posible ofrecer opciones para limitar el riesgo de exposición a estudiantes y miembros del personal que conviven con personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente.

Las escuelas deberían garantizar la protección de la privacidad de los estudiantes, maestros, personal escolar y familias de conformidad con las leyes de privacidad vigentes (p. ej., la Ley de Privacidad y Derechos Educacionales de la Familiaícono de sitio externo (FERPA), la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidadesícono de sitio externo). Las escuelas también pueden considerar la planificación de eventos relacionados con la vida y circunstancias que puedan afectar a los estudiantes y miembros del personal. Los administradores deberían revisar y actualizar el plan de operaciones de emergenciaícono de sitio externo de la escuela en colaboración con el departamento de salud localícono de sitio externo. Concéntrese en los componentes o anexos del plan que abordan brotes de enfermedades infecciosas. Para obtener más información sobre cómo elaborar su plan de operaciones de emergencia, vea Funcionamiento de las escuelas durante la pandemia del COVID-19 de los CDC.

La cuarentena y el aislamientoícono de pdf son medidas de salud pública utilizadas para proteger a la comunidad al evitar su exposición a personas que tienen o podrían tener una enfermedad contagiosa, como el COVID-19.

  • La cuarentena consiste en mantener a quienes podrían haber estado expuestos al virus lejos de las demás personas.
  • El aislamiento consiste en mantener a quienes están infectados por el virus lejos de las demás personas, incluso en su casa.

Vea el video ¿Qué diferencia hay entre cuarentena y aislamiento? para obtener más información.

La cuarentena evita propagar el COVID-19 en caso de que la persona que estuvo expuesta al virus efectivamente esté infectada. Las personas en cuarentena deberían estar atentas a los síntomas de COVID-19, mantenerse alejadas de las demás personas, especialmente de quienes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, seguir las indicaciones de los funcionarios de salud pública, realizarse una prueba de detección y seguir las guías de los CDC si presentan síntomas. Vea las directrices de los CDC sobre la duración adecuada de la cuarentena y consulte si el departamento de salud estatal o local cuenta con alguna guía adicional.

El aislamiento se utiliza para separar a las personas que están infectadas por el virus que causa el COVID-19 de las personas que no están infectadas. Las personas que están en aislamiento deben quedarse en casa hasta que sea seguro que vuelvan a estar cerca de otras personas. En casa, quienes están enfermos o infectados deberían mantenerse separados de las demás personas al permanecer en una habitación o área separada y utilizar un baño diferente, si es posible. Las personas con COVID-19 o quienes podrían tener COVID-19 deberían usar una mascarilla al estar cerca de otras personas o animales, incluso en su casa.

Los niños pueden ser infectados por el virus que causa el COVID-19, pueden enfermarse de COVID-19 y pueden propagar el COVID-19 a otras personas. Los niños, al igual que los adultos, que están infectados pueden no presentar síntomas pero aun así propagar el virus que causa el COVID-19 a otras personas.

La mayoría de los niños con COVID-19 tienen síntomas leves o no han presentado síntomas en absoluto. No obstante, los niños pueden enfermarse gravemente o morir a causa del COVID-19. Los niños con afecciones subyacentes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente en comparación con otros niños.

Los CDC y sus socios están investigando una afección rara pero grave asociada al COVID-19 en niños denominada síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Aún se desconoce qué causa el MIS-C y quiénes tienen mayor riesgo de desarrollarlo. Para obtener más información, visite MIS-C, por sus siglas en inglés.

Para más información, visite COVID-19 en niños y adolescentes.

Sí. Los contactos cercanos de una persona con COVID-19 deberían hacer cuarentena, incluso si estaban usando mascarilla. Para obtener más información acerca de los contactos cercanos y quiénes deberían hacer cuarentena, visite la página Cuándo hacer cuarentena de los CDC. Los CDC recomiendan el uso comunitario de mascarillas, específicamente sin válvulas, o de mascarillas de tela de varias capas para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19). Las mascarillas ofrecen cierto nivel de protección a quien las utiliza y también actúan como barrera para evitar propagar el virus a otras personas en caso de que alguien esté infectado por el virus que causa el COVID-19 y no lo sepa. La eficacia de las mascarillas para evitar la propagación del COVID-19 depende en gran medida del tipo de tela, la cantidad de capas de tela y el ajuste de la mascarilla; los CDC continúan estudiando estos factores. Por lo tanto, la determinación de contacto cercano debe hacerse independientemente de si la persona con COVID-19 o el contacto estaba usando mascarilla. Vea Guía interina de Investigación de casos y rastreo de contactos en escuelas de kínder a 12.º grado para obtener más información. Tenga en cuenta que se siguen realizando investigaciones al respecto, y los CDC continuarán evaluando y actualizando sus recomendaciones si, en el futuro, existe evidencia que justifique implementar algún tipo de cambio.

A continuación ofrecemos recursos para compartir con la comunidad escolar para ayudarla a comprender el COVID-19 y las medidas que todos pueden tomar para protegerse:

Si observa un incremento sustancial de la cantidad de ausencias entre los estudiantes y personal de su escuela por enfermedad, informe esto a sus funcionarios de salud locales. Es posible que su escuela también desee trabajar en coordinación con los departamentos de educación y organizaciones comunitarias locales y estatales para ayudar a renovar el compromiso de las familias.

Las escuelas deberían establecer procedimientos para garantizar que los estudiantes y miembros del personal que están enfermos sean aislados de las demás personas lo antes posible. Mantenga a todas las personas con síntomas separadas de otros estudiantes y miembros del personal, a excepción de la persona o enfermero escolar designado para trasladar al niño al aislamiento utilizando el equipo de protección personal recomendado hasta que pueda irse a casa o ser recogido. Si alguien presenta señales de advertencia de emergencia u otros signos de enfermedad grave o que ponen en riesgo la vida, busque atención médica de emergencia inmediatamente. Infórmele al operador del 911 que necesita atención para alguien que podría tener COVID-19. Todas las personas con síntomas de COVID-19 deberían consultar a sus proveedores de atención médica para ser evaluados y someterse a una prueba viral. Vea Qué hacer si un estudiante se enferma en la escuela y Evaluación de síntomas en las escuelas para obtener más información.

Guías rápidas disponibles:

Los CDC alientan la colaboración entre la escuela de kínder a 12.º grado, el departamento de salud, el personal y las familias si se identifican casos entre los empleados o estudiantes de la escuela, además de durante la investigación de exposiciones al COVID-19 relacionadas a la escuela. Todas las actividades de apoyo en investigación de casos y rastreo de contactos realizadas por las escuelas de kínder a 12.º grado se deben abordar en coordinación y con acuerdo del departamento de salud.

Vea Qué hacer si un estudiante se enferma en la escuela y la Guía interina de investigación de casos y rastreo de contactos en escuelas de kínder a 12.º grado para obtener información sobre qué hacer cuando un estudiante o miembro del personal da positivo para el COVID-19.

Durante la pandemia del COVID-19, se prefiere el uso de tratamientos para el asma con inhaladores que utilizan cámaras de inhalación (con o sin máscara, según el tratamiento personalizado de cada estudiante) en vez del nebulizador, cuando sea posible, en el ámbito escolar. El uso de inhaladores para el asma (con o sin cámara o máscara) no es considerado un procedimiento que genere aerosoles.

Debido a la disponibilidad limitada de datos, se desconoce si los aerosoles que generan los tratamientos con nebulizadores son potencialmente infecciosos.1 Para obtener más información, visite Procedimientos que generan aerosoles. Durante la pandemia del COVID-19, los tratamientos con nebulizadores en las escuelas deberían reservarse para los niños que no pueden utilizar o no tienen acceso a un inhalador (con o sin cámara o máscara), o para los niños con dificultad respiratoria significativa mientras esperan el transporte de emergencia.

El uso de espirómetros, incluso en un entorno escolar, requiere de una exhalación forzada. Según los datos limitados disponibles1, la exhalación forzada no se considera un procedimiento que genera aerosoles. Sin embargo, en algunas personas asmáticas, el uso de espirómetros puede provocar tos.

La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) del Departamento del Trabajo de los EE. UU. ofrece información generalícono de pdfícono de sitio externo sobre cómo proteger a los trabajadores de potenciales exposiciones, en función de su riesgo de exposición, y estándares para la selección y uso de equipos de protección personal (EPP)ícono de sitio externo. Los CDC cuentan con información adicional sobre el uso de EPP. El personal también debería estar capacitado para realizar tratamientos con nebulizadores y espirómetros. Para obtener información acerca de la espirometría, visite Pruebas de la función pulmonarícono de sitio externo.

Durante la pandemia del COVID-19, si es necesario administrar el tratamiento con nebulizador o un espirómetro a un estudiante en la escuela, debería limitarse la cantidad de personas dentro de la habitación para que solo estén presentes el estudiante y el personal que realizará el tratamiento. Si corresponde según la edad, el nivel de madurez y el estado respiratorio del estudiante, el miembro del personal podría observar al estudiante desde una distancia de 6 pies o más o desde afuera de la habitación (a la vista). Los niños que reciben tratamiento respiratorio con nebulizador deben ser supervisados en todo momento. Una vez que haya finalizado el tratamiento con nebulizador o uso de espirómetro, deberían realizarse las tareas de limpieza y desinfección de rutina en la habitación. Los CDC ofrecen información sobre cómo limpiar y desinfectar y sobre cómo prevenir los ataques de asma provocados por las tareas de limpieza y desinfección correspondientes. Para obtener más información sobre quiénes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente, los CDC brindan datos adicionales para personas con asma moderado a grave y para personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente debido a afecciones subyacentes.

1Referencia relacionada con procedimientos que generan aerosoles:
Tran K, Cimon K, Severn M, Pessoa-Silva CL, Conly J (2012) Aerosol Generating Procedures and Risk of Transmission of Acute Respiratory Infections to Healthcare Workers: A Systematic Review. PLoS ONE 7(4); https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3338532/#!po=72.22ícono de sitio externo.

Los estudiantes deberían estar autorizados a usar su propio inhalador cada vez que lo necesiten, en la medida que la ley estatal y las políticas de la escuela lo permitan. Cuando los estudiantes necesiten usar los suministros de inhaladores de la escuela, se los debe utilizar y limpiar según las instrucciones del fabricante. La Política modelo para distritos escolares: suministro de broncodilatadoresícono de pdfícono de sitio externo de la American Lung Association recomienda el uso de inhaladores con cámaras de inhalación/boquillas desechables.

Otras estrategias para minimizar la contaminación cruzada incluyen usar cámaras de inhalación con válvulas unidireccionales e impedir que el estudiante toque el inhalador (p. ej., el estudiante puede tocar la cámara de inhalación, pero solo el personal de la escuela que está realizando el tratamiento puede tocar el inhalador). Datos limitados de entornos de atención médicaícono de pdfícono de sitio externo sugieren que limpiar todas las superficies de un inhalador con una toallita que contenga al menos un 70 % de alcohol después de usar el inhalador, y luego dejarlas secar al aire podría prevenir la contaminación cruzada bacteriana. Los CDC no tienen datos que respalden si esta práctica puede prevenir la contaminación cruzada o transmisión viral en el entorno escolar.

Los CDC no tienen datos sobre contaminación viral de cámaras de inhalación. Un estudioícono de sitio externo que evaluó la persistencia del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19) en superficies de plástico, acero inoxidable y cartón demostró que el virus es capaz de permanecer viable hasta por 72 horas sobre algunas superficies, lo que destaca la importancia de desinfectar las superficies. La Política modelo para distritos escolares: suministro de broncodilatadoresícono de pdfícono de sitio externo de la American Lung Association recomienda el uso de inhaladores con cámaras de inhalación o boquillas desechables.

Los administradores y miembros del personal pueden recordar a los padres y tutores la importancia de contar con medicamentos, dispositivos y suministros personales suficientes y no vencidos de acuerdo al plan de tratamiento individualizado de cada estudiante. Los administradores también pueden informar a los estudiantes, padres y tutores acerca de la posibilidad de que el inhalador de dosis medidas de la escuela sea utilizado por más de un estudiante, especialmente en casos de emergencia. Dado que no se sabe fehacientemente si la limpieza puede prevenir la contaminación cruzada o transmisión viral en el entorno escolar, es preferible contar con medicamentos personales a disposición, si es posible.​

El personal de la escuela que les administra el medicamento para el asma a los estudiantes debería practicar una buena higiene de manos, lo que incluye lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos antes y después de realizar la administración correspondiente. Si no hay agua y jabón disponibles y las manos no están visiblemente sucias, el personal puede usar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol.

 

Las personas con asma moderada a grave pueden tener un mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Los CDC tienen más información sobre el COVID-19 para las escuelas y los proveedores de atención médica (incluido el personal escolar de enfermería).

Los CDC tienen más información acerca del asma (no relacionada con el COVID-19) para los profesionales de la salud y las escuelas aquí: https://www.cdc.gov/asthma/info.html.

No. De acuerdo a la política que figura en Educación para niños y jóvenes sin hogarícono de sitio externo, los estudiantes sin hogar deben tener acceso igualitario a la educación pública y gratuita adecuada que reciben los otros estudiantes. Los requisitos de residencia no deben ser una barrera para la inscripción, asistencia o avance educativo de los niños y jóvenes sin hogar.

Las consideraciones para escuelas de los CDC recomiendan varias estrategias para abordar áreas y actividades que suelen generar una gran acumulación de estudiantes. Por ejemplo, las escuelas pueden limitar el uso de las cafeterías o comedores si resulta difícil mantener el distanciamiento de 6 pies o más. Las comidas pueden servirse en los salones de clase si es viable respetar una distancia de al menos 6 pies. Cada estudiante y miembro del personal debería tener un lugar separado designado donde guardar su mascarilla cuando no la usa mientras come o bebe. Para reducir las aglomeraciones en los pasillos, las escuelas pueden escalonar los horarios, o usar indicadores o guías físicas (p. ej., implementar la "circulación en sentido único" en los pasillos). Escalonar los horarios de llegada y salida también podría ayudar a reducir la cantidad de estudiantes presentes en los pasillos a la vez. Alternar los días de asistencia presencial (p. ej., la mitad de los estudiantes asiste en días o semanas alternadas) también puede ayudar a reducir las aglomeraciones en los espacios de uso común, incluidos baños y autobuses. Se deben evitar las asambleas y reuniones numerosas tanto como sea posible, pero especialmente cuando la propagación del COVID-19 en la comunidad es significativa. Las escuelas deberían implementar estrategias para gestionar las áreas y evaluar la cancelación de actividades que suelen convocar a una gran cantidad de estudiantes.

Para ayudar a reducir el riesgo de COVID-19 entre los estudiantes y miembros del personal, los administradores de las escuelas deberían evaluar suspender o limitar el uso de los casilleros por parte de los estudiantes a lo largo del día. Si es necesario seguir utilizando los casilleros, procure evitar mezclar a los estudiantes en las áreas de casilleros de uso común al escalonar las clases o mantener el mismo grupo de estudiantes (cohortes), y al conservar una distancia de al menos 6 pies entre los estudiantes (p. ej., dejar casilleros vacíos). El uso compartido de casilleros es una práctica frecuente en muchas escuelas y representa un mayor riesgo de proximidad, uso compartido de objetos entre los estudiantes y contacto con superficies de contacto frecuente. Las escuelas deberían considerar eliminar los casilleros de uso compartido o escalonar los horarios de acceso a los casilleros asignados antes, durante y después del horario escolar. En el ámbito de las escuelas primarias, las escuelas pueden evaluar el uso de contenedores, unidades de almacenamiento o cubículos donde cada estudiante pueda guardar sus materiales.

Los casilleros, especialmente los casilleros de uso compartido, son superficies que se tocan con frecuencia y se los debería limpiar y desinfectar al menos a diario. La limpieza y desinfección regulares son clave para limitar la exposición a los gérmenes y mantener un entorno seguro durante la pandemia del COVID-19. Trabaje junto a sus maestros y miembros del personal para decidir qué aspectos de la limpieza y desinfección de los casilleros o contenedores de almacenamiento estarán a cargo de los maestros o personal docente, y qué aspectos dependerán del personal de mantenimiento.

El acceso a materiales de aprendizaje a través de plataformas virtuales (p. ej., libros electrónicos o publicaciones digitales) puede reducir la necesidad de trasladar los materiales hacia y desde la escuela y evitar que los estudiantes deban almacenar sus pertenencias en los casilleros durante la jornada escolar. Trabaje junto a los maestros y miembros del personal para elaborar un plan que permita reducir la necesidad de trasladar los materiales hacia y desde la escuela. Para obtener información acerca de cómo desinfectar dispositivos electrónicos, visite Limpieza y desinfección de establecimientos.

La limpieza y desinfección son aspectos fundamentales para reducir la propagación del COVID-19. Un estudioícono de sitio externo que evaluó la persistencia del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19) en superficies de plástico, acero inoxidable y cartón demostró que el virus es capaz de permanecer viable hasta por 72 horas sobre algunas superficies, lo que destaca la importancia de desinfectar las superficies. Los administradores deberían trabajar junto a los maestros y miembros del personal para decidir qué aspectos de la limpieza y desinfección estarán a cargo de los maestros, el personal docente y el personal de mantenimiento. Los administradores de escuelas deberían garantizar que los maestros y miembros del personal puedan acceder a suministros adecuados, y trabajar junto a los maestros y el personal para hablar sobre los obstáculos que impiden limpiar y desinfectar con mayor frecuencia, y cómo superarlos.

Limpie y desinfecte las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia en el salón de clase, como manijas de puertas, escritorios, sillas, gabinetes, casilleros, estanterías, teclados y ratones de computadoras de uso compartido, botes de basura, interruptores de luz, sacapuntas, lavabos y áreas circundantes, mesones, libros y otros materiales de aprendizaje de uso compartido. Los usuarios deberían seleccionar productos incluidos en la Lista N: Desinfectantes aprobados por la EPAícono de sitio externo , garantizar su utilización correcta y segura, usar la protección adecuada según lo recomendado por el fabricante y seguir las indicaciones que figuran en el envase del producto. Por ejemplo, el uso correcto de las toallitas desinfectantes a menudo implica dejar la superficie visiblemente húmeda durante un cierto lapso de tiempo, y luego dejar que se seque con el aire. Garantice un correcto almacenamiento de los productos de limpieza y desinfecciónícono de sitio externo, lo que incluye almacenarlos de forma segura y lejos del alcance de los niños.

Elabore un cronograma para limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia al menos a diario o entre cada uso tanto como sea posible. Si es posible, limite el uso de objetos compartidos o límpielos entre cada uso. No se deben usar productos de limpieza y desinfección cerca de los niños, y el personal debe garantizar que haya una ventilación adecuada al usar estos productos para evitar que los niños o ellos mismos inhalen vapores tóxicos. Se debe considerar especialmente a las personas con asma, que no deben estar presentes durante las tareas de limpieza y desinfección ya que el uso de estos productos podría desencadenar brotes de asma. Existen productos más seguros y medidas que pueden reducir el riesgo de sufrir ataques de asma. Siga las indicaciones que figuran en el envase del producto. Para evitar usar el producto cerca de los estudiantes, evalúe cuáles serían los mejores horarios para limpiar y desinfectar para evitar que los estudiantes tengan contacto con los productos. Algunos horarios posibles para limpiar podrían incluir a la mañana antes de la llegada de los estudiantes, entre clase y clase si los estudiantes cambian de aula, antes y después del servicio de comidas, antes de que los estudiantes vuelvan del recreo o los descansos, y después de que los estudiantes se vayan a casa. Tenga en cuenta la guía de los CDC Limpieza, desinfección e higiene de manos en las escuelas: kit de herramientas para administradores de escuelas al prepararse para limpiar y desinfectar su salón de clase.

Asegúrese de monitorear adecuadamente el uso del desinfectante de manos, especialmente por parte de los niños más pequeños o de aquellos con discapacidades del desarrollo o aprendizaje, y recuerde garantizar el correcto almacenamiento del desinfectante y otros productos de limpieza o desinfección cuando no se los utiliza para mantenerlos fuera del alcance de los niños. Estas medidas son importantes para evitar la ingestión, las lesiones (p. ej., salpicaduras en los ojos) o el mal uso de tales productos, lo que puede provocar enfermedades y resultados graves de salud, e incluso la muerte.

Se pueden usar los Indicadores de ayuda dinámica para escuelas de los CDC para determinar si es posible realizar actividades extracurriculares luego de implementar las estrategias de mitigación necesarias, y cómo hacerlo.

Elabore planes que utilicen los principios generales necesarios para reducir el riesgo de transmisión del COVID-19 para todas las actividades que se realicen dentro de la escuela. Cuanto mayor sea la cantidad de personas con las que interactúe un estudiante o miembro del personal, y más prolongada sea la interacción, mayor será el riesgo de transmisión del COVID-19. En cuanto al ámbito del salón de clase, aliente el distanciamiento físico de al menos 6 pies y el uso correcto de mascarillas; limite el uso de objetos compartidos; promueva una buena higiene de manos y el protocolo para la higiene respiratoria (p. ej., cubrirse con un pañuelo desechable al toser y estornudar, botar los pañuelos desechables usados en la basura, y lavarse las manos de inmediato); y limpie y desinfecte las superficies y objetos compartidos que se tocan con frecuencia. Mantenga a los estudiantes agrupados en cohortes tanto como sea posible y procure evitar mezclar esos grupos. Busque maneras de continuar implementando los componentes educativos de las actividades especiales mientras pone en práctica estos principios.

Para realizar competencias, trabaje en coordinación con las otras escuelas o distritos participantes y con los organizadores del evento para buscar opciones que permitan modificar los procesos de competencia tradicionales para respetar mejor los principios y estrategias clave a fin de reducir la transmisión del COVID-19. Esto podría requerir optar por las competencias virtuales únicamente o modificar los ámbitos de competición para reducir el contacto entre los equipos de diferentes cohortes o escuelas. Revise las consideraciones de los CDC sobre congregaciones y eventos.

Las decisiones acerca de reiniciar o continuar las actividades extracurriculares presenciales del servicio comunitario deben tomarse en colaboración con los funcionarios de salud y socios comunitarios locales con base en diferentes factores, entre ellos el nivel de transmisión en la comunidad. Hay disponible información adicional para socios comunitarios sobre cómo satisfacer las necesidades de su comunidad local, como el servicio comunitario extracurricular presencial, a la vez que reduce la propagación del COVID-19.

Ante casos de horas de voluntariado o servicio comunitario, busque opciones para que los estudiantes generen un impacto significativo sin tener que estar físicamente presentes en un ámbito que podría ponerlos en mayor riesgo de contraer o propagar el COVID-19 (p. ej., organizar un evento de recaudación de fondos en línea). Considere los principios generales para reducir el riesgo de transmisión al decidir realizar actividades presenciales de voluntariado o servicio comunitario teniendo en cuenta el contexto del COVID-19 en su comunidad. Los niveles más elevados de propagación comunitaria requerirán estrategias de reducción de riesgos más estrictas.

Llevar a cabo simulacros de emergencia en las escuelas es fundamental para garantizar la seguridad de todos los estudiantes y miembros del personal. En muchos estados, existen leyes que exigen la realización de estos simulacros. No obstante, estos simulacros pueden generar proximidad entre las personas. Los administradores deberían trabajar con los maestros, el personal de seguridad (p. ej., funcionarios de seguridad locales) y el personal de apoyo no docente (consejeros/psicólogos) para identificar el enfoque más práctico y razonable a la hora de abordar los simulacros de emergencia. Los CDC recomiendan el uso de mascarillas en entornos públicos (incluidas las escuelas) y particularmente cuando sea difícil mantener el espacio físico recomendado de 6 pies entre las personas, como podría ocurrir durante los simulacros de emergencia en las escuelas. Cuando sea posible, las escuelas pueden evaluar practicar los simulacros con grupos más pequeños de estudiantes o cohortes, y escalonar/alternar la práctica de simulacros. Hay más información disponible sobre consideraciones de seguridad contra incendios para escuelasícono de sitio externo durante la pandemia del COVID-19.

Las escuelas primarias pueden reducir la cantidad de niños durante el recreo o usar el patio por turnos al escalonar los grupos de estudiantes o clases. Evalúe crear diferentes áreas de juego para las actividades designadas de modo de reducir aun más la interacción entre los estudiantes. Limite el uso de objetos compartidos (p. ej., equipos de ejercicio, juegos, juguetes) tanto como sea posible. Cuando sea necesario usar objetos compartidos, es importante limpiar y desinfectar los artículos antes y después de que cada estudiante los utilice. Ver la información de los CDC Guía para administradores de parques y centros recreativos para obtener más información.

Los administradores deberían tomar decisiones acerca de reiniciar o continuar con las clases de artes escénicas y las actividades extracurriculares presenciales en colaboración con los funcionarios de salud locales con base en diversos factores, entre ellos el nivel de transmisión en la comunidad.

Cantar o tocar instrumentos de viento genera gotitas respiratorias y aerosoles que podrían contener el virus que causa el COVID-19 si la persona que está cantando o tocando el instrumento está infectada. Algunas consideraciones generales pueden incluir practicar en grupos pequeños (es decir, cohortes, burbujas) con los mismos 5-10 estudiantes que siempre ensayan juntos, reforzar el uso de mascarillas por parte de todos los estudiantes y miembros del personal cuando no estén tocando un instrumento que requiera el uso de la boca (a menos que la clase se desarrolle al aire libre y pueda mantenerse la distancia recomendada), mantener el distanciamiento social, instalar protectores transparentes u otras barreras físicas donde sea posible para separar a los estudiantes y miembros del personal, eliminar el uso de objetos compartidos y mantener una ventilación adecuada en los espacios utilizados para ensayar.

En el caso de las bandas, algunas consideraciones adicionales incluyen el uso de protectores para los instrumentos de metal y bolsas especialmente diseñadas con aberturas para las manos para los instrumentos de viento. En cuanto al teatro y la danza, algunas consideraciones adicionales incluyen ensayar y realizar presentaciones al aire libre, y evitar usar accesorios, disfraces y pelucas. Algunos de los principios guía para los deportes juveniles y la práctica deportiva también pueden ser relevantes para la realización de actividades de baile extracurriculares.

Los maestros de PE deberían considerar los principios guía para los deportes juveniles y la práctica deportiva al planificar las clases de educación física. Además, comprender cómo se propaga el COVID-19 también es algo que debería tenerse en cuenta.

En general, reduzca el tamaño de las clases o la cantidad de estudiantes de cada curso de PE en un momento dado. Considere ofrecer PE a cohortes individuales e implemente horarios escalonados/alternativos para ayudar a dictar las clases de PE a todos los estudiantes. Usar el espacio al aire libre, si el clima lo permite, puede ayudar a mantener el distanciamiento físico de al menos 6 pies entre los estudiantes durante la actividad física. Evalúe el riesgo de los estudiantes con base en los deportes, juegos y actividades a realizar, y la forma en que se comparten los equipos entre los estudiantes. Si es posible, evite las actividades que requieren proximidad física o contacto físico. Por ejemplo, puede priorizar las actividades de menor riesgo (p. ej., correr al aire libre manteniendo el distanciamiento físico) en lugar de las actividades de mayor riesgo (p. ej., la lucha libre durante la cual no es posible mantener el distanciamiento físico) al diseñar e implementar los planes de enseñanza.

Limite el uso de objetos compartidos (p. ej., equipos de ejercicio, juegos, juguetes, materiales didácticos manipulables) tanto como sea posible. Cuando sea necesario usar objetos compartidos, es importante limpiar y desinfectar los artículos antes y después de que cada estudiante los utilice. Ponga en práctica buenos hábitos de higiene de manos y el protocolo para la higiene respiratoria (p. ej., cubrirse con un pañuelo desechable al toser y estornudar, botar los pañuelos desechables usados en la basura, y lavarse las manos de inmediato) antes, durante y después de practicar PE. Aliente a todos a lavarse las manos regularmente con agua y jabón por al menos 20 segundos. Si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol. Aliente a todos los estudiantes a lavarse las manos o usar desinfectante de manos antes y después de practicar PE.

Los administradores pueden alentar el uso de mascarillas y dar el ejemplo al utilizar una. A los estudiantes (en especial a los más pequeños) podría resultarles difícil usar las mascarillas mientras practican deportes (en especial, deportes de alta intensidad), pero los entrenadores, personal de organizaciones deportivas juveniles, árbitros, padres y espectadores deberían usarlas tanto como sea posible. El uso de mascarillas es especialmente importante cuando se dificulta el distanciamiento social. Recuérdeles a los estudiantes que no se toquen la mascarilla y que se laven las manos con frecuencia. También se debe proporcionar información a todos los participantes acerca del uso, remoción y lavado correctos de las mascarillas. Las mascarillas no son aptas para niños menores de 2 años de edad y tampoco se deben colocar a personas con dificultad para respirar o que estén inconscientes, incapacitadas o que por algún otro motivo no puedan quitarse la mascarilla sin ayuda. Para obtener más información, visite las Consideraciones para el uso de mascarillas de los CDC.

Los CDC han elaborado Estrategias para proteger al personal de escuelas de kínder a 12.º grado del COVID-19 para ayudarle a tomar decisiones para proteger a su personal.

Vea la Guía interina de investigación de casos y rastreo de contactos en escuelas de kínder a 12.º grado para obtener más información. Los CDC recomiendan el trabajo conjunto entre las escuelas de kínder a 12.º grado y los departamentos de salud cuando se identifica un caso en un maestro o estudiante, y durante la investigación de posibles exposiciones al COVID-19 dentro de la escuela. Todas las actividades de apoyo en investigación de casos y rastreo de contactos realizadas por las escuelas de kínder a 12.º grado se deben abordar en coordinación y con acuerdo del departamento de salud.

Las actividades de rastreo de contactos permisibles entre menores pueden variar en gran medida según la jurisdicción, con base en las leyes estatales, tribales, locales y territoriales. Algunas jurisdicciones autorizan que personas de tan solo 12 años respondan preguntas médicas y de salud pública, mientras que en otras se debe solicitar autorización al padre, madre, tutor o encargado de los menores. Las escuelas de kínder a 12.º grado deben consultar a los funcionarios de salud pública y a sus asesores legales para determinar la mejor forma de abordar las investigaciones de casos y el rastreo de contactos que involucran a menores, además de las autorizaciones necesarias. Según los parámetros legales estatales, tribales, locales y territoriales, es posible que algunas escuelas de kínder a 12.º grado y departamentos de salud deban obtener consentimiento de los padres, madres, tutores o encargados para las actividades que llevan adelante con algunos o todos los menores y con los estudiantes con discapacidad.

Trabaje junto a su departamento de salud localícono de sitio externo para elaborar un plan de investigación de casos y rastreo de contactos. Vea Guía interina de Investigación de casos y rastreo de contactos en escuelas de kínder a 12.º grado para obtener más información.

Apertura de escuelas para el dictado de clases presenciales

El cierre temporario de las escuelas o la reducción en sus operaciones y en el uso normal del agua pueden generar riesgos para los estudiantes y personal que se reincorporan. Para reducir al mínimo el riesgo de exposición al plomo o al cobre, la enfermedad del legionario y otras enfermedades asociadas al agua, tome medidas, como purgar las cañerías, para garantizar la seguridad de todos los sistemas y fuentes de agua (p. ej., grifos de lavabos, bebederos, duchas, fuentes decorativas) después de un cierre prolongado del establecimiento. Además, siga la estrategia de las 3T (Training, Testing, Taking Action - Capacitar, Evaluar, Tomar medidas, en español) de la EPAícono de sitio externo para reducir la presencia de plomo en el agua para consumo. Es posible que deba realizar purgas regulares de manera constante después de la apertura. Puede ver más recursos en el documento de la EPA, Información para mantener y restablecer la calidad del agua en edificios con bajo uso o sin usoícono de sitio externo. Si están en uso, se deben limpiar y desinfectar los bebederos antes de la reapertura. Para obtener más información acerca de los bebederos, continúe leyendo.

 

Además, se deben revisar y actualizar los planes de operaciones de emergenciaícono de sitio externo y los planes específicos en el contexto del COVID-19.

Las recomendaciones sobre ventilación se incluyen en las consideraciones de los CDC para el funcionamiento de las escuelas durante la pandemia del COVID-19.

Evalúe realizar modificaciones o mejoras en el sistema de ventilación e implementar otras medidas para aumentar la circulación de aire limpio y diluir los posibles contaminantes en la escuela. Consulte con profesionales expertos en sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) cuando considere realizar cambios en los sistemas y equipos de HVAC. Revise las directrices de la ASHRAE para escuelas y universidadesícono de pdfícono de sitio externo para obtener más información sobre recomendaciones de ventilación para diferentes tipos de edificios y la preparación de los edificios para su ocupación. No todas las medidas son aptas para todos los escenarios.

Dado que los bebederos son superficies de contacto frecuente, deberían limpiarse y desinfectarse regularmente, al menos a diario, si están en uso. Podría ser necesario limpiar y desinfectar todas las superficies de contacto frecuente más a menudo según el nivel de uso. La escuela puede considerar cerrar los bebederos y otras estaciones de agua si la escuela garantiza que los estudiantes y miembros del personal tengan acceso al agua de otra manera. Las escuelas pueden recomendar al personal y a los estudiantes que traigan sus propias botellas de agua para reducir al mínimo el uso de bebederos y su manipulación, o considerar instalar métodos de activación sin contacto en los bebederos. Para obtener más información acerca de la importancia del acceso al agua en las escuelas, visite la página Nutrición escolar de los CDC.

Los distritos escolares y los administradores de escuelas deberían trabajar junto a las autoridades de salud locales al decidir si abrirán, cerrarán o reabrirán escuelas para el dictado de clases presenciales. Los CDC recomiendan el uso de 3 indicadores principales, incluidas dos mediciones de carga en la comunidad y una medida de autoevaluación acerca de la implementación escolar de estrategias clave de mitigación. Los funcionarios de salud locales también pueden ayudar a los administradores de las escuelas a tomar decisiones acerca de la cancelación de eventos escolares u otras actividades presenciales. Ver la información de los CDC Indicadores de ayuda dinámica para escuelas para obtener más información. Es posible que las escuelas también deban implementar protocolos para el cierre de edificios a corto plazo en caso de que una persona infectada haya estado en el campus durante su periodo infeccioso y haya tenido contacto cercano con otras personas. Encontrará más información acerca del funcionamiento de las escuelas durante la pandemia del COVID-19 disponible.

En caso de que se produzca la suspensión de clases debido al COVID-19, también deberían cancelarse las actividades extracurriculares grupales y los eventos grandes, como las presentaciones, excursiones y eventos deportivos. Esto puede requerir una coordinación estrecha con otros socios y organizaciones (p. ej., asociaciones atléticas de escuelas secundarias, asociaciones de música, asociaciones de padres y maestros). Además, evite que los estudiantes y miembros del personal se reúnan o socialicen de manera presencial fuera de la escuela para prevenir la propagación del COVID-19.

Garantice la continuidad de los programas de comidas para los estudiantes ante una posible suspensión de clases. Evalúe formas de distribuir comida entre los estudiantes que la reciben gratis o con precios reducidos. Consulte el sitio web sobre el Servicio de Alimentos y Nutriciónícono de sitio externo del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para obtener más información. Si hay propagación de COVID-19 en su comunidad, diseñe estrategias para evitar la distribución en entornos en los que podrían reunirse grupos de personas. Evalúe opciones como almuerzos preparados para llevar o entrega de comidas a domicilio.

Actualmente, los CDC no recomiendan que las escuelas realicen evaluaciones universales de síntomas (evaluar a todos los estudiantes de kínder a 12.º grado) de forma presencial porque los síntomas del COVID-19 pueden ser similares a los de muchas otras enfermedades infecciosas y crónicas, y porque algunas personas que tienen el virus que causa el COVID-19 son asintomáticas. Remítase a la Evaluar a estudiantes de kínder a 12.º grado para detectar síntomas de COVID-19: limitaciones y consideraciones para obtener más información.

Se alienta a los padres, tutores y cuidadores a monitorear todos los días a sus hijos para detectar signos de enfermedades infecciosas. Los estudiantes que presentan síntomas o que han tenido una posible exposición o contacto cercano con alguien con COVID-19 no deberían asistir a la escuela de forma presencial. El personal debería realizarse una autoevaluación antes de incorporarse a su puesto laboral. En función de la política de la escuela, es posible que se les pida a los padres, tutores o cuidadores y a los miembros del personal que notifiquen esta información al punto de contacto designado de la escuela.

Docentes

Los maestros y estudiantes están en contacto cercano gran parte del día durante las clases presenciales, y las escuelas pueden convertirse en lugares que facilitan la propagación de enfermedades respiratorias como el COVID-19. Los maestros pueden protegerse y proteger a sus estudiantes al practicar y fomentar conductas que reduzcan la propagación del COVID-19 durante el año escolar. Los maestros deberían quedarse en casa si presentan alguno de los síntomas del COVID-19, como fiebre, tos, dificultad para respirar, dolor corporal, dolor de cabeza y pérdida del gusto o el olfato. Si los maestros presentan síntomas, deben acudir a su proveedor de atención médica para ser evaluados y someterse a una prueba de detección. Los maestros también deberían quedarse en casa si han estado en contacto cercano con alguien con COVID-19. Aliente a los padres a que mantengan a sus estudiantes en casa si los estudiantes están enfermos.

Las decisiones individuales acerca del regreso a la enseñanza presencial debería consultarse con el/los proveedor(es) de atención médica, las familias y los administradores de las escuelas. Los proveedores de atención médica pueden ayudar a los maestros a comprender mejor su nivel personal de riesgo. La evidencia muestra que el riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 entre personas adultas aumenta con la edad y es mayor en aquellas que tienen ciertas afecciones subyacentes (p. ej., obesidad, diabetes). Las páginas web de los CDC ofrecen información más detallada acerca de los factores vinculados a un nivel de riesgo más alto con el fin de informar a las personas con mayores probabilidades de contraer la enfermedad. Además de considerar su propio riesgo de enfermarse gravemente, los maestros deberían evaluar el nivel de riesgo de los miembros de su hogar. Si un hogar incluye a alguna persona con mayor riesgo de enfermarse gravemente, todos los miembros del hogar deberían actuar como si su propio riesgo también fuera mayor.

Si el COVID-19 se está propagando dentro de las comunidades, las escuelas —al igual que otros entornos grupales— pueden ser lugares donde se produzca la transmisión o propagación del virus. Los niños pueden propagar el virus a otras personas. Para reducir los riesgos de transmisión en entornos de aprendizaje presencial, las escuelas deberían implementar varias estrategias de mitigación al mismo tiempo (a lo que también se denomina "estrategias de mitigación estratificadas"). Los planes de la escuela para reanudar las clases presenciales deberían incluir múltiples estrategias de mitigación: uso de mascarillas, distanciamiento social, higiene de manos, limpieza y desinfección, y rastreo de contactos. Además, los maestros y miembros del personal, y sus familias, deberían tomar precauciones para evitar enfermarse fuera de la escuela.

Si le preocupa su nivel personal de riesgo o el nivel de riesgo de un miembro de su hogar, hable con su proveedor de atención médica y con los administradores de su escuela acerca de las opciones disponibles. La guía de consideraciones para escuelas de los CDC alienta a los administradores de escuelas a implementar protecciones para el personal y los estudiantes con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, como así también para el personal y los estudiantes que conviven con personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente. Si un hogar incluye a alguna persona con mayor riesgo de enfermarse gravemente, todos los miembros del hogar deberían actuar como si su propio riesgo también fuera mayor. Las opciones pueden incluir políticas flexibles de licencia por enfermedad, opciones laborales alternativas (p. ej., trabajar desde casa o enseñar de forma virtual), y reducir la cantidad de estudiantes en cada salón de clase.

Los maestros desempeñan un rol importante al ayudar a los niños y jóvenes a comprender todo lo que han escuchado acerca del COVID-19. Algunos estudiantes podrían desconocer los riesgos del COVID-19 o estar mal informados. Algunos estudiantes podrían haber vivido la pérdida de un ser querido a causa del COVID-19 u otros traumas. A los estudiantes podría preocuparles que tanto ellos como sus familias y amigos contraigan el COVID-19. Será fundamental alentar a los estudiantes a compartir sus preocupaciones con adultos de confianza, y poder vincular a los estudiantes con los recursos necesarios de salud mental y bienestar. Los CDC redactaron recomendaciones específicas sobre el COVID-19 para ayudar a los adultos a conversar con los niños acerca del COVID-19. Este recurso incluye información sobre cómo evitar contraer y propagar el COVID-19.

Los CDC publicaron consideraciones para escuelas que detallan estrategias clave para reducir la propagación del COVID-19 en las escuelas. Se dividen en cuatro categorías principales:

    • Promover conductas que reduzcan la propagación del COVID-19
    • Mantener entornos saludables
    • Mantener un entorno saludable para las operaciones
    • Prepararse para cuando alguien esté enfermo

Estas consideraciones pretenden complementar cualquier ley, norma y regulación de salud pública y seguridad a la que deban acogerse las escuelas. Estas consideraciones se ofrecen como recomendaciones para que las escuelas puedan reducir el riesgo de los estudiantes y miembros del personal. Los indicadores de los CDC pueden ayudar a tomar decisiones sobre la reapertura de las escuelas para reanudar las clases presenciales y sobre cómo mantenerlas abiertas.

Los niños pueden ser infectados por el virus que causa el COVID-19, pueden enfermarse de COVID-19 y pueden propagar el COVID-19 a otras personas. Al igual que los adultos, los niños que se infectan pero no tienen síntomas igual pueden transmitir el virus a otras personas.

La mayoría de los niños con el virus que causa el COVID-19 tienen síntomas leves o no presentan síntomas en absoluto. No obstante, los niños pueden enfermarse gravemente o morir a causa del COVID-19. Los niños con afecciones subyacentes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente en comparación con otros niños.

Los CDC y sus socios están investigando una afección rara pero grave asociada al COVID-19 en niños denominada síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Aún se desconoce qué causa el MIS-C y quiénes tienen mayor riesgo de desarrollarlo. Para obtener más información, visite MIS-C, por sus siglas en inglés.

Para más información, visite COVID-19 en niños y adolescentes.

Fomentar comportamientos que reduzcan la propagación

Sí. Los CDC recomiendan el uso correcto y constante de mascarillas para ayudar a reducir la propagación del COVID-19 en todos los entornos públicos, incluidas las escuelas. Los CDC ofrecen una guía adicional para el uso de mascarillas en las escuelas.

Algunos maestros y personal docente podrían considerar usar mascarillas transparentes que cubran la nariz y se ajusten a la cara de manera segura. Si se las utiliza, las mascarillas transparentes no deben causar ninguna dificultad respiratoria ni calor excesivo a las personas que las usan. Puede considerar usar una mascarilla transparente si:

  • Interactúa con estudiantes o miembros del personal que son sordos o tienen dificultades auditivas
  • Da clases a estudiantes pequeños que están aprendiendo a leer
  • Da clases a estudiantes que estudian inglés
  • Da clases a estudiantes con discapacidades

Las mascarillas no son lo mismo que los protectores faciales. Los CDC no recomiendan el uso de protectores faciales para realizar las actividades normales cotidianas y tampoco reemplazan a las mascarillas. Para más información, visite Consideraciones para el uso de mascarillas.

Los CDC no recomiendan el uso de protectores faciales para realizar las actividades normales cotidianas o como reemplazo de las mascarillas. Es probable que el uso únicamente de protectores faciales no reduzca la propagación del virus que causa el COVID-19. Para obtener más información acerca del uso de protectores faciales y consideraciones para personas que podrían tener dificultades para usar una mascarilla, visite Otros tipos de protección facial. Para aprender más sobre opciones laborales alternativas para personas que no pueden usar mascarilla, visite nuestra página Consideraciones para escuelas.  

Sí. Los CDC recomiendan que todas las personas de 2 años de edad o más usen mascarilla en entornos públicos y al estar cerca de personas con quienes no conviven, especialmente cuando sea difícil mantener otras medidas de distanciamiento social sugeridas. Cuando se las utiliza de forma constante y correcta, junto con otras estrategias de mitigación importantes, las mascarillas pueden ayudar a desacelerar la propagación del virus que causa el COVID-19.

El riesgo de transmisión sería mínimo en un entorno donde todos los estudiantes y miembros del personal usan mascarillas. No obstante, cuando los estudiantes no puedan usarla durante todo el día (como en el caso de los estudiantes más pequeños), sigue siendo importante recordar que las mascarillas son fundamentales en momentos en los que resulta difícil mantener un distanciamiento de al menos 6 pies. Al pensar en la jornada escolar, estos momentos pueden incluir el ingreso y salida de la escuela, la transición entre las diferentes clases o la participación en actividades.

La guía actual de los CDC acerca de las mascarillas sugiere que las escuelas enseñen y refuercen el uso de mascarillas, pero también reconoce que el uso de mascarillas puede no ser posible en todas las situaciones para todas las personas. Las mascarillas NO deben ser usadas por niños menores de 2 años de edad ni por personas que tengan dificultad para respirar, o que estén inconscientes, incapacitadas o no sean capaces de quitárselas sin ayuda. En algunas situaciones, usar mascarillas puede exacerbar una afección física o mental, llevar a una emergencia médica, o generar preocupaciones de importancia en cuanto a la seguridad. Existen adaptaciones y alternativas que se pueden considerar siempre que sea posible para aumentar la viabilidad del uso de mascarillas o para reducir el riesgo de propagación del COVID-19 si no es posible utilizar una. Toda inquietud acerca del uso de mascarillas debería conversarse con un proveedor de atención médica que pueda brindar asesoramiento al respecto.

Cuando no se utilizan las mascarillas durante lapsos breves a lo largo de la jornada escolar (p. ej., al comer), es importante guardar las mascarillas en una ubicación limpia y conveniente designada para cada estudiante que además esté separada del resto de los estudiantes. Puede recordar cada día a los estudiantes que traigan contenedores o bolsas de papel limpios y etiquetados individualmente para colocar en la ubicación designada de cada estudiante de manera que puedan usarlos cuando lo necesiten. Se pueden agregar los contenedores o bolsas de papel etiquetados individualmente a la lista de suministros escolares para padres/tutores, e incorporarlos a la rutina diaria de cada estudiante. Las mascarillas deberían lavarse luego de cada día de uso y se las debería cambiar si están visiblemente sucias. Se puede alentar a los padres y tutores a enviar una mascarilla limpia adicional con los estudiantes a la escuela todos los días. Es importante quitarse siempre la mascarilla de forma correcta y proceder con un adecuado lavado de manos después de manipular o tocar una mascarilla usada. Se recomienda a las escuelas que evalúen cómo alentar el uso de mascarillas y modificar las políticas sobre el uso de mascarillas cuando sea necesario en el caso de los estudiantes con necesidades especiales de atención médica. El objetivo es no inhibir la educación o bienestar de los estudiantes.

Además de usar mascarilla, los maestros pueden practicar y mostrar cómo debe implementarse el distanciamiento social al permanecer al menos a 6 pies de distancia de los estudiantes u otros miembros del personal, y al participar en reuniones o encuentros de desarrollo profesional de manera virtual, en lugar de hacerlo presencialmente, tanto como sea posible. Los maestros también deberían enseñar y practicar con regularidad el lavado de manos con agua y jabón por 20 segundos o el uso de desinfectante de manos con al menos un 60 % de alcohol, y practicar el protocolo de higiene respiratoria (p. ej., cubrirse con un pañuelo desechable al toser o estornudar, botar los pañuelos desechables usados en la basura, y lavarse las manos de inmediato). Los maestros también pueden asegurarse de que las superficies que se tocan con frecuencia de sus salones de clase sean limpiadas y desinfectadas con regularidad.

Mantener entornos saludables

Los CDC no incluyen proporciones específicas de maestros/estudiantes en sus consideraciones para escuelas en el marco del COVID-19 debido a la variación en el tamaño y ocupación de las aulas y otros espacios físicos dentro de las escuelas. Los CDC recomiendan que exista una separación de al menos 6 pies entre los asientos o escritorios, si es posible, y usar indicadores en el suelo para garantizar la distancia física de al menos 6 pies entre los estudiantes en todo momento. Si, en ciertas situaciones, no es posible dejar un espacio de 6 pies, concéntrese en maximizar el espacio entre los estudiantes, y en el uso constante y correcto de mascarillas, y hable con los administradores y otros miembros del personal de su escuela acerca de cómo maximizar los espacios no utilizados para mantener una separación de al menos 6 pies entre los estudiantes.

Se pueden utilizar estrategias como la conformación de cohortes (es decir, burbujas) o la implementación de horarios escalonados/alternados (p. ej., establecer días o semanas específicos para asistir a la escuela de forma presencial) para reducir el tamaño de las clases de forma tal que se pueda aumentar el espacio entre los estudiantes. Hable con los administradores de su escuela acerca de cómo implementar estas estrategias en su escuela.

Se alienta a los maestros a diseñar sus salones de clase teniendo en cuenta características clave, como la disposición de los escritorios y áreas de trabajo con una separación entre sí de al menos 6 pies. El distanciamiento físico dentro del salón de clase debería implementarse en la medida de lo posible junto con estrategias de mitigación adicionales, como reducir al mínimo el uso de objetos compartidos, limpiar y desinfectar las superficies de contacto frecuente, y alentar una higiene de manos saludable, el protocolo de higiene respiratoria y el correcto uso de mascarillas.

Las disposiciones dentro del salón de clase con escritorios o mesas rectangulares organizadas en hileras con todos los asientos mirando hacia delante maximiza la cantidad de estudiantes que puede haber en cada aula. Si es posible, los maestros deberían evitar usar mesas redondas o disponer los escritorios en forma circular ya que implican que los estudiantes deban sentarse uno frente al otro. Al trabajar con estudiantes de escuela primaria, los maestros pueden colocar cuadrados de alfombra, alfombrillas u otras ayudas visuales, como marcas con cinta y flechas direccionales, en todo el aula o área para sentarse en el suelo. En circunstancias inesperadas, si no es posible ubicar a los estudiantes con un distanciamiento de al menos 6 pies entre sí y mirando hacia adelante, evalúe cómo los maestros pueden generar la mayor cantidad de espacio posible entre los estudiantes, hable con los administradores acerca de sus inquietudes e identifique formas de garantizar la separación de 6 pies. En los salones de clase también puede colocar afiches u otros recordatorios acerca del lavado de manos y el distanciamiento social, y complementarlos con recordatorios verbales constantes, demostraciones y actividades didácticas para reforzar los conceptos. Visite la página Escuelas y programas de cuidados infantiles de los CDC si desea obtener afiches y gráficos para imprimir sobre cómo organizar las aulas.

 

Visite la guía ¿Cómo organizo el salón de clase?ícono de pdf de los CDC para ver ejemplos específicos y obtener más detalles.

Evalúe formas de limitar la cantidad de personas con las cuales interactúa un estudiante o miembro del personal, limite la duración de esa interacción para reducir el riesgo de transmisión del COVID-19, y siga procurando mantener 6 pies de distancia entre las personas, si es posible. Considere formas de modificar los proyectos colaborativos para adaptarlos a entornos virtuales o en línea. Si es necesario realizar trabajos grupales, evalúe crear grupos estáticos preasignados de modo que el mismo grupo de estudiantes trabajen juntos durante el transcurso del periodo de evaluación.

Para reducir el riesgo de transmisión del COVID-19, limite el uso de objetos compartidos (p. ej., equipos de gimnasia o educación física, juguetes, juegos, computadoras, modelos de laboratorio, equipos de laboratorio), y límpielos entre cada uso o con la mayor frecuencia posible. Evite que se compartan artículos que sean difíciles de limpiar o desinfectar, como dispositivos electrónicos, lápices, la engrapadora del aula, marcadores y borradores para pizarra, libros, juegos, suministros artísticos (p. ej., marcadores, crayones, tijeras) y otros materiales de aprendizaje.

Garantice una cantidad adecuada de suministros para reducir al mínimo el uso compartido de materiales que se tocan con frecuencia en la medida de lo posible (p. ej., asigne a cada estudiante sus propios equipos o materiales artísticos), o limite el uso de suministros y equipos a un solo grupo de estudiantes a la vez, y límpielos y desinféctelos entre cada uso. Se alienta a los maestros a usar materiales de aprendizaje digitales siempre que sea posible.

Limpie y desinfecte los materiales compartidos que se tocan con frecuencia entre cada uso o con la mayor frecuencia posible. Los usuarios deberían seleccionar productos incluidos en la Lista N: Desinfectantes aprobados por la EPAícono de sitio externo , garantizar su utilización correcta y segura, usar la protección adecuada según lo recomendado por el fabricante y seguir las indicaciones que figuran en el envase del producto. Se debe considerar especialmente a las personas con asma, que no deben estar presentes durante las tareas de limpieza y desinfección ya que el uso de estos productos podría desencadenar brotes de asma. Siga las indicaciones que figuran en el envase del producto. Por ejemplo, el uso correcto de las toallitas desinfectantes a menudo implica dejar la superficie visiblemente húmeda durante un cierto lapso de tiempo, y luego dejar que se seque con el aire. Garantice un correcto almacenamiento de los productos de limpieza y desinfecciónícono de sitio externo, lo que incluye almacenarlos de forma segura y lejos del alcance de los niños.

Se debería evitar el uso de materiales compartidos, incluidos libros de texto, tanto como sea posible. En las escuelas que suelen utilizar libros de texto compartidos, los maestros deberían buscar otras formas de ofrecer el contenido escrito (p. ej., versiones en línea o copias impresas individuales). Si se deben compartir los libros de texto, los estudiantes deberían lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos o usar desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol antes de usarlos e inmediatamente después de usarlos. Acceda a más información sobre cómo desinfectar libros y otras publicaciones a través del Northeast Document Conservation Centerícono de sitio externo.

Los casilleros, especialmente los casilleros de uso compartido, son superficies que se tocan con frecuencia y se los debería limpiar y desinfectar al menos a diario. La limpieza y desinfección regulares son clave para limitar la exposición a los gérmenes y mantener un entorno seguro durante la pandemia del COVID-19. Trabaje junto a los administradores de la escuela para decidir qué aspectos de la limpieza y desinfección de los casilleros o contenedores de almacenamiento estarán a cargo de los maestros o personal docente, y qué aspectos dependerán del personal de mantenimiento.

El acceso a materiales de aprendizaje a través de plataformas virtuales (p. ej., libros electrónicos o publicaciones digitales) puede reducir la necesidad de trasladar los materiales hacia y desde la escuela y evitar que los estudiantes deban almacenar sus pertenencias en los casilleros durante la jornada escolar. Revise el contenido y las actividades curriculares para determinar cuáles pueden completarse en la escuela durante las clases presenciales y no requieren materiales en casa. Esto podría requerir realizar modificaciones en los planes de enseñanza. Prepárese para proporcionar materiales a los estudiantes que no tienen acceso a las plataformas de aprendizaje virtual.

La limpieza y desinfección son aspectos fundamentales para reducir la propagación del virus que causa el COVID-19. Un estudioícono de sitio externo que evaluó la persistencia del SARS-CoV-2 (el virus que causa el COVID-19) en superficies de plástico, acero inoxidable y cartón demostró que el virus es capaz de permanecer viable hasta por 72 horas sobre algunas superficies, lo que destaca la importancia de desinfectar las superficies. Trabaje junto a los administradores de la escuela para decidir qué aspectos de la limpieza y desinfección estarán a cargo de los maestros o el personal docente, y qué aspectos estarán a cargo del personal de mantenimiento. Los administradores de escuelas deberían trabajar junto a los maestros para hablar sobre los obstáculos que impiden limpiar y desinfectar con mayor frecuencia, y cómo superarlos.

Limpie y desinfecte las superficies y los objetos que se tocan con frecuencia en el salón de clase, como manijas de puertas, escritorios, sillas, gabinetes, casilleros, estanterías, teclados y ratones de computadoras de uso compartido, botes de basura, interruptores de luz, sacapuntas, lavabos y áreas circundantes, mesones, libros y otros materiales de aprendizaje de uso compartido. Los usuarios deberían seleccionar productos incluidos en la Lista N: Desinfectantes aprobados por la EPAícono de sitio externo , garantizar su utilización correcta y segura, usar la protección adecuada según lo recomendado por el fabricante y seguir las indicaciones que figuran en el envase del producto. Por ejemplo, el uso correcto de las toallitas desinfectantes a menudo implica dejar la superficie visiblemente húmeda durante un cierto lapso de tiempo, y luego dejar que se seque con el aire. Garantice un correcto almacenamiento de los productos de limpieza y desinfecciónícono de sitio externo, lo que incluye almacenarlos de forma segura y lejos del alcance de los niños.

Elabore un cronograma para limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia al menos a diario o entre cada uso tanto como sea posible. Si es posible, limite el uso de objetos compartidos o límpielos entre cada uso. No se deben usar productos de limpieza cerca de los niños, y el personal debe garantizar que haya una ventilación adecuada al usar estos productos para evitar que los niños o ellos mismos inhalen vapores tóxicos. Se debe considerar especialmente a las personas con asma, que no deben estar presentes durante las tareas de limpieza y desinfección ya que el uso de estos productos podría desencadenar brotes de asma. Existen productos más seguros y medidas que pueden reducir el riesgo de sufrir ataques de asma. Siga las indicaciones que figuran en el envase del producto. Para evitar usar el producto cerca de los estudiantes, evalúe cuáles serían los mejores horarios para limpiar y desinfectar para evitar que los estudiantes tengan contacto con los productos. Algunos horarios posibles para limpiar podrían incluir a la mañana antes de la llegada de los estudiantes, entre clase y clase si los estudiantes cambian de aula, antes y después del servicio de comidas, antes de que los estudiantes vuelvan del recreo o los descansos, y después de que los estudiantes se vayan a casa. Tenga en cuenta la guía de los CDC Limpieza, desinfección e higiene de manos en las escuelas: kit de herramientas para administradores de escuelas al prepararse para limpiar y desinfectar su salón de clase. Para obtener información acerca de cómo desinfectar dispositivos electrónicos, visite Limpieza y desinfección de establecimientos.

Recuerde supervisar a todos los estudiantes, especialmente a los niños más pequeños o aquellos con discapacidades del desarrollo o aprendizaje, mientras usan desinfectante de manos, y recuerde garantizar el almacenamiento, cuando no estén en uso, del desinfectante y otros productos de limpieza o desinfección para mantenerlos fuera del alcance de los niños. Estas medidas son importantes para evitar la ingestión, las lesiones (p. ej., salpicaduras en los ojos) o el mal uso de tales productos, lo que puede provocar enfermedades y resultados graves de salud, e incluso la muerte.

Mantener operaciones saludables

Los CDC no recomiendan la realización universal de pruebas de detección a estudiantes y miembros del personal. Las Consideraciones interinas sobre pruebas de detección del SARS-CoV-2 para administradores de escuelas de kínder a 12.º grado recomiendan que las escuelas, en colaboración con los funcionarios de salud pública, determinen si deberían realizar pruebas de detección y, de ser así, cómo hacerlo. Recomendamos a los administradores de escuelas que consulten el documento Estrategia de pruebas de detección de SARS-CoV-2: consideraciones para lugares de trabajo que no prestan servicios de salud al evaluar la factibilidad de hacer pruebas a todos los empleados de la escuela. El personal escolar de enfermería y los proveedores comunitarios de atención médica pediátrica deberían seguir las recomendaciones de los CDC con respecto a la realización de pruebas de detección, aislamiento y cuarentena de niños en edad escolar detalladas en la página Información para proveedores de atención médica pediátrica correspondiente.

La división en cohortes (o burbujas) es una de las muchas estrategias de mitigación que las escuelas pueden usar para evitar que los estudiantes y miembros del personal se mezclen entre sí, y para limitar la propagación del COVID-19. Una cohorte o burbuja es un grupo específico que permanece junto a lo largo de toda la jornada escolar durante las clases presenciales, o durante cualquier periodo predeterminado, de modo que exista una interacción mínima o nula entre los grupos. Esta práctica puede ayudar a prevenir la propagación del COVID-19 al limitar el intercambio de estudiantes y maestros en la medida de lo posible, y puede:

  • Disminuir las oportunidades de exposición al COVID-19 o de su transmisión
  • Reducir la cantidad de personas que tocan las superficies compartidas
  • Facilitar un rastreo de contactos más eficaz si una persona tiene COVID-19
  • Facilitar pruebas de detección, medidas de cuarentena y/o aislamiento orientadas a una misma cohorte en lugar de imponer la necesidad de tomar medidas que alcancen a toda la escuela si se produce un caso o un grupo de casos positivos

La implementación de cohortes puede variar en función del entorno y los recursos disponibles. Por ejemplo:

  • Las escuelas pueden mantener juntas a las cohortes de estudiantes en una misma aula y hacer que los maestros roten entre las salas
  • Las escuelas pueden adoptar enfoques híbridos y asignar a algunas cohortes de estudiantes y maestros a las clases presenciales y a otras a las clases virtuales

Los maestros pueden considerar algunos de los principios guía para deportes juveniles al planificar las clases de educación física (PE). Además, comprender cómo se propaga el COVID-19 también es algo que debería tenerse en cuenta.

En general, reduzca el tamaño de las clases o la cantidad de estudiantes que practican PE a la vez. Considere ofrecer PE a cohortes individuales e implemente horarios escalonados/alternativos para ayudar a dictar las clases de PE a todos los estudiantes. Usar el espacio al aire libre, si el clima lo permite, puede ayudar a mantener el distanciamiento físico de al menos 6 pies entre los estudiantes durante la actividad física. Evalúe el riesgo de los estudiantes con base en los deportes, juegos y actividades a realizar, y la forma en que se comparten los equipos entre los estudiantes. Si es posible, evite las actividades que requieren proximidad física o contacto físico. Por ejemplo, priorice las actividades de menor riesgo (p. ej., correr al aire libre manteniendo el distanciamiento físico) en lugar de las actividades de mayor riesgo (p. ej., la lucha libre durante la cual no es posible mantener el distanciamiento físico) al diseñar e implementar los planes de enseñanza.

Limite el uso de objetos compartidos (p. ej., equipos de ejercicio, juegos, juguetes, materiales didácticos manipulables) tanto como sea posible. Cuando sea necesario usar objetos compartidos, es importante limpiar y desinfectar los artículos antes y después de que cada estudiante los utilice. Ponga en práctica buenos hábitos de higiene de manos y el protocolo para la higiene respiratoria (p. ej., cubrirse con un pañuelo desechable al toser y estornudar, botar los pañuelos desechables usados en la basura, y lavarse las manos de inmediato) antes, durante y después de practicar PE. Lávese las manos regularmente con agua y jabón por al menos 20 segundos, y aliente a sus estudiantes y colegas a hacer lo mismo. Si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol. Aliente a todos los estudiantes a lavarse las manos o usar desinfectante de manos antes y después de practicar PE.

Enseñe el uso de mascarillas y dé el ejemplo al utilizar una. A los estudiantes (en especial a los más pequeños) podría resultarles difícil usar mascarilla mientras practican deportes, particularmente deportes de alta intensidad. El uso de mascarillas es especialmente importante cuando se dificulta el distanciamiento social. Recuérdeles a los estudiantes que no se toquen la mascarilla y que se laven las manos con frecuencia. También se les debe proporcionar información acerca del uso, remoción y lavado correctos de las mascarillas. Las mascarillas no son aptas para niños menores de 2 años de edad y tampoco se deben colocar a personas con dificultad para respirar o que estén inconscientes, incapacitadas o que por algún otro motivo no puedan quitarse la mascarilla sin ayuda. Para más información, visite Consideraciones para el uso de mascarillas.

Tome decisiones con respecto al reinicio de las clases de artes escénicas y las actividades extracurriculares en colaboración con los funcionarios de salud locales con base en una serie de factores, entre ellos el nivel de transmisión en la comunidad.

Cantar o tocar ciertos instrumentos de viento genera gotitas respiratorias y aerosoles que podrían contener el virus que causa el COVID-19 si la persona que está tocando el instrumento está infectada. Algunas consideraciones generales pueden incluir practicar en grupos pequeños de cohortes (es decir, burbujas) con los mismos 5-10 estudiantes que siempre ensayan juntos, reforzar el uso de mascarillas por parte de todos los estudiantes cuando no estén tocando un instrumento que requiera el uso de la boca (a menos que la clase se desarrolle al aire libre y pueda mantenerse la distancia recomendada), mantener el distanciamiento social, instalar protectores transparentes u otras barreras físicas donde sea posible para separar a los estudiantes, eliminar el uso de objetos compartidos y mantener una ventilación adecuada en los espacios utilizados para ensayar. En el caso de las bandas, algunas consideraciones adicionales incluyen el uso de protectores para los instrumentos de metal y bolsas especialmente diseñadas con aberturas para las manos para los instrumentos de viento. En cuanto al teatro y la danza, algunas consideraciones adicionales incluyen ensayar y realizar presentaciones al aire libre, y evitar usar accesorios, disfraces y pelucas. Algunos de los principios guía para los deportes juveniles y la práctica deportiva también pueden ser relevantes para la realización de actividades de baile.

Las huertas escolares son una excelente herramienta de aprendizaje y han demostrado tener efectos positivos sobre las habilidades sociales y emocionales. Las actividades que se realizan al aire libre, si el clima lo permite, pueden posibilitar el distanciamiento físico. Además de garantizar el distanciamiento físico y buenas prácticas de higiene de manos, es importante planificar la limpieza y desinfección de las superficies (p. ej., pasadores de puerta, candado del cobertizo para herramientas) y objetos (p. ej., herramientas de jardinería) que se tocan con frecuencia luego de que cada persona los utilice, antes y después del uso de la huerta y antes y después de cosechar.

Continúe implementando prácticas de seguridad de los alimentos al manipular comida, entre ellas lavarse las manos por 20 segundos con agua y jabón, antes, durante y después de preparar o consumir alimentos, y aliente a los estudiantes a no compartir los productos recolectados de la huerta. Aunque actualmente no existe evidencia de que los alimentos estén asociados a la propagación del virus que causa el COVID-19, es posible que una persona contraiga COVID-19 al tocar una superficie u objeto, incluidos alimentos o empaques de alimentos, con el virus y luego se toque la boca, la nariz o posiblemente los ojos. Sin embargo, no se cree que esta sea la principal forma en que se propaga el virus. Encontrará más consideraciones acerca de los servicios de comidas en el entorno escolar en la sección "Mantener entornos saludables" de la guía de los CDC sobre el funcionamiento de las escuelas.

Evite la acumulación de personas en la huerta al coordinar horarios entre las cohortes o burbujas de estudiantes, organizaciones comunitarias o voluntarios que ayudan con el mantenimiento de la huerta. Evalúe ofrecer clases virtuales o en línea de jardinería. Vea Consideraciones para jardines comunitarios y huertas escolares al aire libre para obtener más información.

Por lo general, las regulaciones de la ADA exigen que las entidades públicas modifiquen sus políticas, prácticas o procedimientos para permitir el uso de animales de servicio por parte de personas con discapacidadSe debe permitir la presencia de animales de servicio en el salón de clase excepto que la ADA disponga lo contrario. Para obtener más información, visite Preguntas frecuentes acerca de los animales de servicio y la ADAícono de sitio externo y el informe legal Animales de servicio y personas con discapacidades en el marco de la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidadesícono de pdfícono de sitio externo de la ADA.

No permita la presencia de mascotas que tienen mayor riesgo de infección por el virus que causa el COVID-19 en el salón de clase, entre ellas gatos, perros, hurones, hámsteres y conejos. Aunque los perros tienen riesgo de infección, se debe permitir la presencia de perros de servicio en el aula junto a su usuario, de conformidad con la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades. Los administradores deberían consultar la página sobre animales terapéuticos, de servicio y de apoyo emocional de la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense (AVMA)ícono de sitio externo y la Guía para personas encargadas de animales terapéuticos y de servicio de los CDC al decidir si permitirán la presencia de animales terapéuticos en el salón de clase según cada situación en particular. Al usar animales terapéuticos o de servicio en el aula, siga la guía para proteger a estos animales del COVID-19. Puede obtener más información en la página sobre animales y el COVID-19.

Todas las personas que hayan estado en contacto cercano con alguien que tiene COVID-19 deben hacer cuarentena y consultar a su proveedor de atención médica para que posiblemente les realicen una prueba de detección y las evalúen como contactos cercanos. Debería quedarse en casa y monitorear su salud por 14 días después de su último contacto con una persona que tiene COVID-19 a menos que el departamento de salud estatal o local le indique otra cosa. Esté atento a la aparición de fiebre (temperatura de 100.4 °F o más), tos, dificultad para respirar u otros síntomas del COVID-19, y manténgase alejado de las demás personas, especialmente de quienes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19. Las personas que han tenido contacto cercano con alguien con COVID-19 deberían hacer cuarentena independientemente de si la persona con COVID-19 o el contacto estaba usando mascarilla.

Si un estudiante del aula comienza a presentar síntomas que concuerdan con los del COVID-19, siga el protocolo de la escuela que puede incluir acompañar al estudiante al área de aislamiento y notificar al punto de contacto designado en el contexto del COVID-19. Evalúe cómo ayudar a la escuela al avisarle al punto de contacto por asuntos relacionados con el COVID-19 con quiénes estuvo en contacto el estudiante con síntomas dentro del salón de clase. Vea Qué hacer si un estudiante se enferma en la escuela para obtener más información.

Todas las personas que hayan estado en contacto cercano con alguien con COVID-19 deberían hacer cuarentena a menos que hayan tenido COVID-19 y cuenten con un resultado positivo en la prueba de detección obtenido en los últimos 3 meses. Se alienta a las escuelas a trabajar junto con los funcionarios de salud locales para determinar quiénes han estado en contacto cercano con esa persona.

Nota: Las personas que han tenido contacto cercano con alguien infectado por COVID-19 deberían hacer cuarentena independientemente de si la persona con COVID-19 o el contacto estaba usando mascarilla.

Es posible que se solicite a los maestros que pasen a dictar clases a todos sus estudiantes de forma virtual con poca anticipación o sin aviso previo. Trabaje junto a los administradores de su escuela para elaborar un plan sobre cómo pasar relativamente rápido al aprendizaje virtual o remoto con anticipación. Asegúrese de complementar estos planes con las nuevas políticas y procedimientos (p. ej., instrucciones de ingreso a las clases virtuales, políticas de evaluación durante las clases virtuales) que los estudiantes deben seguir mientras participan del aprendizaje virtual o remoto.

Los administradores de las escuelas deberían notificar a los funcionarios de salud pública locales, miembros del personal y familias, de conformidad con todas las leyes y regulaciones correspondientes (p. ej., la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades y la FERPA) cuando un estudiante o miembro del personal reporte haber dado positivo en la prueba de detección del COVID-19. Si esto ocurre, los administradores pueden compartir información general acerca de la exposición sin brindar la identidad específica de la persona que tenía COVID-19. Trabaje junto a la administración para asegurarse de que todos comprendan el proceso a seguir si se identifica que un estudiante o miembro del personal tiene COVID-19.

Los administradores de escuelas deberían trabajar en coordinación con los funcionarios de salud locales para llevar a cabo el rastreo de contactos correspondiente. Se debe alertar a los maestros si existe la posibilidad de que hayan estado en contacto cercano con la persona que dio positivo. Consulte Qué hacer si un estudiante se enferma en la escuela para obtener más información.

Si se identifica que un estudiante o miembro del personal es un contacto cercano de alguien con COVID-19, ese estudiante o miembro del personal debería someterse a una prueba de detección del COVID-19 y quedarse en casa por un período de 14 días después de su último contacto con la persona que tiene COVID-19, a menos que el departamento de salud estatal o local indique otra cosa. Consulte la guía de los CDC sobre la cuarentena para obtener más información.

Para los maestros, esto significa que probablemente haya momentos en los que los estudiantes deban faltar a clase durante periodos prolongados. Es posible que, durante cierto lapso de este periodo, muchos estudiantes se sientan bien y no presenten síntomas. Cuando uno o más estudiantes no puedan asistir a las clases presenciales, evalúe cómo proporcionarles material para ponerse al día (p. ej., paquetes de copias impresas para estudiantes) o, si es posible, convierta las clases que se dictan en el aula en clases en línea para que puedan participar desde casa. Si los maestros implementan la enseñanza virtual para algunos de sus estudiantes, asegúrese de que existan nuevas políticas y procedimientos, y proporcione las adaptaciones, modificaciones y asistencia adecuadas correspondientes para que los estudiantes pueden participar sin problemas de las clases virtuales. Trabaje con la administración de la escuela para asegurarse de que los estudiantes puedan trabajar desde casa o elabore una política para que los estudiantes puedan ponerse al día con las tareas sin sufrir represalias.

Padres y tutores

Busque información del distrito escolar a través del teléfono, correo electrónico o sitio web, según el plan de comunicación de la escuela. Posiblemente, los medios sociales y los medios locales ofrezcan información actualizada ya que suelen monitorear este tipo de información. Ya sea que un niño esté asistiendo a la escuela de forma virtual, presencial o ambas, la Herramienta de ayuda sobre el regreso a la escuela para padres, tutores y cuidadores y las Listas de verificación para la planificación del regreso a la escuela de los CDC brindan guías y apoyo adicionales.

Los niños pueden ser infectados por el virus que causa el COVID-19, pueden enfermarse de COVID-19 y pueden propagar el COVID-19 a otras personas. Al igual que los adultos, los niños que se infectan pero no tienen síntomas igual pueden propagar el virus a otras personas.

La mayoría de los niños con COVID-19 tienen síntomas leves o no han presentado síntomas en absoluto. No obstante, los niños pueden enfermarse gravemente o morir a causa del COVID-19. Los niños con afecciones subyacentes tienen mayor riesgo de enfermarse gravemente en comparación con otros niños.

Los CDC y sus socios están investigando una afección rara pero grave asociada al COVID-19 en niños denominada síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Aún se desconoce qué causa el MIS-C y quiénes tienen mayor riesgo de desarrollarlo. Para obtener más información, visite MIS-C, por sus siglas en inglés.

Para más información, visite COVID-19 en niños y adolescentes.

A medida que aumentan las conversaciones sobre el COVID-19 entre el público, es posible que los niños se sientan preocupados por la posibilidad de que ellos, sus familias y amigos contraigan COVID-19. Los padres y tutores cumplen un rol muy importante a la hora de ayudar a los niños a comprender lo que escuchan de una manera honesta, precisa y que reduzca al mínimo sus temores y ansiedad. Los CDC crearon un Kit de recursos parentales acerca del COVID-19 y una guía para ayudar a los adultos a conversar con los niños acerca del COVID-19, en donde se detalla cómo pueden evitar contraer y propagar el COVID-19.

Se alienta a los padres y tutores a monitorear a sus hijos todos los días para detectar signos de enfermedades infecciosas. Los estudiantes que presentan síntomas o que han tenido una posible exposición o contacto cercano con alguien con COVID-19 no deberían asistir a la escuela de forma presencial. Si un niño tiene síntomas de COVID-19, acuda al proveedor de atención médica del niño para saber si deben realizarle una prueba de detección. Si un niño tiene signos de enfermedad grave o que ponen en riesgo su vida, busque atención de emergencia de inmediato e indíqueles a los proveedores de atención de emergencia que cree que el niño podría tener COVID-19. En función de la política de la escuela, es posible que se les pida a los padres o tutores y a los miembros del personal que notifiquen esta información al punto de contacto designado de la escuela.

Para más información, visite COVID-19 en niños y adolescentes.

Si un niño está enfermo o presenta signos de enfermedad, no lo envíe a la escuela. Si el niño comienza a presentar síntomas de COVID-19 en la escuela, los padres y tutores pueden tomar las medidas detalladas en la guía rápida para padres de los CDC - Mi hijo muestra signos de COVID-19 en la escuela: ¿qué debo hacer? ícono de pdfSi un niño da positivo para el COVID-19 o se sospecha que podría tener la enfermedad, el padre o tutor debería notificar a la escuela. El niño puede reincorporarse a las clases presenciales solo después de que:

  • Hayan pasado al menos 10 días desde la aparición de los síntomas;
  • Los síntomas generales hayan mejorado, y
  • El niño no haya tenido fiebre durante al menos 24 horas (sin tomar medicamentos para bajarla).

Estos son requisitos mínimos para el retorno a las clases presenciales. Los funcionarios de salud pública locales y las naciones anfitrionas de las escuelas internacionales pueden tener requisitos diferentes, los cuales deben cumplirse según corresponda.

Los administradores de las escuelas deberían notificar a los funcionarios de salud pública locales, miembros del personal y familias, de conformidad con todas las leyes y regulaciones correspondientes (p. ej., la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades y la FERPA) cuando un estudiante o miembro del personal reporte haber dado positivo en la prueba de detección del COVID-19. Si esto ocurre, los administradores pueden compartir información general con los padres o tutores acerca de la exposición sin brindar la identidad específica de la persona que tenía COVID-19. Se debe alertar a los padres y tutores si existe la posibilidad de que sus hijos hayan estado en contacto cercano con la persona que dio positivo.

Última actualización: 12 de ene. del 2021