El 7 de enero, un terremoto de magnitud 6.4 sacudió a Puerto Rico y puso a FEMA en acción. Esto marcaría el ritmo que llevaría el manejo de emergencias durante el 2020. Luego de esto, le siguió una pandemia mundial, extensos incendios forestales y una histórica temporada de huracanes. A través de todo esto, FEMA ha continuado preparando a la nación para futuros desastres y ayudando en la recuperación de los ya ocurridos.
Los fondos, las personas y la asistencia que impulsaron los esfuerzos de respuesta en 2020 son extensos. Los números en la siguiente gráfica representan sólo algunos de los resultados de estos esfuerzos.
La respuesta ante la pandemia
De una forma u otra, la pandemia nos ha afectado a todos. Negocios, estados, individuos, todos tuvieron que encontrar nuevas maneras de cómo realizar sus actividades cotidianas. Afrontaron estos nuevos desafíos de manera creativa y única. Muchas historias de cómo las comunidades se unieron para implementar soluciones innovadoras a estos desafíos se comparten en la página de FEMA sobre las mejores prácticas ante COVID-19 (en inglés), que recopila las mejores prácticas y lecciones aprendidas a lo largo de la respuesta a la pandemia.
FEMA también tuvo que adaptarse e innovar para hacer frente a estos nuevos desafíos. Por primera vez, los 50 estados, el Distrito de Columbia y 5 territorios fueron aprobados para declaraciones por desastre mayor, algo que FEMA no había visto antes. Fue necesario incorporar nuevas acciones flexibles y rápidas en lo más profundo de nuestros planes de respuesta para cada posible desastre. Colaboramos con socios estatales, locales, tribales y territoriales en los desafíos de respuesta a las emergencias que se enfrentaron durante las operaciones en un entorno pandémico. También, trabajamos juntos para proporcionar apoyo y suministros críticos a la población.
Ley de Reforma para la Recuperación por Desastre
Los retos a los que nos enfrentamos este año nos muestran la importancia de que la nación esté preparada para cualquier evento catastrófico. Con este propósito, fue aprobada la Ley de Reforma para la Recuperación por Desastre (DRRA, por sus siglas en inglés) de 2018 (en inglés). Este año, FEMA continuó trabajando en la implementación de la ley y trabajó para reducir la complejidad de la agencia.
Se proporcionaron millones de dólares en asistencia económica retroactiva y en subvenciones para la mitigación. FEMA también inició las subvenciones para el Desarrollo de Infraestructura y Comunidades Resilientes, que proporciona $500 millones para ayudar a los colaboradores estatales, locales, tribales y territoriales a mitigar los efectos de futuros desastres.
Este año ha probado y solidificado la resiliencia de nuestro pueblo y la capacidad de FEMA para brindar apoyo a la nación. A medida que culminamos el año, FEMA permanece tan preparada como siempre para llevar a cabo nuestra misión de apoyar a las personas antes, durante y después de los desastres.