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Folletos

Transiciones presidenciales de Estados Unidos: Segundos términos

09 enero 2013
Portada del folleto en inglés muestra a George W. Bush y a Barack Obama sentados conversando

Descargue el folleto en inglés a la derecha

Elecciones en Estados Unidos

Los aproximadamente 75 días transcurridos entre la elección presidencial de Estados Unidos y la toma de posesión son tan importantes para el segundo término presidencial como lo son para un presidente elegido por primera vez, sin embargo, las prioridades son diferentes.

Un presidente reelecto no se encuentra presionado para cubrir todos los puestos importantes del gobierno, sin embargo es posible que tenga que efectuar el nombramiento de muchos de los casi 3.000 puestos de nivel medio que se asignan conforme se vayan presentando las vacantes. Algunos gerentes de nivel medio eligen dedicarse a otro trabajo después de adquirir la experiencia de algunos años en el gobierno. Es posible que otros se retiren.

El mayor desafío es encontrar a las personas adecuadas para cubrir esas plazas con el fin de que la tarea del gobierno continúe. Los presidentes con un segundo término necesitan de una administración sólida debido a que con frecuencia enfrentan desafíos más difíciles al trabajar con el Congreso cuyos líderes están familiarizados con las ideas y el estilo de negociación del presidente.

¿Cómo se elige el gabinete del presidente?

Aún un presidente reelecto tendrá que tomar algunas decisiones para elegir alrededor de 15 líderes ejecutivos de departamento quienes, junto con el vicepresidente, conforman el gabinete. Además siete altos funcionarios de la administración Obama, como por ejemplo el administrador de la Agencia de Protección Ambiental y el Representante Comercial de Estados Unidos, tienen puestos a nivel de gabinete. Algunos de estos líderes se mantendrán en su puesto, sin embargo, es posible que otros se retiren o se les traslade a un puesto distinto, o que el presidente decida sustituirlos.

El gabinete constituye el grupo de consejeros de alto nivel para políticas del presidente. La Constitución de Estados Unidos especifica que el presidente “podría solicitar la opinión por escrito del funcionario principal de cada uno de los departamentos ejecutivos, sobre cualquier tema relacionado con las tareas de sus respectivas oficinas”. Usualmente, el gabinete se reúne con el presidente por lo menos semanalmente.

El presidente puede destituir a los miembros del gabinete a su voluntad. También se espera que renuncien cuando un nuevo presidente asume el cargo, sin embargo, algunos presidentes invitan a miembros seleccionados del gabinete de la administración anterior a que permanezcan.

Un miembro del gabinete no puede ser miembro del Congreso, gobernador, o familiar directo del presidente. El presidente nombra a los miembros del gabinete, pero el Senado debe confirmarlos antes de que asuman el cargo. No es necesario reconfirmar a los miembros activos del gabinete.

La cantidad de puestos que requieren confirmación del Senado ha aumentado considerablemente con el transcurso del tiempo y el proceso de confirmación puede ser largo. En agosto de 2012, con el propósito de acelerar el proceso de cubrir los puestos designados, el presidente Obama firmó una ley por la que eximía a 166 puestos de alto nivel del requisito de la confirmación del Senado.

¿Qué sucede con los nombramientos políticos (los que ingresan y los que salen)?

A un nivel inferior de los miembros del gabinete están los ejecutivos nombrados políticamente en docenas de agencias grandes y complejas. Estas son personas que trabajan con los líderes de “carrera” (servicio civil, servicio diplomático y militar) en la gestión del gobierno federal. Otros son nombrados para constituir un apoyo de los puestos –consejeros y asistentes– cuya labor posiblemente implique la defensa de políticas y programas de la administración.

De conformidad con el manual informalmente conocido como Plum Book, de política y puestos de apoyo del Gobierno de Estados Unidos, un documento impreso cada cuatro años después de una elección presidencial, el presidente o su administración pueden designar un total de casi 9.000 puestos en el gobierno federal. De estos, aproximadamente 800 deben ser confirmados por el Senado. Incluso en su segundo término, un presidente invierte una gran cantidad de tiempo para establecer su administración.

Cualquier persona que ocupe uno de estos puestos puede ser reemplazada si el presidente o el jefe de alguna de sus agencias lo estima conveniente. Si bien la rotación es menor en un segundo término que en una administración nueva, la transición significa inversión de tiempo para llenar las vacantes. Un estudio indicó que el tiempo promedio en el puesto de los nombramientos políticos es de 2,5 años, y que el 25 por ciento permanece menos de 18 meses en el cargo. Desde las elecciones hasta el último día en el cargo, cubrir los puestos ejecutivos o judiciales es una parte del trabajo habitual del presidente.

Después de la presidencia

Cuando un presidente saliente y su familia abandonan la Casa Blanca, normalmente alrededor de las 10:45 de la mañana del 20 de enero, un equipo de trabajadores de la Casa Blanca inicia una transformación precisa y organizada. En tan solo unas pocas horas, retiran los efectos personales de la familia saliente e ingresan los efectos personales de la familia entrante a la mansión presidencial de 132 habitaciones.

Los expresidentes mantienen ciertos privilegios, incluyendo asignaciones de personal y oficina, gastos de viaje, protección del Servicio Secreto y tratamiento médico en hospitales militares.

Los expresidentes y otros líderes de gobierno elegidos con frecuencia se mantienen activos en asuntos de su interés; el mayor reconocimiento de su nombre les concede a los presidentes mucha atención y con frecuencia poder.

Después de un período de cuatro años marcado por crisis internacionales, Jimmy Carter no fue reelegido, sin embargo, le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz por dedicar su vida a los asuntos de derechos humanos y a reducir el sufrimiento en todo el mundo. Bill Clinton ha establecido varias fundaciones benéficas para abordar problemas internacionales y ha servido como enviado especial de las Naciones Unidas en Haití. Otros expresidentes eligieron llevar una vida tranquila y no pública.

Se ha convertido en habitual que los trabajos oficiales y recuerdos personales de los presidentes se preserven en bibliotecas creadas con tal propósito. Después de fallecer en el cargo, los presentes que recibió Franklin Roosevelt como presidente, así como muchos de sus documentos personales, fueron donados para fundar una biblioteca en su nombre. Harry Truman adoptó la práctica y actualmente 12 bibliotecas presidenciales son administradas por los Archivos Nacionales y Oficina de Registro de Documentación de Estados Unidos.

El Presidente George H.W. Bush, que cumplió 88 años en junio de 2012, escribió un libro sobre política exterior pero trató de evitar la atención pública mientras su hijo, George W. Bush, era presidente. Una excepción notable ocurrió cuando Bush padre trabajó muy de cerca con Bill Clinton, quien lo derrotó en 1992, para recaudar fondos para las víctimas del tsunami en el océano Índico en 2004. Los presidentes George W. Bush y Bill Clinton se asociaron en 2010 para recaudar fondos después del devastador terremoto en Haití.

Thomas Jefferson fundó la Universidad de Virginia; John Quincy Adams prestó servicio en el Congreso; y George Washington se convirtió en cervecero y jardinero. Thomas Jefferson y John Adams fallecieron ambos el 4 de julio de 1826. James Monroe falleció el 4 de julio de 1831.