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Una historia violeta

2012 October 26

Por Elías Rodríguez, M.P.A.

Durante el Mes de la Salud Infantil, me gustaría compartir una historia con moraleja sobre las buenas intenciones de una madre. Criándome en la sección de Nueva York llamada Loisaida, uno de los recuerdos de mi niñez es el uso frecuente de un remedio casero aplicado por mi madre. Esta mezcla medicinal aparentemente mágica era conocido por nuestros siete hermanos como “tinta violeta.” Fue, dice mamá, un medicamento utilizado por su madre y su abuela como una panacea tópico para casi cualquier dolencia en la parte externa del cuerpo.

Tinta violeta era un remedio de primera opción en muchos gabinetes de medicina en Puerto Rico. Ubicado en una botellita de cristal con cuentagotas, era una dimensión interesante a nuestra herencia. Mamá “juraba” por su tinta violeta. ¿Cuál era la solución para el arañazo que sufrí en el parque? Untarme un poco de tinta de violeta. ¿Cuál era el alivio para las picaduras del mosquito? Aplica una gota de tinta violeta. ¿Al accidentarme en una caída y rasparme la piel?… Rápido… Añade una chispa de tinta violeta para evitar una infección. Parecía que las profundas manchas violetas ocupaban toda área de mi piel en un momento dado u otro. El líquido oscuro aparentaba ser un remedio rápido y de bajo costo para casi cualquier mordedura, rasguño, picazón o enfermedad externa.

¿Qué había en la tinta violeta? Yo no tenía ni la más remota idea. ¿Cuándo, si alguna vez, es conveniente utilizar tinta violeta? ¿En qué cantidades debe aplicarse la tinta violeta? ¿Fue aprobado por la FDA? Este muchachito no estaba preocupado por esas exigencias. El único inconveniente que podía observar era que las profundas manchas oscuras me hacían parecer como un personaje de Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate. Los padres, por su parte, tienen la responsabilidad de hacer lo que la EPA ha recomendado durante años: PROTEJA A SUS HIJOS. ¡LEA LA ETIQUETA. PRIMERO!

Mis hermanos y yo no éramos los únicos que recibieron el tratamiento. Un día, nuestro querido perro sufría de una desagradable enfermedad en su piel que causó la pérdida de la mayor parte de su pelo. No podíamos sufragar una visita al veterinario, por lo tanto, la consulta fue con la doña de la casa. Se tomó un par de semanas, pero nuestro querido pastor alemán se curó totalmente y en breve volvió a la normalidad – ¿Cuál fue la receta de mi madre, la “doctora”? ¡Tinta violeta al rescate de nuevo!

Mi santa madre, ahora de 83 años de edad, dice que siempre supo que tinta violeta era potencialmente tóxica, lo que explica por qué sólo lo administraba en pequeñas cantidades y lo mantuvo lejos de nuestro alcance. Eso fue una acción prudente, pero me pregunto cuántos padres continúan utilizando los recursos y remedios que heredaron de otros sin saber mucho acera de lo que utilizan. ¿No deberían mis padres haber sabido que esa tinta violeta es un colorante de gran potencia que causa cáncer en los ratones? Las medicinas tradicionales pueden contener sustancias químicas que pueden perjudicar su salud. Nunca administre un remedio sin una cuidadosa consideración de la fuente y sus efectos potenciales para la salud.

Sobre el autor: Elías sirve como portavoz de la EPA en la Región 2. Antes de unirse a la EPA, el nuyorican trabajó en Time Inc. para las revistas Time, Life, Fortune y People. Es un graduado de Hunter College, Baruch College y el Instituto Teológico de la Asamblea de Iglesias Cristianas en Nueva York.

Editor's Note: The opinions expressed in Greenversations are those of the author. They do not reflect EPA policy, endorsement, or action, and EPA does not verify the accuracy or science of the contents of the blog.

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