Cerca de 43 millones de personas – aproximadamente 15 por ciento de la población de los Estados Unidos – dependen de pozos de agua particulares para su abastecimiento de agua potable. Todos esos pozos se abastecen de fuentes de agua subterráneas.  No están reglamentados por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) ni, en la mayoría de los casos, por las leyes estatales.

Los pozos de agua pueden contaminarse en forma natural o como resultado de la actividad humana. Esta contaminación puede causar trastornos intestinales, reproductivos y neurológicos.

La contaminación natural incluye radón, nitratos, nitritos, arsénico, cadmio, cromo, plomo, cobre, selenio, fluoruro y radionúclidos como el uranio y el radio.

La contaminación proveniente de las actividades humanas incluye nitratos, fertilizantes, pesticidas, desechos industriales y domésticos y metales pesados de la minería y la construcción.

El agua de los pozos particulares también puede contener parásitos, virus y bacterias, incluso el virus de la hepatitis A, giardia, E. coli, salmonella y criptosporidio.

En el Sudoeste de los Estados Unidos, los pozos de agua situados cerca de explotaciones mineras pueden contaminarse con acidez, corrosión y metales pesados como el uranio. Los pozos situados cerca de operaciones de perforación de gas pueden estar contaminados con cloruro, sodio, bario y estroncio.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y la Agencia de Protección Ambiental recomiendan que las personas sometan regularmente a prueba el agua de los pozos particulares para asegurarse de que sea apta para beber. 

En un estudio de 15 años de duración, el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) observó que 23 por ciento de los pozos de agua particulares incluidos en una muestra contenían uno o más contaminantes en concentraciones superiores a las indicadas en las normas establecidas para mantener la salud humana. Se observó además que los contaminantes en el agua de pozo incluían radón, arsénico, uranio, nitrato, fluoruro, pesticidas, disolventes, E. coli, hierro y manganeso. Fue muy común encontrar altas concentraciones de estroncio en el Sudoeste y en el Centro Sur de los Estados Unidos.

El estudio del USGS incluyó 587 pozos de agua en Arizona, Colorado, Nevada, Nuevo México, Oklahoma y Texas.

Cerca de 40 por ciento de la población de la Nación Navajo carece de acceso a agua corriente. En algunas zonas, las únicas fuentes de agua son las bombas activadas por molinos de viento, donde se guarda el agua en tanques. Esa agua no está regulada ni se somete periódicamente a pruebas de calidad.

Estas fuentes de agua no regulada se denominan pozos “solo para el ganado” y esa advertencia suele escribirse en los lados de los tanques de almacenamiento. Sin embargo, el agua bombeada por molinos de viento, los pozos cavados y los manantiales aprovechados son las principales fuentes de agua de uso doméstico en algunas zonas rurales. Algunos residentes usan agua no regulada para cocinar y beber. 

Es común transportar el agua, a veces a grandes distancias, hasta el lugar donde se necesita. Una fuente de agua suele ser el único sitio de abastecimiento de una persona, una familia o una pequeña comunidad. Muchos residentes de la Nación Navajo han usado la misma fuente de agua por años.

En algunos sitios de abastecimiento de agua extraída por molinos de viento, la población y el ganado comparten la misma fuente de agua. La presencia de animales aumenta la posibilidad de contaminación del agua por bacterias.

Esta descripción se basa en la información encontrada en los enlaces virtuales citados en la versión en inglés de este tema.

Sustancias químicas en los pozos de agua
¿Se encuentran estas sustancias químicas en mi comunidad?
Arsénico
Cadmio
Cromo
Disolventes
Pesticidas
Plomo
Radón
Uranio

Última actualización: 14 noviembre 2012