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Discursos y Declaraciones

Palabras de la Secretaria de Estado Adjunta Jacobson en la Reunión de los Jefes de Estado del SICA: Una Asociación para el Progreso

29 de junio de 2012

Como fue preparado para su lectura

Presidentes Chinchilla, Funes, Lobo, Ortega, Pérez, Martinelli, Primer Ministro Barrow:

En nombre de los Estados Unidos, les agradezco por permitirme dirigirme a los Jefes de Estado y de Gobierno del SICA en esta tan importante ocasión.  Como ustedes saben, los Estados Unidos otorga un gran respeto a la labor del SICA.  El SICA representa la voluntad política colectiva de los pueblos centroamericanos, y mi país es muy consciente del sufrimiento por el cual todos sus ciudadanos han pasado como resultado de la violencia y la inseguridad generada por el crimen transnacional organizado.

El Presidente Obama y la Secretaria Clinton han reconocido que nosotros, con nuestro problema por el consumo ilegal de drogas en los Estados Unidos, tenemos parte de culpa.  Es por ello, que durante los tres últimos años, el Gobierno de los EE.UU. ha invertido más de 31 billones de dólares en la reducción de la demanda de droga doméstica.  A la vez, creemos firmemente que sólo mediante la asociación compartida con los países donde se producen y son tránsito de drogas ilícitas, podremos abordar con éxito toda la gama de desafíos a la cual se enfrenta el hemisferio y América Central.

De hecho, el mes pasado recalcamos nuestro compromiso a esta alianza con Centroamérica cuando tuve el honor de firmar en representación de mi Gobierno, junto con el Secretario de Estado Corrales, el Memorándum de Entendimiento, el cual otorga el estatus de observador a los Estados Unidos en su organización.

Ustedes nos honran con esta silla en su mesa.  Seremos sus aliados.  Contribuiremos; pero seguiremos su liderazgo.

El laudable objetivo del SICA de transformar a Centroamérica en un bastión de paz, libertad, democracia y desarrollo captura el espíritu de una región en movimiento -una región que esta tanto consciente de su pasado, y es justificadamente orgullosa de su progreso.

Apoyamos firmemente las metas del SICA de lograr alcanzar una integración política que promueva el desarrollo y los principios democráticos, y trabajaremos con todos los países de la región para confrontar los desafíos que hoy presentan el crimen transnacional organizado, el cambio climático, y la energía y seguridad alimenticia.

Estoy convencida de que como socios, podemos establecer el espacio diplomático y político que necesitamos para promover el diálogo, la cooperación y la colaboración para convertir estos desafíos en catalizadores para la construcción de un futuro más próspero para América Central.  Esto es particularmente real en el área de seguridad ciudadana.

La complejidad y escala del crimen transnacional organizado demanda una respuesta coordinada.  Los narcotraficantes y las redes criminales no respetan las fronteras nacionales, y ningún país por si mismo puede derrotar a estos criminales.  Debemos de trabajar de forma conjunta para poder abordar esta compartida amenaza regional porque América Central es elemental para la prosperidad y seguridad de todas las Américas.

Continuamos preocupados por los altos niveles de violencia que afectan desproporcionalmente a las mujeres y jóvenes de la región.  En demasiados casos, las mujeres siguen siendo víctimas invisibles de la violencia.  Debemos trabajar en forma conjunta para poder eliminar la violencia e inseguridad, con especial atención en la protección de estos sectores de la población.  El proceso para alcanzar la paz y la seguridad requiere de la inclusión de toda la sociedad, incluyendo a los más vulnerables.

Apoyamos la región a través de la Iniciativa de Seguridad para la Región Centroamericana (CARSI, por sus siglas en inglés), el cual es un planteamiento global e integrado del Gobierno de los EE.UU. para ayudar a los países de América Central a crear calles más seguras e instituciones públicas más capaces, combatir la corrupción e impunidad, fortalecer el respeto por los derechos humanos y libertades fundamentales, y proteger los grupos más vulnerables de la región.

Los Estados Unidos proporciona una importante asistencia a través de CARSI.  Desde el 2008, hemos suministrado cerca de 500 millones de dólares para desmantelar redes criminales, fortalecer las capacidades de investigación y enjuiciamiento, implementar programas de prevención de la violencia en las comunidades vulnerables y a los jóvenes en riesgo, y promover el respeto por los derechos humanos y el estado de derecho.  Nuestra asistencia para el desarrollo de la región viene a complementar nuestros programas de CARSI a través del aumento en el acceso a la educación y el mejoramiento de las oportunidades económicas en Centroamérica.

Además, los Estados Unidos continúa participando en el Grupo de Amigos de Centroamérica, creyendo que una coordinación efectiva entre los donantes rendirá el uso más productivo de todo nuestro financiamiento.  Seguimos buscando oportunidades para alinear la ayuda de los EE.UU. para apoyar los ocho proyectos iniciales del SICA contenidos en la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, y estamos dispuestos a apoyar los restantes catorce programas a medida que son presentados a los donantes internacionales para su revisión.

Nos alienta ver que los gobiernos de América Central están demostrando una mayor voluntad política para hacer frente a estos difíciles retos.  Ustedes están aprobando nuevas leyes de impuestos para apoyar las inversiones en programas de seguridad ciudadana.  Ustedes están desarrollando estrategias municipales para la prevención del delito con el objetivo de construir enfoques comunitarios basados en aplacar la violencia.  Están aprobando nuevas leyes contundentes en materia de extradición, para enviar así una clara señal a los criminales que no tienen donde esconderse.  Para los Gobiernos que poseen una voluntad firme en cumplir con sus compromisos internacionales en la aplicación de la ley, pero no poseen los medios, los Estados Unidos se asociará con ustedes para fortalecer la aplicación de la ley y las instituciones de justicia penal, garantizando así el Estado de Derecho.

Todos estamos conscientes de los cambios difíciles pero necesarios que debemos emprender para poder derrotar las amenazas transnacionales en la actualidad y para proteger la seguridad de nuestros ciudadanos.  Requerirá, por ejemplo, de la dedicación de recursos para programas de prevención.  Como lo mencione anteriormente, en mi país buscamos tratar la adicción no solo como un problema de aplicación de la ley, sino como un problema social y médico.  El Director de la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas, Kerlikowski, llama a esto "La Tercera Vía" y en apoyo a este hemos triplicado los presupuestos de reducción de la demanda.  En el caso de América Central, mayor seguridad implicaría iniciar duras reformas judiciales.  Los cambios nunca son fáciles, pero, como pueblos que comparten una herencia en común y un conjunto de valores, podremos lograr nuestros objetivos si trabajamos juntos bajo un espíritu de amistad, apertura y cooperación.

Creo firmemente que los Estados miembros del SICA tienen el poder de alcanzar su objetivo de transformar a América Central en una región de paz, libertad, democracia y eje de desarrollo.  Continuamos siendo socios comprometidos con en este vital esfuerzo.  Muchas gracias.