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Informe técnico para autoridades de escuelas y funcionarios de salud pública estatales y locales sobre la guía de los CDC con las respuestas de las escuelas (K-12) frente a la influenza durante el año escolar 2009-2010

Esta página está archivada para fines históricos y ya no se le realizan mantenimientos ni actualizaciones. For information related to school guidance for the current influenza season, please visit www.cdc.gov/flu/school.

Febrero de 22de 2010, 3:00 p.m., hora de verano del este

Los CDC han publicado guías para ayudar a disminuir la propagación de la influenza (gripe) entre los estudiantes y personal de la escuela durante el año escolar 2009-2010. Esta guía amplía los documentos previos con recomendaciones para las escuelas al brindar un menú de herramientas que las escuelas y los funcionarios de salud pueden seleccionar en base a las condiciones en su área. Recomienda acciones para tomar durante este año escolar, sugiere estrategias para tener en cuenta en caso de que los CDC arriben al hecho de que la influenza comienza a causar enfermedades más severas que durante el brote de influenza H1N1 2009 de abril a diciembre de 2009, y proporciona una lista de control para tomar decisiones a nivel local. En base a la gravedad de las enfermedades relacionadas con la influenza H1N1 2009 reportadas hasta el momento, esta guía también recomienda que los alumnos y el personal de la escuela con alguna enfermedad similar a la influenza permanezcan en sus hogares hasta 24 horas después de la desaparición de la fiebre sin haber utilizado medicamentos antifebriles. Para los fines de esta guía, el término "escuelas" se refiere a las instituciones públicas y privadas que brindan educación de grados K-12 a niños y adolescentes en entornos grupales. La guía se aplica a tales escuelas en su totalidad, incluso si brindan servicios a estudiantes de más o menos edad. Las guías para entornos de cuidado infantil e instituciones de educación superior serán difundidas en documentos separados. Esta guía representa la actual línea de pensamiento de los CDC sobre este tema. No constituye u otorga derechos para o respecto de ninguna persona ni opera como una obligación para el público.

Este informe técnico incluye información detallada que respalda la elección de las estrategias presentadas en la guía de los CDC con las respuestas de las escuelas (K-12) frente a la influenza durante el año escolar 2009-2010 y sugiere cómo implementar estas estrategias. Esta guía está diseñada para reducir la exposición a la influenza de temporada convencional y a la influenza H1N1 2009, a la vez que limita la alteración de las actividades diarias y el vital aprendizaje que tiene lugar en las escuelas.

ANTECEDENTES

Alrededor de 55 millones de estudiantes y 7 millones de empleados concurren diariamente a más de 130,000 escuelas públicas y privadas en Estados Unidos. Al implementar estas recomendaciones, las escuelas y los funcionarios de salud pueden ayudar a la quinta parte de la población del país a protegerse contra la influenza. Además de su esencial misión de educar a niños y adolescentes, las escuelas satisfacen otras necesidades básicas: proporcionar alimentos a los estudiantes y los necesarios servicios de cuidados infantiles, servicios médicos y de salud mental, además de otras actividades de manera regular y segura. Es fundamental evitar la interrupción del proceso de aprendizaje sin una debida causa. Aunque la enfermedad puede ser una justificación razonable, las escuelas y sus comunidades tienen la responsabilidad de ponderar los riesgos de la enfermedad entre los estudiantes y el personal y los beneficios de mantener los estudiantes en las escuelas.

La decisión de retirar a los estudiantes de las escuelas debe tomarse a nivel local y ponderar el objetivo de reducir la cantidad de personas que se enfermen gravemente o mueran a causa de la influenza con el objetivo de minimizar los trastornos sociales y los riesgos de seguridad para los niños, a veces relacionados con suspensiones. En base a la experiencia y conocimiento obtenido en las jurisdicciones que sufrieron grandes brotes en la primavera de 2009, los beneficios potenciales de no permitir a los estudiantes volver a la escuela por prevención a menudo son superados por ciertas consecuencias negativas; por ejemplo, los estudiantes quedan solos en sus hogares, los trabajadores de la salud no pueden cubrir guardias porque deben permanecer con sus hijos en casa, los estudiantes no reciben su comida y la interrupción de la educación de los estudiantes. Las agencias de educación y las escuelas pueden enviar a los estudiantes a sus hogares por razones que no se relacionan con los objetivos de la salud pública, por ejemplo, cuando no pueden mantener un funcionamiento normal de la institución debido al alto ausentismo de estudiantes o del personal. Aún así, más allá de que la influenza es impredecible, un mayor número de comunidades pueden verse afectadas, con la consecuencia de un mayor peligro de diseminación del virus. El impacto general de la influenza H1N1 2009 seguramente será mayor que el registrado durante abril a diciembre de 2009, y las suspensiones de clases serán justificables, dependiendo de los problemas asociados a la enfermedad y demás condiciones.

Este documento tiene como finalidad proporcionar una guía actualizada para reducir la propagación de la influenza en las escuelas. Proporcionamos recomendaciones para la temporada de influenza 2009-2010, y consideramos que la gravedad de la enfermedad es similar a lo que se pudo apreciar entre abril y diciembre de 2009 durante el brote de influenza H1N1 2009, brindamos además recomendaciones adicionales para seguir en caso de que se agudice la gravedad de la enfermedad. La influenza es impredecible. Los CDC seguirán monitoreando la propagación de la influenza, la gravedad de la enfermedad y si el virus está mutando y difundirán actualizaciones periódicas de estas evaluaciones. Si tal información indica que la influenza está desencadenando enfermedades de carácter más grave que las causadas durante el brote de influenza H1N1 2009 ocurrido durante abril a diciembre de 2009, o si otros tipos de desarrollos pudieran exigir medidas de mitigación más enérgicas, los CDC podrían recomendar como medida preventiva, o en una etapa anterior, la suspensión de las clases.

Síntomas de la influenza, contagio y riesgos:

Los síntomas de la influenza pueden incluir: fiebre, tos, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolores corporales, dolores de cabeza, escalofríos y cansancio, y en algunos casos diarrea y vómitos. Las personas pueden contagiarse con el virus de la influenza, incluyendo el virus H1N1 2009, y presentar síntomas respiratorios sin fiebre. Los niños pequeños con influenza pueden mostrarse irritables, con menos ganas de jugar o sin mucho apetito. Los bebés con influenza pueden tener fiebre y letargo, y no tener tos ni síntomas respiratorios. Para obtener más información, visite http://www.cdc.gov/h1n1flu/childrentreatment.htm. Al igual que la influenza de temporada, la infección por influenza H1N1 2009 en humanos puede variar en gravedad de leve a grave. Visite http://www.cdc.gov/H1N1flu/qa.htm para obtener más información sobre los síntomas de la influenza.

Al igual que la influenza de temporada, el virus de la influenza H1N1 2009 se contagia principalmente entre personas a través de la tos o el estornudo de personas infectadas con el virus. Las personas también pueden contagiarse al tener contacto con algo, como una superficie u objeto, que está contaminado con los virus de la influenza y al tocarse luego la boca, la nariz o los ojos.

Algunas personas pueden tener un mayor riesgo que otras de tener complicaciones graves por la influenza.

Entre estas personas encontramos a:

  • niños menores de 5 años; pero especialmente los niños menores de 2 años
  • personas mayores de 65 años
  • las mujeres embarazadas
  • adultos y niños que sufren:
    • asma
    • enfermedades neurológicas y del neurodesarrollo
    • enfermedades pulmonares crónicas
    • enfermedades cardíacas
    • trastornos sanguíneos
    • trastornos endocrinos (como diabetes)
    • afecciones renales, enfermedades del hígado y trastornos metabólicos
    • sistemas inmunológicos debilitados debido a una enfermedad o medicamento
  • personas menores de 19 años que están recibiendo una terapia a largo plazo a base de aspirinas

Para obtener más información sobre las personas que tienen mayores riesgos de sufrir complicaciones por la influenza, visite http://www.cdc.gov/h1n1flu/highrisk.htm.

RECOMENDACIONES PARA LAS RESPUESTAS DE ESCUELAS (K-12) A LA INFLUENZA DURANTE EL AÑO ESCOLAR 2009-2010

Las medidas más importantes que las escuelas pueden tomar para reducir el riesgo de la influenza son: promover la vacunación contra la influenza a todos los estudiantes y personal a quienes se les recomienda vacunarse, indicar el tratamiento temprano a personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza, promover el hábito de la higiene de las manos y el uso del protocolo para la higiene respiratoria por parte de los estudiantes y el personal, asegurar que los estudiantes y adultos enfermos no ingresen a la instalación y separar a las personas enfermas de las sanas tan pronto como sea posible. Las autoridades escolares deberían recordar de manera frecuente a los estudiantes, sus familias y personal la importancia de seguir estas recomendaciones. Los materiales educativos (por ejemplo, afiches) para fortalecer el cumplimiento de estas recomendaciones deberán estar visibles en el entorno escolar. Encontrarán disponibles ejemplos de estos materiales en http://www.cdc.h1n1flu/flyers.htm. Además, Preparación para la influenza: un juego de herramientas de comunicación para escuelas (K-12) también brinda muchos materiales para utilizar.

Las autoridades de las escuelas deberán examinar y revisar, en la medida que sea necesario, sus actuales planes o procedimientos para crisis o pandemias; desarrollar planes de emergencia para cubrir los puestos importantes cuando el personal no concurre a trabajar; actualizar información de contacto para las familias y el personal; y compartir sus planes con las familias, el personal y la comunidad. Los administradores deberán analizar, y revisar de ser necesario, sus políticas de licencias por enfermedad para eliminar los obstáculos sobre los empleados que deban permanecer en sus hogares por estar enfermos o cuidar a un familiar enfermo. No se debe exigir la presentación de certificados médicos de un proveedor de servicios de salud para confirmar la enfermedad de los estudiantes o personal o para regresar al entorno escolar.

Las recomendaciones que se describen a continuación están divididas en dos grupos: 1) recomendaciones para utilizar ahora, durante este año académico, asumiendo que la gravedad de la influenza sea similar a la ocurrida durante el brote de influenza H1N1 2009 de abril a diciembre de 2009, y 2) recomendaciones que deberán considerarse en caso de que la gravedad de la temporada de influenza sea mayor.

Estrategias que se recomiendan utilizar ahora, para condiciones de influenza con una gravedad similar a la del brote de influenza H1N1 2009 de abril a diciembre de 2009.

  • Alentar la vacunación contra la influenza:

  • La mejor forma de protegerse contra la influenza es vacunándose. La vacuna contra la influenza de temporada se fabrica todos los años. Los grupos que deben vacunarse contra la influenza de temporada incluyen: todos los que tengan entre 6 meses y 18 años, todas las personas mayores de 50 años, las mujeres que estarán embarazadas durante la temporada de influenza, las personas de 18 a 49 años con ciertas condiciones médicas que representan una situación de mayor riesgo de contraer complicaciones por la influenza, el personal de cuidados de salud y los contactos entre familiares y cuidadores de las personas que tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades graves por la influenza, inclusive los niños menores de 5 años, las embarazadas, las personas mayores de 65 años y todas las personas con problemas médicos.

    Se debe recomendar la vacunación contra el virus de la influenza H1N1 2009. Según recomendación del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los CDC, los 5 grupos prioritarios que deberán recibir las dosis iniciales de la vacuna contra la influenza H1N1 2009 son: las embarazadas, personas que viven o cuidan a niños menores de 6 meses, personal de cuidados de salud y servicios médicos de emergencia, personas desde los 6 meses hasta los 24 años, y personas desde los 25 hasta los 64 años con determinadas afecciones que representan un mayor riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza. Debido al aumento en la disponibilidad de la vacuna, cualquiera, incluyendo a aquellos mayores de 65 años, ahora pueden vacunarse.

    Todos los estudiantes y parte del personal pertenecerán a estos grupos y deberán estar entre los primeros en recibir la vacuna contra la influenza H1N1 2009. Visite http://www.cdc.gov/h1n1flu/vaccination para obtener más información.

  • Aconsejar a los enfermos que se queden en sus hogares:

  • Los CDC recomiendan que las personas con enfermedades similares a la influenza permanezcan en sus hogares al menos 24 horas después de la desaparición de la fiebre (100° F [37.8° C] o mayor cuando se mide con el método oral), o signos de fiebre, sin haber utilizado medicamentos antifebriles.

    Esta recomendación se basa en datos epidemiológicos sobre el riesgo general de las enfermedades graves y de muerte, y los intentos de ponderar los riesgos de las enfermedades graves originadas por la influenza y los beneficios potenciales de disminuir la diseminación del virus a través de la reclusión de las personas enfermas con el objetivo de minimizar la alteración de las actividades sociales.

    Las decisiones sobre la extensión del período de aislamiento deben realizarse a nivel comunitario, conjuntamente con las autoridades de salud estatales y locales. Es posible considerar instrucciones más rigurosas y períodos más prolongados de reclusión, por ejemplo hasta que los síntomas desaparezcan por completo, para las personas que deban regresar a entornos donde hay grandes cantidades de personas con un alto riesgo de exposición.

    Los datos epidemiológicos recopilados durante la primavera de 2009 revelaron que la mayoría de las personas con la influenza del virus H1N1 2009 que no fueron hospitalizados tuvieron fiebre con una duración de 2 a 4 días, lo cual exigiría un período de reclusión de 3 a 5 días en la mayoría de los casos. Es probable que las personas que contraen una enfermedad más grave tengan fiebre durante períodos más largos de duración. Sin embargo, las personas pueden contagiarse con el virus de la influenza, incluyendo el virus H1N1 2009, y presentar síntomas respiratorios sin fiebre.

    Las personas enfermas deben permanecer en sus hogares hasta la finalización del período de reclusión, en la medida de lo posible, excepto cuando sea necesario recibir los cuidados de salud necesaria. Las personas enfermas deben evitar el contacto con otros. Mantener a las personas con fiebre en sus hogares puede reducir el número de infectados, pues la temperatura elevada está asociada a una mayor diseminación del virus de la influenza. Los CDC recomiendan este período de reclusión independientemente de si se están utilizando medicamentos antivirales. Las personas bajo tratamientos con estos medicamentos pueden diseminar los virus que son resistentes a estos fármacos.

    Numerosas personas con influenza continuarán diseminando el virus hasta 24 horas después de la desaparición de la fiebre, aunque en niveles inferiores en comparación con el período febril. La diseminación del virus de la influenza, según se detectara en los exámenes de laboratorio, puede prolongarse durante 10 días, o más en algunos casos. Por lo tanto, las personas que han padecido una enfermedad similar a la influenza que regresan a la escuela deben seguir cumpliendo con el adecuado protocolo para la higiene respiratoria y el lavado de manos y evitar el contacto directo con las personas que tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza.

    Como algunas personas pueden diseminar el virus de la influenza antes de sentirse enfermas y porque algunas personas con influenza no desarrollarán fiebre, es importante que todas las personas se cubran la boca al toser y se laven las manos con frecuencia. Para disminuir la posibilidad de diseminación de los virus de la influenza resistentes a los medicamentos antivirales, el cumplimiento riguroso del adecuado protocolo para la higiene respiratoria y la higienización de las manos es tan importante en las personas que están tomando medicamentos antivirales como para el resto de las personas.

    Los medicamentos antifebriles, es decir, los que contienen acetaminofeno o ibuprofeno, son apropiados para las personas con enfermedades similares a la influenza. La aspirina (ácido acetilsalicílico) no debe administrarse a niños o adolescentes enfermos de influenza; lo que puede causarles una enfermedad rara pero grave llamada síndrome de Reye. La decisión de estar en condiciones de regresar a la escuela debe tomarse después de transcurridas al menos 24 horas desde que la temperatura de la persona logra mantenerse por primera vez en un nivel normal sin el uso de estos medicamentos.

    Visitar: http://www.cdc.gov/h1n1flu/guidance_homecare.htm para obtener mayor información sobre los cuidados de las personas enfermas en el hogar.

  • Aislar a los estudiantes y al personal enfermo:

  • Los estudiantes y el personal enfermos siempre deberán ser enviados a sus hogares. Los CDC recomiendan que los estudiantes y el personal que parezcan tener una enfermedad similar a la influenza cuando llegan a la escuela o se enferman durante ese día, deben ser separados rápidamente de los demás estudiantes o personal y se les debe aconsejar retirarse a sus hogares inmediatamente. Las escuelas deberán actualizar regularmente la información de contacto de los padres para poder comunicarse con ellos sin contratiempos en caso de necesitar que retiren a sus hijos enfermos de la escuela. Reconociendo que la disponibilidad de espacio es a menudo un problema, será esencial planificar de manera temprana una ubicación destinada a la sala para enfermos. Esta sala no debería ser una comúnmente utilizada para otros propósitos, por ejemplo, el comedor durante los horarios fuera de las comidas. Tampoco debería ser un espacio por donde circulan otras personas en forma regular. No es necesario que esta sala tenga un sistema propio de suministro de aire (HVAC). Las personas enfermas deben ser ubicadas en áreas con una buena ventilación y donde es posible mantener una distancia de al menos 6 pies entre el enfermo y el resto de las personas.

    Los CDC recomiendan que las personas con influenza confirmada, probable o presunta o una enfermedad similar a la influenza deberían usar una mascarilla si están disponibles y si las toleran, o cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar (o con el codo o el hombro si no disponen de pañuelos desechables). Se debe designar un número limitado de personas para el cuidado de los enfermos hasta que los mismos puedan ser enviados a sus hogares. De ser posible, las personas enfermas deben tener una limitada interacción con otros estudiantes y personal; de esta manera, se disminuye el riesgo de diseminar la influenza. Las personas encargadas del cuidado de enfermos no deben tener un mayor riesgo de complicaciones por la influenza (por ejemplo: embarazadas) y deben conocer bien las recomendaciones sobre el control de la infecciones para evitar la propagación de la influenza. Es muy probable que las enfermeras escolares, y demás personal que se encuentre a cargo de esta responsabilidad, tengan contacto directo con estudiantes y personal con síntomas de una enfermedad similar a la influenza. Los CDC recomiendan que el personal que se encarga de brindar cuidados a las personas que tienen, según se sabe, se sospecha o existe la probabilidad, influenza o enfermedades similares a la influenza utilicen equipo de protección personal adecuado.
    Visite: http://www.cdc.gov/h1n1flu/masks.htm o www.flu.gov para obtener más información sobre equipos de protección personal y cómo recomendarlos a los empleados.

  • Recomendar a las personas enfermas no asistir a los eventos en la escuela:

  • Los eventos como las reuniones escolares y los eventos deportivos, en los que hay gran aglomeración de gente, constituyen un posible riesgo de exposición y propagación de la influenza. Utilizar una variedad de métodos de comunicación como enviar cartas con los estudiantes o correos electrónicos para recomendar a las personas con una enfermedad similar a la influenza, como amigos de la familia o parientes, que no asistan a estos eventos hasta que la fiebre haya desaparecido por al menos 24 horas sin haber utilizado medicamentos antifebriles. Explorar formas de modificar los eventos para disminuir el contacto cercano y aumentar las distancias entre los asistentes. Es posible que las escuelas necesiten considerar la cancelación o la postergación de algunos eventos en caso de que la modificación no sea posible y exista un alto nivel de actividad de la influenza en la comunidad.

  • Destacar la importancia del protocolo para la higiene respiratoria:

  • Se cree que los virus de la influenza se diseminan principalmente de persona en persona a través del goteo nasal al momento de toser o estornudar. El contagio puede producirse cuando las gotas originadas por la tos o el estornudo de una persona infectada son expulsadas a través del aire y depositadas en la boca o nariz, o bien inhaladas, por las personas a su lado Los CDC recomiendan cubrir la nariz y la boca con un pañuelo desechable al momento de toser o estornudar y tirar el pañuelo al cesto de la basura luego de utilizarlo. Lavar las manos inmediatamente luego de haber tosido o estornudado. Si los pañuelos desechables no se encuentran disponibles, se recomienda toser o estornudar en el codo o el hombro (no cubrirse la boca con sus manos). Para fomentar el protocolo de la higiene de las manos, los estudiantes y el personal deben tener acceso a los pañuelos desechables y se los debe educar sobre la importancia de respetar tal protocolo, incluyendo el hecho de mantener las manos alejadas del rostro.

    Visite http://www.cdc.gov/flu/protect/covercough.htm para obtener más información sobre el protocolo para la higiene respiratoria.

  • Promover la higiene de manos:

  • La influenza puede propagarse a través de las manos contaminadas u objetos que puedan estar contaminados con los virus de la influenza. Los CDC recomiendan instar a los estudiantes y al personal lavar sus manos a menudo con agua y jabón, especialmente luego de haber tosido o estornudado. También puede usar toallas desinfectantes para manos a base de alcohol si no hay agua y jabón disponibles. Sin embargo, no deben utilizarse desinfectantes de manos cuando las mismas están muy sucias.

    Las escuelas deben permitir a todos los estudiantes y al personal el tiempo necesario para lavar sus manos siempre que sea necesario, especialmente después de toser o estornudar tapándose con sus manos, antes de comer y después de haber utilizado el baño. Las toallas de papel y el jabón son esenciales para la adecuada higiene de las manos y deben estar disponibles en todas partes en las escuelas. Si fuera necesario supervisar a los estudiantes mientras se lavan sus manos en los baños, las escuelas deberán considerar los factores de tiempo y personal. Las escuelas también deberán educar a las familias, estudiantes y personal sobre la importancia de la buena higiene de las manos y los métodos apropiados para la limpieza de las manos.

    Visite www.cdc.gov/cleanhands para obtener más información sobre la higiene de las manos.

  • Realizar la limpieza de rutina del entorno:

  • Las escuelas deberán limpiar regularmente todas las áreas y objetos que comúnmente tienen un frecuente contacto con las manos y limpiar también estas áreas de manera inmediata cuando se encuentran visiblemente sucias. Utilizar los productos de limpieza que usualmente se utilizan en estas áreas. Los CDC consideran que no es necesario realizar desinfecciones adicionales de las superficies ambientales además de la limpieza rutinaria recomendada.

    Aliente la limpieza de rutina de las superficies que se tocan con frecuencia, y garantice los suministros adecuados de jabón y toallas de papel. Proporcione cestos de basura que no requieren contacto con las manos y vacíelos de manera regular. Establecer cronogramas regulares para la limpieza frecuente de las superficies de contacto más habituales:

    • Perillas de las puertas y pasamanos
    • Escritorios, mesas, sillas
    • Mostradores y superficies en cafeterías, salas de reuniones y oficinas

    Proporcione paños desechables para que las superficies comúnmente utilizadas (por ejemplo: teclados y auriculares) puedan ser limpiadas por los estudiantes previo al uso.

    Algunos estados y localidades tienen leyes y reglamentaciones que exigen el uso de productos de limpieza específicos en las escuelas. Las autoridades de las escuelas deben comunicarse con el departamento de salud de sus estados o el departamento de protección medioambiental para obtener instrucciones adicionales. Las escuelas deberán asegurarse de que el personal de limpieza y otras personas (por ejemplo, los maestros) que utilicen los productos de limpieza y desinfección lean y comprendan todas las etiquetas con instrucciones y comprendan el uso adecuado y seguro. Los materiales con instrucciones y capacitación deben estar disponibles en otros idiomas aparte del inglés, según sea necesario por las características de la localidad. Los CDC consideran que no es necesario realizar desinfecciones adicionales de las superficies ambientales además de la limpieza rutinaria recomendada.

    La EPA ofrece una lista de productos aprobados por esta entidad y que son efectivos contra la influenza: http://www.epa.gov/oppad001/influenza-disinfectants.html

  • Promover el tratamiento temprano en los estudiantes y el personal en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza

  • Si las personas con un alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza contrajeran una enfermedad similar a la influenza deberán comunicarse con su proveedor de servicios de salud lo antes posible para determinar la necesidad de un tratamiento antiviral. Es muy importante el uso de los medicamentos antivirales durante la etapa temprana del tratamiento contra la influenza en personas que están muy enfermas (por ejemplo: las personas que están hospitalizadas), y en personas que contrajeron la influenza y que tienen un mayor riesgo de sufrir graves complicaciones por la influenza. Otras personas también pueden ser tratadas con medicamentos antivirales durante esta temporada, según lo indique su médico. Los CDC recomiendan que las escuelas deben alentar al personal enfermo y a los padres de estudiantes enfermos que tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza a buscar tratamiento temprano.

    Los estudiantes y el personal en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza que haya tenido contacto cercano con otros que tengan una enfermedad similar a la influenza deben contactar a su proveedor de servicios de salud para analizar si necesitan tomar medicamentos antivirales.

    Las personas que están siguiendo un tratamiento antiviral pueden igualmente contagiar los virus de la influenza a otras personas. Estos virus de la influenza pueden desarrollar una resistencia contra los medicamentos antivirales. Para disminuir la posibilidad de diseminación de los virus de la influenza resistentes a los medicamentos antivirales, las personas que están siguiendo un tratamiento antiviral deben permanecer en sus hogares y distanciadas de otras personas como se recomienda y practicar el adecuado protocolo para la higiene respiratoria y el lavado de manos incluso después de que la fiebre haya desaparecido.

    Visite: http://www.cdc.gov/h1n1flu/recommendations.htm para más información sobre los medicamentos antivirales.

  • Considerar la suspensión de clases selectiva en escuelas:

  • Es posible considerar la suspensión de clases selectiva en las escuelas en base a la población particular de una escuela. Aunque no hay muchas escuelas en las que todos o la mayoría de los estudiantes están en alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza (por ejemplo, una escuela para niños médicamente frágiles o para estudiantes embarazadas), una comunidad puede decidir cerrar tal escuela para proteger más a estos estudiantes. La decisión selectiva para suspender las clases en una escuela debe ser tomada a nivel local y debe ponderar los riesgos de mantener los estudiantes en la escuela con la alteración de las actividades sociales que provoca el cierre de una escuela. Las autoridades escolares deberán trabajar de manera estrecha y directa con las autoridades de salud pública locales y estatales al momento de decidir si suspenden o no las clases de manera selectiva en una escuela o escuelas específicas. Muy probablemente la suspensión de clases selectiva no tenga un significativo efecto en la diseminación del virus a nivel de toda la comunidad. Empero esta estrategia tiene como objetivo proteger a los estudiantes y al personal que se encuentran en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza. En la próxima sección encontrará información sobre la suspensión de clases en escuelas con fines preventivos y reactivos.

Estrategias adicionales que se recomiendan implementar en caso de que la gravedad de la influenza aumente en comparación con la del brote de influenza H1N1 2009 de abril a diciembre de 2009.

Los CDC continuarán evaluando la gravedad de la enfermedad provocada por el virus de la influenza H1N1 que apareciera durante el 2009 y difundiendo los resultados de las continuas evaluaciones. Si las evaluaciones de riesgo a nivel nacional o mundial indicaran un mayor nivel de gravedad en comparación con el brote de influenza H1N1 2009 de abril a diciembre de 2009, los CDC considerarán la necesidad de recomendar estrategias adicionales, entre las que se incluyen la suspensión preventiva de clases en las escuelas.

Las decisiones para incrementar las estrategias deberán basarse en la información sobre la gravedad de la enfermedad que publican las evaluaciones a nivel nacional y mundial, objetivos locales, epidemiología, capacidad del sistema de salud y la viabilidad y aceptación de tales estrategias bajo consideración. Las estrategias que se detallan más abajo utilizan una variedad de métodos para aumentar la distancia en las actividades sociales, y simultáneamente intentan mantener la funcionalidad de la mayoría de las escuelas. La viabilidad y aceptación de estas estrategias serán considerablemente diferentes en las comunidades. A excepción de la suspensión de clases en las escuelas, las siguientes estrategias no han sido científicamente probadas. Sin embargo, los CDC desean que las comunidades dispongan de herramientas para su uso que sean las medidas indicadas para sus comunidades y circunstancias particulares. La implementación de estas estrategias probablemente sea más difícil y cause efectos más perjudiciales que las estrategias anteriormente descritas. Estas estrategias deberán tenerse en cuenta si la gravedad de la influenza fuese mayor y tienen como finalidad ser utilizadas junto con las estrategias descritas anteriormente.

  • Realizar monitoreo activo de la enfermedad:

  • Si la gravedad de la influenza se agudiza, las escuelas deberán considerar la implementación de un intenso monitoreo de los síntomas de infección respiratoria y de la fiebre en los estudiantes y el personal al momento de entrar en la escuela. Al comenzar la jornada escolar, se le deberá preguntar a todos los estudiantes y el personal si tienen síntomas indicadores similares a los de la influenza durante las últimas 24 horas. Algunas personas con influenza confirmada por laboratorio no tienen fiebre. Por lo tanto, la ausencia de fiebre no es indicadora de ausencia de la infección. En casos de alta gravedad, las escuelas deberían solicitarle a las personas con síntomas de una infección respiratoria aguda (es decir, cualquiera de los siguientes síntomas: dolor de garganta, tos, secreción nasal [nueva y que no se deba a alergias], o fiebre) que regresen a sus hogares. Como siempre, los padres deben estar al tanto del estado de salud de sus hijos y hacer los controles necesarios contra la enfermedad todas las mañanas antes de salir hacia la escuela.

    Durante todo el día, el personal deberá estar alerta en la identificación de los estudiantes y del resto de los empleados que parecieran estar enfermos Estos estudiantes y personal deberán ser evaluados nuevamente por la enfermera escolar, o bien otra persona encargada de los cuidados de salud en el ámbito escolar; se le tomará la temperatura y se le consultará sobre los síntomas de manera más completa. El estudiante o el empleado que desarrollara los síntomas de una infección respiratoria aguda en la escuela deberá ser separado de los demás hasta el momento de poder retirarse a su hogar. De ser posible y si la persona enferma puede tolerarlo, deberá utilizar una mascarilla hasta poder retirarse a su hogar.

  • Permitir a los estudiantes y personal con mayor riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza permanecer en sus hogares:

  • Si la gravedad de la influenza se agudiza, los estudiantes y el personal con alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza pueden considerar permanecer en sus hogares y no concurrir a la escuela mientras el riesgo de contraer la influenza sea alto en sus comunidades, en caso de que ellos, o sus familiares, estén interesados en prevenir la propagación de la influenza en la escuela. La decisión de si se debe permanecer en los hogares debe tomarse tras la consulta con el proveedor de servicios de salud. Las personas que eligen permanecer en sus hogares y mantenerse alejadas de las escuelas también deberán disminuir su exposición en otras formas, por ejemplo, evitando las grandes aglomeraciones públicas. Los estudiantes sanos deberán continuar con su educación durante su permanencia en el hogar en la medida de lo posible.

    Las escuelas deberán estar preparadas para analizar con los padres los asuntos de seguridad escolar y deberán asesorarse con las juntas escolares y especialistas legales sobre los ajustes en las políticas que pudieran ser necesarios para permitir a los estudiantes y al personal que se encuentran en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones de la influenza permanecer en sus hogares. Las leyes y políticas locales y estatales también podrían ser revisadas según su aplicabilidad. Las políticas a ser revisadas pueden ser de carácter oficial o no oficial, como los premios otorgados por los directores de las escuelas a los estudiantes con asistencia perfecta. Las escuelas deberían estar planificando actualmente alternativas para continuar educando a los estudiantes que permanecen en sus hogares a través de métodos como enseñanza a través de llamadas telefónicas, cuadernillos con tareas para el hogar, clases por Internet y demás métodos de aprendizaje a distancia.

  • Aumentar el distanciamiento social en las actividades dentro del entorno escolar:

  • Si la gravedad de la influenza se agudiza, las escuelas deberán explorar innovadores métodos para aumentar el distanciamiento social en las actividades dentro de los entornos escolares. El objetivo deberá consistir en mantener la distancia entre las personas la mayor parte del tiempo o bien reunir estudiantes en grupos pequeños y uniformes. Para la mayoría de las escuelas esta estrategia no es simple ni fácil de implementar. La instrumentación de cualquiera de las siguientes opciones deberá exigir una considerable flexibilidad y predisposición al cambio por parte de los estudiantes, personal escolar y familias. Algunas de las posibles opciones para aumentar la distancia entre los estudiantes o para formar grupos uniformes de estudiantes incluyen:

    • rotar a los maestros entre las aulas pero mantener al mismo grupo de estudiantes dentro de un aula (en escuelas secundarias y preparatorias)
    • cancelar clases que reúnen estudiantes de múltiples aulas (en escuelas primarias)
    • suspender viajes escolares que reúnen estudiantes de múltiples aulas o de toda la escuela en su conjunto; grupos densamente poblados
    • organizar las clases al aire libre (si el clima lo permite)
    • evitar el uso de autobuses escolares y transporte público
    • dividir las clases en grupos más pequeños
    • separar los escritorios a una distancia mayor; y
    • trasladar las clases a espacios más amplios, de ser posible, para permitir un mayor espacio entre los estudiantes
  • Aconsejar a los estudiantes con familiares enfermos permanecer en sus hogares:

  • Si la gravedad de la influenza se agudiza, los menores en edad escolar que viven con personas que han contraído enfermedades similares a la influenza deberán permanecer en su hogares durante 5 días a partir del momento en que el primer integrante de la familia se enfermó. Este es el período en que tienen más probabilidades de enfermarse. El riesgo más grande de contagio se presenta durante los primeros 5 días de la enfermedad del primer integrante infectado del hogar (alrededor del 90%), con el riesgo más alto de diseminación en el día 1 de la enfermedad de este integrante (alrededor del 40%). Mantener a todos los niños del grupo familiar dentro del hogar durante este período de tiempo también puede evitar que el virus de la influenza se propague afectando a otras personas fuera del hogar. Si algún integrante de la familia desarrollara una enfermedad similar a la influenza durante los primeros 5 días de la enfermedad del primer integrante infectado del hogar, será necesario implementar las recomendaciones de reclusión de las personas con alguna enfermedad similar a la influenza. Sin embargo, no es necesario considerar el período de cinco días para los demás niños sanos de la casa.

  • Extender el período de aislamiento:

  • Si la gravedad de la influenza se agudiza, las personas con enfermedades similares a la influenza deben permanecer en sus hogares durante al menos 7 días, incluso si los síntomas desaparecieran antes. Las personas que continúan enfermas luego de los 7 días de haber contraído la enfermedad deberán permanecer en sus hogares hasta al menos 24 horas después de que los síntomas hayan desaparecido.

    Esta recomendación se basa en información sobre diseminación viral. La propagación del virus de la influenza generalmente se produce durante 5-7 días en el caso de la infección por influenza de temporada. Este período puede ser más prolongado para las personas que contraen la influenza H1N1 2009 y entre los niños más pequeños y personas inmunocomprometidas. También pueden considerarse períodos de reclusión más largos en base a las características específicas de la población y el entorno. Además, es posible, que las escuelas concedan un período más largo para que los estudiantes y el personal se sientan plenamente capaces de regresar a la escuela tras la recuperación de sus enfermedades.

    Las personas enfermas deben permanecer en sus hogares hasta la finalización del período de reclusión, en la medida de lo posible, excepto cuando sea necesario recibir los cuidados de salud necesaria. Las personas enfermas deben evitar el contacto con otros. Los CDC recomiendan este período de reclusión independientemente de si se están utilizando medicamentos antivirales. Las personas bajo tratamientos con estos medicamentos pueden diseminar los virus que son resistentes a estos fármacos.

    Las personas que han padecido una enfermedad similar a la influenza que regresan a la escuela deben seguir cumpliendo con el adecuado protocolo para la higiene respiratoria y el lavado de manos y evitar el contacto directo con las personas que tienen un alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza. Para disminuir la posibilidad de diseminación de los virus de la influenza resistentes a los medicamentos antivirales, el cumplimiento riguroso del adecuado protocolo para la higiene respiratoria y la higienización de las manos es tan importante en las personas que están tomando medicamentos antivirales como para el resto de las personas.

    Visitar: http://www.cdc.gov/h1n1flu/guidance_homecare.htm para obtener mayor información sobre los cuidados de las personas enfermas en el hogar.

  • Considerar la suspensión de clases:

  • En caso de que la gravedad de la influenza se agudice, los CDC recomiendan que las comunidades revisen y hagan los preparativos para implementar sus planes de suspensión de clases en las escuelas en cumplimiento con los lineamientos que se especifican más abajo. Las escuelas y los funcionarios de la salud deberán ponderar los riesgos de la influenza en sus comunidades con los trastornos que provocarán las suspensiones de clases en la educación y en la comunidad en su conjunto. Las autoridades escolares deberán trabajar en contacto directo y permanente con sus autoridades de salud pública locales y estatales para tomar decisiones sensatas, en base a las condiciones locales, e implementar estrategias en forma coordinada.

    Cuando las comunidades eligen ordenar la suspensión de clases en las escuelas, las autoridades educativas y de salud pública deberán explicar claramente a los padres y sus comunidades la razón de por qué los estudiantes no pueden concurrir a la escuela y el tipo de suspensión que están implementando.

    La medida reactiva de suspensión de clases podría ser apropiada cuando las escuelas están experimentando un excesivo ausentismo entre los estudiantes y el personal, un gran número de estudiantes están visitando la enfermería de la escuela o son enviados a sus hogares durante la jornada escolar con signos evidentes de fiebre, la escuela no es capaz de mantener distanciadas a las personas con potenciales riesgos de infección, o por alguna otra razón que afecta la capacidad de la escuela de seguir funcionando. Las suspensiones de clases reactivas podrían reducir la carga del sistema de salud local.
    La decisión de suspender las clases debe ser tomada a nivel local y equilibrar el objetivo de reducir la cantidad de personas que pueden enfermarse gravemente o morir de influenza con el objetivo de minimizar los trastornos sociales. Se insta a las autoridades escolares a trabajar de manera colaborativa y mantener una buena comunicación con los distritos o escuelas vecinas de manera que otras instituciones en la región estén al tanto de las acciones que son tomadas Las autoridades podrían decidir suspender o no las clases en sus escuelas en base a las experiencias de sus vecinos. El riesgo que presenta un brote originado en la escuela para los estudiantes y el personal, si las personas con potencial riesgo infeccioso no pueden ser alejadas de la escuela, también puede llevar a ciertas jurisdicciones a decidir el cierre de las escuelas. En este caso, las aglomeraciones de personas por actividades relacionadas con el ámbito escolar también deberán ser canceladas o suspendidas.

    La suspensión preventiva de clases puede ser una medida proactiva para disminuir la propagación de la influenza o disminuir la demanda en el sistema de salud. Si las evaluaciones sobre los riesgos en el nivel nacional o mundial indican un mayor nivel de gravedad en comparación con la del brote de la influenza H1N1 2009 ocurrido entre abril y diciembre de 2009, los CDC podrían recomendar el cierre preventivo de las escuelas. Si las escuelas fueran cerradas, las aglomeraciones de personas por actividades relacionadas con el ámbito escolar deberán ser canceladas o suspendidas. Entre estas actividades se incluyen: eventos deportivos, espectáculos de danzas escolares, actuaciones, juegos de rally, ceremonias de inicio del ciclo lectivo y otros eventos que reúnen grandes grupos de personas que mantienen una estrecha proximidad entre sí.
    La medida de suspensión de las clases en las escuelas será probablemente más efectiva en disminuir la diseminación del virus de la influenza dentro de la comunidad cuando se la utilice en forma temprana con relación a la aparición del virus en la comunidad y cuando se la utilice en conjunto con otras estrategias (por ejemplo: la cancelación de los eventos deportivos de la comunidad y demás aglomeraciones de personas). La cancelación o suspensión de los eventos comunitarios es una decisión que deberán tomar los organizadores de tales eventos, autoridades de salud pública locales y demás agencias de gobierno, y deberán ser parte de un proceso coordinado de la comunidad.

    • Reinicio de clases luego de la suspensión:
    • La duración del período de suspensión de las clases en las escuelas dependerá del tipo de medida adoptada y de la gravedad y duración de la enfermedad. Cuando se toma la decisión de suspender las clases, los CDC recomiendan una interrupción de 5 a 7 días calendario. Las suspensiones de clases reactivas tienen comúnmente una duración más breve que las supensiones selectivas o preventivas. Como los objetivos de las suspensiones selectivas (proteger a los estudiantes y personal en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza) y de las suspensiones preventivas (disminuir la diseminación del virus de la influenza) son generalmente diferentes de los objetivos de las suspensiones reactivas, la duración del cierre de las escuelas podría ser más prolongada.

      En forma regular (por ejemplo, semanalmente) las comunidades donde los estudiantes no asisten a las escuelas deberán revaluar la epidemiología de la enfermedad, los beneficios de mantener los estudiantes en sus hogares y las repercusiones en la dinámica de la sociedad a raíz de tal decisión. En base a esta revaluación, las comunidades pueden decidir extender la suspensión de las clases o reabrir las escuelas. En el caso de que los CDC recomendaran la suspensión preventiva de las clases, esta recomendación deberá también incluir una modificación de la suspensión de clases sugerida, en base a la gravedad observada en toda la nación y a nivel mundial. Por lo tanto, las escuelas y juntas escolares deberán preveer períodos de suspensión de clases más prolongados. Si las escuelas intentaran continuar suministrando sus servicios educativos a todos los estudiantes durante una suspensión de clases prolongada, los estudiantes con incapacidades deberán recibir un acceso a la educación similar.

      La autoridad encargada de tomar la decisión de suspender las clases en las escuelas puede recaer en múltiples sectores del gobierno local y estatal; estas entidades deberán trabajar en forma coordinada. Los datos locales, regionales o nacionales y las pautas para tomar decisiones, la cuales están incluidas en este documento, pueden ser útiles para determinar si se ordena el cierre de las escuelas.

    • Reducir los efectos adversos como consecuencia del cierre de las escuelas:
    • Como parte de un proceso de planificación comunitaria, los planes de cierre de escuelas deberán abordar los posibles efectos secundarios en la comunidad. El proceso de planificación deberá incluir la comunicación de estos planes a todos los miembros de la comunidad afectados por el cierre de las escuelas. Entre estos efectos se incluyen: infraestructura básica, pérdida en ingresos y seguridad laboral de los padres, financiación de las escuelas debido a la financiación calculada en base a la asistencia, nutrición infantil debido a la pérdida del acceso al programa de comidas escolares, pérdida del acceso a los servicios de la salud, progreso educativo y seguridad infantil debido al posible aumento de tiempo sin supervisión. Las comunidades deberán prepararse para resolver estos efectos secundarios con el fin de tener una mayor aceptación y participación en la medida de suspensión de las clases. Los padres deberán planificar anticipadamente el cuidado de los niños mientras las escuelas permanezcan cerradas, pues estas decisiones pueden tomarse de manera rápida.

      Las comunidades también deberán preveer que el personal de la escuela pueda utilizar las instalaciones escolares mientras los estudiantes permanecen en sus hogares. Mantener abiertas las instalaciones escolares puede permitir a los docentes diseñar e impartir clases o suministrar materiales (por ejemplo, utilizando las líneas de teleconferencia de la escuela o demás sistemas de suministro de educación a distancia) así como al resto del personal proporcionar servicios esenciales (como la preparación de las comidas), siempre que se respeten las medidas básicas de control de infecciones.

De aprobarse el cierre de escuelas, informe a los CDC, al Departamento de Educación de Estados Unidos, y a sus agencias estatales de salud y educación enviando un informe simple a www.cdc.gov/FluSchoolDismissal.

ROLES

La colaboración es esencial: numerosos y diferentes grupos interesados juegan importantes roles en el proceso de toma de decisiones, implementación de estrategias y garantía de la efectividad. Para lograr la máxima efectividad, estas actividades deben estar coordinadas en los niveles locales, estatales y federales.

  • Los CDC continuarán el monitoreo de la diseminación y gravedad de la enfermedad de la influenza, el monitoreo de los cambios en la circulación de los virus de la influenza que puedan implicar una mayor gravedad de la enfermedad, se encargará de determinar los métodos potencialmente exitosos para la reducción de la mortalidad y morbilidad, y colaborará con las agencias de educación y salud a nivel local y estatal en la implementación de estos métodos y evaluación de su efectividad y proporcionando actualizaciones de manera diligente sobre hallazgos científicos además de lineamientos adicionales en la medida que las condiciones lo ameriten.
  • El Departamento de Educación (ED, por sus siglas en inglés) de EE.UU. colaborará con las agencias locales, estatales y federales, además de entidades no gubernamentales, en la difusión de nuevas pautas, colaboración con las agencias de educación locales y estatales y cooperación con los estados para proporcionar flexibilidad en las reglamentaciones sobre financiación.
  • El Departamento de Educación, las agencias de educación y salud pública estatales y los CDC estarán a cargo del monitoreo de los cierres de las escuelas y otros asuntos relacionados.
  • Las agencias de educación y salud pública locales y estatales deberán trabajar conjuntamente para decidir qué estrategias implementar y cuándo, la recopilación e intercambio de datos y la difusión de pautas en situaciones de emergencia.
  • Las escuelas deberán examinar y revisar, en la medida que sea necesario, sus actuales procedimientos y planes contra pandemias y crisis, incluyendo la actualización de la información de contacto, y comunicarse con los proveedores que suministran productos o servicios esenciales para planificar la continuidad de tales servicios a lo largo de toda la temporada de influenza. Entre los servicios esenciales pueden mencionarse: servicios de alimentos, suministros para la higiene y equipos de protección personal para los empleados. Esta planificación es especialmente importante cuando los proveedores son pequeñas empresas en el área local pues pueden verse afectadas por un brote de influenza.
  • Las escuelas deberán ser un recurso para las familias ayudándolas a mitigar los efectos secundarios de la suspensión de las clases, a través de referencias para servicios de asistencia en la comunidad o, siempre que sea posible, proporcionando asistencia directa Las escuelas pueden explicar a las familias y a la comunidad lo que deben hacer para disminuir la propagación de la influenza, y ayudar a las familias y comunidades a comprender los roles importantes que pueden jugar en la reducción de la propagación de la influenza y en mantener las escuelas abiertas.
  • Los estudiantes, el personal y sus familias deben asumir sus responsabilidades personales en permanecer en sus hogares mientras se sienten enfermos, cumplir con la higiene de las manos y el protocolo para la higiene respiratoria, así como planificar por adelantado el cuidado infantil ante el caso de la suspensión de clases.
  • El apoyo del sector privado es esencial para trabajar con los padres y tutores que necesitan permanecer en sus hogares para cuidar de un niño enfermo o encontrar una opción de cuidado alternativo en caso de ordenarse el cierre de las escuelas. El impacto económico de la suspensión de clases puede tener un efecto dominó en toda la comunidad y en la economía local. Las políticas en el lugar de trabajo y licencias flexibles pueden ayudar a los padres a no perder salarios o incluso sus trabajos.
  • Las organizaciones comunitarias y religiosas pueden proporcionar apoyo esencial a las familias a través de la educación de los miembros de la comunidad sobre la importancia de permanecer en sus hogares cuando se sientan enfermos, de la higiene de las manos y del protocolo para la higiene respiratoria. A menudo, estas organizaciones también pueden proporcionar alimentos, lugares alternativos para el cuidado de niños, transporte y otros servicios para aliviar la carga del tener que permanecer en los hogares.

DECIDIR EL CURSO DE ACCIÓN

Para reducir la exposición de los estudiantes y personal educativo al virus de la influenza, los CDC recomiendan una combinación de estrategias que tengan fines específicos, sean implementadas en etapas y aplicadas en forma temprana y simultánea en base a tendencias como la gravedad de la enfermedad, las características del virus, el impacto esperado, la viabilidad y la aceptación Estos temas deben estar determinados a través de un proceso colaborativo de toma de decisiones en el que participen las agencias de salud pública y educación, los padres y la comunidad.

Los CDC y sus organizaciones estarán pendientes de todos los cambios que se produzcan en la gravedad de las enfermedades similares a la influenza, y compartirán la información obtenida con las agencias estatales y locales. Sin embargo, los estados y las comunidades locales pueden esperar ver muchas diferencias en los problemas relacionados con la enfermedad a nivel nacional.

Cada uno de los estados y comunidades deben lograr equilibrar varios objetivos para determinar el mejor curso de acción que ayude a disminuir la propagación de la influenza. Las personas encargadas de la toma de decisiones deben explícitamente determinar y comunicar sus objetivos, los cuales pueden ser uno o más de los siguientes: (a) proteger la salud del público en general al reducir la propagación de la enfermedad en la comunidad, (b) reducir la propagación de la enfermedad en los estudiantes y el personal de las escuelas, y (c) proteger a las personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza.

Algunas estrategias pueden tener consecuencias negativas además de sus potenciales beneficios. En el caso particular de la suspensión de clases, las personas encargadas de la toma de decisiones también deberán considerar y equilibrar los factores adicionales: (a) cómo garantizar que los estudiantes continúen con el proceso de aprendizaje; (2) cómo brindar un lugar seguro en materia emocional y edilicia para los estudiantes, y (3) cómo reducir la demanda de los servicios de cuidados de salud a nivel local. Las siguientes preguntas pueden ser útiles para iniciar el diálogo y conducir la toma de decisiones a nivel estatal y local.

Encargados de la toma de decisiones y grupos interesados

¿Están todos los grupos interesados y personas encargadas de tomar las decisiones involucradas en el proceso de toma de decisiones?

  • Determinar quiénes estarán encargados de tomar las decisiones. En las diferentes jurisdicciones, las agencias de seguridad nacional, de educación, y de salud a nivel estatal y local probablemente tengan importantes responsabilidades en el proceso de toma de decisiones. Puede ser necesaria la directa participación de los gobernadores, alcaldes, autoridades de salud pública o superintendentes escolares.
  • Identificar los grupos interesados. Los grupos interesados serán diferentes según la comunidad; sin embargo, pueden incluir a: los representantes de los padres, estudiantes, empresas locales y representantes de organizaciones religiosas de la comunidad, maestros, proveedores de servicios de salud, hospitales, organizaciones comunitarias, enfermeras escolares, directores de los servicios de comidas en las escuelas y proveedores de suministros para las escuelas.

¿Cuál es el proceso para implementar un trabajo conjunto?

  • ¿Se ha desarrollado un proceso para recibir comentarios en forma regular y colaboración en la toma de decisiones?
  • ¿Existen canales sólidos y abiertos de comunicación entre las autoridades educativas y de salud? ¿Esta comunicación incluye el frecuente intercambio de información?
  • ¿Son frecuentemente revisados los planes para combatir las crisis y pandemias? ¿Las revisiones son las suficientemente necesarias?

Intercambio y recopilación de la información

¿Los funcionarios locales y estatales pueden determinar y compartir la información sobre lo siguiente?

  • ¿Cuál es la gravedad y alcance de la diseminación de la enfermedad en el estado o localidad? ¿Cuál es el índice de visitas ambulatorias por enfermedades similares a la influenza? ¿Cuál es el índice de hospitalización por enfermedades similares a la influenza? ¿Está el número de hospitalizaciones o muertes aumentando? ¿Cuál es el porcentaje de estos pacientes hospitalizados que requieren su ingreso en las unidades de cuidados intensivos? ¿Cuántas muertes a causa de la influenza se produjeron en la comunidad? ¿Existen ciertos grupos afectados de manera desproporcionada?
  • ¿Cuán ocupados están los proveedores de servicios de salud locales y los departamentos de emergencias? ¿Cuántas visitas reciben a causa de enfermedades similares a la influenza? ¿Son capaces de cubrir las mayores demandas de atención por personas con enfermedades similares a la influenza? ¿Están los proveedores de servicios de salud o los departamentos de emergencias sobrecargados?
  • ¿Están las camas de los hospitales y unidades de cuidados intensivos (UCI) ocupadas completamente por pacientes con influenza? ¿Hay espacio disponible en las unidades de cuidados intensivos? ¿Hay suficientes respiradores (respiradores mecánicos)?
  • ¿Tienen los hospitales suficiente personal para proporcionar la atención? ¿Hay un creciente ausentismo entre los trabajadores de los cuidados de salud debido a enfermedades similares a la influenza contraídas por ellos o sus familiares?
  • ¿Hay suficientes medicamentos antivirales para tratar a los pacientes que se encuentran en situación de alto riesgo de desarrollar complicaciones a causa de la influenza?

¿Las agencias de educación o las escuelas locales pueden determinar y compartir la información acerca de lo siguiente?

  • ¿Cuáles son los índices de ausentismo en las escuelas para estudiantes y personal? ¿Cuántas visitas reciben diariamente las enfermerías de las escuelas? ¿Cuántos estudiantes y empleados con enfermedades similares a la influenza son enviados a sus hogares durante la jornada escolar?

Viabilidad

¿Disponen de los recursos necesarios para implementar las estrategias que están siendo consideradas?

  • ¿Qué recursos están disponibles? ¿Tienen ustedes acceso a los fondos, personal, equipos y espacio necesarios?
  • ¿Cuánto tiempo será necesario para implementar las estrategias? ¿Durante cuánto tiempo pueden implementarse las estrategias?
  • ¿Es necesario hacer cambios en las políticas o autoridades legales? ¿Cuán viables son estos cambios?
  • ¿Cómo pueden ustedes comunicar, de la manera más clara posible a la comunidad, las medidas que necesitan tomar los padres, estudiantes, individuos y familias, además de las razones para estas recomendaciones?

Aceptación

¿Han determinado cómo afrontar los siguientes desafíos para la implementación de las estrategias?

  • ¿De qué manera las preocupaciones a nivel público afectan a la comunidad? ¿Qué se puede hacer para concientizar sobre la responsabilidad personal con relación a las acciones de protección?
  • ¿La comunidad brindará su apoyo a las estrategias bajo consideración? ¿Qué se puede hacer para incrementar el apoyo?
  • ¿Cuáles son los efectos secundarios (por ejemplo, nutrición infantil, seguridad laboral, ayuda financiera, acceso al servicio de salud y progreso educativo) que pueden surgir como consecuencia de las estrategias bajo consideración? ¿Es posible transmitir el mensaje a las empresas y empleadores que necesitan ofrecer políticas de licencias flexibles que respeten las recomendaciones de salud pública?
  • ¿Es posible minimizar estos efectos secundarios? ¿Cuáles son las organizaciones y entidades comunitarias que pueden ayudar a reducir los efectos secundarios?
  • ¿Qué se puede hacer para aumentar el hábito de comprar productos locales de la comunidad?

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Preparación para la influenza: un juego de herramientas de comunicación para escuelas (grados K-12)
 
 

 
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