Traducido del inglés: jueves, 20 de diciembre, 2012
Por Genevra Pittman
NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que los
especialistas en búsqueda y rescate que trabajaron después de
los atentados contra las Torres Gemelas en septiembre del 2001
tendrían algo más de riesgo de desarrollar ciertos cánceres,
como el de próstata y tiroides.
Esto surge de una cantidad relativamente pequeña de casos y,
en siete años, ni los rescatistas ni la población que vivía,
trabajaba o estudiaba cerca de las torres tuvieron una
posibilidad mayor que la población general de que se les
diagnosticaran cualquier cáncer.
"Hay mucho interés en la pregunta de si la exposición a las
Torres Gemelas causa cáncer", dijo el doctor Thomas Farley,
comisionado de Salud de la ciudad de Nueva York.
Ese interés surgió en parte por un debate sobre qué
servicios de salud debería alcanzar la Ley de Compensaciones y
Salud James L. Zadroga para el 9/11 que fue sancionada para
proteger a las víctimas de los atentados, como así también qué
condiciones debería incluir.
A partir de este estudio, Farley dijo que el papel de los
atentados en el riesgo de desarrollar cáncer es "complejo".
Comentó que "la mayoría de las personas que desarrollaron
cáncer habrían tenido la enfermedad de todos modos". Pero
explicó que, dado que el cáncer puede demorar 20 años o más en
aparecer, los riesgos reales no se evidenciarían durante muchos
años.
El Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de
Nueva York siguió a 55.778 personas inscriptas en el Registro de
Salud de las Torres Gemelas; 21.850 de ellas habían participado
en el trabajo de búsqueda y rescate.
El equipo de Jiehui Li registró todos los diagnósticos
nuevos y comparó el riesgo de desarrollar cáncer con la
información del Estado de Nueva York durante el mismo período.
En total, se registraron 1.187 nuevos cánceres en las
personas inscriptas en el registro. La frecuencia de
diagnósticos de cáncer entre los rescatistas fue similar a la
frecuencia estadual.
Tres de los 23 tipos de cáncer analizados fueron los más
comunes en los trabajadores de búsqueda y rescate durante por lo
menos los dos años del estudio: el cáncer de próstata, el cáncer
de tiroides y el mieloma múltiple (cáncer de las células de la
médula ósea).
Los rescatistas eran 1,4-2,9 veces más propensos a que se
les diagnosticara uno de esos cánceres en el 2007 o el 2008 que
en otros neoyorquinos, según publica Journal of the American
Medical Association. Eso se traduce en 67 cánceres de próstata,
13 cánceres de tiroides y siete mielomas.
Para la doctora Jacqueline Moline, del Sistema de Salud
North Shore-LIJ, Great Neck, Nueva York, los estudios siempre
mostraron un aumento de la frecuencia de los cánceres de
tiroides en los rescatistas, aunque aún se desconoce la causa
del aumento del cáncer prostático en esa población.
Farley consideró que podría ser que esas personas accedieran
a una mejor calidad de atención en los últimos años, por lo que
se les habría realizado la pesquisa de los cánceres de próstata
y tiroides.
Dijo: "Podrían ser cánceres que nunca se habrían detectado"
si a esos trabajadores no los hubiesen controlado.
FUENTE: Journal of the American Medical Association, online
18 de diciembre del 2012.
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