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Publicación de NIOSH núm. 98-122:
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Marzo de 1998 |
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Descripción del riesgo |
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El monóxido de carbono (CO) es un gas inodoro e incoloro que puede causar enfermedad y muerte por asfixia. Aunque se sabe de la toxicidad del CO, la exposición ocupacional al CO puede provenir de fuentes no reconocidas. En un siniestro reciente, tres casos de envenenamiento por CO en un ambiente confinado, incluso una muerte, fueron causados por la migración del CO a través del suelo al usar explosivos en las cercanías. Un proyecto de alcantarillado municipal requería la instalación de tuberías y cámaras subterráneas nuevas. Se detonaron explosivos para romper las capas de roca a 1.82 metros (6 pies) por debajo de la superficie antes de excavar las zanjas de la tubería y los fosos de las cámaras subterráneas. El día en que ocurrió la muerte, una cuadrilla de trabajadores de construcción instaló sin novedad una cámara subterránea a 3.65 metros (12 pies) de profundidad. Después de que la cuadrilla abandonó el área, se detonaron 265 libras de explosivos a base de nitroglicerina en 20 pozos, cada uno con una profundidad de 5.48 metros (18 pies), a aproximadamente 12 - 18 metros (40 - 60 pies) de distancia de la cámara subterránea. Un trabajador que entró en la cámara subterránea 45 minutos después de la explosión se desplomó en minutos, y dos compañeros de trabajo descendieron a la cámara subterránea para socorrerle. Un socorrista rescató al trabajador inconsciente antes de desplomarse al llegar a la superficie, y el otro socorrista murió en la cámara subterránea. Se encontraron niveles elevados de carboxihemoglobina en todos los trabajadores de la construcción indicando que habían inhalado aire con concentraciones altas de CO. Una investigación determinó que el monóxido de carbono procedente de la explosión había migrado a través del suelo hasta la cámara subterránea., Las concentraciones de CO en el fondo de la cámara subterránea 2 días después del siniestro eran de 1,905 partes por millón (ppm), muy por encima de la concentración peligrosa para la vida y la salud (IDLH, por sus siglas en inglés) de 1,200 ppm. Las pruebas luego de ventilar la cámara subterránea mostraron que los niveles altos de CO reaparecían como resultado de difusión continua proveniente del suelo circundante. El monitoreo subsiguiente de la cámara subterránea mostró un descenso de los niveles de CO durante los 8 días siguientes. Este incidente ilustra la manera como el CO de las detonaciones subterráneas de explosivos puede migrar a través del subsuelo y acumularse en espacios confinados. Este informe es aparentemente la primera muerte ocupacional de este tipo de exposición al CO, aunque se ha informado sobre evenenamientos con CO que no han resultado mortales en sótanos residenciales luego del uso de explosivos subterráneos en las cercanías. Este siniestro también tuvo que ver con una muerte por "reacción en cadena", un peligro bien conocido asociado con rescates en espacios confinados. Las muertes por reacción en cadena se conocen por ese nombre debido a que se encuentra a una primera víctima en un espacio confinado, un socorrista entra sin las debidas precauciones y es abatido, un socorrista subsiguiente entra y es abatido de la misma manera, y así sucesivamente. Las muertes de socorristas por reacción en cadena han alcanzado el 36% de las muertes en espacios confinados.
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