El asma es una enfermedad crónica de los pulmones que inflama y estrecha las vías respiratorias. (Las enfermedades crónicas son enfermedades que duran mucho tiempo). El asma causa períodos repetidos de sibilancias (silbidos al respirar), presión en el pecho, dificultad para respirar y tos. Con frecuencia la tos se presenta por la noche o en las primeras horas de la mañana.
El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza durante la infancia. En los Estados Unidos hay más de 22 millones de personas con asma comprobada. Casi 6 millones de estas personas son niños.
Las vías respiratorias son tubos que conducen el aire que entra y sale de los pulmones. Las personas que sufren de asma tienen vías respiratorias inflamadas. Esto hace que las vías respiratorias estén hinchadas y muy sensibles, y tiendan a reaccionar fuertemente a ciertas sustancias que se inhalan.
Cuando las vías respiratorias reaccionan, los músculos que las rodean se contraen. Esto las estrecha y hace que llegue menos aire a los pulmones. La hinchazón también puede empeorar y estrechar las vías respiratorias aún más. Las células de estas vías pueden producir más mucosidad que en condiciones normales. La mucosidad es un líquido pegajoso y espeso que puede estrechar más las vías respiratorias.
Esta reacción en cadena puede causar síntomas de asma. Cada vez que las vías respiratorias se inflaman pueden presentarse síntomas.
A veces los síntomas son leves y desaparecen espontáneamente o después de un tratamiento mínimo con una medicina para el asma. Otras veces siguen empeorando.
Cuando los síntomas se vuelven más intensos o se presentan más síntomas, se dice que hay un ataque de asma. Los ataques de asma también se llaman crisis o exacerbaciones.
Es importante tratar los síntomas en cuanto se presentan. Así se evita que empeoren y causen un ataque de asma grave. Los ataques de asma graves pueden requerir atención de urgencias y pueden ser mortales.
El asma no tiene cura. Aunque usted se sienta bien, sigue teniendo la enfermedad y podría empeorar en cualquier momento.
Sin embargo, debido a los conocimientos y tratamientos que tenemos en la actualidad, la mayoría de las personas con asma pueden controlar la enfermedad. Es posible que tengan pocos síntomas o que no los tengan. Pueden vivir una vida normal y activa, y dormir toda la noche sin interrupciones causadas por el asma.
Usted puede participar activamente en el control de su asma. Si desea un tratamiento exitoso, completo y constante, forme un equipo sólido con su médico y otros profesionales de salud encargados de atenderlo.
No se sabe cuál es la causa exacta del asma. Los investigadores creen que ciertos factores genéticos y ambientales interactúan para causar el asma, generalmente en los primeros años de la vida. Estos factores son:
Si en su familia hay asma o atopia, la exposición a irritantes (por ejemplo, el humo de tabaco) puede hacer que sus vías respiratorias reaccionen con más intensidad ante sustancias presentes en el aire.
Algunos factores tienen más probabilidades de causar asma en unas personas que en otras. Los investigadores siguen tratando de averiguar qué causa el asma.
Una de las teorías de los investigadores respecto a las causas del asma es la "hipótesis de la higiene." Los investigadores creen que el estilo de vida occidental, en el que se hace énfasis en la higiene y la limpieza, ha producido cambios en nuestras condiciones de vida y ha causado una disminución global de las infecciones de los primeros años.
Muchos niños pequeños ya no tienen las mismas exposiciones ambientales y las infecciones que ocurrían en la infancia en el pasado. Esto influye en la forma en que el sistema inmunitario de los niños pequeños se desarrolla durante la primera infancia y puede aumentar el riesgo de que estos sufran atopia y asma. Esta situación se presenta especialmente en niños que tienen familiares cercanos que sufren ambas enfermedades o una de ellas.
El asma afecta a personas de todas las edades, pero por lo general comienza en la infancia. En los Estados Unidos hay más de 22 millones de personas con asma comprobada. Casi 6 millones de estas personas son niños.
Los niños pequeños que tienen a menudo sibilancias e infecciones respiratorias —junto con otros factores de riesgo— tienen más probabilidades de presentar un asma que dure hasta después de los 6 años. Los otros factores de riesgo consisten en tener alergias, sufrir eccema —una enfermedad alérgica de la piel— o que el padre o la madre tenga asma.
Entre los niños hay más varones que niñas con asma. Sin embargo, entre los adultos hay más mujeres que hombres con asma. No se sabe con certeza si el sexo y las hormonas sexuales tienen que ver con las causas del asma y cómo intervienen.
La mayoría de las personas que tienen asma tienen también alergias.
Algunas personas presentan asma debido al contacto con ciertos irritantes químicos o polvos industriales en el trabajo. Este tipo de asma se conoce como asma ocupacional.
Los signos y síntomas comunes del asma son:
No todas las personas que tienen asma presentan estos síntomas. Y el hecho de tener estos síntomas tampoco indica siempre la presencia de asma. La mejor forma de diagnosticar el asma con seguridad es realizar una prueba de función pulmonar, revisar los antecedentes médicos (entre ellos el tipo y la frecuencia de los síntomas) y hacer un examen médico.
El tipo de síntomas que usted tenga, la frecuencia con que ocurran y la gravedad de los mismos pueden variar con el tiempo. Es posible que a veces los síntomas sean apenas una incomodidad. Otras veces pueden ser lo suficientemente molestos como para limitar sus costumbres diarias.
Los síntomas graves pueden ser mortales. Es importante tratarlos en cuanto los note para que no se agraven.
Con un tratamiento adecuado, la mayoría de las personas no presentan síntomas ni de día ni de noche, y si lo hacen, los síntomas son pocos.
Muchas cosas pueden provocar o empeorar los síntomas del asma. El médico puede ayudarlo a averiguar qué factores o "desencadenantes" pueden empeorarle el asma si usted tiene contacto con ellos. Entre esos desencadenantes pueden estar:
Otros problemas de salud pueden hacer que el asma sea más difícil de controlar. Entre estos problemas de salud se cuentan la congestión nasal, las sinusitis, la enfermedad por reflujo, el estrés psicológico y la apnea del sueño. Estos problemas de salud necesitan tratamiento dentro del plan global de atención médica del asma.
Cada persona experimenta el asma de manera diferente. Es posible que algunos de los desencadenantes que hemos mencionado no lo afecten a usted. Tal vez en la lista no aparezcan otros que sí lo afectan. Dígale a su médico qué cosas parecen empeorarle el asma.
Su médico de atención primaria le diagnosticará el asma con base en sus antecedentes médicos y familiares, el examen médico y los resultados de unas pruebas.
El médico determinará además la gravedad del asma, es decir, si es intermitente, leve, moderada o grave. De la gravedad dependerá el tratamiento que usted debe iniciar.
Es posible que tenga que ver a un especialista de asma si:
El médico puede preguntarle sobre sus antecedentes familiares de asma y alergias. También puede preguntarle si tiene síntomas de asma y cuándo y con qué frecuencia se presentan.
Dígale si sus síntomas parecen presentarse solo durante ciertas épocas del año o en ciertos lugares, o si empeoran por la noche.
Es posible que el médico quiera saber qué factores parecen desencadenar sus síntomas o empeorarlos. Si desea más información sobre posibles desencadenantes del asma, consulte la sección "¿Cuáles son los signos y síntomas del asma?"
El médico puede preguntarle si tiene problemas de salud relacionados que puedan interferir con el control del asma. Estos problemas pueden consistir en congestión nasal, sinusitis, enfermedad por reflujo, estrés psicológico y apnea del sueño.
El médico le auscultará el pecho para oír sus sonidos respiratorios y buscar indicios de asma o alergias. Entre estos signos están las sibilancias, la congestión nasal o la inflamación de las vías respiratorias nasales, así como los problemas alérgicos de la piel, tales como el eccema.
Tenga en cuenta que usted puede tener asma aunque no tenga estos signos el día en que el médico lo examine.
El médico usará una prueba llamada espirometría para ver cómo están funcionando sus pulmones. Esta prueba mide cuánto aire puede entrar y sacar de los pulmones. También mide qué tan rápidamente puede sacar el aire de los pulmones.
El médico también puede darle una medicina y luego hacerle de nuevo la prueba para ver si los resultados han mejorado.
Si los resultados iniciales eran inferiores a los normales y mejoraron con la medicina, y si su historia clínica muestra características de síntomas de asma, es probable que el diagnóstico sea asma.
El médico puede recomendarle otras pruebas si necesita más información para llegar al diagnóstico. Estas pruebas son:
La mayoría de los niños que sufren asma presentan los primeros síntomas antes de los 5 años. Sin embargo, el asma puede ser difícil de diagnosticar en niños pequeños (menores de 5 años).
A veces es difícil determinar si un niño tiene asma o alguna otra enfermedad infantil. Esto se debe a que los síntomas del asma también se presentan en otras enfermedades.
Además, en muchos niños pequeños que tienen sibilancias cuando se resfrían o tienen infecciones respiratorias, el asma desaparece después de los 6 años.
Un niño puede tener sibilancias porque tiene vías respiratorias pequeñas que se estrechan más durante los resfriados o las infecciones respiratorias. Las vías respiratorias crecen a medida que el niño crece, de modo que cuando este se resfría ya no presenta sibilancias.
Un niño pequeño que presenta sibilancias con frecuencia cuando está resfriado o tiene infecciones respiratorias tiene más probabilidades de sufrir asma si:
La forma más segura de diagnosticar el asma es realizar una prueba del funcionamiento de los pulmones, revisar los antecedentes médicos y hacer un examen médico. Sin embargo, la prueba para el funcionamiento de los pulmones es difícil de hacer en niños menores de 5 años. Por eso los médicos deben basarse en los antecedentes médicos del niño, los signos y síntomas, y el examen médico para hacer el diagnóstico.
Los médicos también pueden ensayar medicinas para el asma durante un lapso de entre 4 y 6 semanas para ver qué tan bien responde el niño.
El asma es una enfermedad prolongada que no tiene cura. El objetivo del tratamiento del asma es controlar la enfermedad. El buen control del asma logrará lo siguiente:
Colabore activamente con su médico con el fin de controlar su asma o el asma de su niño. Los niños de 10 años o más —y los más pequeños que puedan hacerlo— también deben participar activamente en el cuidado de su enfermedad.
Participar activamente en el control del asma implica lo siguiente:
Un plan de acción contra el asma le sirve de guía para tomarse sus medicinas correctamente, evitar los factores que desencadenan el asma (a excepción de la actividad física), saber a qué grado está controlada la enfermedad, responder a las crisis de asma y buscar atención médica de urgencias cuando sea necesario.
El asma se trata con dos tipos de medicinas: medicinas de control a largo plazo y medicinas de alivio rápido. Las medicinas de control a largo plazo sirven para disminuir la inflamación de las vías respiratorias y prevenir los síntomas del asma. Las medicinas de alivio rápido o "de rescate" alivian los síntomas de asma que aparezcan.
El tratamiento inicial dependerá de la gravedad de su enfermedad. El tratamiento de seguimiento dependerá de lo bien que el plan de acción esté controlando los síntomas y previniendo los ataques de asma.
El grado de control del asma puede variar con el tiempo y depender de cambios en el medio ambiente de la casa, la escuela o el trabajo. Estos cambios pueden alterar la frecuencia a la que usted está expuesto a los factores que le empeoran el asma.
Es posible que el médico necesite aumentarle la medicina si el asma no está controlada. Por otra parte, si el asma está bien controlada durante varios meses, el médico puede disminuirle la medicina. Estos ajustes de la medicina lo ayudarán a mantener el mayor control posible con la menor cantidad necesaria de medicina.
El tratamiento del asma en ciertos grupos —como los niños, las mujeres embarazadas o las personas en las que el ejercicio provoca el asma— deberá ajustarse para que se amolde a las necesidades de estas personas.
Usted puede colaborar con el médico para crear un plan de acción contra el asma para su caso particular. El plan describirá los tratamientos diarios, como qué medicinas necesita y cuándo debe tomarlas. Explicará también cuándo hay que llamar al médico o ir al servicio de urgencias.
Si su niño tiene asma, todas las personas que lo cuidan deben estar enteradas del plan de acción. Se incluyen las niñeras y las personas que trabajan en la guardería, la escuela o el campamento al que el niño asista. Estas personas pueden ayudarle a su hijo a seguir el plan de acción.
El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) tiene en su sitio web un ejemplo de un plan de acción: Asthma Action Plan (solo en inglés).
Muchas cosas corrientes pueden precipitar o empeorar los síntomas del asma. Estas cosas se conocen también como desencadenantes del asma. En cuanto usted sepa cuáles son estas cosas, podrá tomar medidas para controlar muchas de ellas. Si desea más información sobre los desencadenantes del asma, consulte la sección "¿Cuáles son los signos y síntomas del asma?"
Por ejemplo, la exposición al polen o a la contaminación del aire puede empeorarle el asma. Si es así, trate de limitar el tiempo que pasa al aire libre cuando haya altas concentraciones de estas sustancias allí. Si el pelaje de los animales desencadena los síntomas de asma, no tenga mascotas en su casa ni en su cuarto.
Un desencadenante del asma que no se debe evitar es la actividad física. La actividad física es un componente importante de un estilo de vida saludable. Pregúntele al médico acerca de medicinas que le ayuden a permanecer activo.
En la página 2 del plan de acción contra el asma (Asthma Action Plan) del NHLBI encontrará muchos consejos útiles para controlar las cosas que le empeoran el asma. (solo en inglés).
Si sus síntomas de asma están claramente relacionados con alérgenos y usted no puede evitar la exposición a ellos, el médico puede aconsejarle que se aplique inyecciones desensibilizadoras para el alérgeno específico que le desencadena los síntomas de asma.
Tal vez tenga que ver a un especialista si está pensando en aplicarse inyecciones desensibilizadoras para las alergias. Estas inyecciones pueden disminuir o prevenir los síntomas del asma, pero no curan la enfermedad.
Varios problemas de salud pueden hacer que el asma sea más difícil de controlar. Estos problemas pueden consistir en congestión nasal, sinusitis, enfermedad por reflujo, estrés psicológico y apnea del sueño. El médico también puede tratarlos.
Su médico tendrá en cuenta muchas cosas cuando decida qué medicinas para el asma son más adecuadas para usted. Por lo general, los médicos recetan las medicinas de una manera gradual. Su médico verá qué tan bien funciona una medicina en su caso y luego ajustará la dosis o cambiará la medicina, si es necesario.
Las medicinas para el asma se pueden tomar en forma de pastillas, pero la mayoría de ellas se toman mediante un dispositivo llamado inhalador. El inhalador le permite a la medicina llegar directamente a los pulmones.
No todos los inhaladores se usan de la misma manera. Pídale al médico o a otro profesional de salud que le muestre la manera correcta de usar su inhalador. Pídale al médico en cada consulta que compruebe cómo está usando usted el inhalador.
La mayoría de las personas que tienen asma necesitan tomar a diario medicinas de control a largo plazo para prevenir los síntomas. Las medicinas a largo plazo que son más eficaces disminuyen la inflamación de las vías respiratorias.
Estas medicinas se toman durante mucho tiempo para evitar que los síntomas se presenten. No proporcionan un alivio rápido de los síntomas.
Corticoesteroides inhalados. Los corticoesteroides inhalados son las medicinas preferidas para el control del asma a largo plazo. Estas medicinas son la alternativa más eficaz para el alivio a largo plazo de la inflamación e hinchazón que hace que las vías respiratorias sean sensibles a ciertas sustancias que se inhalan.
Al reducir la inflamación se previene la reacción en cadena que causa los síntomas del asma. La mayoría de las personas que toman estas medicinas a diario dicen que tanto la intensidad como la frecuencia de los síntomas disminuyen considerablemente.
Por lo general, los corticoesteroides inhalados no son peligrosos si se toman según las indicaciones del médico. Estas medicinas son muy diferentes de los esteroides anabólicos ilegales que algunos atletas usan. Los corticoesteroides inhalados no son adictivos, aunque se tomen todos los días durante muchos años.
Sin embargo, como muchas otras medicinas, los corticoesteroides inhalados producen efectos secundarios. La mayoría de los médicos están de acuerdo en que los beneficios de tomar corticoesteroides inhalados y prevenir los ataques de asma superan con mucho el riesgo de los efectos secundarios.
Uno de los efectos secundarios frecuentes de los corticoesteroides inhalados es una infección de la boca llamada candidosis bucal o muguet. Es posible que usted pueda usar un espaciador o inhalocámara para evitar la candidosis bucal. El espaciador o inhalocámara se acopla con el inhalador y evita que la medicina caiga en la boca o en la parte posterior de la garganta.
Hable con el equipo de profesionales de salud que lo atiende si tiene preguntas sobre cómo usar el espaciador o la inhalocámara. Enjuagarse la boca con agua después de tomar los corticoesteroides inhalados también puede disminuir el riesgo de contraer candidosis bucal.
Si su asma es grave, es posible que tenga que tomar corticoesteroides en forma líquida o de pastillas durante períodos cortos para controlar el asma. Si estas medicinas se toman por mucho tiempo elevan el riesgo de sufrir cataratas y osteoporosis.
Las cataratas consisten en empañamiento del cristalino del ojo. La osteoporosis es un trastorno que debilita los huesos y aumenta las probabilidades de sufrir fracturas.
El médico puede darle otra medicina de control del asma a largo plazo con el fin de bajarle la dosis de corticoesteroides. O es posible que le aconseje que tome calcio y vitamina D para proteger los huesos.
Otras medicinas de control a largo plazo. Entre otras medicinas de control a largo plazo están:
Si el médico le receta una medicina de control a largo plazo, tómela todos los días para controlar el asma. Sus síntomas probablemente vuelvan a presentarse o empeoren si usted deja de tomarse la medicina.
Las medicinas de control a largo plazo pueden tener efectos secundarios. Pregúntele a su médico cuáles son esos efectos y cómo debe controlarlos o evitarlos.
Todas las personas que sufren asma necesitan medicinas de alivio rápido para aliviar los síntomas que se agudicen. Los agonistas beta2 inhalados de acción corta son la primera alternativa para el alivio rápido.
Estas medicinas actúan rápidamente para relajar los músculos tensos que rodean las vías respiratorias cuando esté teniendo una crisis. Así las vías respiratorias se despejan y el aire puede pasar por ellas.
Usted debe tomar su medicina de alivio rápido en cuanto note los síntomas del asma. Si usa esta medicina más de 2 días por semana, hable con el médico sobre qué tan bien controlada está el asma. Es posible que necesite hacer cambios en su plan de acción.
Lleve a mano su inhalador de alivio rápido en todo momento, por si lo necesita. Si su hijo tiene asma, asegúrese de que todas las personas encargadas de su cuidado tengan las medicinas de alivio rápido del niño, entre ellas el personal de la escuela a la que asiste el niño. Estas personas deben entender cuándo y cómo usar estas medicinas y cuándo es necesario buscar atención médica para el niño.
No debe usar las medicinas de alivio rápido en lugar de las medicinas de control a largo plazo que le recetaron. Las medicinas de alivio rápido no reducen la inflamación.
Para estar al tanto del estado del asma usted debe llevar registros de los síntomas, determinar su valor de flujo máximo con un flujómetro y hacerse chequeos periódicos para la enfermedad.
Puede anotar sus síntomas de asma en un diario para ver qué tan bien le están controlando el asma los tratamientos.
El asma está bien controlada si:
Si su asma no está bien controlada, comuníquese con el médico. Es posible que este tenga que cambiar su plan de acción contra el asma.
Este pequeño dispositivo manual muestra qué tan bien sale el aire de sus pulmones. Usted sopla dentro del aparato y este le da una cifra, que es el valor de flujo máximo. El valor muestra qué tan bien están funcionando los pulmones en el momento de la prueba.
El médico le dirá cómo y cuándo usar el flujómetro. También le enseñará cómo tomarse las medicinas con base en el valor de flujo máximo.
Es posible que el médico y otros profesionales de salud le pidan que use el flujómetro cada mañana y lleve un registro de los resultados. Puede ser muy útil que registre los valores de flujo máximo durante unas dos semanas antes de cada consulta médica y lleve los resultados a la consulta.
Cuando le diagnostiquen el asma por primera vez es importante averiguar cuál es su "valor óptimo personal" de flujo máximo. Para hacerlo es necesario registrar el valor de flujo máximo todos los días durante 2 o 3 semanas cuando el asma esté bien controlada. El valor más alto que obtenga durante este período es su valor óptimo personal. Puede compararlo con valores futuros para saber si el asma está bajo control.
El flujómetro puede alertarlo de que se avecina un ataque de asma, incluso antes de que usted note los síntomas. Si su flujo máximo muestra que su respiración está empeorando, usted debe tomar sus medicinas de alivio rápido en la forma en que su plan de acción lo indique. Luego puede usar el flujómetro para ver qué tan bien actuó la medicina.
Cuando comience el tratamiento para el asma tendrá que ir al médico con una frecuencia que puede oscilar entre cada 2 semanas y cada 6 semanas. En cuanto el asma esté controlada, el médico puede querer verlo con una frecuencia de entre una vez al mes y dos veces al año.
Durante estos chequeos el médico o la enfermera le preguntarán si ha tenido un ataque de asma desde la última consulta o si ha habido cambios en los síntomas o en los valores de flujo máximo. También le preguntarán sobre sus actividades diarias. Así, el médico o la enfermera podrá evaluar el grado de control del asma.
El médico o la enfermera le preguntarán además si tiene problemas o inquietudes respecto a tomarse sus medicinas o a seguir el plan de acción contra el asma. Según las respuestas que dé a estas preguntas, el médico puede cambiarle la dosis de su medicina o darle una medicina nueva.
Si su control de la enfermedad es muy bueno, tal vez pueda tomar menos medicina. El objetivo es usar la mínima cantidad necesaria de medicina para controlar el asma.
La mayoría de las personas que tienen asma, incluidos muchos niños, pueden controlar sin peligro sus síntomas siguiendo los pasos para crisis de asma que aparecen en el plan de acción. Sin embargo, es posible que usted necesite atención médica.
Llame al médico y pregúntele qué debe hacer si:
Llame al 9-1-1 a pedir atención de urgencias si:
En el hospital lo observarán atentamente y le darán oxígeno y más medicinas. También le darán dosis más altas de las medicinas que toma en su casa. Este tratamiento puede salvarle la vida.
Los tratamientos que se describen en esta sección se aplican por lo general a todas las personas con asma. Sin embargo, algunos aspectos del tratamiento son diferentes en las personas que pertenecen a ciertos grupos de edad o en quienes tienen necesidades especiales.
El asma es difícil de diagnosticar en niños menores de 5 años. Por eso es difícil saber si los niños pequeños que presentan sibilancias o tienen otros síntomas de asma se beneficiarán de tomar medicinas de control a largo plazo. (Las medicinas de alivio rápido tienden a aliviar las sibilancias en niños pequeños, ya sea que tengan asma o no).
Los médicos usan medicinas de control a largo plazo para tratar a los bebés y niños pequeños que tienen síntomas de asma si la evaluación de salud para niños asmáticos indica que los síntomas son persistentes y que probablemente persistirán después de los 6 años. (Si desea más información, consulte la sección "¿Cómo se diagnostica el asma?")
Los corticoesteroides inhalados son el tratamiento preferido para los niños pequeños. El montelukast es una alternativa. El tratamiento se puede administrar por un período de prueba que puede durar entre 1 mes y 6 semanas. Por lo general el tratamiento se suspende si durante ese tiempo no se observan beneficios y si el médico y los padres están seguros de que la medicina se usó adecuadamente.
Los corticoesteroides inhalados pueden retrasar el crecimiento de los niños a cualquier edad. Si se presenta retraso del crecimiento, casi siempre se nota en los primeros meses de tratamiento. Además, es leve y no empeora con el tiempo. El asma mal controlada puede disminuir también la velocidad a la que un niño crece.
La mayoría de los expertos creen que los beneficios de los corticoesteroides inhalados para niños que los necesitan para el control del asma superan con mucho el riesgo de retraso del crecimiento.
Es posible que los médicos tengan que ajustar el tratamiento del asma en las personas mayores que tomen ciertas medicinas, como betabloqueantes, antiinflamatorios, aspirina y otros analgésicos. Estos fármacos pueden impedir que las medicinas para el asma actúen de la manera adecuada y pueden empeorar los síntomas.
No olvide contarle a su médico sobre todas las medicinas que toma, incluso las de venta sin receta.
En las personas mayores se puede presentar debilitamiento de los huesos por el uso de corticoesteroides inhalados, especialmente si las dosis de estos son altas. Pregúntele a su médico si debe tomar calcio y pastillas de vitamina D, y qué otras cosas debe hacer para mantener fuertes los huesos.
Las mujeres embarazadas que tienen asma necesitan controlar la enfermedad para garantizar un buen suministro de oxígeno para su bebé. Un mal control del asma aumenta el riesgo de que el bebé nazca prematuramente y tenga bajo peso al nacer. El mal control del asma puede incluso poner en peligro la vida del bebé.
Se ha demostrado en estudios que es menos peligroso tomar medicinas para el asma durante el embarazo que arriesgarse a tener un ataque de asma.
Hable con el médico si tiene asma y está embarazada o piensa quedar embarazada. Su grado de control del asma puede mejorar o empeorar durante el embarazo. El equipo de profesionales de salud que la atiende comprobará a menudo su control del asma y ajustará el tratamiento cuando sea necesario.
La actividad física forma parte importante de un estilo de vida saludable. Los adultos necesitan actividad física para mantener una buena salud. Los niños la necesitan para crecer y desarrollarse.
Sin embargo, en muchas personas la actividad física puede desencadenar los síntomas del asma. Si esto le sucede a usted o a su niño, pregúntele al médico cuáles son las formas más adecuadas de controlar el asma para seguir siendo activo.
Las siguientes medicinas pueden prevenir los síntomas de asma causados por la actividad física:
Puede ser útil prepararse para la actividad física con un período de calentamiento. Es posible que le convenga usar una mascarilla o una bufanda sobre la boca cuando haga ejercicio si el tiempo está frío.
Si usa las medicinas para el asma como el médico lo indique, podrá participar en cualquier actividad física o deporte que usted elija.
El asma puede aumentar el riesgo de presentar problemas durante una cirugía y después de esta. Por ejemplo, el hecho de que le pasen un tubo por la garganta puede causarle un ataque de asma.
Avísele al cirujano que tiene asma cuando vaya a verlo por primera vez. El cirujano puede tomar medidas para disminuir los riesgos, por ejemplo, dándole medicinas para el asma antes de la cirugía o durante la misma.
En la actualidad no se puede prevenir el asma. Sin embargo, usted puede tomar medidas para controlar la enfermedad y prevenir los síntomas.
Si desea saber más detalles sobre cómo prevenir los síntomas y los ataques de asma, consulte la sección "¿Cómo se trata y se controla el asma?"
El asma es una enfermedad prolongada que requiere atención a largo plazo. El tratamiento exitoso del asma exige que usted desempeñe un papel activo en su atención y siga el plan de acción.
Prepare con su médico un plan de acción contra el asma. Este plan le servirá para saber cuándo y cómo debe tomar sus medicinas. También le ayudará a identificar los desencadenantes del asma (las cosas que le precipitan el asma) y a controlar la enfermedad si los síntomas empeoran.
Los niños de 10 años o más, así como los más pequeños que puedan manejar la situación, deben participar en la creación y el seguimiento de su plan de acción contra el asma. El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por su sigla en inglés) tiene en Internet un ejemplo de un plan de acción (solo en inglés).
La mayoría de las personas con asma pueden controlar exitosamente sus síntomas en casa al seguir su plan de acción y hacerse chequeos médicos periódicos. Sin embargo, es importante saber cuándo buscar atención médica de urgencia.
Aprenda cómo usar sus medicinas correctamente. Si toma medicinas inhaladas debe practicar en el consultorio del médico cómo usar el inhalador. Si toma medicinas para control a largo plazo, tómelas todos los días como lo haya indicado el médico.
Lleve un registro de los síntomas del asma para ver qué tan bien controlada está la enfermedad. Además, quizá el médico le aconseje usar un flujómetro para medir y registrar qué tan bien funcionan sus pulmones.
Es posible que el médico le pida que mantenga un registro diario de sus síntomas o de sus resultados con el flujómetro durante un par de semanas antes de cada consulta. Luego, usted llevará los datos a la consulta. (Si desea más información sobre el uso del flujómetro, consulte la sección "¿Cómo se trata y se controla el asma?")
Estos pasos le servirán para saber con el tiempo qué tan bien está controlando el asma. Así podrá detectar los problemas a tiempo y prevenir o aliviar los ataques de asma. Registrar sus síntomas y los resultados del flujómetro para mostrárselos a su médico le servirá a éste para decidir si es necesario modificar el tratamiento.
Vaya a chequeos periódicos del asma para que el médico pueda evaluar el grado de control del asma y modificar el tratamiento cuando sea necesario. No olvide que el objetivo principal del tratamiento del asma es lograr el mejor control de la enfermedad con la mínima cantidad de medicina. Para esto puede ser necesario hacer ajustes frecuentes en sus tratamientos.
Avísele de inmediato al equipo de salud que lo atiende si le está costando trabajo seguir su plan de acción contra el asma o si dicho plan no está funcionando bien. Ellos le ayudarán a ajustar el plan para que se amolde mejor a sus necesidades.
Busque tratamiento para otros problemas de salud que puedan interferir con el control del asma.
Si nota algunos de estos signos, el asma puede estar empeorando:
Vaya al médico si tiene alguno de estos signos. Es posible que el médico tenga que cambiarle las medicinas o tomar otras medidas para controlarle el asma.
Colabore con el equipo de salud que lo atiende y participe activamente en su atención. Así podrá controlar mejor el asma para que no interfiera con sus actividades ni le afecte la vida.
El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) se ha comprometido firmemente a apoyar las investigaciones encaminadas a prevenir y tratar las enfermedades y problemas del corazón, los pulmones y la sangre, así como los trastornos del sueño.
Las investigaciones respaldadas por el NHLBI han conducido a muchos avances en los conocimientos médicos y la atención de los pacientes. Por ejemplo, estas investigaciones han revelado algunas de las causas de las enfermedades pulmonares crónicas, así como formas de prevenirlas y tratarlas.
Todavía quedan por responder muchas preguntas acerca de las enfermedades crónicas de los pulmones, entre ellas el asma. El NHLBI sigue apoyando las investigaciones que tienen como meta aprender más acerca de ellas. Por ejemplo, las investigaciones sobre el asma que cuentan con el respaldo del NHLBI abarcan estudios que exploran lo siguiente:
Muchas de estas investigaciones dependen de que haya voluntarios que estén dispuestos a participar en estudios clínicos. Los estudios clínicos ensayan nuevas formas de prevenir, diagnosticar o tratar diversas enfermedades o problemas de salud.
Por ejemplo, los tratamientos nuevos para una enfermedad o problema de salud (por ejemplo, medicinas, dispositivos médicos, cirugías o intervenciones) se ensayan en voluntarios que tienen la enfermedad. Los ensayos muestran si un tratamiento es inofensivo y eficaz en seres humanos antes de que se ponga a disposición del público en general.
Al participar en un estudio clínico usted logra tener acceso a nuevos tratamientos antes de que estén al alcance de todo el mundo. Además cuenta con el apoyo de un equipo de profesionales de salud que probablemente controlará su salud atentamente. Incluso si usted no se beneficia directamente de los resultados de un estudio clínico, la información que se reúna en el estudio puede ayudar a otras personas y sumarse a los conocimientos científicos.
Si usted se ofrece como voluntario para participar en un estudio clínico, le explicarán en detalle la investigación. Le hablarán de los tratamientos y pruebas que le pueden hacer y de los beneficios y riesgos que estos pueden implicar. Se le dará también la oportunidad de hacer preguntas sobre la investigación. Este proceso se conoce como consentimiento informado.
Si usted acepta participar en el estudio, se le pedirá que firme un formulario de consentimiento informado. Este formulario no es un contrato. Usted tiene derecho a retirarse de un estudio en cualquier momento y por cualquier motivo. Además, tiene derecho a enterarse de los nuevos riesgos que surjan durante el estudio o de los descubrimientos que se hagan durante este.
Si desea más información sobre estudios clínicos relacionados con el asma, hable con su médico. También puede visitar los siguientes sitios web para enterarse un poco más acerca de las investigaciones clínicas y para buscar estudios clínicos:
Si desea obtener más información sobre estudios clínicos para niños, visite la página web Children and Clinical Studies del NHLBI (solo en inglés).
El NHLBI actualiza los temas del DCI en un ciclo de cada dos años, basándose en una revisión cuidadosa de los resultados de investigación y de literatura nueva. Según sea necesario, los temas del DCI también se actualizan si se publica nueva e importante investigación. La fecha en cada tema del DCI refleja cuando el contenido fue publicado originalmente o cuando se hizo su última modificación