Los desastres son eventos traumáticos para todos los involucrados, no sólo las víctimas. Si usted es un socorrista encargado de la primera respuesta, trabajador de relevo o voluntario, aprenda a cómo preparase para las consecuencias emocionales de los desastres antes de que estos sucedan.
Empiece por familiarizarse con algunas reacciones comunes a los eventos traumáticos:
Cambios emocionales
- Impacto
- Aturdimiento
- Sintiéndose abrumado
- Depresión
- Sintiéndose perdido o abandonado
- Miedo al daño a uno mismo o a los seres queridos
- Volatilidad
- No sentir nada o inseguridad sobre lo que está sintiendo
Cambios en el pensamiento
- Problemas para concentrarse
- Confusión
- Desorientación
- Indecisión
- Falta de atención
- Pérdida de la memoria
- Recuerdos no deseados
- Dificultad para hacer decisiones
Cambios físicos
- Náusea
- Mareo o aturdimiento
- Problemas gastrointestinales
- Frecuencia cardiaca rápida
- Temblores
- Dolores de cabeza
- Rechinamiento de dientes
- Fatiga o dificultad para dormir
- Sobresalto
Cambios en el comportamiento
- Irritabilidad
- Discutir
- Sospechar
- Retraimiento y silencio
- Sentido del humor inapropiado
- Aumento o disminución del apetito
- Pérdida de interés en las actividades normales
- Aumenta el fumar
- Abuso del alcohol o drogas
Es normal experimentar reacciones fuertes a los desastres. Algunas reacciones, sin embargo, son causa de gran preocupación. Si usted o un colega, empieza a experimentar cualquiera de lo siguiente, es hora de tomar un descanso y conseguir ayuda de un consejero profesional.
- Ansiedad severa
- Desorientación extrema
- Pérdida considerable de la memoria
- Sentimientos dominantes de desesperanza o desesperación
- Psicosis (escuchar voces, ver visiones o experimentar pensamientos de falsa ilusión)
- Pensamientos suicidas u homicidas
- Volverse violento hacia los miembros de la familia
- Abuso extremo del alcohol o drogas
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No debe esperar a que su nivel de estrés se vuelva difícil de controlar. Hay algunos pasos prácticos que puede tomar para ayudar a aliviar las presiones del trabajo del desastre:
- Ponga un ritmo y limite sus horas de trabajo a solo 12 horas al día.
- Cuando sea posible, haga una rotación de las funciones de mucho estrés a las de menos estrés.
- Tome descansos, aunque sea por periodos cortos.
- Haga ejercicio periódicamente.
- Consuma comidas y refrigerios saludables y beba suficiente agua.
- Hable sobre sus emociones y experiencias.
- Haga pareja con un compañero de trabajo y acuerden monitorizarse el uno al otro.
- Si se ofrecen servicios de consejería, tome ventaja de estos.
- Reconozca y acepte las cosas que usted no puede controlar, tales como la cadena de mando, las fallas del equipo y el mal tiempo.
- Participe en las conmemoraciones y en los rituales.
- Esté en contacto con su familia y amigos.
Una vez que la operación de desastre termine, va a tomar tiempo el readaptarse. En seguida hay algunas acciones que pueden ayudarle a volver a la normalidad:
- Vuelva a sus rutinas anteriores gradualmente y deje que los miembros de la familia y compañeros de trabajo carguen más peso por un tiempo.
- Pase más tiempo disfrutando algunas de sus aficiones y pasatiempos favoritos.
- Vuélvase a conectar con su comunidad y apoyos espirituales.
- Evite hacer decisiones importantes en la vida por un tiempo.
- Sea paciente. Recuperarse de la angustia emocional toma tiempo. El progreso se puede medir por medio de dos pasos hacia el frente y un paso hacia atrás.
- Esté consciente de que pueda tener pensamientos recurrentes, sueños o escenas retrospectivas. Al paso del tiempo usted puede esperar que estos disminuyan.
- Reconozca que su familia quizá pueda estar experimentando el desastre junto con usted. Apóyense los unos a los otros. Ahora es tiempo de tener paciencia, entendimiento y comunicación.
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