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NIDA InfoFacts: Enfoques de tratamiento para la drogadicción

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Nota: Ésta es una hoja informativa sobre los hallazgos de las investigaciones sobre enfoques eficaces para el tratamiento del abuso de las drogas y la drogadicción. Si usted está buscando tratamiento, por favor llame al 1-800-662-4357 (1-800-662-HELP) para obtener información sobre las líneas telefónicas de emergencia, los servicios de consejería o las opciones de tratamiento que hay en su estado. Este número pertenece al Servicio Nacional para el Tratamiento del Abuso de Alcohol y Drogas, que forma parte del Centro para el Tratamiento del Abuso de Sustancias. También se pueden encontrar los programas de tratamiento para la drogadicción en cada estado en la página electrónica www.findtreatment.samhsa.gov.



La drogadicción es una enfermedad compleja, pero que se puede tratar. Se caracteriza por el deseo, búsqueda y consumo compulsivos de la droga que continúan a pesar de las consecuencias adversas y graves que resultan. Para muchas personas, la drogadicción se vuelve crónica, con la posibilidad de recaídas incluso después de largos períodos de abstinencia. De hecho, las recaídas en el abuso de drogas ocurren en proporciones similares a las de otras enfermedades crónicas bien definidas como la diabetes, la hipertensión y el asma. Es posible que la adicción, como enfermedad crónica y recurrente, requiera varios episodios de tratamiento antes de que se logre la abstinencia ininterrumpida. A través de tratamientos individualizados, las personas que sufren de la drogadicción pueden recuperarse y llevar vidas productivas.

El objetivo final del tratamiento para la drogadicción es conseguir una abstinencia duradera, pero los objetivos inmediatos son reducir el abuso de las drogas, mejorar la capacidad de funcionamiento del paciente y minimizar las complicaciones médicas y sociales del abuso de las drogas y la drogadicción. Al igual que las personas con diabetes o con una enfermedad cardíaca, las personas que están en tratamiento para la drogadicción necesitan cambiar su comportamiento y adoptar un estilo de vida más saludable.

En el 2006, 23.6 millones de personas mayores de 12 años necesitaron tratamiento para el abuso del alcohol o las drogas ilícitas (9.6 por ciento de las personas de 12 años de edad en adelante). Entre éstas, 2.5 millones de personas (10.8 por ciento de las que necesitaban tratamiento) fueron atendidas en un centro especializado. De manera que 21.2 millones de personas (8.6 por ciento de la población de 12 años de edad en adelante) que necesitaban tratamiento para el abuso de las drogas ilícitas y del alcohol, no lo recibieron. Estos cálculos son similares a los del 2005.*

Cuando el abuso de sustancias y la drogadicción no son tratados, se generan costos significativos para las familias y las comunidades. Entre estos costos están los relacionados con la violencia y los crímenes a la propiedad, gastos de encarcelamiento, costos del tribunal y costos criminales, visitas a las salas de emergencia, utilización de otros servicios de atención médica, abuso y negligencia de menores, pérdida de la pensión de mantenimiento para hijos menores, costos de hogares de acogida y de bienestar social, reducción en la productividad y desempleo.

Si sólo se toma en cuenta el costo que el abuso de drogas ilícitas implica para la sociedad, éste asciende a unos $181 mil millones al año.1 Cuando se añaden los costos relacionados con el alcohol y el tabaco, la cifra excede los $500 mil millones, incluyendo los costos de cuidados de la salud, del sistema de justicia penal y la pérdida de productividad.2,3 Un tratamiento exitoso del abuso de las drogas puede ayudar a reducir estos costos, además de ayudar a reducir el crimen y la propagación del VIH/SIDA, la hepatitis y otras enfermedades infecciosas. Se calcula que por cada dólar que se invierte en programas de tratamientos de la drogadicción, se obtiene una reducción de $4 a $7 en los costos ocasionados por crímenes relacionados con las drogas. Con algunos programas de tratamiento ambulatorio, el total que se ahorra puede exceder los costos en una relación de 12 a 1.

Bases para un tratamiento eficaz

Las investigaciones científicas realizadas desde mediados de los años setenta muestran que el tratamiento puede ayudar a muchas personas a cambiar comportamientos destructivos, evitar las recaídas y apartarse exitosamente de una vida de abuso de sustancias y drogadicción. La recuperación de la drogadicción es un proceso a largo plazo que con frecuencia requiere que el paciente tenga que someterse a tratamiento en múltiples ocasiones. Basándose en estas investigaciones, se han identificado los siguientes principios clave que deben formar la base de cualquier programa de tratamiento eficaz:

  • No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas.
  • El tratamiento debe tener acceso fácil.
  • El tratamiento eficaz atiende a las distintas necesidades de la persona, no solamente su drogadicción.
  • Se debe evaluar frecuentemente el plan de tratamiento y de servicios de cada persona, modificándolo cuando sea necesario para que se ajuste a cualquier cambio en sus necesidades.
  • La permanencia en el tratamiento durante un período adecuado de tiempo es esencial para su eficacia.
  • La consejería y otras terapias conductuales son componentes esenciales de prácticamente todos los tratamientos eficaces para la drogadicción.
  • Para cierto tipo de trastornos, los medicamentos constituyen elementos importantes del tratamiento, especialmente cuando se dan en conjunto con consejería y otras terapias conductuales.
  • Las personas drogadictas o que abusan de las drogas y que también tienen trastornos mentales deben ser tratadas para ambos tipos de trastornos de forma integrada.
  • El manejo médico del síndrome de abstinencia es apenas la primera etapa del tratamiento para la drogadicción y por sí solo hace poco para modificar el consumo de drogas a largo plazo.
  • El tratamiento no necesita ser voluntario para ser eficaz.
  • Se debe vigilar continuamente para detectar el posible uso de drogas durante el tratamiento.
  • Los programas de tratamiento deben proporcionar una evaluación para el VIH/SIDA, la hepatitis B y C, la tuberculosis y otras enfermedades infecciosas. También deben proporcionar consejería para ayudar a las personas a modificar o cambiar aquellos comportamientos que hacen que ellos, u otros, corran riesgo de infección.
  • Al igual que con otras enfermedades crónicas en las que suele haber recaídas, la recuperación de la drogadicción puede ser un proceso a largo plazo que generalmente requiere someterse a tratamiento en múltiples ocasiones, incluyendo sesiones de refuerzo y otras formas de cuidado continuo.

Enfoques para un tratamiento eficaz

Las terapias de medicamentos y conductuales, solas o en conjunto, son aspectos de un proceso terapéutico general que a menudo comienza con la desintoxicación, seguida por tratamiento y prevención de las recaídas. La disminución de los síntomas del síndrome de abstinencia puede ser importante al iniciar el tratamiento, mientras que la prevención de las recaídas es necesaria para mantener los efectos del mismo. En ocasiones, y al igual que con otras enfermedades crónicas, los episodios de recaídas pueden requerir que el toxicómano repita etapas anteriores del tratamiento. Un cuidado continuo que comprenda un régimen de tratamiento individualizado que tome en cuenta todos los aspectos de la vida de la persona puede ser esencial para lograr y mantener exitosamente un estilo de vida sin drogas. Este cuidado abarca servicios médicos y de salud mental así como opciones de seguimiento (por ejemplo, sistemas de apoyo familiar y comunitario).

Los medicamentos se pueden utilizar para ayudar en el manejo de los diferentes aspectos del proceso del tratamiento.

El síndrome de abstinencia: Los medicamentos ayudan a suprimir los síntomas del síndrome de abstinencia durante la desintoxicación. Sin embargo, una desintoxicación con ayuda médica no es en sí un “tratamiento”, sino que es apenas el primer paso en un proceso de tratamiento. Los pacientes que se someten a un proceso de desintoxicación con ayuda médica pero no reciben tratamiento adicional, muestran patrones de abuso de drogas similares a aquellos que jamás fueron tratados.

Tratamiento: Los medicamentos pueden ayudar a restablecer la función normal del cerebro, prevenir las recaídas y disminuir los deseos por la droga a lo largo del proceso de tratamiento. Actualmente hay medicamentos para tratar la adicción a las sustancias opiáceas (la heroína y la morfina) y al tabaco (la nicotina) y se están desarrollando otros medicamentos para tratar la adicción a los estimulantes (la cocaína y la metanfetamina) y al cannabis (la marihuana).

Por ejemplo, la metadona y la buprenorfina son medicamentos eficaces para el tratamiento de la adicción a las sustancias opiáceas. Al actuar sobre los mismos lugares del cerebro que la heroína y la morfina, estos medicamentos reducen los síntomas del síndrome de abstinencia y alivian el deseo vehemente por la droga. Esto ayuda a los pacientes a abandonar la búsqueda de la droga y los comportamientos criminales asociados a ésta y a ser más receptivos a los tratamientos conductuales.

La buprenorfina: Éste es un medicamento relativamente nuevo pero importante en el tratamiento. Las investigaciones básicas y clínicas financiadas por el NIDA llevaron al desarrollo de la buprenorfina (Subutex o, en combinación con naloxona, Suboxone) y demostraron que es un tratamiento seguro y apropiado para la drogadicción. Mientras se desarrollaban estos productos en conjunto con la industria farmacéutica, el Congreso aprobó la Ley de Tratamientos para la Drogadicción (the Drug Addiction Treatment Act – DATA 2000), que permite que los médicos debidamente capacitados receten medicamentos narcóticos (Listas III a V de la Ley sobre Sustancias Controladas) para el tratamiento de la adicción a las sustancias opiáceas. Esta legislación creó un gran cambio en el patrón usual al permitir el acceso a tratamientos de sustancias opiáceas en los consultorios médicos en vez de limitarlos a las clínicas especializadas en el tratamiento de la drogadicción. Hasta la fecha, cerca de 10,000 médicos han recibido capacitación para poder recetar estos dos medicamentos y aproximadamente 7,000 se han registrado como proveedores potenciales.

Los tratamientos conductuales ayudan a los pacientes a participar en el proceso de tratamiento, modificar sus actitudes y comportamientos relacionados con el abuso de las drogas y aumentar sus destrezas para llevar una vida saludable. Los tratamientos conductuales también pueden mejorar la eficacia de los medicamentos y ayudar a las personas a continuar en tratamiento por más tiempo.

Los programas de tratamientos conductuales ambulatorios abarcan una gran variedad de programas para los pacientes que visitan las clínicas a intervalos regulares. La mayoría de los programas incluyen consejería individual o en grupo para el abuso de las drogas. Algunos programas también ofrecen otras formas de tratamientos conductuales como:

  • Terapia cognitiva-conductual, que ayuda a los pacientes a reconocer, evitar y enfrentar aquellas situaciones en las que hay más probabilidad de que abusen de las drogas.
  • Terapia familiar multidimensional, que trata los diversos factores que influyen sobre los patrones de abuso de las drogas en los adolescentes y está diseñada para ellos y sus familias.
  • Entrevistas de motivación, que aprovechan de la disposición favorable de las personas para cambiar su comportamiento e ingresar a tratamiento.
  • Incentivos para realzar la motivación (manejo con contingencias), que usan el refuerzo positivo para fomentar la abstinencia de las drogas.

Los programas de tratamientos residenciales también pueden ser muy eficaces, especialmente para las personas que tienen problemas más graves. Por ejemplo, las comunidades terapéuticas son programas altamente estructurados en los que los pacientes permanecen en una residencia, generalmente por un período de tiempo de 6 a 12 meses. Entre los pacientes en las comunidades terapéuticas se pueden encontrar aquellos con historias relativamente largas de drogadicción o que han estado involucrados en actividades criminales serias y aquellos con un funcionamiento social sumamente deteriorado. Ahora también se están diseñando las comunidades terapéuticas para acomodar las necesidades de mujeres embarazadas o con niños. El enfoque de la comunidad terapéutica es la reinserción social del paciente a un estilo de vida libre de drogas y de crímenes.

Los tratamientos dentro del sistema de justicia penal pueden evitar que el delincuente regrese a un comportamiento criminal, particularmente si el tratamiento continúa durante su transición de vuelta a la comunidad. Los estudios demuestran que no es necesario que el tratamiento sea voluntario para que sea eficaz. Las investigaciones sugieren que el tratamiento puede recortar las tasas de abuso de drogas en un 50 por ciento, reducir drásticamente la actividad criminal y disminuir significativamente las detenciones.4

Otras fuentes de información

Para información detallada sobre los enfoques de tratamiento para la drogadicción y para ejemplos de programas específicos cuya eficacia ha sido comprobada por la ciencia, lea la publicación del NIDA titulada Principios de Tratamientos para la Drogadicción: Una Guía Basada en Investigaciones que se encuentra en línea en http://www.nida.nih.gov/PODAT/Spanish/PODATIndex.html (español) o en http://www.nida.nih.gov/PODAT/PODATIndex.html (inglés).

Para información sobre el tratamiento de los toxicómanos dentro del sistema de justicia penal, lea la publicación del NIDA en inglés titulada Principles of Drug Abuse Treatment for Criminal Justice Populations: A Research-Based Guide (Principios de Tratamientos para la Drogadicción en las Poblaciones de Delincuentes: Una Guía con Base Científica) que se encuentra en la página: http://www.drugabuse.gov/DrugPages/cj.html.



* Los datos vienen de la Encuesta Nacional sobre el Uso de las Drogas y la Salud (anteriormente conocida como Encuesta Nacional de Hogares sobre el Abuso de Drogas), una encuesta nacional de personas en los Estados Unidos de 12 años de edad en adelante, llevada a cabo por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA, por sus siglas en inglés). Puede encontrar esta encuesta en www.samhsa.gov o llamando al Centro Nacional de Información sobre Alcohol y Drogas (NCADI, por sus siglas en inglés) al 1-800-729-6686.

1 Office of National Drug Control Policy. The Economic Costs of Drug Abuse in the United States: 1992–2002. Washington, DC: Executive Office of the President (Publication No. 207303), 2004.

2 Harwood, H. Updating Estimates of the Economic Costs of Alcohol Abuse in the United States: Estimates, Update Methods, and Data Report. Prepared by the Lewin Group for the National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism, 2000.

3 Centers for Disease Control and Prevention. Annual Smoking–Attributable Mortality, Years of Potential Life Lost, and Productivity Losses — United States, 1997–2001. Morbidity and Mortality Weekly Report 54(25):625–628, July 1, 2005.

4 The National Treatment Improvement Evaluation Study (NTIES): Highlights. DHHS Publication No. (SMA) 97-3159. Rockville, MD: U.S. Department of Health and Human Services, Substance Abuse and Mental Health Services Administration, Center for Substance Abuse Treatment, Office of Evaluation, Scientific Analysis and Synthesis, pp. 241–242. 1997.

Versión revisada 4/09


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