Descripción
El tratamiento intensivo de una enfermedad maligna puede producir efectos tóxicos
inevitables en las células normales. Estos efectos tóxicos relacionados con el
tratamiento inciden principalmente en la mucosa que reviste el sistema
gastrointestinal, incluso en la mucosa oral, a causa de su alta tasa de
renovación celular. La cavidad oral es muy susceptible a los efectos tóxicos
directos e indirectos de la quimioterapia oncológica y de la radiación
ionizante.[1,2] Este riesgo se debe a una multitud de factores, entre ellos las
altas tasas de renovación celular de la mucosa, la microflora compleja y diversa,
y trauma en los tejidos orales durante la función oral normal.[3] Aunque los
cambios en las estructuras de tejido blando de la cavidad oral presuntamente
reflejan los cambios que ocurren en todo el sistema gastrointestinal, las
siguientes secciones se concentran en las complicaciones orales provocadas por la
terapia con fármacos antineoplásicos y la radioterapia.
Si bien las complicaciones orales pueden imitar ciertos trastornos sistémicos, se
presentan ciertos efectos secundarios orales únicos en el contexto de estructuras
anatómicas orales específicas y sus funciones.
La frecuencia con que se presentan las complicaciones orales varía según la terapia para el cáncer; estos son los
porcentajes estimados:
- 10% relacionado con la quimioterapia auxiliar.
- 40% relacionado con la quimioterapia primaria.
- 80% relacionado con el trasplante de células madre hematopoyéticas mielodepresoras (consultar la sección Evaluación de los pacientes con trasplante de células madre hematopoyéticas a fin de obtener información sobre regímenes de intensidad reducida).
- 100% relacionado con la radioterapia dirigida a zonas de la cabeza y el cuello que comprenden la cavidad
oral.
Las complicaciones orales más comunes observadas después de la oncoterapia son la
mucositis, la disfunción de las glándulas salivales, la disfunción del sentido
del gusto y el dolor. Estas complicaciones pueden, a su vez, producir otras
secundarias como deshidratación, disgeusia y malnutrición. En los pacientes de
cáncer mielodeprimidos, la cavidad oral también puede ser una fuente de infección
sistémica. La irradiación a la cabeza y el cuello puede dañar irreversiblemente
la mucosa oral, la vasculatura, los músculos y los huesos, lo que puede dar lugar
a xerostomía, numerosas caries dentales, trismo, necrosis de los tejidos blandos
y osteonecrosis.
Los efectos secundarios orales severos pueden afectar la administración de protocolos
oncoterapéuticos óptimos. Por ejemplo, puede ser necesario reducir la dosis del
tratamiento o modificar su horario para permitir que se resuelvan las lesiones
orales. En casos de morbilidad oral severa, es posible que el paciente no pueda
continuar el tratamiento para el cáncer y entonces este suele interrumpirse. Por lo tanto, estos trastornos de la dosis causados por las complicaciones orales
pueden afectar directamente la supervivencia del paciente.
El manejo de las complicaciones orales de la oncoterapia comprende identificación
de poblaciones en alto riesgo, educación del paciente, iniciación de
intervenciones antes del tratamiento y manejo oportuno de lesiones. La
evaluación del estado oral y la estabilización de la enfermedad oral antes del tratamiento oncológico son medidas críticas para la atención completa del paciente.
Como se indica, esta atención debe ser tanto preventiva como terapéutica para
reducir al mínimo el riesgo de complicaciones orales y de otras complicaciones
sistémicas que estén relacionadas con la misma.
Se necesita realizar investigaciones en el futuro que se concentren en
desarrollar tecnologías para reducir la incidencia y severidad de la mucositis
oral, mejorar el manejo de la infección, proteger la función glandular salival y
reducir al mínimo el riesgo de secuelas crónicas. El desarrollo de nuevas
tecnologías que eviten las complicaciones provocadas por la oncoterapia,
especialmente la mucositis oral, puede disminuir considerablemente el riesgo de
padecer de dolor oral e infecciones orales y sistémicas, y reducir la estadía en el hospital, además de mejorar la calidad de vida y disminuir el costo de
la atención médica.
Asimismo, las nuevas tecnologías pueden ofrecer un ambiente en el cual clases de fármacos quimioterapéuticos sin
precedentes, utilizados en dosis más elevadas,
pueden conducir a una mejora de la tasa de curación del cáncer y de la
duración de las remisiones de la enfermedad.
Bibliografía
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Myers RA, Marx RE: Use of hyperbaric oxygen in postradiation head and neck surgery. NCI Monogr (9): 151-7, 1990.
[PUBMED Abstract]
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Schubert MM, Epstein JB, Peterson DE: Oral complications of cancer therapy. In: Yagiela JA, Neidle EA, Dowd FJ: Pharmacology and Therapeutics for Dentistry. 4th ed. St. Louis, Mo: Mosby-Year Book Inc, 1998, pp 644-55.
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Sonis ST, Peterson DE, McGuire DB, eds.: Mucosal injury in cancer patients: new strategies for research and treatment. J Natl Cancer Inst Monogr (29): 1-54, 2001.
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