JUEVES; 18 de diciembre (HealthDay News/Dr. Tango) -- Una organización líder de gastroenterólogos ha emitido directrices nuevas sobre la gestión del síndrome del colon irritable (SCI).
Las directrices, emitidas por el Colegio estadounidense de gastroenterología (American College of Gastroenterology) y publicadas en la edición de enero de The American Journal of Gastroenterology, reemplazan en esencia un documento de 2002.
"El mundo del SCI está cambiando rápidamente porque hay más terapias y mayor concienciación. Se considera una 'enfermedad de verdad'", señaló el Dr. Lawrence Brandt, presidente de la fuerza de trabajo para el SCI del grupo y jefe de gastroenterología del Centro médico Montefiore de la ciudad de Nueva York. "Se están desarrollando muchos medicamentos nuevos y todavía queda mucho por hacer, pero hay suficiente información nueva desde la última vez".
"Desde el punto de vista del médico, esto no cambia mucho la práctica y no hay mucha información nueva, aunque es exhaustiva y útil", aseguró el Dr. Benjamin D. Havemann, profesor asistente de medicina interna del colegio de medicina del Centro de ciencias de la salud Texas A&M y director de gastroenterología del campus de medicina de la Universidad de Round Rock del Hospital Scott & White. "Señala lo poco que ha surgido [en cuanto a tratamientos nuevos] durante los últimos años. Algunos de los avances que hemos logrado se han retirado o están bajo control estricto".
"Algo muy valioso que se halló fue que hacer pruebas extensivas no es útil", aseguró Havemann. "Tiene sentido para mí que si no hay síntomas de alarma, el beneficio de exámenes de sangre básicos y otros es dudoso".
Se calcula que entre el siete y el diez por ciento de la gente tiene SCI, en el que puede haber dolor abdominal, hinchazón y otras incomodidades, como estreñimiento y diarrea. El SCI afecta tanto la calidad de vida como la productividad de millones de personas.
La mayoría de los tratamientos para el SCI alivian los síntomas en lugar de resolver la afección misma.
Las nuevas directrices reúnen la evidencia existente sobre tratamientos convencionales para el SCI, así como terapias nuevas (como los probióticos) y terapias alternativas (acupuntura y más). En resumen, las directrices actualizadas recomiendan:
Aunque son profundas, las directrices fueron criticadas por no explicar qué fondos externos se usaron en el proceso de desarrollo. El documento sí revela que se recibió apoyo de Takeda Pharmaceutical Co. y Salix Pharmaceuticals, que fabrican productos dirigidos al SCI.
El Dr. Mark Ebell, viceeditor de American Family Physician, aseguró que se sentiría más cómodo si las directrices hubieran sido "muy claras acerca de qué apoyo se ofrecía y para qué lo necesitaban, para pagar por la investigación en la literatura o personal. ... Es común recibir apoyo por directrices. ... Me parece que en general no es intencional, pero cuando tenemos una relación, crea el potencial de problemas".
Ebell aseguró que Brandt tenía relaciones con laboratorios farmacéuticos.
Brandt ve las cosas de otra manera. "No tengo vínculos con la industria que sean relevantes para esta publicación", dijo. "No recibo dinero directamente de ninguna empresa. No tengo acciones y mi familia tampoco, así que es un asunto completamente imparcial. No tengo ningún conflicto de intereses y no hay más qué decir".
Anne-Louise B. Oliphant, vocera del Colegio estadounidense de gastroenterología (American College of Gastroenterology) dijo: "Ningún laboratorio estuvo involucrado de ninguna manera ni en la estructuración ni en la compleción del metaanálisis que conforma la base de las recomendaciones basadas en la evidencia del Colegio sobre el SCI. Además, ningún laboratorio estuvo de ninguna manera involucrado con decidir quién estuvo en la fuerza de trabajo ni en su trabajo".
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Página actualizada: 22 diciembre 2008 |