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Figura 1. Polvo producido al quitarse un guante de látex que contiene talco. Se ha demostrado que las proteínas que ocasionan las alergias al látex se ligan al polvo que se utiliza en algunos guantes de látex. Cuando los operarios se ponen guantes empolvados, una mayor cantidad de proteína de látex llega a la piel. Además, cuando se cambian de guantes, las partículas de proteína de látex/polvo se introducen en el aire donde pueden ser inhaladas y entrar en contacto con las membranas del cuerpo (véase la Figura 1) [Heilman et al. 1996]. En cambio, en areas de trabajo donde sólo se utilizan guantes sin polvo se acusan niveles bajos o cantidades no detectables de proteínas que ocasionan alergia [Tarlo 1994; Swanson et al. 1994]. El llevar puestos guantes de látex durante episodios de dermatitis de las manos puede aumentar la exposición de la piel y la persona que los usa corre el riesgo de contraer alergia al látex. Se desconoce el riesgo de progresión de irritación a la piel a reacciones más graves. Sin embargo, una irritación puede ser el primer signo de que un trabajador se ha vuelto alérgico al látex y que podrían ocurrir reacciones más graves si continúa la exposición [Kelly et al. 1996].
Los trabajadores con una exposición continua están sometidos a riesgo de contraer alergia al látex. Dichos trabajadores son, entre otros, los profesionales de la atención de salud (médicos, enfermeras, ayudantes, dentistas, expertos en higiene dental, empleados de salas de operaciones, técnicos de laboratorio y personal de limpieza de hospitales) que utilizan con frecuencia guantes de látex y otros suministros médicos que contienen látex. Los trabajadores que utilizan guantes de látex con menos frecuencia (personal de ejecución de la ley, ayudantes de ambulancia, trabajadores de funerarias, personal de lucha contra incendios, pintores, jardineros, trabajadores de servicios de alimentos y personal de limpieza) también pueden contraer alergia; asi como los trabajadores en las fábricas en las que se fabrican o utilizan productos de látex. Las personas atópicas (que tienen una tendencia a sufrir condiciones alérgicas múltiples) están sometidas a un riesgo mayor de contraer alergia al látex. Esta alergia también guarda relación con aquellas a ciertos alimentos, en especial al aguacate, papa, plátano, tomate, nueces, kiwi y papaya. [Blanco et al. 1994; Beezhold et al. 1996b]. Las personas con espina bífida también corren un riesgo mayor de contraer alergia al látex.
Esta alergia debería sospecharse en cualquier persona que presenta ciertos síntomas después de la exposición al látex, incluida irritación nasal, ocular o de los senos paranasales; llagas; dificultad de respirar, tos, jadeo; o estado de shock inexplicado. Todo trabajador expuesto que experimente estos síntomas debería ser evaluado por un médico ya que una exposición adicional podría producir una reacción alérgica grave. Se efectúa un diagnóstico utilizando los resultados de un historial médico, un examen médico y pruebas. El efectuar un historial médico completo es el primer paso en el diagnóstico de la alergia al látex. Además, se dispone de pruebas de sangre aprobadas por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) para detectar los anticuerpos del látex. Entre otras herramientas diagnósticas figuran una prueba de uso de guantes normalizada o pruebas cutáneas que consisten en raspar o causar escozor en la piel mediante una gota de líquido que contiene proteínas de látex. Se demuestra una reacción positiva si se produce escozor, hinchazón o enrojecimiento en el lugar de la prueba. Sin embargo, todavía no se dispone de materiales aprobados por la FDA. Las pruebas cutáneas y de uso de guantes deberían realizarse sólo en centros médicos con personal experimentado y equipado para hacer frente a reacciones agudas. También se dispone de pruebas para diagnosticar la dermatitis por contacto alérgico. En esta prueba sancionada por la FDA, se aplica una compresa especial que contiene aditivos de látex a la piel y se comprueba a través de varios días. Se muestra una reacción positiva al experimentar picazón, enrojecimiento, hinchazón o llagas donde la compresa cubrió la piel. Ocasionalmente, las pruebas no confirman que un trabajador tiene una verdadera alergia al látex o pueden indicarla en un trabajador que no tiene síntomas clínicos. Por tanto, los resultados han de ser evaluados por un médico bien informado.
Una vez que un trabajador se vuelve alérgico al látex, se necesitan precauciones especiales para prevenir las exposiciones durante el trabajo así como durante la atención médica o dental. Ciertos medicamentos pueden reducir los síntomas de la alergia pero el evitar totalmente el látex (aunque sea bastante difícil) es el método más eficaz. Muchas instalaciones mantienen zonas sin látex para pacientes y trabajadores afectados.
La prevalencia de la alergia al látex se ha estudiado por varios métodos:
Los informes acerca de la prevalencia de la alergia al látex varían mucho. Esta variación quizás se deba a diferentes niveles de exposición y métodos para estimar la sensibilización o alergia. Informes recientes en la literatura científica indican que aproximadamente de 1% a 6% de la población general y 8% a 12% de los trabajadores de atención de salud regularmente expuestos están sensibilizados al látex [Kelly et al. 1996; Katelaris et al. 1996; Liss et al. 1997; Ownby et al. 1996; Sussman y Beezhold 1995]. Entre los trabajadores sensibilizados, una proporción variable tiene síntomas o signos de alergia al látex. Por ejemplo, un estudio de trabajadores de hospital expuestos mostró que 54% de los sensibilizados tenían asma por látex, con una prevalencia general de asma por látex de 2.5% [Vandenplas et al. 1995]. Se han declarado tasas de prevalencia de hasta 11% para trabajadores de atención no relacionada con la salud expuestos al látex en el trabajo [van der Walle y Brunsveld 1995; Nasuruddin et al. 1993; Orfan et al. 1994; Tarlo et al. 1990].
2. Desde 1992, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacionales (OSHA) ha requerido que los empleadores proporcionen guantes y otros medios de protección para sus empleados [29 CFR*1910.1030, Bloodborne pathogens].
Los informes de caso siguientes describen brevemente las experiencias de seis trabajadores que contrajeron alergia al látex después de exposición ocupacional. Estos casos no son representativos de todas las reacciones, pero son ejemplos de los tipos más graves e ilustran lo que ha ocurrido a algunas personas. Caso No. 1 Un técnico de laboratorio contrajo síntomas de asma después de llevar puestos guantes de látex mientras realizaba pruebas de sangre. Inicialmente, los síntomas ocurrieron sólo en contacto con los guantes pero, después, los síntomas ocurrieron cuando el técnico se vio expuesto sólo a las partículas de látex en el aire [Seaton et al. 1988]. Caso No. 2 Una mujer de 33 años buscó tratamiento médico para asma ocupacional después de 6 meses de tos periódica, dificultad al respirar, contracción del tórax, y jadeo ocasional. Había trabajado durante 7 años como inspectora en una compañía de suministros médicos donde su trabajo incluyó inflar guantes de látex recubiertos con harina de maíz. Sus síntomas comenzaban a los 10 minutos después de comenzar a trabajar y empeoraban posteriormente en el día (90 minutos después de salir del trabajo). Los síntomas desaparecieron totalmente cuando estuvo de vacaciones por 12 días, pero volvieron a repetirse el primer día en que regresó al trabajo [Tarlo et al. 1990]. Caso No. 3 Una enfermera contrajo urticaria en 1987, congestión nasal en 1989 y asma en 1992. Con el tiempo presentó síntomas respiratorios agudos en el entorno de atención de salud aun cuando ella no tuvo contacto directo con el látex. La enfermera fue obligada a abandonar su ocupación debido a estas reacciones [Bauer et al. 1993]. Caso No. 4 Una partera contrajo inicialmente urticaria, congestión nasal y conjuntivitis. Al año, había contraído asma y, dos años después, cayó en estado de shock tras un examen ginecológico de rutina durante el cual se utilizaron guantes de látex. También sufrió dificultad respiratoria en ambientes que contenían látex, aunque ella no había tenido contacto directo con dichos productos. En consecuencia, se vio obligada a abandonar el trabajo [Bauer et al. 1993]. Caso No. 5 Un médico con historial de alergias estacionales, secreción nasal y eczema en las manos sufrió secreción nasal aguda, dificultad al respirar y colapso después de unos cuantos minutos de haberse puesto un par de guantes de látex. Fue resucitado por un equipo de primeros auxilios cardiacos [Rosen et al. 1993]. Caso No. 6 Una enfermera de cuidados intensivos con un historial de secreción nasal, escozor de ojos, asma, eczema y dermatitis por contacto experimentó cuatro reacciones alérgicas graves al látex. La primera reacción comenzó con asma, suficientemente grave para requerir tratamiento en una sala de emergencia. La segunda y tercera veces fueron similares a la primera. La cuarta reacción fue la más grave y ocurrió cuando se puso guantes de látex en el trabajo. Cayó en estado de shock y fue tratada con éxito en una sala de emergencia [Rosen et al. 1993].
La alergia al látex en el trabajo puede resultar en problemas de salud potencialmente graves para los trabajadores, que a menudo no tienen conocimiento del riesgo de la exposición al látex. Dichos problemas de salud pueden reducirse al mínimo o prevenirse mediante las recomendaciones que se esbozan en esta Alerta.
Las siguientes recomendaciones para prevenir la alergia al látex en el trabajo se basan en el conocimiento actual y en guiarse por el sentido común para reducir al mínimo los problemas de salud relacionados con el látex. La tecnología de fabricación en evolución y las mejoras en los métodos de medición pueden conducir a cambios en estas recomendaciones en el futuro. Por ahora, la adopción de estas recomendaciones contribuirá a reducir la exposición y el riesgo de contraer alergia al látex. Empleadores La alergia al látex puede prevenirse únicamente si los empleadores adoptan políticas encaminadas a proteger a los trabajadores de la exposición indebida al látex. El NIOSH recomienda que los empleadores adopten las medidas siguientes para proteger a los trabajadores en el trabajo.
AGRADECIMIENTOSLos principales colaboradores de esta Alerta fueron: R.E. Biagini, S. Deitchman, E.J. Esswein, J. Fedan, J.P. Flesch, P.K. Hodgins, T.K. Hodous, R.D. Hull, W.R. Jarvis, D.M. Lewis, J.A. Lipscomb, B.D. Lushniak, M.L. Pearson, E.L. Petsonk, L. Pinkerton, P.D. Siegal, W.G. Wippel, and K.A. Worthington. Sírvase dirigir los comentarios, preguntas o peticiones de información adicional a la dirección siguiente: Director Teléfono: (513) 841-4366 or Agradecemos mucho su ayuda en proteger la salud de los trabajadores estadounidenses. Linda Rosenstock, M.D., M.P.H.
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Los trabajadores expuestos al látex de caucho* deberían adoptar las siguientes medidas de protección:
1.Utilizar guantes que no sean de látex para actividades no susceptibles con materiales infecciosos (preparación de alimentos, limpieza habitual, mantenimiento, etc.).
2. Usted necesita una protección tipo barrera apropiada cuando manipule materiales infecciosos**. Si usted opta por utilizar guantes de látex, utilice guantes sin polvo o talco, con un contenido reducido de proteína.***
3.Al utilizar guantes de látex, no utilice cremas de mano con base de aceite o lociones (que pueden ocasionar deterioro de los guantes) a menos que se haya demostrado que reducen los problemas relacionados con el látex y mantienen la protección tipo barrera.
4. Limpie frecuentemente las zonas de trabajo contaminadas con polvo de látex (tapicería, alfombras, conductos de ventilación y sistemas impelentes).
5.Cambie con frecuencia los filtros de ventilación y las bolsas de las aspiradoras utilizadas en las zonas contaminadas con látex.
6.Aprenda a reconocer los síntomas de la alergia de látex: erupciones cutáneas; urticaria; enrojecimiento; picazón; síntomas nasales u oculares y en las cavidades paranasales; asma y caer en estado de shock.
7.Si usted tuvo síntomas de alergia, evite el contacto directo con guantes y productos de látex hasta que pueda consultar a un médico experimentado en el tratamiento de ésta.
8.Si tiene una alergia al látex, consulte a su médico en relación con las siguientes precauciones:
- Evite el contacto con guantes y productos de látex.
- Evite las zonas en las que pudiera inhalar el polvo de guantes de látex que lleven otros trabajadores.
- Diga a sus empleados, médicos, enfermeras y dentistas que usted tiene una alergia al látex.
- Lleve puesto un brazalete de alerta médica.
9. Aproveche la formación y capacitación en alergia al látex proporcionadas por su empleador.
Polvo producido por un guante de látex que contiene talco.
*En este documento, el término "látex" se refiere al látex de caucho e incluye productos fabricados de caucho natural seco. El látex de caucho es el producto fabricado de un fluido lechoso derivado principalmente del árbol del caucho, Hevea brasiliensis.
**CDC (Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades) [1987]. Recomendaciones para la prevención de la transmisión del VIH en entornos de atención de salud.36(S2).
***La meta de esta recomendación es reducir la exposición a las proteínas causantes de alergias (antígenos). Hasta que se disponga de pruebas normalizadas bien aceptadas, el contenido total de proteína sirve de indicador útil para la exposición en cuestión.
La mención de cualquier compañía o producto no constituye aprobación por parte del Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacionales.
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AVISO AL LECTOR Para mayor claridad, en esta tercera impresión se han hecho cambios menores en parte del texto. |
Publicación de DHHS (NIOSH) No. 97-135
Primera impresión - Junio de 1997
Segunda impresión - Agosto de 1997
Tercer impresión - Julio de 1998