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LIBRE COMERCIO INTERNACIONAL FOMENTA EL DESARROLLO: EMBAJADOR GARZA
Por Antonio O. Garza, Jr.
Embajador de los Estados Unidos en México
Publicado por EL ECONOMISTA el lunes 8 de septiembre de 2003

La reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se llevará a cabo esta semana en Cancún, será una oportunidad para asegurar que el libre comercio sigue siendo el mejor instrumento internacional para promover el desarrollo de todos los países.

Durante la reunión de la OMC en noviembre de 2001 en Doha, Qatar, --que marcó el inicio de esta ronda de negociaciones comerciales, también conocidas como la Ronda de Doja-- los estados miembros de la OMC acordaron dar prioridad a los temas del desarrollo en esta nueva ronda de negociaciones para liberalizar el comercio. La decisión de concentrarse en el desarrollo, en lo que popularmente se conoce como "Agenda de Doja para el Desarrollo", se basó en el consenso de que la eliminación de las barreras mundiales al comercio es la mejor manera de impulsar el crecimiento en todo el mundo y fomentar la prosperidad en los países en desarrollo.

La reunión que sostendrán los ministros de Comercio en Cancún, entre el 10 y el 14 de septiembre, servirá también para hacer una revisión de mitad de periodo con respecto a los avances logrados, y para dar a los negociadores mayores orientaciones para concretar las negociaciones para fines de 2004.

Al cabo de dos años por ese camino, cada vez es más visible la importancia de concentrarse en el comercio como el medio principal para asegurar el crecimiento y el desarrollo. La ampliación del comercio permite llevar más empleos, inversiones y destrezas a los países en desarrollo y, por medio de la integración en el mercado mundial, les permite a esos países beneficiarse de la creciente ola de prosperidad mundial. Los mercados libres también resultan en importantes beneficios sociales y políticos. Como lo señaló el presidente George W. Bush en su primer mensaje al Congreso de Estados Unidos, "el comercio libre resulta en una mayor libertad política y personal".

De hecho en ninguna parte ha sido más obvia la importancia del libre comercio para el desarrollo económico que en México. Desde la apertura comercial entre los Estados Unidos, México y Canadá bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, las exportaciones mexicanas han aumentado 225 por ciento a los otros dos países, mientras que sólo se han incrementado en 9 por ciento hacia el resto del mundo. El crecimiento de las exportaciones ha tenido que ver directamente con más de la mitad del aumento en el producto nacional bruto real desde esa fecha, al igual que con más de la mitad de los empleos generados en el sector de la manufactura.

La reunión de Cancún representa un punto crítico a la mitad del camino en las negociaciones para impulsar el crecimiento económico, el desarrollo y la oportunidad en todo el mundo. Las negociaciones están muy lejos de completarse. Sin embargo, esperamos que en Cancún los ministros de los países miembros de la OMC establezcan un marco de referencia en el que puedan realizarse negociaciones ambiciosas, al acercarse la conclusión prevista de esta ronda de negociaciones para fines del año próximo.

Ya se ha resuelto un tema muy importante para los países en desarrollo: el acceso de los países más pobres a los medicamentos. Al resolver esa alta prioridad, la OMC ha establecido una base positiva para las conversaciones en Cancún. A Estados Unidos le complace que los miembros de la OMC hayan logrado un equilibrio adecuado para permitir a los países más pobres el acceso a los medicamentos para combatir el VIH/SIDA, la malaria, la tuberculosis y otras epidemias, asegurando al mismo tiempo que no se violentara el sistema de derechos de propiedad intelectual que permite la investigación y el desarrollo de los medicamentos que salvan vidas.

La Ronda de Doja ofrece al mundo una oportunidad única en una generación para eliminar las barreras al comercio, y con ello estimular el crecimiento económico en los países desarrollados y en desarrollo por igual. Se necesita un esfuerzo intenso de todos los miembros de la OMC para vigorizar el proceso de liberalización, que promueva un mundo más abierto, pacífico y próspero.

El meollo del Programa de Doja para el Desarrollo es el acceso a los mercados: la reforma agrícola, la reducción y eliminación de las barreras comerciales para los productos de consumo e industriales, y la liberalización del comercio de servicios.

La reforma del comercio agrícola es una prioridad para esta ronda de negociaciones comerciales iniciada en Doja y que continúa en Cancún. Estados Unidos está al frente con la propuesta de ambiciosas reformas en la agricultura para ampliar el acceso a los mercados, reducir los subsidios internos que distorsionan el comercio mundial y superan los 100,000 millones de dólares anuales, y para eliminar los subsidios a la exportación. En respuesta a la solicitud de otros miembros de la OMC, Estados Unidos y la Unión Europea presentaron una propuesta conjunta que podría fortalecer esos pilares. Ésta tuvo el propósito de galvanizar las negociaciones y refleja un paso adelante por parte de Estados Unidos y la UE. No es un documento final de negociación, por lo que seguiremos trabajando con otros miembros para resolver estos temas en el marco de referencia de Cancún. De hecho, otros miembros han planteado propuestas utilizando un enfoque de marco de referencia.

Aunque virtualmente todos los miembros de la OMC coinciden en que la agricultura es la clave del éxito en Doja, no podemos pasar por alto la importancia del comercio, mucho mayor, en servicios y productos no agrícolas. Colectivamente esos temas son decisivos para la salud a largo plazo del sistema de comercio. La liberalización en los servicios y en el acceso a los mercados no agrícolas permitirán beneficios sustanciales para nuestras economías y, en conjunto, para la economía mundial. Todos los países deben reducir sus aranceles sobre las mercancías y reducir las barreras al comercio de servicios. El 70 por ciento de los aranceles que paga el mundo en desarrollo va a esos mismos países.

Dentro de las negociaciones, ciertamente hay lugar para atender las cuestiones que son delicadas para el mundo en desarrollo. Sin embargo, las mayores ganancias las obtendrán aquellos que se abran a las oportunidades que ofrece el mundo globalizado --aumento del comercio, inversiones e integración económica. Como señala el Banco Mundial, los países en desarrollo que más abrieron sus mercados al comercio en la década de 1990 crecieron tres veces más rápido que aquellos que no lo hicieron.

Estados Unidos y sus asociados comerciales han colaborado estrechamente en esta ronda comercial, y en las anteriores, para concretar nuestros objetivos comunes, reduciendo las barreras al comercio, promoviendo el crecimiento económico y el desarrollo, y brindando mejores esperanzas y oportunidades para los agricultores, trabajadores, consumidores y empresas del mundo. Debemos seguir creando oportunidades para el comercio abierto, con el fin de asegurar que las sociedades en desarrollo compartan sus beneficios.

Todos sabemos que en el avance para lograr esas oportunidades, todos debemos asumir nuestra responsabilidad colectiva y mutua para asegurar que el sistema comercial multilateral siga acentuando la apertura. Al permitir a los países en vías de desarrollo diversificar sus exportaciones y favorecer su integración económica en la economía mundial, los miembros de la OMC avanzarán mucho hacia el logro de un futuro económico más brillante y seguro para todos.

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