Por Nancy Lapid
NUEVA YORK (Reuters Health) - Son más jóvenes, y quizás más pequeños, pero los jugadores de fútbol americano en el colegio secundario sufren golpes en la cabeza más fuertes que los atletas universitarios, lo que los coloca en alto riesgo de sufrir lesiones graves.
¿Cuál es el motivo? Se podría decir, quizás, que la forma en que usan la cabeza.
En un estudio sobre 32 jugadores de escuela secundaria, el equipo del doctor Steven P. Broglio, de la University of Illinois, instaló acelerómetros en los cascos de los deportistas para calcular la fuerza de los golpes recibidos en la cabeza, la dirección y la duración de los impactos y otros factores asociados.
"Esperábamos que esos choques laterales de cabeza", quizás inadvertidos de parte de otros jugadores, "tuvieran la mayor fuerza", dijo Broglio a Reuters Health.
En cambio, continuó, "nos sorprendió ver que lo más duro (en fuerza) fueron los golpes en la parte superior de la cabeza".
Broglio no está seguro, pero sospecha que esos golpes son tan fuertes porque los jugadores más jóvenes guiarían el cuerpo con la cabeza, usándola casi como un ariete.
"Los jugadores nuevos tienden a golpear con la parte superior de la cabeza. Suelen mantener la cabeza erguida" y "los entrenadores deben insistir en el uso adecuados de las técnicas de juego", añadió.
El equipo explicó en Journal of Athletic Training que, durante los juegos y los entrenamientos en temporada de juego, los golpes en la cabeza en los jugadores de fútbol americano de secundaria eran más fuertes que en los universitarios.
Las diferencias en la maduración física, la fuerza y la resistencia explicarían por qué los jugadores de colegios secundarios reciben golpes más fuertes que los deportistas de las universidades.
Cualquiera sea el motivo, la diferencia quizás aumentaría el riesgo de lesiones en los atletas secundarios, especialmente de contusiones y lesiones graves en la parte superior de la columna.
En los equipos de colegios secundarios, las líneas ofensiva y defensiva "recibieron los golpes con menor fuerza, aunque la mayor cantidad de golpes durante los juegos y los entrenamientos".
El equipo ignora cómo estos resultados estarían relacionados con la incidencia de las contusiones. Pero, en un año o más, los autores tendrán más datos sobre la cantidad de fuerza necesaria para causar lesiones.
FUENTE: Journal of Athletic Training, agosto del 2009
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Página actualizada: 12 agosto 2009 |