Conferencia "Caminos hacia el Aprendizaje en la Familia Hispana"
Comentarios preparados para la Secretaria Spellings para la Conferencia "Caminos hacia el Aprendizaje en la Familia Hispana" de la Iniciativa de la Casa Blanca para la Excelencia en la Educación de los Hispanoamericanos en Washington, D.C.
Archived Information

in English

PARA LA DIVULGACIÓN
16 de junio de 2005
el orador se aparta con frecuencia del texto. Enlaces: Sonya Sánchez
(202) 205 3606
Más recursos
Folleto del discurso
download files PDF (376K)

Es un verdadero placer darles la bienvenida al Departamento de Educación de EEUU. Acabamos de celebrar un cumpleaños. El Departamento cumplió 25 años. Ha cambiado mucho durante esos 25 años—por ejemplo, algunos de nosotros aparentamos 10 años mayores.

El país también es un poco diferente. En 1980, había menos de 15 millones de hispanoamericanos en los Estados Unidos. En ese entonces, los hispanoamericanos representaban menos del 7 por ciento del total de la población.

Hoy en día, uno de cada siete norteamericanos es de descendencia hispana con más de 40 millones de hispanoamericanos en el país. Y, como promedio, la población hispana es mucho más joven que el resto de la población de Estados Unidos. Se trata de una explosión demográfica, o baby boom [de los hispanos].

Por ello no es de extrañar que la educación de nuestros hijos sea el tema de interés principal en la comunidad hispana. Aquí en el Departamento de Educación, es nuestro tema de interés número uno también. Y por suerte, contamos con una ley que garantiza que todos los niños hispanos recibirán una educación de calidad. Nos hemos comprometido a emprender algo que jamás se había hecho antes: educar a todos los niños sin excepción.

Por ese motivo hemos convocado a esta cumbre. Ustedes llegan cada día a miles de familias hispanas. Y necesitamos su ayuda para hacer correr la voz sobre Que Ningún Niño Se Quede Atrás. No se puede cumplir cabalmente con la promesa de esta ley a menos que las familias lleguen a conocer primero todos sus derechos. Es una labor colosal, y no la puedo hacer sin contar con sus conocimientos, dedicación y años de experiencia. Necesito su ayuda. Necesitamos su ayuda. Nuestros hijos necesitan su ayuda. Cuando aprobamos Que Ningún Niño Se Quede Atrás, hicimos una gran promesa. Y es una promesa que debemos cumplir.

Todo comenzó cuando el Presidente Bush unió a Demócratas y Republicanos para aprobar la histórica Ley Que Ningún Niño Se Quede Atrás. La ley dice que, con una buena educación, todos los niños pueden aprender y alcanzar un alto nivel académico. Y ya a los tres años, se están viendo los resultados.

En estados en todo el país, los puntajes en los exámenes están subiendo, y la brecha en el rendimiento entre los estudiantes minoritarios y blancos finalmente está comenzando a cerrarse. Por ejemplo, la semana pasada en el estado de Maryland, se supo que el número de estudiantes hispanos del tercer grado que cumplían con los criterios estatales en lectura había aumentado en más del 20 por ciento en relación con los dos últimos años. Y por primera vez en la historia, el estado de Nueva York informa que la mayoría de los estudiantes hispanos del cuarto grado han cumplido con los criterios estatales en inglés.

Y en Gainesville, Georgia, alrededor del 90 por ciento de todos los estudiantes en Gainesville Elementary pasaron los exámenes de lectura y matemática del estado de Georgia que sólo se dan en inglés. Aproximadamente el 70 por ciento de los estudiantes de la escuela son hispanos, y la mayoría de ellos son hijos de inmigrantes que hablan poco inglés. Eso es todo un logro. Eso demuestra lo que se puede hacer cuando exigimos más a nuestros estudiantes. El director de la escuela, Shawn Arévalo McCollough, se encuentra presente con nosotros hoy. ¡Vengan los aplausos!

Esos casos verídicos les dan una idea de lo que está sucediendo a lo largo y a lo ancho del país. Veamos el cuadro global. A nivel nacional, se duplicó el porcentaje de estudiantes hispanos del cuarto grado competentes en matemática entre 2000 y 2003.

Lamentablemente, no domino el español. Pero por haber vivido en Texas, he podido captar algunas palabras sueltas. Y creo que aquí cabe decir que la ley "es exitosa". Es decir, esta ley funciona bien.

De aquí al año 2014, tenemos por objetivo garantizar que todos los niños en este país, sin excepción alguna, sepan leer y hacer matemáticas al nivel correspondiente a su grado. Y vamos bien encaminados hacia el cumplimiento de esa promesa.

Se que las familias hispanas han oído promesa tras promesa a lo largo de los últimos 50 años. También se que éstas no se han cumplido siempre.

En 1954, la Corte Suprema abrió las puertas de la escuela a los estudiantes de todas las razas con el caso Brown v. Board of Education. Esta decisión judicial garantizó a todo niño y toda niña una silla en el salón de clase, pero no fue suficiente.

Muchos estudiantes hispanos se encontraban todavía atrapados en las filas del fondo del salón de clase sin que nadie se ocupara de lo que aprendían. Era peor aún para los estudiantes no angloparlantes. En muchos casos los sacaban de la clase y los colocaban en el pasillo para aprender. Y muchas veces, las escuelas no intentaban enseñar a estos estudiantes más que el inglés básico necesario para defenderse.

Al igual que millones de otros estudiantes, los estudiantes hispanos estaban sujetos a lo que el Presidente Bush llama la "velada intolerancia de las bajas expectativas". Nadie esperaba que fueran a aprender, y como consecuencia, muchos no aprendían.

Durante muchas décadas, los políticos y los funcionarios escolares se hicieron la vista gorda. No fue por falta de interés por parte de ustedes. Ya se que los hispanoamericanos creen en la importancia de una educación de calidad. La educación es un valor compartido. En términos sencillos, los hispanoamericanos tienen un fuerte sentido de valores ético morales. Consiguientemente, una y otra encuesta indica que la educación es la prioridad más alta en la comunidad hispana.

Y ahora contamos con una ley que convierte a la educación para todos en nuestra prioridad más alta también. Que Ningún Niño Se Quede Atrás fija mucha atención en el desempeño académico de los estudiantes hispanos y de otras minorías. La ley establece como requisito una evaluación anual de todos los estudiantes de los grados 3 al 8 tanto en lectura como en matemática. Estas evaluaciones nos ayudan a detectar problemas anticipadamente al indicarnos los estudiantes que requieren ayuda adicional y en qué materia la requieren.

Y la ley nos obliga a desglosar esos resultados en las evaluaciones por grupos de estudiantes, de tal modo que podamos cerciorarnos de que todos los estudiantes se estén superando en la escuela. Estos datos nos dan finalmente el recurso necesario para asegurarnos de que nuestros estudiantes hispanos estén cumpliendo con los mismos criterios rigurosos que sus compañeros. Me gusta decir, "lo que se mide, se consigue."

Ahora esperamos que todos los estudiantes—incluyendo los que están aprendiendo el inglés por primera vez—se desempeñen a un alto nivel académico. Quisiera agradecer a Kathleen Leos por estar presente con nosotros. Ella es mi principal asesora sobre políticas relacionadas con el aprendizaje del inglés. Ella se dedica fuertemente a la promoción y difusión, y les dirá que esta ley ha cambiado de verdad la forma en que las escuelas enseñan a los estudiantes no angloparlantes.

Según un informe realizado por el Departamento durante esta primavera, por primera vez en la historia, cada estado cuenta con criterios mínimos para medir el progreso de los estudiantes que están aprendiendo el inglés. Lo mejor de todo es que estamos viendo que estos estudiantes se están manteniendo al paso con sus compañeros en lectura y matemática.

Ya se acabaron los tiempos de aprender en los pasillos. Conforme a la ley, todo estudiante debe tener un maestro sumamente capaz. Todas las familias, incluso las recién llegadas a este país, merecen saber que sus hijos recibirán una educación de primera categoría en cualquier escuela pública.

A que las familias de Gainesville Elementary School en el estado de Georgia duermen más tranquilas ya que el 90 por ciento de sus estudiantes están cumpliendo con los criterios estatales. Como dije anteriormente, la mayoría de ellos no hablan inglés, pero eso no fue obstáculo para el Director McCollough y su personal. Ellos se precian de haber superado las barreras del idioma y la cultura para conseguir que las familias participaran. Este año, se hicieron más de 100 visitas al hogar de familias hispanas y se realizaron decenas de seminarios para enseñarles a los padres a ser defensores de los intereses de sus hijos. El Director McCollough explica que "Gracias a Que Ningún Niño Se Quede Atrás, las escuelas tienen que responder a las necesidades particulares de las familias hispanas."

Esa es precisamente la actitud que esperábamos que los directores de escuela adoptaran cuando aprobamos Que Ningún Niño Se Quede Atrás. Por primera vez, esta ley hace responsable a las escuelas de llegar a las familias y mostrarles lo que está sucediendo dentro de la escuela. Los padres necesitan esta información. Y no deberían tener que hacer lo imposible por conseguirla.

Que Ningún Niño Se Quede Atrás requiere que las escuelas proporcionen a todas las familias un informe fácil de leer que indica el desempeño de las escuelas y el distrito. Estos informes también indican si las escuelas están satisfaciendo o no las necesidades de los estudiantes hispanos. Y los padres deben poder ver esta información en un idioma que entienden.

En el pasado, los padres tenían que encontrar su propio intérprete o se abandonaban a su suerte. A menudo, tenían que depender de sus propios hijos para entender lo que los maestros estaban diciendo durante las reuniones entre padres y maestros. Como madre de dos hijas colegialas, entiendo muy bien cómo eso podría resultar en un desastre. La interpretación de lo que sucede en las clases, según nuestros hijos, no siempre cuadra con la realidad. Ahora, los padres hispanoparlantes pueden pedirle a la escuela que se proporcione traducción gratuita.

Esto ayuda bastante. Veamos el caso de María Leija de Dallas, Texas. Ella vino a este país de México en 1977 y todavía no sabe hablar mucho inglés. Antes de Que Ningún Niño Se Quede Atrás, recibió una vez una carta en inglés sobre un problema que tenía su hija en la escuela. Y cuando fue a la escuela para preguntar lo que decía la carta nadie pudo traducir el mensaje al español.

Por suerte, María ya no tiene que adivinar lo que dicen las cartas. "Gracias a esta ley, me siento muy cómoda. Cuando llegan las cartas, al otro lado está en español, y no me preocupo por lo que está pasando con mis hijos en la escuela."

Cuando damos a las familias más información, les dotamos del poder de convertirse en verdaderos defensores de los intereses de sus hijos. Esto es particularmente importante cuando las escuelas no cumplen con sus responsabilidades de elevar el rendimiento académico de todos los estudiantes. Que Ningún Niño Se Quede Atrás brinda a los estudiantes en estas escuelas nuevas opciones como la posibilidad de cambiarse a otra escuela o recibir tutoría gratuita fuera de las horas de clase. Estos recursos ayudan a crear igualdad de circunstancias y oportunidad para las familias que, de lo contrario, no podrían pagar la ayuda adicional para sus hijos.

Les animo a trabajar con los servicios educativos suplementarios como la tutoría gratuita o incluso convertirse en proveedores de estos servicios. Ustedes tienen conocimientos profundos sobre las necesidades de los estudiantes hispanos, y miles de estudiantes en sus comunidades podrían beneficiarse de ellos.

Tomemos el caso de Yanitza DeLeon en Camden, Nueva Jersey. Ella y sus dos hijos se mudaron a Camden, Nueva Jersey de Puerto Rico hace tres años. Al llegar, enfrentaban una seria barrera del idioma. Poco tiempo después, Yanitza recibió una carta en el sentido de que su hijo mayor estaba teniendo dificultades en la escuela, y en un principio, ella no estaba segura de lo que tenía que hacer. Luego supo que sus dos hijos reunían los requisitos para recibir tutoría gratuita mediante Que Ningún Niño Se Quede Atrás. Ahora, a ambos hijos les está yendo mejor en la escuela. Y Yanitza finalmente puede estar tranquila porque dice, "Se que mis hijos están en un buen programa."

Hay que asegurarnos de que todas las familias cuenten con la información necesaria para aprovechar sus derechos conforme a esta ley. Estamos esforzándonos más que nunca por llegar a los padres y cerciorarnos de que de hecho los están aprovechando.

Y nadie está esforzándose más que Adam Chavarria y su equipo en la Iniciativa de la Casa Blanca para la Excelencia en la Educación de los Hispanoamericanos. El año pasado, la Iniciativa de la Casa Blanca reunió a organizaciones y empresas hispanas para ayudar a informar a familias sobre Que Ningún Niño Se Quede Atrás. Muchos de ustedes participaron en estas actividades. Y gracias a su ayuda, la colaboración ayudó a dotar a miles de padres hispanos de más información sobre la educación y las escuelas.

Ahora mismo, la Iniciativa de la Casa Blanca está trabajando para formar una nueva colaboración llamada la Partnership for Hispanic Family Learning o Alianza para el Aprendizaje en la Familia Hispana. Se esta formando una red nacional que trabaje con las familias para abordar las necesidades educativas de los hispanoamericanos. Espero que todos ustedes se afilien a esta alianza antes de irse hoy.

La Sra. Bush ha asumido un papel principal al intentar reunir a familias, educadores, y mentores para ayudar a nuestros hijos. Su programa Helping America's Youth Initiative está ayudando a nuestros hijos, y en particular nuestros varones, a superar las probabilidades desfavorables que enfrentan y desarrollar todo su potencial en la vida.

Pero también necesitamos su apoyo para ayudar a nuestros hijos a hacer realidad su promesa. Ustedes pueden ser una poderosa voz a favor de sus intereses. Necesitamos que asuman un papel activo en sus escuelas locales. Hablen con los padres y realicen reuniones para hablar del desempeño de las escuelas y las opciones a disposición de los padres. Ustedes disponen de las redes comunitarias para ayudarnos a hacer correr la voz sobre esta ley.

Es útil contar con información fácil de leer que se puede compartir con las familias. Actualmente, estamos dando el toque final a una nueva guía para ayudar a los padres de estudiantes en escuelas beneficiarias de fondos mediante el Título I. Estoy agradecida por todo el trabajo que hacen en las comunidades desfavorecidas, y esta guía les ayudará a explicar mejor Que Ningún Niño Se Quede Atrás.

Hoy, me comprometo también a armar un nuevo conjunto de recursos dirigido a las necesidades particulares de las familias hispanas. Prevemos que este conjunto de recursos estará listo a más tardar al regreso a las clases en el otoño. Veamos que las familias hispanas dispongan de la información que necesitan para aprovechar Que Ningún Niño Se Quede Atrás y ayudar a sus hijos a aventajarse en la escuela y en la vida.

Todavía nos queda mucho por hacer. Un estudio realizado el año pasado por el Pew Hispanic Center indicó que el 95 por ciento de los padres hispanos opinan que es importante para sus hijos asistir a la universidad, pero sólo uno de cada 10 hispanoamericanos tiene un título universitario. En un mundo donde el 80 por ciento de los empleos de crecimiento más rápido requieren algún tipo de formación postsecundaria, nos urge cerrar esta brecha entre los sueños y la realidad. Hay que cambiar esas cifras.

Las familias necesitan mejor información sobre las oportunidades de ayuda económica para sus hijos. Hemos agregado aproximadamente un millón de estudiantes a lo largo de los cuatro últimos años al programa de Becas Pell, y ese dinero está bien invertido. A lo largo de los próximos cinco años, el Presidente ha propuesto un aumento en la cantidad máxima de la Beca Pell de su nivel actual de $4,050 a $4,550 al año para ayudar a más estudiantes todavía. Y estamos invirtiendo casi $100 millones en instituciones que dirigen sus esfuerzos hacia la labor de convertir el sueño de los estudios universitarios en realidad para los estudiantes hispanos.

Por supuesto, no se puede aumentar el número de estudiantes que van a la universidad a menos que logremos primero que ellos se gradúen de la escuela secundaria con una educación de calidad. Enfrentamos retos serios. Casi el 33 por ciento de los estudiantes del noveno grado no se gradúan a tiempo. Según el Manhattan Institute, aun cuando los estudiantes logran graduarse de high school, suelen salir poco preparados para los retos de la universidad.

Como ya lo saben muchos de los presentes, la deserción escolar entre los estudiantes hispanos es casi cuatro veces mayor que la deserción entre los estudiantes blancos. Y esta tasa es más del doble de la de los africanoamericanos. Nosotros, como una sociedad, simplemente debemos hacer más por alentar a los hispanos a seguir con los estudios.

El Presidente Bush comprende la necesidad de actualizar lo que se aprende en la escuela secundaria para que guarde relación con el siglo 21. Por ese motivo, él ha propuesto una Iniciativa para High Schools dirigida a ayudar a salvar a los estudiantes en riesgo de abandonar los estudios. No podemos ayudar a los estudiantes a no ser que sepamos primero en qué materias tienen dificultades, y por tanto, la clave es evaluar a los estudiantes en matemática y lectura al menos tres veces durante la escuela secundaria. Usando esta información, podemos reunir a los padres y los maestros para elaborar una estrategia de intervención que responda a las necesidades de cada estudiante en forma individual.

Esta atención personal tendrá su recompensa en el futuro. El graduado universitario, como promedio, gana casi $30,000 más por año que el desertor de high school. A lo largo de la vida de un trabajador, el diferencial asciende a bastante más de un millón de dólares. Nunca he conocido un adolescente que no aspire a tener esa cantidad de dinero. Hay que dejar a nuestros hijos un mundo de horizontes expandidos—un mundo en el que todo estudiante sale de la secundaria preparado para la universidad y los puestos de empleo del siglo 21. Nos corresponde convertirlo en realidad.

Ya se ve el efecto positivo que ha tenido introducir la responsabilidad de los resultados y los criterios rigurosos en nuestras escuelas primarias. Y ahora debemos extender estos mismos principios a nuestras escuelas secundarias. Debemos actuar sobre estas reformas hoy, y espero poder contar con su apoyo. Es que no podemos quedarnos satisfechos con ver sólo uno de cada diez hispanos graduarse de la universidad. Ya se que están de acuerdo conmigo.

Necesitamos que ustedes sean defensores de los intereses de nuestros hijos. Los políticos y los funcionarios escolares necesitan oír su voz. Necesitamos que adopten una postura. Por favor, afíliense a nuestra nueva alianza cuyo objetivo es ayudar a informar a las familias hispanas sobre sus derechos. Ya sabemos que no hay otro tema más importante para las familias hispanas. Ya se acabaron los tiempos en que las escuelas podían hacerse la vista gorda respecto a la brecha en el rendimiento y esperar que no lo notara nadie. La responsabilidad de cerrar la brecha ya descansa sobre nuestros hombros. Es el imperativo moral del siglo 21.

Al mirar a mi alrededor, y ver a todas las personas brillantes y dedicadas reunidas en este salón, tengo la plena confianza en que podemos cumplir con esta misión. Les aliento a tener una conversación franca y honesta. Y les invito a ofrecer ideas y sugerencias sobre cómo se puede lograr mejor que ningún niño se quede atrás.

Ya se que es mucho lo que está en juego. Y ya se que ustedes lo saben también. Actualmente hay casi 10 millones de niños y jóvenes hispanos en las escuelas primarias y secundarias de este país. Y me comprometo a cumplir con la promesa de Que Ningún Niño Se Quede Atrás para cada uno de estos estudiantes. Se sabe que todos ellos pueden aprender. Y juntos, nos encargaremos de que así sea.


 
Print this page Printable view Send this page Share this page
Last Modified: 02/05/2009