Consideraciones especiales
El paciente con dolor
Los pacientes de más edad
Síndrome de somnolencia en niños
Apnea del sueño después de una mandibulectomía
El paciente con dolor
Puesto que controlar mejor el dolor mejora el sueño, se debe administrar los
analgésicos adecuados o establecer un control no farmacológico para el dolor
antes de introducir medicamentos para el sueño. Los antidepresivos tricíclicos
pueden ser particularmente útiles en el tratamiento del insomnio en los pacientes
con dolor neuropático y depresión. Los pacientes sometidos a dosis elevadas de
opiáceos para el dolor pueden correr mayor riesgo de padecer de delirio y de
trastornos orgánicos mentales. Tales pacientes se pueden beneficiar del uso de
bajas dosis de neurolépticos como fármaco de sueño (por ejemplo, 25 a 50 mg de
tioridacina o 0,5–1,0 mg de haloperidol).
Los pacientes de más edad
Los pacientes mayores de edad suelen sufrir de insomnio debido a cambios en
los patrones de sueño relacionados con la edad. El ciclo del sueño en esta
población se caracteriza por un sueño más ligero, ratos de vigilia más
frecuentes y menos tiempo de sueño total. La ansiedad, la depresión, la pérdida
de respaldo social y el diagnóstico de cáncer son factores que contribuyen a los
trastornos del sueño entre los pacientes mayores de edad.[1]
Los problemas de sueño en adultos de mayor edad son tan comunes que casi la
mitad de las recetas de hipnóticos son para las personas mayores de 65 años de
edad. Aunque el envejecimiento normal afecta el sueño, el médico clínico deberá
evaluar los muchos factores que causan el insomnio, tales como enfermedad médica,
enfermedad psiquiátrica, demencia, alcoholismo, polifarmacología, síndrome de piernas
inquietas, movimientos periódicos de las piernas y síndrome de apnea en el sueño.
El tratamiento no farmacológico de los trastornos del sueño es el control inicial
preferido, con el uso de medicamentos cuando se indique y referencia a un centro
para trastornos del sueño cuando sea necesaria la atención especializada.[2]
El establecimiento de un horario regular de comidas, desaconsejar las siestas
diurnas y fomentar la actividad física pueden mejorar el sueño. La prescripción
de hipnóticos para los pacientes mayores de edad debe ajustarse a los cambios en
metabolismo, al aumento de las reservas de grasa y de la sensibilidad. Las
dosificaciones deben ser reducirse en un 30% a 50%. Los problemas asociados con
la acumulación de fármacos (especialmente con el fluracepam) deben sopesarse con
los riesgos de padecer los efectos de supresión más graves o de rebotes asociados
con las benzodiacepinas de acción corta. El hidrato de cloral es otro fármaco
apto para los pacientes mayores de edad.[1]
Síndrome de somnolencia en niños
La irradiación craneal y el metotrexato intratecal se emplean para prevenir el
desarrollo de leucemia del sistema nervioso central en los niños con
leucemia linfocítica aguda. El síndrome de somnolencia (SS) es una
complicación de la irradiación craneal que ocurre en 30% a 50% de los pacientes
que reciben más de 18 Gy en fracciones de dosis diarias de 1,5 Gy a 2 Gy. El
síndrome puede aparecer de 4 a 6 semanas después de la terapia. Los
síntomas del SS oscilan entre una somnolencia leve y una letargia moderada y,
ocasionalmente, una fiebre baja. La fisiopatología se desconoce, pero son
detectables las anormalidades en el electroencefalograma y en el líquido
cefalorraquídeo de los niños afectados. Aunque las medidas de asistencia
médica no pueden prevenir el SS, el reconocimiento de su presencia puede prevenir o reducir al mínimo la ansiedad en los niños y en los padres
cuando los síntomas de SS aparecen.
Apnea del sueño después de una mandibulectomía
Una mandibulectomía anterior puede dar lugar al desarrollo de apnea del sueño.
Todos los pacientes con tumores de la cabeza y el cuello que han sufrido una
resección extensa de la cavidad bucal anterior, deben ser evaluados antes de retirar el tubo de traqueostomía. Un colgajo o reconstrucción de
la mandíbula inferior aparentemente previene el desarrollo de apnea del sueño.
En contraste, la suspensión con cabestrillos faciales del labio inferior no
previene el desarrollo de apnea del sueño.[3] La evaluación de los síntomas y la
preparación para la aparición de los síntomas en esta población proporcionan
indicios para efectuar intervenciones relacionadas con la apnea del sueño.
Bibliografía
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Berlin RM: Management of insomnia in hospitalized patients. Ann Intern Med 100 (3): 398-404, 1984.
[PUBMED Abstract]
-
Johnston JE: Sleep problems in the elderly. J Am Acad Nurse Pract 6 (4): 161-6, 1994.
[PUBMED Abstract]
-
Panje WR, Holmes DK: Mandibulectomy without reconstruction can cause sleep apnea. Laryngoscope 94 (12 Pt 1): 1591-4, 1984.
[PUBMED Abstract]
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