Evaluación
La evaluación es el paso inicial en las estrategias de control. Los datos de
la evaluación deben incluir la documentación de los factores de predisposición,
patrones de sueño, estado emocional, ejercicio y grado de actividad, dieta,
síntomas, medicamentos y la rutina del personal a cargo del cuidado del
paciente.[1] En las secciones a continuación se traza un esquema de las
recomendaciones que se deben tomar en cuenta para llevar a cabo un examen físico
y un historial del sueño del paciente. Los datos pueden obtenerse de múltiples
fuentes, incluso el informe subjetivo del paciente sobre su dificultad para
conciliar el sueño, observaciones objetivas de manifestaciones fisiológicas y de
comportamiento de las perturbaciones del sueño e informes de parientes del
paciente respecto a la calidad del sueño de éste.[2]
El diagnóstico de insomnio se basa principalmente en una historia médica y
psiquiátrica cuidadosa y detallada. La American Academy of Sleep Medicine ha
publicado pautas para el uso de la polisomnografía como instrumento objetivo para
evaluar el insomnio. El polisomnograma rutinario incluye observación con electroencefalografía,
electrooculografía, electromiografía, esfuerzo al respirar y flujo de aire,
saturación de oxígeno, electrocardiografía y posición del cuerpo. La
polisomnografía es el instrumento de diagnóstico principal en los trastornos del
sueño y está indicada en la evaluación de trastornos de la respiración que se
sospecha están relacionados con el sueño y del trastorno de movimientos
periódicos de las extremidades, y cuando la causa del insomnio es incierto o
cuando la terapia de conducta o farmacológica no tiene éxito.[3]
Factores de riesgo de los trastornos del sueño
- Factores de enfermedad, incluso síndromes paraneoplásicos con mayor
producción de esteroides; y síntomas asociados con la invasión tumoral (por ejemplo,
obstrucción, dolor, fiebre, disnea, prurito y fatiga).
- Factores de tratamiento, incluso síntomas relacionados con la cirugía (por ejemplo,
dolor, vigilancia frecuente y uso de opioides); quimioterapia (por ejemplo, corticosteroides
exógenos); y síntomas relacionados con la quimioterapia.
- Fármacos tales como opioides, sedantes/hipnóticos, esteroides,
cafeína/nicotina, algunos antidepresivos, vitaminas y suplementos dietéticos
incluyendo pastillas para adelgazar que incluyen suplementos dietéticos para
estimular la pérdida de peso y la supresión del apetito.
- Factores ambientales.
- Estresantes físicos o psicológicos.
- Depresión (para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre Depresión).
- Ansiedad (para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre Trastorno por ansiedad).
- Delirio (para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre Trastornos cognitivos y delirio).
- Ataques diurnos; ronquidos; y dolores de cabeza.
Características del sueño
- Patrones habituales de sueño, incluso la hora habitual de acostarse, la rutina antes
de retirarse (por ejemplo, alimentos, baño y medicamentos), tiempo transcurrido antes
del comienzo del sueño y duración del sueño (episodios de despertar durante noche, capacidad de reanudar el sueño y hora acostumbrada de despertar).
- Características de un sueño perturbado (cambios después del diagnóstico,
tratamiento u hospitalización).
- Percepción de las personas significativas para el paciente en cuanto a la calidad y
cantidad del sueño del mismo.
- Antecedentes familiares de trastornos del sueño.
Bibliografía
-
Kaempfer SH: Insomnia. In: Baird SB, ed.: Decision Making in Oncology Nursing. Philadelphia, Pa: B.C. Decker, Inc., 1988, pp 78-9.
-
Anderson P, Grant M: Comfort: Sleep. In: Johnson BL, Gross J, eds.: Handbook of Oncology Nursing. 3rd ed. Boston, Mass: Jones & Bartlett Publishers, 1998, pp 337-59.
-
Littner M, Hirshkowitz M, Kramer M, et al.: Practice parameters for using polysomnography to evaluate insomnia: an update. Sleep 26 (6): 754-60, 2003.
[PUBMED Abstract]
Volver arriba
< Sección anterior | Siguiente sección > |