Manejo y seguimiento biopsicosocial
La evaluación biopsicosocial es un proceso dinámico. Como se indicó
anteriormente, la evaluación inicial emprendida en el momento del diagnóstico o a
la salida del hospital deberá ser reexaminada durante los momentos críticos del
curso de la enfermedad del paciente. Estos puntos críticos o de transición pueden ocurrir en
momentos de evolución/recaída de la enfermedad o en momentos de cambios
funcionales. El cambio hacia el período de post-tratamiento también representa
una transición significativa (ver la sección Consideraciones especiales). Otros
puntos críticos pueden ocurrir durante una crisis psicosocial, como por ejemplo
la muerte o enfermedad de un ser querido o del encargado del cuidado, o al momento de una
crisis social, como la pérdida de trabajo o la transición a un hogar de ancianos.
Los miembros del equipo de atención médica que llevan a cabo las reevaluaciones
deben ser conscientes de que las necesidades de atención nuevas tanto para el
paciente como para la familia están a menudo asociadas con cambios en la
movilidad del paciente y la incapacidad del sistema de apoyo de proveer la
atención adecuada.[1] Los cambios en el estado biopsicosocial pueden ocurrir
rápidamente, y es aconsejable que la reevaluación biopsicosocial sea incorporada
en cualquier rutina de cuidado ambulatorio o atención domiciliaria.
Finalmente, cualquier modelo de cuidado biopsicosocial deberá reconocer que una
enfermedad, ya sea mortal o no, engendra pérdidas de ahí el mecanismo
psicosocial del desconsuelo. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre Pérdida, pena y duelo.) El cáncer interrumpe, temporal o permanentemente,
las vidas, sueños, esperanzas, carreras, aspiraciones, integridad y el
sentimiento de seguridad tanto del paciente como de su familia, y cada uno
manifiesta sus sentimientos de diferente manera. Estos sentimientos son
saludables y necesarios para la recuperación psicológica, sin embargo, si la
persona no los entiende y los manifiestan de forma destructiva, los efectos
pueden ser devastadores. Así mismo, si la crisis emocional generada por una
enfermedad se maneja con éxito, los pacientes y las familias pueden experimentar
crecimiento psicológico y madurez. El manejo psicosocial del cáncer,
independientemente de cuál sea su resultado final, debería ser parte integral del
cuidado del paciente, no importa dónde se suministre, con el fin de asegurar una
recuperación completa, en el sentido más amplio de la palabra.[2,3]
Bibliografía
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Mor V, Allen SM, Siegel K, et al.: Determinants of need and unmet need among cancer patients residing at home. Health Serv Res 27 (3): 337-60, 1992.
[PUBMED Abstract]
-
McDaniel S, Hepworth J, Dogerty W: A new prescription for family health care. Family Therapy Networker 17 (1): 18-29, 1993.
-
Whittam EH: Terminal care of the dying child. Psychosocial implications of care. Cancer 71 (10 Suppl): 3450-62, 1993.
[PUBMED Abstract]
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