Descripción y etiología
Trastornos de adaptación
Trastornos relacionados con el pánico
Fobias
Trastornos obsesivo-compulsivos
Trastorno por tensión postraumática
Trastornos por ansiedad generalizada
Trastornos por ansiedad causados por otras afecciones médicas generales
Los pacientes que presentan los siguientes síntomas pueden estar padeciendo un
trastorno específico por ansiedad que ya estaba presente antes de que enfermaran con
cáncer y que reaparece debido al estrés del diagnóstico y el tratamiento: temor
intenso, incapacidad para captar información o incapacidad para cooperar
durante los procedimientos médicos. Los síntomas somáticos incluyen disnea,
transpiración, mareos y palpitaciones. Los pacientes con cáncer pueden
padecer de los siguientes trastornos por ansiedad: trastornos de adaptación,
pánico, fobias, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos por estrés
postraumático, trastornos por ansiedad generalizada o trastornos por ansiedad
causados por otras afecciones médicas generales. Estos pacientes están
preocupados por sus síntomas y generalmente no rechazan las intervenciones
conductuales y psicofarmacológicas.[1]
Trastornos de adaptación
Los trastornos de adaptación se diagnostican en pacientes que manifiestan
comportamientos de inadaptación o cambios en el estado de ánimo en respuesta
a un estresante identificado. Los comportamientos de mala adaptación o cambios en
el estado de ánimo incluyen nerviosismo intenso, preocupación, miedo y
deficiencia en el funcionamiento normal, como la incapacidad para trabajar,
asistir a la escuela, o relacionarse con otros. Estos síntomas son adicionales a
las reacciones normales al cáncer y se presentan en un plazo de 6 meses después del incidente
estresante; sin embargo, esto puede ser difícil de determinar en los pacientes
con cáncer, donde el estresante es un factor constante. Los pacientes
diagnosticados con un trastorno de adaptación en general no tienen antecedentes de
otros trastornos psiquiátricos. Sin embargo, los pacientes con otros trastornos
crónicos, posiblemente hayan tenido problemas anteriores de adaptación en sus vidas, que reaparecerán en el entorno del cáncer. Los trastornos de adaptación
son comunes entre los pacientes con cáncer, en particular en momentos
críticos como en un examen de diagnóstico, un diagnóstico o una recaída. La
mayoría de los pacientes con trastornos de adaptación responden al lenguaje
tranquilizador, las técnicas de relajación, dosis bajas de benzodiacepinas de
acción corta y programas de apoyo y educación.[2,3]
(Para mayor información consultar el sumario del PDQ sobre la Adaptación normal y sus trastornos.)
Trastornos relacionados con el pánico
La ansiedad intensa es el síntoma
predominante en los trastornos relacionados con el pánico, aunque también pueden darse síntomas somáticos graves. Estos síntomas
incluyen disnea, mareos, palpitaciones, temblores, diaforesis, náusea,
sensaciones de cosquilleo, o temor a volverse loco. Los ataques o períodos
discretos de malestar intenso pueden durar varios minutos u horas. Los pacientes
con ataques de pánico a menudo comienzan con síntomas que pueden
ser difíciles de diferenciar de otros trastornos médicos, aunque si se sabe que el paciente ha tenido antecedentes de trastorno de pánico, esto puede ayudar a clarificar el diagnóstico. El
pánico en pacientes con cáncer se controla generalmente con
benzodiacepinas y medicamentos antidepresivos.[1]
Fobias
Las fobias son temores persistentes a objetos o situaciones circunscritas que
hacen que la persona los evite. Las personas con fobias experimentan generalmente
ansiedad intensa y evitan situaciones que potencialmente les puedan provocar miedo.
Las fobias se presentan en los pacientes con cáncer de varias maneras, por ejemplo en
forma de temor a ver sangre o lesiones en los tejidos (también conocido como
fobia a las agujas) o claustrofobia (por ejemplo, durante una exploración de
imaginología por resonancia magnética). Las fobias pueden complicar los procedimientos médicos y dar lugar al
rechazo de una intervención médica o a las pruebas necesarias.[1]
Trastornos obsesivo-compulsivos
Los trastornos obsesivo-compulsivos se caracterizan por pensamientos, ideas o
imágenes persistentes (obsesiones) y por acciones repetitivas, que tienen un propósito o intención (compulsiones) que realiza una persona para controlar
la intensidad de su aflicción. Para satisfacer los requisitos de diagnóstico de un trastorno obsesivo-compulsivo, los pensamientos obsesivos y los comportamientos compulsivos deben ocupar mucho tiempo en la mente del paciente y crear tal distracción que dificulten la capacidad de la persona
para desempeñarse en situaciones laborales, académicas o sociales. Los pacientes de
cáncer con antecedentes de trastornos obsesivo-compulsivos pueden comenzar
a presentar comportamientos compulsivos como lavarse las manos, revisar todo
varias veces o contar, hasta tal punto que no pueden cumplir con el tratamiento.
En tales pacientes, la preocupación normal acerca del diagnóstico de cáncer y
su pronóstico puede convertirse en síntomas totalmente obsesivo-compulsivos y
provocar una grave incapacidad. Los trastornos obsesivo-compulsivos por lo general, se controlan con medicamentos antidepresivos serotonérgicos
(inhibidores selectivos de reabsorción de la serotonina y clomipramina) y
sicoterapia cognoscitiva-conductual. Este trastorno es poco común en pacientes
con cáncer que no tienen antecedentes premórbidos.
Trastorno por tensión postraumática
El trastorno por estrés o tensión postraumática se diagnostica cuando una persona vuelve a
experimentar un suceso traumático con evocaciones, sueños, escenas
retrospectivas, o alucinaciones perturbadoras e indeseadas. Aunque la
definición de un suceso traumático se centra en las experiencias humanas fuera de
la gama de lo normal (por ejemplo, combates militares, torturas y desastres
naturales), el diagnóstico de una enfermedad potencialmente mortal cumple ahora
los requisitos para ser considerada un factor estresante traumático.[4] Además,
la experiencia de una hospitalización o un tratamiento doloroso también puede
reactivar recuerdos traumáticos. Los pacientes con cáncer que presentan trastornos
por estrés postraumático pueden tornarse muy ansiosos antes de la cirugía, la
quimioterapia, los procedimientos médicos dolorosos o los cambios de vendajes.
Los medicamentos ansiolíticos administrados en preparación para el tratamiento
pueden fomentar la adaptación y reducir la angustia. Sin embargo, no existen
medicamentos que hayan mostrado de forma sistemática, ser los más eficaces, ni que se
hayan estudiado en otras poblaciones de pacientes con trastornos por estrés
postraumático. La psicoterapia sigue siendo el tratamiento preferido. (Para mayor
información, consultar la sección sobre las Consideraciones postratamiento y el sumario del PDQ sobre el Trastorno por tensión
postraumática.)
Trastornos por ansiedad generalizada
Los trastornos por ansiedad generalizada se caracterizan por una ansiedad continua,
poco realista y excesiva, y preocupación acerca de dos o más aspectos de la
vida. Algunos ejemplos son los temores del paciente de que nadie los cuidará, a
pesar de contar con apoyo social adecuado, y el temor de agotar sus ahorros,
aunque tienen seguro y cobertura financiera adecuada. Con frecuencia, un trastorno por ansiedad generalizada viene precedido de un episodio de depresión grave. Los
trastornos por ansiedad generalizada se caracterizan por tensión motriz
(excitación, tensión muscular y fatiga), hiperactividad autonómica (disnea,
palpitaciones del corazón, transpiración y mareos) o vigilancia durante las
exploraciones (sentimientos de nerviosismo e irritabilidad, y sobresaltos
exagerados).
Trastornos por ansiedad causados por otras afecciones médicas generales
Posibles causas de ansiedad*
Problema médico
|
Ejemplos
|
*Adaptado de Massie.[5]
|
Dolor mal controlado |
Medicamentos para el dolor que no resultan suficientes o
no se administran cuando se necesitan. |
Estados metabólicos anormales |
Hipoxia, embolia pulmonar, sepsis, delirio,
hipoglucemia, hemorragia, oclusión coronaria,
o insuficiencia cardiaca. |
Tumores secretores de hormonas |
Feocromocitoma, adenoma o carcinoma tiroideo,
adenoma paratiroideo, tumores que producen
corticotropina e insulinoma. |
Medicamentos generadores de ansiedad |
Corticosteroides, neurolépticos usados como
antieméticos, tiroxina, broncodilatadores,
estimulantes beta-adrenérgicos,
antihistamínicos y benzodiacepinas (a menudo
se ven reacciones paradójicas en personas mayores de edad). |
Enfermedades generadoras de ansiedad |
Síndrome de abstinencia de sustancias
(por ejemplo, alcohol, opioides o sedantes-hipnóticos). |
Las causas de ansiedad en los pacientes de cáncer pueden incluir otros factores
médicos como dolor incontrolado, estados metabólicos anormales (por ejemplo,
hipercalcemia o hipoglucemia) y tumores productores de hormonas. Los pacientes
con dolor fuerte están ansiosos e inquietos, y la ansiedad puede potenciar el
dolor. Para controlar adecuadamente el dolor, se debe tratar la ansiedad del
paciente.[6,7]
Un ataque agudo por ansiedad puede ser precursor de un cambio en el estado
metabólico o de otro imprevisto médico inminente como un infarto miocárdico, una
infección o una neumonía. La sepsis y las anomalías de los electrólitos
también pueden causar síntomas de ansiedad. La ansiedad súbita con dolor en el
tórax o dificultad respiratoria puede ser un indicador de embolismo pulmonar. Los
pacientes hipóxicos pueden presentar ansiedad, al tener miedo de que se estén
asfixiando.
Muchos medicamentos pueden precipitar la ansiedad en las personas enfermas. Por
ejemplo, los corticosteroides pueden producir excitación motriz, nerviosismo y
manía, así como depresión e ideas de suicidio. Los broncodilatadores y
estimulantes de los receptores B-adrenérgicos empleados para tratar enfermedades
respiratorias crónicas pueden causar ansiedad, irritabilidad y temblores. La
acatisia, excitación motriz acompañada de sentimientos subjetivos de angustia, es
un efecto secundario de los medicamentos neurolépticos, que se emplean generalmente
para controlar la emesis. El síndrome de abstinencia de opioides,
benzodiacepinas, barbitúricos, nicotina y alcohol puede dar lugar a ansiedad,
nerviosismo y comportamientos que pueden ser problemáticos para el paciente que
está en tratamiento activo.
Los tumores localizados en ciertos sitios pueden producir síntomas que se
asemejan a los trastornos por ansiedad. Los feocromocitomas y los microadenomas
pituitarios pueden manifestarse como episodios de pánico y ansiedad.[8] Los
cánceres pancreáticos que no secretan hormonas pueden causar síntomas de
ansiedad. Los tumores primarios del pulmón y las metástasis al pulmón a menudo
podrían causar disnea, que puede provocar ansiedad.
Bibliografía
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