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Aspectos relacionados con la sexualidad y la reproducción (PDQ®)
Versión Paciente   Versión Profesional De Salud   In English   Actualizado: 05/08/2009



Introducción






Prevalencia y tipos de disfunciones sexuales en pacientes con cáncer






Factores que afectan la función sexual en pacientes con cáncer






Evaluación de la función sexual en los pacientes con cáncer






Efecto de los medicamentos en la función sexual






Tratamiento de los problemas sexuales de los pacientes de cáncer






Aspectos relacionados con la fecundidad






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Factores que afectan la función sexual en pacientes con cáncer

Factores relacionados con la cirugía
        Cáncer de seno
        Cáncer colorrectal
        Cáncer de próstata
        Otros tumores pélvicos
Factores relacionados con la quimioterapia
Factores relacionados con la radioterapia
Factores relacionados con el tratamiento hormonal
Factores psicológicos

Tanto los factores físicos como los psicológicos contribuyen a la aparición de disfunciones sexuales. Entre los primeros se encuentran la pérdida del funcionamiento sexual por los efectos del tratamiento del cáncer, la fatiga y el dolor. La cirugía, la quimioterapia y la radioterapia pueden tener un efecto físico directo en la función sexual. Otros factores que pueden contribuir a la disfunción sexual son los medicamentos contra el dolor, la depresión, los sentimientos de culpa por las creencias erróneas sobre el origen del cáncer, los cambios en la imagen corporal después de la cirugía y las tensiones originadas por las relaciones personales. Aunque el envejecimiento a menudo se asocia con una disminución en el deseo sexual y el desempeño, el sexo puede ser importante para la calidad de vida de la persona mayor y la pérdida de la función sexual pueden provocar sufrimiento.

Factores relacionados con la cirugía

La cirugía puede afectar directamente el funcionamiento sexual. Entre los factores que ayudan a predecir cuál será la función sexual de un paciente después de una cirugía están la edad, el desempeño sexual y la función de la vejiga antes de la cirugía, la localización del tumor y su tamaño, y la cantidad de tejido extraído durante la operación. Las cirugías que afectan el funcionamiento sexual son las del cáncer de mama, el cáncer colorrectal, el cáncer de próstata y de otros tumores localizados dentro de la pelvis.

Cáncer de seno

La función sexual después de la cirugía de cáncer de seno ha sido materia de mucha investigación. Los procedimientos de cirugía para salvar la mama o reconstruir la mama parecen tener poco efecto en la función sexual, comparados con aquellos en donde se extirpa todo el seno. Las mujeres que han sido sometidas a cirugía para salvar la mama tienen más probabilidad de seguir disfrutando de las caricias en esa parte del cuerpo, pero no afecta la frecuencia con la que la mujer tiene relaciones sexuales, la facilidad para tener un orgasmo ni el experimentar satisfacción sexual completa. Sin embargo, el haber tenido una mastectomía se ha vinculado a una falta de interés sexual. La quimioterapia se ha vinculado a problemas con la función sexual.

Cáncer colorrectal

Las disfunciones de la vejiga y los problemas en el desempeño sexual son complicaciones comunes que provoca la cirugía del cáncer de recto. La causa principal de los problemas de erección, la eyaculación y el orgasmo son las lesiones en los nervios de la cavidad pélvica. Es posible que se dañen durante la cirugía cuando se cortan o cuando se reduce el suministro de sangre.

Cáncer de próstata

Las nuevas técnicas quirúrgicas de prostatectomía radical preservadora de nervios (extirpación completa de la próstata) están teniendo gran acogida porque su éxito para preservar la función eréctil es mucho mayor que el que se logra con la radioterapia para el cáncer de próstata. Se requiere un seguimiento a largo plazo para comparar los efectos de la cirugía con los de la radioterapia. La recuperación de la función eréctil casi siempre ocurre luego de un año de la prostatectomía radical. Los efectos de la radioterapia en la función eréctil son más lentos, y es necesario esperar hasta dos y tres años después del tratamiento para recuperarla. La causa de la pérdida en la función eréctil es diferente en la cirugía y en la radioterapia. La prostatectomía radical lesiona los nervios que hacen que los vasos sanguíneos se abran para dejar entrar más sangre en el pene. En algún momento, el tejido no recibe suficiente oxígeno, las células mueren y se forma tejido cicatricial que interfiere con la función eréctil. Parece ser que la radioterapia daña las arterias que traen sangre al pene.

La braquiterapia (radioterapia interna) utilizando implantes radiactivos) se está utilizando más frecuentemente para tratar el cáncer de la próstata. Las funciones eyaculatorias y eréctiles se preservan mejor con braquiterapia sola que cuando se le agregan radioterapia externa o terapia hormonal. Con la braquiterapia, se puede presentar un daño a los nervios y los vasos sanguíneos causados por la radiación, y dosis más altas de radiación pueden causar más daño.

Otros tumores pélvicos

Los hombres sometidos a cirugía para extirpar la vejiga, el colon o el recto pueden recuperar la función eréctil si se usan técnicas que no lesionan los nervios. Los efectos secundarios en la actividad sexual ocasionados por la radioterapia en tumores pélvicos son similares a los que se presentan después del tratamiento del cáncer de próstata.

Las mujeres sometidas a cirugía para extirpar el útero, los ovarios, la vejiga u otros órganos del abdomen o la pelvis pueden padecer dolor y pérdida de la función sexual dependiendo de la cantidad de tejido u órganos que se haya retirado. La orientación y otros tratamientos médicos ayudan a estas pacientes a recuperar la sensibilidad en la vagina y en las áreas genitales, lo que puede hacerlas capaces de tener relaciones sexuales sin dolor y llegar al orgasmo.

Factores relacionados con la quimioterapia

La quimioterapia se asocia con la pérdida del deseo y la reducción en la frecuencia de las relaciones sexuales en hombres y mujeres. Los efectos secundarios comunes de la quimioterapia, como las náuseas, el vómito, la diarrea, el estreñimiento, la mucositis, la pérdida o ganancia de peso, y la caída de cabello, pueden afectar su imagen sexual y hacerlos sentir poco atractivos.

En las mujeres, la quimioterapia puede ocasionar sequedad vaginal, dolor en el coito y dificultad para tener un orgasmo. En las mujeres de más edad puede aumentar el riesgo de cáncer de ovario. La quimioterapia también puede causar una pérdida súbita de producción de estrógeno en los ovarios, cuyas consecuencias serán la pérdida de elasticidad, encogimiento y adelgazamiento de la vagina, sequedad vaginal, sofocos, infecciones de las vías urinarias, cambios en el estado de ánimo, fatiga e irritabilidad. Las mujeres jóvenes con cáncer de seno a quienes se le extirparon uno o ambos ovarios mediante cirugía pueden tener síntomas relacionados con la pérdida de estrógeno. Estas pacientes experimentan una gran cantidad de problemas por la preocupación que genera la terapia de reemplazo de estrógeno, que aunque puede disminuir los síntomas, puede provocar la reaparición del cáncer de seno. En el caso de mujeres con otros tipos de cáncer, sin embargo, el tratamiento de restitución de estrógenos por lo general ayuda a solucionar muchos problemas sexuales. Asimismo, en las pacientes con la enfermedad de injerto contra huésped (una enfermedad en donde se produce un rechazo entre la médula ósea o las células madre periféricas del donante y el tejido de la persona que recibe el injerto) puede desarrollarse tejido cicatricial y estrechamiento de la vagina después del trasplante de médula ósea o células germinales periféricas, lo que puede interferir con el coito.

En el caso de los hombres, los problemas sexuales como la pérdida del deseo y la disfunción eréctil son más comunes después de un trasplante de médula ósea debido a la enfermedad del injerto contra el anfitrión o la lesión en los nervios. En ocasiones, la quimioterapia puede interferir con la producción de testosterona en los testículos, por lo que será necesario un tratamiento de restitución de esta hormona para recuperar la función sexual.

Factores relacionados con la radioterapia

Al igual que con la quimioterapia, la radioterapia puede causar efectos secundarios como fatiga, náuseas y vómito, diarrea, y otros síntomas que pueden disminuir el deseo sexual. En las mujeres, la radioterapia enfocada en la pelvis puede ocasionar cambios en el revestimiento de la vagina que, con el tiempo, causarán un estrechamiento de la vagina y formación de tejido cicatrizal que resulta en dolor durante el coito, esterilidad y otros problemas sexuales a largo plazo. Las mujeres deben comentar sus preocupaciones sobre estos efectos secundarios con su médico y pedirle información sobre el uso de un dilatador vaginal.

En los hombres, la radioterapia puede causar problemas para alcanzar una erección y mantenerla. No se sabe a ciencia cierta qué causa estos problemas después de la radioterapia, pero se cree que puede ser por lesión en los nervios, obstrucción en el abastecimiento de sangre al pene o disminución en los niveles de testosterona. Los cambios sexuales se presentan de manera gradual durante un periodo de seis meses a un año después del tratamiento. Quienes padecieron de disfunción eréctil antes del cáncer corren en mayor riesgo de verse afectados por problemas sexuales después del diagnóstico del cáncer y del tratamiento. Otros factores de riesgo que contribuyen a que se presenten estos problemas en los hombres son el tabaquismo, los antecedentes de enfermedades cardiacas, la hipertensión y la diabetes.

Factores relacionados con el tratamiento hormonal

La terapia con hormonas para el cáncer de próstata puede reducir las concentraciones hormonales normales y causar disminución del deseo sexual, disfunción eréctil y problemas para lograr un orgasmo. Los hombres más jóvenes no siempre son afectados por el mismo grado de disfunción sexual. Algunos centros de tratamiento están experimentando con terapia hormonal diferida o intermitente para prevenir los problemas sexuales. Todavía no se sabe si estos tratamientos modificados afectarán la supervivencia a largo plazo de los hombres más jóvenes.

En un estudio amplio de mujeres con cáncer de mama tratadas con terapia adyuvante con hormonas, las pacientes que tomaron exemestano (un tipo de inhibidor de la aromatasa), tuvieron menos sofocos y menos secreción vaginal que quienes tomaron tamoxifeno. Sin embargo, las pacientes que tomaron exemestano tuvieron más sequedad vaginal, dolor de huesos y trastornos del sueño que las pacientes que tomaron tamoxifeno.

Factores psicológicos

Los pacientes que se recuperan del cáncer a menudo sienten ansiedad o culpa de que su actividad sexual previa haya originado el mal. Algunos creen que la actividad sexual puede hacer que el cáncer vuelva a aparecer o creen que pueden contagiar a su pareja. Es importante compartir estos sentimientos y preocupaciones con un profesional de la salud. Las creencias erróneas pueden corregirse para asegurar a los pacientes que el cáncer no puede contagiarse por tener relaciones sexuales.

La pérdida del deseo sexual y una disminución en el placer son síntomas comunes de la depresión. Esta enfermedad es más común en pacientes con cáncer que en la población saludable. Es importante que los pacientes expresen sus sentimientos al médico para que los asesore. Recibir tratamiento para la depresión puede ayudar a aliviar los problemas sexuales. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre la Depresión.)

Los tratamientos para el cáncer pueden ocasionar cambios físicos que afecten la forma como una persona se ve a sí misma físicamente. Esta imagen puede hacer que un hombre o una mujer se sientan poco atractivos sexualmente. Es importante que el paciente hable sobre estos sentimientos y preocupaciones con un profesional de la salud. Los pacientes pueden aprender a abordar eficazmente estos problemas.

La tensión que produce recibir el diagnóstico de cáncer y la necesidad de tratamiento empeora los problemas que ya existen en las parejas. Las relaciones sexuales también pueden verse afectadas. Los pacientes que no tienen una relación de compromiso pueden dejar de buscar citas románticas por temor a ser rechazados por una posible pareja cuando se entere de sus antecedentes de cáncer. Uno de los factores más importantes en la adaptación posterior al tratamiento de cáncer es el sentimiento que tienen los pacientes sobre su sexualidad después de ser diagnosticados con cáncer. Si su actitud era positiva antes del diagnóstico, es muy probable que reanuden su actividad sexual después del tratamiento.

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