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11 diciembre 2008

Secretario de Defensa Gates examina desafíos que Obama enfrentará

Decisión de permanecer en el cargo refleja bipartidismo en política exterior de EE.UU.

 
El secretario de Defensa Gates saluda al presidente electo Obama el 1 de diciembre. A la izq. el vicepresidente electo Joe Biden.
El secretario de Defensa Gates saluda al presidente electo Obama el 1 de diciembre. A la izq. el vicepresidente electo Joe Biden.

Washington – Pocos días después de las elecciones de noviembre, el presidente electo Barack Obama recorrió la Casa Blanca con el presidente George Bush, y más tarde, con mucha discreción, se reunió con el secretario de Defensa Robert Gates, en una estación de bomberos contigua al Aeropuerto Nacional Reagan, en Washington, para pedirle a Gates si podía considerar permanecer en el cargo. 

“Los bomberos sacaron sus camiones, para que nuestros autos pudieran entrar”, relató Gates a la prensa el dos de diciembre, al referirse al encuentro confidencial.

Al aceptar la oferta de Obama, Gates se convertirá en el primer secretario de Defensa en la historia de Estados Unidos en permanecer en el cargo con una nueva administración, un hecho sin precedentes aun en casos en que el presidente recién electo ha sido del mismo partido político que el presidente saliente. 

“Si el presidente me pide que lo ayude no es posible decir que no”, dijo Gates.

Históricamente, la relación del presidente con su secretario de Defensa es uno de los factores más importantes para tener una política de seguridad exitosa. Aún cuando Gates haya dicho que filosóficamente se considera republicano, dijo que nunca reveló su afiliación política hasta después de dejar Washington en 1993 para desempeñarse como presidente de la Universidad Texas A&M. Esa renuencia reflejaba su criterio de que las diferencias políticas internas deben ser descartadas cuando se trata de política exterior.

“Cuando estuve en la CIA sentí, que, como funcionario de inteligencia, como oficial militar, tenía que ser apolítico y por ese motivo no me inscribí en ningún partido”, afirmó Gates.

Gates entró en la CIA en 1966 como analista y allí fue funcionario durante casi 27 años bajo cinco presidentes distintos de ambos partidos, carrera que describe con detalles en la autobiografía que publicó en 1996, titulada From the Shadows: The Ultimate Insiders Story of Five Presidents and How They Won the Cold War. (Desde la sombra: la historia de un conocedor de cinco presidentes y de cómo ganaron la Guerra Fría).

Poner las soluciones pragmáticas por encima de las diferencias partidistas en la política exterior es un ideal estadounidense tradicional que muchos expertos observan en la decisión del presidente electo Obama de armar un equipo de seguridad nacional filosóficamente diverso, uno que cruce las líneas partidarias con Gates, y en su invitación a Hillary Rodham Clinton, su rival en la candidatura presidencial del Partido Demócrata, para que sea secretaria de Estado. (Véase “Obama anuncia su equipo de seguridad nacional”).

“Creo que el presidente electo ha dejado bien sentado que quiere un equipo que pueda decirle lo que piensa y darle su mejor consejo. Sin duda, habrá diferencias en el equipo, pero la toma de las decisiones dependerá del presidente”, dijo Gates.

Según Gates, los progresos en política y seguridad en Iraq, como se refleja en la conclusión del nuevo acuerdo de seguridad entre Iraq y Estados Unidos, han cambiando fundamentalmente la situación sobre el terreno y se están creando las condiciones para comenzar a reducir las fuerzas de Estados Unidos en ese país, una importante prioridad en la próxima administración Obama.

Según los términos del Acuerdo del Estatuto de Fuerzas entre Estados Unidos e Iraq, para junio de 2009 las fuerzas de la coalición, dirigidas por Estados Unidos, se replegarán a bases afuera de pueblos iraquíes y se retirarán por completo para 2011, cronograma que Obama quisiera que se completara en los primeros 16 meses después de asumir el cargo, o sea para abril de 2010.

“Por eso, la cuestión es ¿cómo lo hacemos de manera responsable? Nadie quiere arriesgar los logros que hemos alcanzado, con tanto sacrificio, tanto de la parte de nuestros soldados como de los iraquíes. Tenemos que trabajar con los comandantes y darle nuestra mejor recomendación al presidente”, aseveró Gates.

Ayudar al pueblo de Afganistán a asegurar y reconstruir su país es otra de las prioridades, dijo Gates, que exigirá entrenamiento intensivo para fortalecer las fuerzas de seguridad afganas y ampliar las alianzas con las autoridades de Pakistán, que están bregando para enfrentar a los extremistas que operan en la región fronteriza de esos dos países del sudeste asiático.

Otro desafío político de alta prioridad será el cierre del centro de detención en la Base Naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo (Cuba), decisión que, según Gates, precisaría el apoyo legislativo del Congreso

“El presidente electo será el octavo presidente para el que he trabajado. Todo lo que puedo decir es que espero con interés el momento de comenzar”, afirmó Gates.

Para más información véase la transcripción, en inglés, de las declaraciones de Gates en America.gov.

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