Derechos humanos | La defensa de la dignidad humana

19 noviembre 2008

Zhang Pengjun: Reseña biográfica

 
Zhang Pengjun (dcha.) en 1950. Zhang medió muchas disputas durante la redacción de la Declaración Universal
Zhang Pengjun (dcha.) en 1950. Zhang medió muchas disputas durante la redacción de la Declaración Universal.

Este artículo pertenece al periódico electrónico de noviembre de 2008 “60 años de la Declaración de Derechos Humanos, 1948-2008”. Para consultar los demás artículos de este periódico haga clic a la derecha.

La habilidad diplomática de Zhang Pengjun, de China, demostró ser decisiva en la forja de los acuerdos necesarios para llegar a redactar la Declaración Universal de los Derechos Universales de manera que fuese aceptable para las muchas naciones del mundo. “Fue posible alcanzar una gran medida de acuerdo a pesar de las diferencias filosóficas o ideológicas”, dijo Zhang más tarde.

Zhang Pengjun era un maestro de la transacción. Apoyándose en su extenso conocimiento de la filosofía de Confucio, el diplomático chino facilitó acuerdos en momentos críticos durante la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Muchas veces, su asesoramiento mantuvo al documento vivo.

Zhang nació en China en 1892, su educación fue una combinación de las educaciones china y occidental. Asistió a la escuela intermedia y la escuela secundaria en China.  En 1910 viajó a Estados Unidos, donde asistió a la Universidad Clark, en Worcester, Massachusetts. Continuó sus estudios en la Universidad de Columbia, Nueva York, donde recibió en 1915 dos títulos de maestría: una en estudios de postgrado y otra en docencia. A su retorno a China, enseñó en la Escuela Intermedia de Nankai, donde fue presidente interino. Zhang asistió también a su hermano en establecer la Universidad de Nankai, una institución privada.

Zhang regresó brevemente a Estados Unidos para obtener su doctorado en la Universidad de Columbia y después regresó a China, donde continuó trabajando como maestro y administrador. Fue catedrático de filosofía, presidente interino de la Universidad de Nankai, y fue profesor visitante en la Universidad de Chicago, el Instituto de Arte de Chicago, la Universidad de Hawáii, la Universidad de Cambridge y la Universidad de Columbia.

Zhang fue también activo autor y dramaturgo.  Dos de sus obras fueron presentadas en teatros en Nueva York y durante su vida tradujo al chino obras occidentales y dirigió producciones teatrales en China y en el exterior.

Con el alma de un educador, Zhang se involucró en asuntos exteriores. Su carrera diplomática lo llevó a Turquía, Chile e Inglaterra antes de ir a las Naciones Unidas.  Allí fue nombrado en 1946 principal delegado de China ante el Consejo Económico, Social y Cultural de la ONU.

Más tarde Zhang fue vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Sin tomar en consideración las diferencias, creyó que todos los países podían unirse en una meta común en cuanto a los derechos humanos. “El hecho de que [los] derechos del hombre estuvieran incluidos en 35 ó 40 de las constituciones del mundo indica que es posible alcanzar el acuerdo en gran medida a pesar de las diferencias en filosofía o ideología”, dijo Zhang en un discurso que pronunciara en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Zhang medió frecuentemente y con éxito disputas que surgieron durante la redacción de la Declaración Universal. Muchas veces salvó a la comisión de un estancamiento.  “Era un maestro en el arte de la transacción y, basándose en una cita de Confucio, muchas veces producía la fórmula que hacía posible evitar un estancamiento en la comisión”, dijo John Humphrey, el primer director de la División de Derechos Humanos de la ONU.

Uno de esos casos fue el de la aplicación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Enmendaría o anularía la Declaración la Carta de la ONU?, ¿o tendrían que ratificar todos los estados miembros la Declaración Universal de los Derechos Humanos, convirtiéndola de esa manera en un tratado internacional vinculante? Zhang propuso un arreglo: los estados miembros ratificarían por separado la declaración, una convención con fuerza de ley (adoptada más tarde como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), y un método de puesta en ejecución (el Protocolo Facultativo del Pacto de Derechos Civiles y Políticos). Su solución protegió la integridad de la Declaración Universal mientras que respetaba la soberanía de los estados miembros.

“En el terreno de los derechos humanos no debe olvidarse la mayoría popular”, dijo Zhang. Quería que la Declaración Universal reflejara las ricas y variadas culturas que en última instancia iba a representar. Creía también que todas las personas debían tener acceso a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “Debe ser un documento para todos los hombres en todas partes, no solamente para los abogados y los estudiosos del mundo académico”, dijo.

Teniendo presentes estos puntos, Zhang fue una fuerza destacada en los debates acerca de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “En estatura intelectual Zhang se destaca entre los otros miembros de la comisión”, escribió John Humphrey en su diario. Zhang se apoyaba en gran medida en su conocimiento de la filosofía de Confucio. Sugirió que se incluyera en el documento el concepto de ren, o “compasión hacia el prójimo”.  “Hay que hacer hincapié en el aspecto humano de los derechos humanos”, dijo Zhang. “Los seres humanos debemos estar constantemente conscientes de las otras personas, con las que vivimos en sociedad”.

Después de aprobarse la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Asamblea General de la ONU votó para que la Declaración fuese distribuida inmediatamente a toda persona en todo lugar, utilizando cualesquiera medios disponibles. Casi instantáneamente se vendieron todos los ejemplares de la Declaración, que se convirtió en el documento más traducido de la historia. La idea de Zhang de un documento accesible se convirtió en realidad.

Zhang murió en 1957. No llegó a vivir para ver la adopción de los pactos internacionales subsiguientes sobre derechos humanos que hicieron que la Declaración Universal de los Derechos Humanos fuera vinculante, y que formaron parte de su solución para que los derechos humanos fueran de aplicación en todo el mundo.

Megan Loftus

Marcar página con:    ¿Qué es esto?