La democracia en el mundo | La voz de los ciudadanos

23 septiembre 2008

Partidos políticos, grupos de interés, ONG

 
John Sweeney, jefe de la federación de sindicatos de Estados Unidos, la AFL-CIO, pronuncia un discurso en una reunión.
John Sweeney, jefe de la federación de sindicatos de Estados Unidos, la AFL-CIO, pronuncia un discurso en una reunión.

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No se puede exigir a los ciudadanos que participen en el proceso político, pero si no intervienen en él, la democracia se debilita. El derecho de los individuos a asociarse en libertad y organizarse como les plazca es fundamental para la democracia.

Partidos políticos

Los partidos políticos reclutan, designan y organizan campañas para impulsar a sus candidatos en las elecciones de funcionarios públicos; elaboran programas de acción para el gobierno cuando están en la mayoría; ofrecen críticas y opciones alternativas cuando están en la oposición; movilizan el apoyo para estrategias compartidas por diferentes grupos de interés; instruyen a la gente sobre asuntos públicos, y proveen estructuras y reglas para el debate político en la sociedad. En algunos sistemas políticos, la ideología puede ser un factor importante para reclutar y motivar a los miembros de un partido. En otros, el interés económico o la perspectiva social pueden ser más importantes que el compromiso ideológico.

Esta trabajadora humanitaria de Uganda utiliza una computadora activada por energía solar, suministrada por una ONG estadounidense.
Esta trabajadora humanitaria de Uganda utiliza una computadora activada por energía solar, suministrada por una ONG estadounidense.

La organización y los procedimientos de los partidos varían en alto grado. En uno de los extremos del espectro, los sistemas parlamentarios de varios partidos pueden ser organizaciones muy disciplinadas, dirigidas casi exclusivamente por profesionales de tiempo completo. En el otro extremo vemos a Estados Unidos, donde los partidos Republicano y Demócrata rivales son organizaciones descentralizadas que se operan sobre todo en el Congreso y a nivel estatal, pero cada cuatro años se fusionan como organizaciones nacionales activas con el fin de organizar sus campañas para la elección presidencial. Las campañas de elecciones en una democracia suelen ser complejas, largas y, a veces, ridículas. No obstante, su propósito es serio: proveer un método pacífico y justo por el cual el pueblo pueda seleccionar a sus dirigentes y decidir la política pública.

Grupos de interés y ONG

En las democracias cada ciudadano puede pertenecer a varias organizaciones privadas o de voluntarios, e incluso a los grupos de interés que intentan influir de alguna manera en la política pública y convencer a los funcionarios de sus puntos de vista. Los detractores pueden lamentar la influencia de “intereses especiales”, pero todos los ciudadanos reconocen que las democracias siempre protegen el derecho de esos grupos de interés a organizarse y abogar por sus causas.

Muchos grupos de interés tradicionales se han organizado en torno a temas económicos; los grupos de empresarios, los de agricultores y los sindicatos tienen todavía una influencia poderosa en la mayoría de los sistemas democráticos. Sin embargo, en los últimos decenios, el carácter y el número de los grupos de interés han crecido y proliferado mucho hasta abarcar casi todos los ámbitos de la actividad social, cultural, política y hasta religiosa. Las organizaciones profesionales han cobrado importancia, así como grupos de interés público que defienden diversas causas (desde mejorar los servicios de salud para los pobres, hasta la protección del medio ambiente) que a menudo no benefician directamente a sus miembros. Los gobiernos mismos pueden funcionar como grupos de interés: en Estados Unidos, asociaciones de gobernadores de estados, alcaldes de grandes ciudades y legisladores estatales cabildean con regularidad ante el Congreso nacional por los asuntos de su interés.

La política de los grupos de interés puede tener una dinámica compleja. Las cifras son importantes: los grupos que cuentan con un gran número de seguidores atraen de inmediato la atención de los funcionarios públicos y obtienen audiencias con ellos. No obstante, en muchos casos, grupos pequeños, bien organizados y muy comprometidos con las causas que defienden, pueden ejercer una influencia desproporcionadamente grande en relación con el número de sus miembros.

Uno de los sucesos más notables de las últimas décadas ha sido el surgimiento de organizaciones no gubernamentales (ONG) de carácter internacional. Con el fin de atender las necesidades de una comunidad, un país o una causa que puede ser definida como de alcance mundial, esas ONG tratan de complementar o incluso impugnar la labor del gobierno mediante recomendaciones, educación y movilización de la atención en torno a problemas públicos importantes, y vigilando la conducta del gobierno y de la empresa privada.

Los gobiernos y las ONG trabajan a menudo en sociedad. Las ONG pueden proveer pericia y personal para la implementación de proyectos financiados por el gobierno. Es posible que las ONG no tengan filiación política o que se basen en ideales partidistas y traten de defender una causa específica o un conjunto de ellas en beneficio del público. En todos los casos, el punto clave es que las ONG operan con un mínimo de control político de los estados.

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