Salud mundial | La situación de la salud en el mundo

30 abril 2007

Hitos de la vacuna: Salk, Sabin y la polio

 
Estampilla conmemorativa con la imagen de jonas Salk
Jonas Salk fue homenajeado con una estampilla de correo conmemorativa de EE.UU. en 2006.

Este artículo pertenece al periódico electrónico de marzo de 2007 “Las vacunas salvan vidas”. Para consultar los demás artículos de este periódico haga clic a la derecha.

Por Elizabeth Fee

Estampilla conmemorativa con la imagen de Albert Sabin
El estadounidense de origen polaco Albert Sabin también fue homenajeado con una estampilla de correo conmemorativa.

Fee es jefa de la División de Historia de la Medicina de la Biblioteca Nacional de Medicina, en los Institutos Nacionales de la Salud

La poliomielitis ha afligido a la humanidad desde los tiempos antiguos, causando debilitación de los músculos, parálisis y algunas veces la muerte. Durante la década de 1940, los científicos descubrieron que hay tres tipos básicos de virus de polio y que se pueden hacer cultivos de estos en tejidos.

El científico y médico estadounidense Jonas Salk mató el virus de polio con formaldehído y produjo una vacuna. En 1954 Estados Unidos inició un programa nacional de pruebas de la vacuna con la inoculación masiva de cientos de miles de niños en edad escolar. En lo que vino a conocerse como el incidente Cutter, doscientos niños contrajeron la polio y once de ellos murieron. Todos los casos fueron atribuidos a un solo lote defectuoso producido por una firma farmacéutica.

Se crearon normas de producción más cuidadosas y se reanudó la vacunación con éxito. Como resultado disminuyó drásticamente el número de niños paralizados por la polio. Mientras que la de Salk fue una vacuna de virus muertos, el médico estadounidense de origen polaco Albert Sabin desarrolló una vacuna de virus vivos, que usaba una forma debilitada o atenuada del virus vivo. Mientras que en Estados Unidos se utilizaba la vacuna Salk, en la Unión Soviética diez millones de niños recibieron la vacuna Sabin conforme a una prueba realizada por la Organización Mundial de la Salud en 1959. Debido a que era relativamente fácil de producir y porque se podía tomar oralmente —muchas veces en un cubito de azúcar— en lugar de una inyección, la vacuna Sabin se convirtió pronto en la vacuna más popular contra la polio en todo el mundo. El uso continuado cuidadoso y coordinado de las vacunas Salk y Sabin ha erradicado ahora la polio en la mayoría de los países del mundo.

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