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20 marzo 2009

Universidad ofrece nueva estrategia para curar el trauma

Programa trabaja para liberar a personas y comunidades de ciclos destructivos

 
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La profesora Elaine Zook Barge explica cómo personas y comunidades pueden sobreponerse al trauma y al dolor.
La profesora Elaine Zook Barge explica cómo personas y comunidades pueden sobreponerse al trauma y al dolor.

Washington — En un domingo de diciembre de 2007, el residente de Colorado David Works presenció el asesinato de sus dos hijas.

Works, que recibió un impacto de bala cuando un hombre armado abrió fuego contra feligreses que salían de su iglesia, tendrá que hacer frente a esa tragedia por el resto de su vida, pero su capacitación sobre cómo reaccionan las personas al trauma y cómo pueden curarse, le ayudó a dejar atrás reacciones naturales como el deseo de venganza o vivir con sentimientos de culpa.

En el Centro de Justicia y Consolidación de la Paz de la Universidad Menonita Oriental (EMU) ubicado en la ciudad de Harrisonburg (Virginia), Works estudió un modelo utilizado en el programa de Estrategias de Concienciación y Recuperación de Traumas (STAR) para trazar las reacciones comunes de un trauma. Este modelo muestra formas de sacar a la víctima y al agresor de ciclos que atrapan a muchos y que les conduce a que se causen daño a ellos mismos y a otros.

“La violencia causa traumas y un trauma sin curar causa más violencia”, dijo Elaine Zook Brage, directora del programa de STAR, a America.gov. En palabras más breves, “la gente herida hiere a la gente”.

El cuerpo docente y el personal de EMU desarrollaron lo que Barge describió como el “modelo caracol”, así llamado debido a que el diagrama se parece a la casa de un caracol “y porque el trabajo es lento, prolongado y en algunas ocasiones, desordenado”. El modelo representa tres maneras de responder al trauma causado por la violencia humana, desastres naturales u otros sucesos devastadores.

El ciclo de la víctima muestra algunas respuestas iniciales al trauma: dolor, pánico, enojo y cambios fisiológicos. “Cuando se traumatizan, nuestros cerebros están hechos de forma en que automáticamente su parte inferior toma el control”, lo que genera “energía traumática” por las sustancias químicas y hormonas producidas.

“Esta energía traumática es parte de la lucha, escape y bloqueo de respuesta que ayuda a protegernos”, agregó Barge. El modelo caracol comienza con un enfoque en esos efectos y la curación inicia con encontrar maneras de liberar esa energía.

Meter Levine, que elabora teorías sobre el tema del trauma, observó que cuando un antílope no puede dejar atrás al depredador pero de alguna manera se escapa de morir, “lo que ese antílope hará eventualmente es levantarse y sacudirse, resoplar, brincar, retozar y correr de regreso y unirse... a su manada”, explicó Barge.

De manera similar, el cuerpo humano se sacude y suda después de sufrir un trauma. “Se quiere gritar, uno está llorando”. Pero en vez de eso, se anima a las víctimas a calmarse, que es lo opuesto de lo que sus cuerpos quieren hacer.

El Centro de Justicia y Consolidación de la Paz de la Universidad Menonita Oriental ofrece capacitación a estudiantes de todo el mundo.
El Centro de Justicia y Consolidación de la Paz de la Universidad Menonita Oriental ofrece capacitación a estudiantes de todo el mundo.

La energía atrapada “es lo que nos causa pesadillas continuas y la hipervigilancia continua”, añadió Barge. “Si pudiéramos hacer como los animales salvajes y literalmente quitarnos esta energía traumática, seríamos mucho más saludables”. Ya sea que la respuesta sea llorar, sacudirse, bailar, jugar deportes o algún otro tipo de actividad, “la gente necesita darse a sí misma permiso de hacer... lo que necesite hacer”.

Un trauma sin curar o sin atender puede causar que individuos se lastimen a sí mismos o a otras personas, lo que los conduce hacia el ciclo del agresor. El teólogo católico y padre Richard Rohr dijo que el “dolor que no se transforma se transfiere”.

“Si me sigo lastimando a mí mismo o si lo lastimo a usted, entonces… me convierto en el agresor y solo he creado más víctimas que sienten dolor y, si no están conscientes de lo que sucede, se puede repetir este ciclo para siempre”, afirmó Barge. “Esto puede suceder a nivel individual, familiar o nacional”.

En el modelo, la forma de salir de ambos ciclos está indicada como “Encontrar la seguridad, ser libre, elegir vivir”. Al igual que las respuestas al trauma, la ruta para liberarse varía de un individuo a otro. Barge señaló que reconocer el dolor, que incluye el luto y la aflicción, es un paso importante. Pero para algunos “puede ser el perdón lo que cause que se liberen” y fomente la reintegración.

CURAR Y REHACER

Cuando Works confrontó la muerte de sus dos hijas, recordó el modelo caracol y decidió utilizarlo para sobreponerse a su dolor.

“Me dije a mí mismo: ‘Puedo escoger entre perder la cabeza e ir por la ruta del enojo y el castigo, o puedo hacer uso de las herramientas que se me han dado y mi teología para encontrar algo bueno en esto, para romper el ciclo... no honrará la memoria de Stephanie y Rachel el estar enojado y amargado sobre esto’”, explicó Works en la edición de invierno de 2008 de la revista Peacemaker de EMU.

La mayoría utilizan el modelo cuando están atrapados en uno de los dos ciclos; Works está entre los primeros en usarlo de manera preventiva. Menos de un mes después del tiroteo, llegó a un punto en el que se pudo reunir con la familia del asesino de sus hijas e iniciar el proceso de curación y reconciliación. “Cuando comparto esto con participantes de mi taller, todavía se me pone la piel como carne de gallina”, expresó Barge.

La mitad de los alumnos que asisten al centro provienen de fuera de Estados Unidos, indicó Barge, al agregar que aunque las técnicas del programa son nuevas, éstas se usan en todo el mundo, desde Colombia, donde los alumnos usan el material para capacitar a otras personas en curación de traumas, hasta Camboya, donde un ex participante de STAR está involucrado con el tribunal conjunto entre Camboya y las Naciones Unidas que procesa los casos de atrocidades contra los derechos humanos cometidas durante la década de 1970.

El modelo caracol “va más allá del modelo médico que hemos utilizado en la curación de traumas” e invita a las personas a que puedan participar directamente en el proceso que confronta el trauma, cura las relaciones y consolida la recuperación.

Para conocer más información, en inglés, sobre el programa STAR, véase el sitio web del programa, que forma parte del Centro de Justicia y Consolidación de la Paz.

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