NUEVA YORK (Reuters Health) - Los hombres con cáncer prostático que participan en un programa de control del estrés antes de someterse a una cirugía para remover su próstata se sienten mejor mentalmente e informan mejor funcionamiento físico un año después de la operación, mostró un estudio.
El resultado "es interesante y sugiere la posibilidad de que las habilidades enseñadas antes de la cirugía tengan un efecto duradero en la recuperación de los pacientes y su calidad de vida", indicó el equipo del doctor Lorenzo Cohen, del Centro del Cáncer M.D. Anderson de la University of Texas.
Los resultados fueron publicados en Journal of Clinical Oncology.
La prostatectomía radical, como se denomina a la operación, suele tener efectos secundarios angustiantes, como incontinencia urinaria y disfunción eréctil, manifestaron Cohen y sus colegas.
Si bien una serie de enfoque psicosociales para ayudar a los hombres con cáncer prostático ha demostrado funcionar, los expertos señalaron que la mayoría de esas intervenciones se administra después de que los pacientes completaron el tratamiento.
Dado que el tiempo previo a la cirugía sería particularmente estresante para los pacientes con cáncer de próstata, el equipo analizó si intervenir en ese momento podía resultar de utilidad.
Los investigadores asignaron al azar a 159 hombres que esperaban una cirugía prostática a un grupo de manejo del estrés, a una cohorte de "atención de apoyo" o a que reciban tratamiento estándar.
El manejo del estrés se focalizó en ayudar a los hombres a aprender relajación y estrategias para lidiar con las situaciones en el período de recuperación. La atención de apoyo incluyó simplemente tomar la historia del paciente y escucharlo hablar sobre sus preocupaciones.
Los hombres que participaron en los grupos de control del estrés y atención de respaldo asistieron a sesiones de 60 a 90 minutos con un psicólogo clínico una o dos veces por semana antes de la cirugía.
Además, esos pacientes recibieron una sesión de cinco minutos justo antes de ingresar al quirófano y una de 10 a 15 minutos 48 horas después de ser operados.
Una semana antes de la intervención y ese mismo día, los expertos hallaron que los hombres que asistían a sesiones de control del estrés tenían menos problemas de estado de ánimo, como ansiedad o preocupación, que los pacientes del grupo de atención estándar.
No se registraron diferencias en la calidad de vida y problemas de humor entre la cohorte de atención de apoyo y los hombres que recibieron asistencia estándar.
Asimismo, un año después de la cirugía, los pacientes del grupo de manejo del estrés tenían mejor funcionamiento urinario, sexual e intestinal que los varones que habían recibido atención estándar.
"Todas las personas diagnosticadas con cáncer pueden beneficiarse del manejo del estrés, ya sea un programa mente-cuerpo o la terapia cognitiva conductual", dijo Cohen.
"Estos programas son seguros, mejoran el bienestar de los pacientes y los ayudan a aceptar un diagnóstico y tratamiento por cáncer", añadió el autor.
FUENTE: Journal of Clinical Oncology, 6 de abril del 2009
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Página actualizada: 13 abril 2009 |