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Los medicamentos para el Parkinson pueden provocar conductas malsanas

Pero unas dosis más bajas de agonistas de la dopamina parecen reducir las actuaciones compulsivas, según un estudio
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Robert Preidt

Traducido del inglés: viernes, 10 de abril, 2009

Imagen de noticias HealthDayVIERNES, 10 de abril (HealthDay News/Dr. Tango) -- Una clase de medicamentos para la enfermedad de Parkinson llamada agonistas de la dopamina puede provocar que los pacientes desarrollen conductas destructivas como juego compulsivo o un impulso sexual exagerado, según un estudio reciente.

Investigadores de la Clínica Mayo encontraron que uno de casa seis pacientes que tomaban dosis terapéuticas de agonistas de la dopamina, como pramipexol y ropinirol, desarrollaron conductas malsanas. Pero reducir las dosis de estos fármacos podría eliminar el problema.

Para su estudio, los investigadores analizaron los expedientes médicos de 267 pacientes de enfermedad de Parkinson tratados en la Clínica Mayor de Rochester, Minnesota, entre 2004 y 2006. De esos pacientes, 66 tomaban agonistas de la dopamina, entre ellos 38 que tomaban dosis terapéuticas (aquellas que se espera que sean al menos mínimamente beneficiosas).

Siete de los 38 pacientes que tomaban dosis terapéuticas de agonistas de la dopamina desarrollaron juego compulsivo o hipersexualidad tras comenzar a tomar los fármacos. Ninguno de los otros pacientes de Parkinson desarrollaron esas conductas destructivas, entre ellos 28 pacientes que tomaban dosis de agonistas de la dopamina inferiores a las terapéuticas, ni los 178 pacientes que tomaban carbidopa/levodopa, el medicamento estándar para el Parkinson.

El estudio aparece en la edición de abril de Mayo Clinic Proceedings.

"Es vital que los médicos que recetan agonistas de la dopamina avisen a pacientes y sus cónyuges o parejas sobre este efecto secundario potencial. El inicio puede ser insidioso, y no notarse hasta que se desarrollan problemas graves", afirmó en un comunicado de prensa de la Clínica Mayo el Dr. J. Eric Ahlskog, neurólogo de la clínica. "También vale la pena notar que todos los pacientes afectados tomaban dosis terapéuticas. Las dosis muy bajas, como las usadas para tratar el síndrome de las piernas inquietas, conllevan mucho menos riesgo".

"Para algunos pacientes, una reducción de la dosis del agonista de la dopamina podría ser un tratamiento suficiente, aunque con frecuencia hay que eliminar el fármaco ofensor por completo", añadió Ahlskog.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay

(c) Derechos de autor 2009, ScoutNews, LLC

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